Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra...
Querido foro, contrastados subnormales que lo pobláis:
Al principio, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza.
Y, como su creación estaba sola en el mundo, creó a la mujer, a imagen y semejanza de los robocs de cocina que estaban de moda entonces en el Planeta Namec.
Al primero le otorgó el papel de montar a la segunda. Por su parte, la mujer debería dejarse violar cuando el hombre quisiera, parir a los hijos y aguantar una vez al mes la menstruación, un castigo divino por no querer follar. Los llamó Geoffrey y Juana y, como consecuencia del amor mutuo entre ellos, surgieron sus dos hijos, Abel y Caín.
Entonces llegamos a nuestros días (aunque para ello tengamos que obviar un par de detalles sin importancia que pasaron entre medias).
Hasta 1960, Dios había permanecido atento a la evolución de los dos sexos, haciendo que el hombre y la mujer se diferenciaran perfectamente y escribiendo las leyes que penaban con piedros los "errores de percepción" sexual que algún especimen aislado pudiera tener.
Sin embargo, a partir de este año, los negros -raza obrada por el Maligno- comenzaron a emitir con una fuerza inusitada gases procedentes de: no lavarse, la droga, los asesinatos y las series de familias que te partes el ojete. Entonces, Dios, que vigila los designios del mundo agazapado en la estratosfera, se intoxicó y, desde ese estado de conciencia alterado, dejó de controlar algunos aspectos que hasta entonces dominaba.
Por ello, surgieron los pantalones de campana, los hippies, las tiendas de todo a 100, Internet, el láser, la minifalda, las gafas de López Rodó, etc. Pero, sobre todo, a partir de ahí se expandió la homosexualidad.
Y ahí se separaron los caminos del hombre recto y del desviado, del invertido hecho que hoy en día ha estropeado maravillas de la ciencia como la televisión y ha hecho que desaparezcan cosas que actualmente se consideran de mal gusto, como los calzoncillos marianos.
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Esta historia narra el origen de la HOMOSEXUALIDAD COMO FENÓMENO DE MASAS, algo que hoy se resume en una batalla entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo erróneo, entre la vida y la muerte.
Y mientras en los 70 y 80 los recios hombres como Iosu Expósito se partían el lomo por predicar sus ideales de justicia social, lucha contra el patrón, acoso al político, balazo en la cabeza al enemigo y el uso moderado de sustancias estupefacientes para estimular la creatividad del hombre,
los maricones como Mercury acudían en masa a San Francisco para hacerse trizas el culo y vanagloriarse de ir contra natura.
Desde luego, hay que tener la cara muy dura y ser muy corto de miras para defender la maestría de un tipo que, sí, compuso una serie de canciones que las mongólicas aficiones futboleras tararean de vez en cuando (alguna incluye cosas tan 'rocanroleras' como el arpa, por cierto); pero que contribuyó con su perversión e inmoralidad a la expansión de una enfermedad que en pocas décadas ha causado millones y millones de muertos.
¿Ahora queréis ayudar a los negritos de Haiti por el terremoto, eh hijos de puta? ¿Y quién se responsabiliza de los millones de seres humanos que ha matado el SIDA, enfermedad que maricones como Mercury difundieron por todo el mundo? Yo, desde luego, no, pues no he practicado la sodomía, como el maricón dentudo.
CONTAGIADOS DE SIDA POR MARICONES COMO MERCURY: Decenas de miles de millones.
CONTAGIADOS DE SIDA POR LA JERINGUILLA DE IOSU: Cero. En serio, tenéis que creerme.
Pero bueno, mientras el primero era una sanguijuela que sólo pensó en vender millones y millones de discos para costearse sus pecaminosas y lascivas actividades, e impulsó al resto de la humanidad a perseverar en su actitud con el "Show must go on"; el otro, consciente de que su drogadicción era algo que podría perjudicar a las siguientes generaciones, grabó en 1991 un vídeo desaconsejando del uso de estas sustancias a las siguientes generaciones. CONCLUSIÓN: Los maricones no son honrados. Por tanto, si tienes un maricón en tu grupo, tu banda no es honrada.
Iosu se ganó el cariño del pueblo, la admiración de sus vecinos y, por supuesto, se hizo un hueco en la historia del rock and roll mundial a través de sus letras, sus proclamas y su actitud de cara ante la vida. Pocos músicos patrios disponen de símbolos que den cuenta del reconocimiento del que gozan entre sus vecinos.
Pero bueno, como tantos otros que han jugado contra mí -y que han perdido uno detrás de otro- ahora Gable dirá que si millones de discos, que si ventas masivas, que si conciertos, que si mi grupo es una puta mierda que no llenaba locales de doscientas personas, que si mierda de música, que si patatín, que si patatán. Y yo diré: pues muy bien, métete mis huevos en la boca e intenta cantar "Scatman World" mientras sorbes. ¿Y acaso a los discursos de Hitler no iban miles y miles de personas? ¿Y acaso no fueron millones al funeral de Stalin? ¿Y acaso la gente de este país no confunde a la cateta de Rosa Díez con la líder de los prestigiosos partidos liberales europeos y la votan como sindrómicos?
Por otra parte, Iosu siempre miró por la calidad musical y por la veracidad del mensaje. Rehuyó de fuegos artificiales, carnavales de máscaras, festivales de confeti, orgías de serpentinas y parades de piruletas, gominolas, almendras garrapiñadas y chupa chups de amor y fresa. Él tenía claro que quería que le valorasen por su música, y no por ser un payaso del circo de Ángel Cristo. Ya lo decía en una famosa frase de una canción que compuso en su juventud y que nunca llegó a grabar, y de la que sabemos gracias a Jabi Arroyo:
“Desde pequeño quisisteis hacer de mí un tipo de persona, quisisteis dominarme… y yo quiero ser rockero”.
Ante todo, era un hombre dedicado, un hombre bueno, un hombre solidario que defendió a capa y espada a su madre ante la tiranía de su padre; y que no le importó desmarcarse del apático rock radical vasco por llevar hasta el final sus ideas.
Tampoco fue Iosu un yonki al uso, de esos que te paran por la calle y te dicen que les faltan 20 euros para coger el autobús y te amenazan con jeringas. Lo podemos ver en las escrituras de Arroyo:
En los últimos años andaba muy mal de dinero. El poco que tenía ya sabemos para qué lo quería… pero tengo que decir que a mí nunca me pidió ni un duro.
A pesar de esta actitud, no le faltó autocrítica:
Pienso que el mayor enemigo del hombre es uno mismo, porque tú puedes autodestruirte, tu mayor enemigo eres tú mismo.
Como consecuencia de esta actitud, muchos se aprovecharon de él:
En una ocasión, Paco agredió a alguien y se fue junto a Iosu y le dijo: “Toma, anda ponte mis gafas un rato”. El grupo del agredido buscaba desesperadamente a alguien con unas gafas oscuras y se fueron a sacudirle a Iosu. “Pim, pam, pum…” Se comió unas hostias sin saber de donde le venían.
En una ocasión tuvo Iosu un ataque de debilidad y estuvo tirado en el suelo más de media sin que nadie hiciera nada por él hasta que lo recogió una ambulancia.
En un concierto casi se queda electrocutado. Estaba lloviendo, pero quisieron seguir adelante con el concierto. Se mojaron los cables y le dio una descarga eléctrica a través de la guitarra. Hubo quien pensó que si no se murió en aquel momento fue porque era inmortal. Ël siempre decía que no tenía miedo a la muerte, pero llegó a verla de cerca en varias ocasiones y estoy seguro de que al final si tuvo miedo.
Y ahora, para completar la semblanza que estoy haciendo sobre el magnífico Iosu expósito, pondré algún dato sobre su vida que espero que el árbitro, QUE ESPERO QUE RECUERDE EL MAGNÍFICO ARBITRAJE QUE REALICÉ EN UNO DE SUS PARTIDOS, espero que valore.
Le gustaba jugar a las cartas y detenerse a comprar una palmerita, un dulce que le gustaba mucho. Tenía un montón de comics y fanzines. Le gustaba “El Hombre Araña”, el “Crepy”…
Estaba muy orgulloso del éxito de canciones suyas como “Mucha Policía, Poca Diversión” o “Cerebros Destruidos”. “Mi Degeneración” la hizo por influencia de The Who, su grupo favorito. Los temas relacionados con la muerte, en general, eran de Jualma.