Buenas, chavales.
Lo primero de todo, no soy ni sarasa ni rojo; soy legionario y taxista. Legionario antes que taxista, aunque lleve fuera del Cuerpo mucho tiempo, más del que hace que sois conscientes de que os podéis zurrar la pichita.
¿Qué hago aquí? Preguntádselo a ese par de maricones que...