Hay otro hijo de puta al que tengo un odio mortal, debe tener como tres años menos que yo, de origen andaluc, de familia fea, negruzca y con una familia llena de borrachos (su padre y varios tios), maricones (un tío muerto de la SIDRA), lesbianas (una tía marimacho), una prima en la cárcel y algún que otro suicidado y mucho perroflautismo infrahumano. A este sujeto lo conozco desde hace muchos años, desde que iba al colegio, votante de podemos, con menos cerebro que una cucaracha y profundamente subnormal. Además tiene un fenotipo gitano-morisco bastante desagradable, él y el resto de la familia, todos ellos unos hijos de puta. Este sujeto trabajó conmigo un verano, un auténtico metemierdas y un chivato, características estas que siempre he encontrado en sujetos del citado fenotipo, por algo se dice aquello de "no os fiéis de los oscuros", porque al final te la meten doblada, de una manera u otra.
Este hijo de puta, con su pañuelo palestino y su roña, era algo literal pues no se lavaba y olía siempre a marihuana, robaba dinero de la caja y acusó a una jovencita en aquella época de perpetrar el robo del que él era culpable y a la que le cargó el muerto. A la muchacha la suspendieron de sueldo, no llegaron a echarla, mientras que este mierdas no tuvo el más mínimo reparo ni remordimiento. Era un restaurante chusquero de mierda, con unos dueños que eran de peor calaña que el sujeto descrito, que hacía de chivato del resto de compañeros, una auténtica rata inmunda, con el que tuve algún enfrentamiento en lo sucesivo, especialmente porque tenía la costumbre de meter su morralla ideológico-partitocrática a todas horas, y sobre todo la risa de mongolo, que me provocaba urticaria. Llegué a pensar en patearle en su día, pero casi siempre se hacía acompañar de alguna comitiva de mugrosos, o por otros sujetos de su calaña. Además era uno de esos antifas que participaba activamente en organizaciones de mugrosos, de los cuales también tengo experiencias en trabajos y estudios con perfiles muy similares al de este mierdas.
Durante cierto tiempo, después de ese trabajo, nos cruzábamos por la calle y nos mirábamos con odio infinito, especialmente yo, y me despierta una ira homicida exacerbada, demasiado grande, porque el sujeto no tiene nada bueno, nada positivo que sacar, es basura de principio a fin, en todos los aspectos. No he llegado nunca a tener un enfrentamiento directo y violento con este sujeto, pero si tuviera que compartir el mismo espacio creo que bailaría una jota sobre su esternón algo así, u otro baile folclórico que incluya un buen zapateado.