
Los orígenes de la mortadela se remontan a la edad media, cuando recibía el nombre de mortar, por ser elaborada en morteros por frailes italianos. Si hacemos caso a las palabras del Fraile Dominico Labat (1706), la mortadela original consistía en carnes de burro, ciervo salvaje y cerdo doméstico.
En 1600 la mortadela era un apreciado alimento, muy caro, que se intercambiaba por otros productos como si de oro se tratase. De hecho, era uno de los más conocidos productos boloñeses, incluso más que el terciopelo, el lino o la lana. Fue entonces cuando toda Europa conoció el suave sabor de la mortadela.

Oh sí, un poco de información absolutamente inútil, sólo para deciros que estoy a punto de zamparme un delicioso bocadillo de mortadela, a gozar, tumbada en la cama para librarme de mi horroroso dolor de espalda, saboreando trocito a trocito la rosa y suave carne de ese maravilloso producto porcino

Placer .. esto es placer con mayúsculas ..
yum