Antes del Anochecer. Linklater, Hawke y Delpy practicando el griego.

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Título: Antes del anochecer

Género: Romance, Drama

Director: Richard Linklater

Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy, Seamus Davey-Fitzpatrick, Jennifer Prior, Charlotte Prior, Xenia Kalogeropoulou, Walter Lassally, Ariane Labed, Yiannis Papadopoulos, Athina Rachel Tsangari, Panos Koronis, Enrico Focardi, Manolis Goussias, Anouk Servera, Yota Argyropoulou, Serafeim Radis, John Sloss

Lanzamiento: 2013-04-05

Duración: 108

Trama: Han pasado dos décadas desde que se encontraron por primera vez en un tren en Vienna ('Antes del amanecer' (1995)), y más tarde en París ('Antes del atardecer' (2004)). Ahora es el turno de Grecia, páis en el que Celine y Jesse se encuentran de visita. La tercera entrega de la trilogía, retomando las vidas delos protagonistas, nueve años después de su segundo encuentro romántico y el misterio sobre cómo concluyó.

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La tercera entrega de la trilogía, esta vez en la hermosa Grecia, retomando las vidas de Celine y Jesse nueve años después de su segundo encuentro romántico y el misterio sobre cómo concluyó.

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Copio mi comentario de hace poco sobre las dos anteriores películas:

Ante el inminente estreno de Antes del Anochecer he vuelto a ver las anteriores películas de esta ya trilogía sobre las relaciones de la juventud a la ya madurez.

Antes del Amanecer (1995) y Antes del Atardecer (2004)

Historia de chico conoce chica o de chica conoce a chico, como queráis, lo mismo da porque los dos son mostrados al mismo nivel. Ethan Hawke, joven que viaja a Europa a encontrarse con su novia y se lleva un desengaño, viaja hasta Viena. En el tren conoce de forma casual a Julie Delpy, una joven estudiante con otro destino. Entablan contacto y conversación y deciden ir juntos hasta Viena donde pasarán una noche paseando y hablando hasta que Hawke deba partir en su vuelo de vuelta hacia Estados Unidos por la mañana. Durante su paseo entre las bohemias luces de Viena se enamorarán entre diálogos cercanos, agradables y coquetos que invitan a ser repetidos a nuestras churris y que muestran lo divertido que es el inicio del conocimiento de quien te atrae. Muy agradable.

En 2004 se reencuentran, 9 años después de aquella noche en Viena. El guión, no tan redondo, repite el esquema de Antes del Amanecer, pero la compenetración parece ser tanta entre los dos actores que se ve tan agradablemente como la primera película y resulta tan disfrutable. París por la tarde resulta algo más aburrida que la Viena noctura, pero esos largos planos secuencia sin apenas segundos en silencio están otra vez filmados con un buen ritmo y la ciudad y el ambiente enamoran.

A ambas les daría un 7 o incluso un 8 según el día.

Clip de Antes del Amanecer:

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Antes del Atardecer:

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Crítica de Luis Martínez en El Mundo:

Anatomía del tiempo | Cultura | elmundo.es

El que a los 20 años no se emocionó con 'Antes del amanecer' (1995) no tiene corazón. Y el que a los 40 lo sigue haciendo, lo que no tiene es cerebro. Ni remedio. Y como prueba, 'Antes del anochecer'. Es decir, el testimonio irrefutable de que la vida, entre otras cosas, pasa. Por aquello de sintetizar, digamos que estamos delante de la mejor película de cuantas se han estrenado este año (faltan 'La vida de Adèle y la de los Coen). Sin paliativos, sin medias tintas.La película de Linklater es muchas cosas: un excelente trabajo interpretativo de Ethan Hawke y Julie Delpy (también coautores del prodigio); un magnífico guión a la vez triste y divertido; un virtuoso derroche de sabiduría en la puesta en escena (5 escenas encierran todo el universo de la película) y, si me apuran, la más acertada disección que el cine reciente ha hecho de la pareja. Si se prefiere, estamos delante de un retrato a la altura de 'Secretos de un matrimonio', de Bergman, o, por supuesto y por citar la más grande, de 'Te querré siempre', de Rossellini. De paso, podríamos citar a Rohmer o a Sautet. Pero con todo, 'Antes del anochecer' es más cosas. Sobre cualquier otra consideración, es un preciso y perfecto estudio del tiempo. También delirante. Tal cual.
Pongámonos en situación. Corría el año 1995, el cadáver de Kurt Cobain todavía estaba caliente y Ethan Hawke y Julie Delpy se encontraban en un tren camino de Viena. Lo que seguía era algo más que una larga conversación sobre cosas tales como la vida, el amor y el sexo (los tres básicos). En sentido riguroso, asistíamos a una especie de manifiesto generacional sobre lo que significa tener 20 años. Ya saben, la vida antes del colesterol. No contento con ello, en 2004, volvía a ocurrir en 'Antes del atardecer'.
Los mismos se reencontraban en París ya en la treintena y con el cuerpo marcado por las primeras heridas del camino. Ya saben, todos los sueños de juventud, de repente, no son más que eso, sueños. Y esto, a poco que uno haya madurado mal (no hay forma de hacerlo bien), sabe como a brócoli (es decir, mal). Lo peor de tomar decisiones es todas las posibilidades que uno deja detrás. La vida estrecha la vista.
Espejo de uno mismo

Hawke y Delpy se encuentran ahora al límite de los 40. Es decir, cuando el colesterol más que una enfermedad es un estilo de vida. Estamos en Grecia, la pareja que dejamos hace nueve años en un apartamento de la capital de Francia a punto de casi todo son ahora pareja formal, tienen un par de gemelas rubias y un pedazo de vida por delante que nada tiene que ver con la inmensidad del trozo que dejaron atrás.
Pues bien, Linklater se limita a reproducir el libro de estilo de sus cintas anteriores pero, y esto es nuevo, con la inteligencia en estado de alerta, es decir, perfectamente consciente de que esto es una trilogía; de que la película tiene su propia historia; de que estamos envejeciendo. El paso del tiempo decíamos antes. De nuevo, la conversación de los personajes se bifurca hasta la extenuación en unos planos secuencia cerca del prodigio. Pero de otra manera. De repente, ante los ojos sorprendidos del espectador, la película se convierte en un divertido (y algo doloroso, la verdad) juego de espejos donde uno no sólo ve reflejada la vida de los protagonistas sino a sí mismo; a sí mismo contemplando cómo ha envejecido; cómo ha envejecido viéndoles, precisamente, a ellos. En el espejo, qué cosas, estamos nosotros.
Pocas veces uno entra con tanto miedo a un cine, y pocas veces sale más reconfortado. Asusta pensar qué hace otra persona, en este caso un director de cine, con nuestros recuerdos. De cine o de lo que sea. No es pudoroso que nadie meta la nariz en nuestra memoria. Y, sin embargo, ahí, precisamente, está el acierto. Linklater sabe que el que va a ver la película (o gran parte de ellos) hace tiempo que se tatuó conversaciones enteras de Hawke y Delpy en el córtex cerebral. Y por ello, permite que cualquiera del patio de butacas meta baza en la conversación y construya los huecos de la charla con sus propias estupideces. Pues eso, al fin y al cabo, es casi todo.
Brillante, ocurrente, sagaz, amarga a ratos... Vamos, la emoción, no del colesterol, sino de lo que, como la verdad, no tiene remedio. Amén.

Iré a verla y deberíais todos, hijos de puta insensibles.
 
Me topé hace tiempo con la segunda parte, Antes del atardecer, en el Digital y me la tragué entera. Lo cierto es que me gustó mucho. La química entre los dos es cojonuda y los diálogos son de una naturalidad magnífica, amén de una sensibilidad exquisita.

Me uno a la recomendación.
 
Esta saga por llamarlo de alguna manera es una jodida maravilla, para mi la segunda, antes del atardecer es insuperable. Las localizaciones, diálogos y química entre delpy y hawke hacen que cualquier película del género se convierta en caca para gordas despechadas.

Por cierto la delpy como directora/guionista merece la pena. Echad un vistazo a dos dias en parís y dos dias en nueva york, sobre todo la primera. Imprescindible en v.o.s.
Se me pone de titanio al oír a la delpy en su francés natal, y su padre en la vida real hace un papelon en ambas películas
 
Gelete Nieto rebuznó:
Por cierto la delpy como directora/guionista merece la pena. Echad un vistazo a dos dias en parís y dos dias en nueva york, sobre todo la primera. Imprescindible en v.o.s.
Se me pone de titanio al oír a la delpy en su francés natal, y su padre en la vida real hace un papelon en ambas películas


Tambien dirigió y protagonizó una pelicula sobre la condesa Bathory más o menos recomendable

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Aquí otra fan de esta ya trilogía. Esta es mi pareja favorita del celuloide, de hecho me da rabia que no se hicieran pareja también en la vida real como ha pasado otras veces (eso ya hubiera sido delicioso) pero supongo que Hawke estaba demasiado ocupado poniéndole los cuernos a la Thurman con la niñera. También soy más pro de Antes del Atardecer, además en la escena del coche me sentí identificada con las taras de la Delpy :oops:
 
La crítica de Ontiveros en el blog El Antepenúltimo Mohicano:

Crítica | Antes del anochecer | El Antepenúltimo Mohicano

LA IMPOSIBILIDAD DEL SEXO PLATÓNICO

crítica de Antes del anochecer | Before Midnight, Richard Linklater, 2013

Los primeros noviazgos y los polvos ocasionales a la muy temprana y paradójica edad en la que ya no eres ningún crío, ni joven ni mayor, dudando si quieres cumplir el estereotipo socialmente aceptable, a medio camino entre la (impostada) experiencia y la ignorancia propia de la edad. Aquel sentimiento lo definía maravillosamente un singular pintor cuyo psicólogo le había obligado —a modo de terapia expiatoria— a escribir una autobiografía de vivencias vívidas, sin necesidad de sortear ningún charco negro en su mente, en un lugar (des)conocido como Rancho Aparte. La exquisita novela de Marcos Ordóñez, quien hablaba de todo lo imaginable con las mejores ocurrencias. “Viendo al hombre pude pintar a la mujer posible, arriba, en el piso más alto de aquel altísimo edificio. Muy joven también, jóvenes los dos. Ahora los veo jóvenes, insultantemente jóvenes, aunque entonces fueron para mí una pareja “adulta” pero con las maletas todavía por deshacer, a punto (¡siempre a punto!) de saltar para otro lado”. Recordemos ahora ese romántico tren camino de París, destinado a parar en Viena para contemplar el eterno juego de seducción que, sí o sí, resume cierta intriga existencial: el ilusorio, nefasto común denominador del hombre moderno. ¿Quién no ha soñado, aunque fuera en sueños, con su alma gemela o con su “media naranja” (supongo que el inventor de dicha expresión, además de consumir cítricos, murió de pena y sin probar la carne)? “Es prácticamente imposible, pienso ahora, que un adolescente pueda comprender sino ni siquiera imaginar la vida a los treinta”.

Él se llama Jesse, y no es ni joven ni viejo, tampoco adolescente, pero aún no se ha imaginado a los treinta, sorprendentemente aseado de frente para arriba, con el pelo de punta y, oh, sin grasa. Es periodista. Americano, que suelen decir los norteños de aquel continente. En realidad sueña con publicar libros, convertirse en un autor prestigioso, nómada con padrón en el mundo de las letras, como un ilustrado hijo del saber enciclopédico y demás vanidades que venden los sabios con carné de “voces autorizadas”. ¿Imaginar la vida a los treinta? Mejor con Céline. Aunque una noche no da para mucho, ya seas Dick Tracy o Don Draper. ¿Una noche? Obviamente, el contexto era idílico: paisajes centenarios, conversaciones dilatadas, kilómetros y kilómetros por recorrer; juventud, exultante y casi dolorosa. Los treinta, apenas tres asesinos en el borroso horizonte. “Así hemos ido siempre”, zanjaba con lucidez Eduardo Frenhofer, “maleducados por mitos y quimeras, sin saber nada de nadie”. De ahí partían, pero hacia atrás, en un giro inverosímil, las reflexiones de la sensual Céline, una chica (como tantas otras) adelantada a su tiempo o extemporánea no tanto por conducta como por carácter: donde nosotros, hombres más o menos íntegros (ejem), nos imponemos torpemente a una realidad hipertrofiada, ellas son capaces de pensar varios “amores” posibles y, por tanto, vidas por vivir.


Casi veinte años después del estreno de Antes del amanecer, Richard Linklater retoma sus hipótesis sobre lo divino y lo terrenal a través de esa pareja convertida ya en icono del cine indie con empaque romántico, un cine más ambicioso que cualquier doctorado sobre Jane Austen. Porque Jesse y Celine se despidieron para reencontrarse una década más viejos, Nina Simone cantando Antes del atardecer, y él se divorció de otra mujer con la que había tenido un hijo y, a continuación, se casaron y Céline dio a luz dos bonitas niñas. Y por supuesto, el tiempo no perdona, erosiona física y psicológicamente. La relación ha de salvar obstáculos que siempre estuvieron ahí, pendientes de explotar en el momento más agridulce, luego de que Jesse se despida de su hijo en un aeropuerto de Grecia, tras un irrepetible verano en el Peloponeso, disfrutando y bañándose bajo el sol olímpico junto a otra familia cuya casa es más bien un caserío de anuncio: cultivan sus propias verduras, tomates que parecen recién salidos de una sesión de fotos. Y la lechuga, una lechuga que llora de felicidad. A un palmo de la playa, lejos del mundanal ruido. Una fotografía, en fin, asquerosamente envidiable. Y que sobreviene tras ese magistral inicio rodado en plano secuencia, un plano de quince minutos que encuadra a los personajes —Jesse, conductor; Céline, copiloto; y las pequeñas en los asientos traseros, durmiendo plácidamente— desde la luna delantera del coche. La fastuosa eficacia lingüística condensada en una secuencia para el santoral. Julie Delpy y Ethan Hawke culminan, a modo de punto y seguido, una historia marcada por la sencillez estética y la concreción del relato. Un masaje estilístico que, o abruma, o cabrea, o fascina. O todo a la vez. Sentados a la mesa mientras departen consumiendo dosis generosas de vino, lejos de esas ruinas que visitarán (o no) a la vuelta, cuando esas inocentes niñas hayan aprendido —para sorna de sus padres, que lo han grabado con el móvil— la vital lección de que “si te duermes, pierdes tu oportunidad”.



Ethan Hawke y Julie Delpy coescriben una historia que era suya mucho antes de cristalizar en guión. De alguna manera, estos actores han creado sendos arquetipos posmodernistas, una especie de reacción lógica pero ciertamente pasional a la mentira de la ficción y su mito último: la verdad es inalcanzable y, sin embargo, casi puedes tocarla. En Antes del anochecer, me ocurre con frecuencia eso tan de verme medio anestesiado —y acomplejado— frente a los argumentos que Jesse y Céline nos brindan por una posible mudanza a Illinois (junto al talentoso hijo de este primero), razón suficiente para resucitar viejas tormentas, para echarse en cara tal o cual episodio doméstico. Debo aclarar que, entretanto, la película funciona casi por inercia. El oficio de Delpy y Hawke es de una categoría inapelable. Nada nuevo, menos aún si trabajan bajo las órdenes de Linklater, responsable también de una insólita comedia negra destinada a la marginalidad: Bernie. Sin embargo, Antes del anochecer es música para los oídos: como siempre, su discurso encierra una lectura contemplativa y claramente seductora. Te obliga a sonreír y transmite complejidad, reafirmando una cierta esencia de Don Quijote que confunde los molinos de viento con gigantes (renacentistas y folladores). Durante el último tercio, la retórica del vis a vis alcanza cotas inflamables. Sin duda, los mejores diálogos son aquellos en los que el personajepiensa su discurso, quizá nervioso, luchando con (y masticando) las palabras, y pegándose con la estructura. Que se note que “no están escritos”. Tarea sumamente difícil, por supuesto. Aquí no hallas rastro de imperfección. Ésta reside en la pelea sucia, en la confianza, en la felicidad intermitente, donde se calibran las emociones de estos iconos genéricos. Viven bien, viven con la duda. La duda perniciosa que (des)liga a Jesse y Céline. Dos reflejos instintivos del “Nuevo Desorden Amoroso”, que diría Eduardo Frenhofer. ★★★


 
Vaya por delante que a mi también me han encantado tanto la primera como la segunda.

De hecho creo que el buen cine de amor / romántico está muy infravalorado, pues al fin y al cabo reflejan situaciones y sentimientos que todos o casi todos hemos vivido alguna que otra vez.

Desde "Love Actually" me aficioné a este tipo de cine, y aunque hay cosas absolutamente infumables, y otras que, aunque agradables de ver, entran más en el terreno del amor idealizado (El diario de Noah, sin ir más lejos), hay por hay por ahí muy buen cine dedicado a estos temas que merece la pena ver.



Gelete Nieto rebuznó:
Esta saga por llamarlo de alguna manera es una jodida maravilla, para mi la segunda, antes del atardecer es insuperable.

Sin embargo, a pesar de que las dos son excelentes, yo me quedo y siempre me quedaré con la primera.

La frescura juvenil de los protagonistas, los escenarios de los que se rodea, la ausencia de compromisos en ese instante (en la segunda, él está atrapado en un matrimonio roto y con un hijo), y sobre todo la frescura de ser la primera noche que se han visto, la primera vez que se están conociendo. La hacen para mi insuperable.

La segunda es también una pequeña joya, pero las conversaciones derivan hacia temas más prosaicos, se lanzan más bromas que constantemente (sobre todo él) tienen que justificar con el típico "es broma" y cosas así, que se pierde un poco el romanticismo de la primera parte, con esos temas casi místicos que se plantean, mientras que en la segunda hablan de su vida de fracasos sentimentales, por ejemplo.

Además, qué puta casualidad que la abuela, que en la primera parte no estaba tan mal, en la segunda se muera el mismo día que iban a conocerse, joder, aunque fuera cierto, la película para mi empieza con un tono agridulce, mientras que en la primera todo empieza de una forma casual, esperanzadora.


Aunque insisto, las críticas a la segunda parte es criticar por criticar, porque lo cierto es que es igualmente excelente, y deseando estoy de ver la tercera.
 
Las dos primeras las vi hace poco.
La primera bastante buena, pero me parecio algo mejor la segunda.
Con ganas de pillar la última, que según dicen es la mejor.
 
Casi comparto edad con los protagonistas, no me sacan muchos años. Vi la primera peli cuando yo tenía 21 años, en el cine, y me fascinó. Es fácil fascinarte cuando te hablan a esa edad de alguien de más o menos tu edad que vive lo que tú quieres vivir. Anda que no me hubiera gustado a mí ni nada por aquella época cruzarme Europa en un tren y enamorarme en Viena de una rubita mona, vivir una noche como la que vivieron juntos, una locura así. La he vuelto a ver en varias ocasiones, y si bien para mi gusto ha perdido algo con el tiempo, siempre será una película entrañable para mí. La última vez que la vi, que fue hace unos meses, me pareció que el personaje de ella es más pagado de sí mismo que el de él, es más ñoña, más pedante y fatua; también me di cuenta de que ya no tengo veinte años y de que ya no viviré esa historia, que mis problemas y mi vida son otros y que el tiempo pasa y nos deja y no nos damos cuenta. Quizá la película no ha perdido, quizá el que haya cambiado sea yo.

Los desencuentros amorosos, esas historias de "casi nos sale bien", esas historias de lo que pudo haber sido y no fue son, tanto en el cine como en la vida real o en las canciones, algo que a mí siempre me ha tocado muy profundamente. Conoces a una persona, sientes esa posibilidad, lo intentas y por circunstancias te alejas quedándote con una sensación de que se te ha escapado todo como arena entre los dedos cuando saben perfectamente que en bajo otras circunstancias, en otro momento o en otro estado hubieras podido llegar a algo, hacerlo durar, hacerlo funcionar... en fin... qué mierda todo.


Por alguna razón que no alcanzo a poder justificar, no he visto la segunda; en mi descargo diré que la tengo en este mismo ordenador a la espera de encontrar unos subtítulos que sincronicen con las imágenes, y que lo he intentado, pero no conseguía sincronizarlos. Intentaré enmendar esto, ponerme al día y completar la trilogía.
 
Pues esta veraniega madrugada de Sábado, que como tantas otras he pasado tranquilo en casa, acabo de ver esta película, y tengo que decir que lo han vuelto a hacer.


Una película preciosa y sobre todo realista sobre el amor de pareja, sus cosas buenas y sus cosas malas, ni más ni menos.


Casi hace recordar cuando era posible tener relaciones de pareja en España, antes de que el Estado se metiese en la vida de las parejas y a las cuatro impresentables de turno les lavasen el cerebro y las convirtiesen en monstruos.



Me gusta especialmente como consiguen mantener el ambiente y estilo en las tres películas, pero como a lo largo de estas tres entregas, tanto las circunstancias como la forma de ver la vida también va evolucionando.


La primera película es la romántica por excelencia. Dos jóvenes que descubren el amor en una noche inolvidable. Me encantó.

La segunda es el reencuentro y el renacer de ese amor, el descubrir que están hechos el uno para el otro y que ninguna otra circunstancia vital podrá evitar eso.

Y esta tercera nos muestra el resultado de un largo periodo de convivencia, con todos los problemas y circunstancias adversas que esta acarrea, pero con todo lo bueno también de conocer íntimamente a una persona con la que llevas tanto tiempo compartiendo tu vida.


Sinceramente, a lo largo de la película he tenido sentimientos encontrados.

Al principio sonreía porque me hacía sentir lo mismo que sentí al ver las otras dos, luego el bajón al comprobar que el romanticismo da paso a la vida real con todo lo que ello acarrea, y finalmente el desenlace, que nos lleva directamente a la REALIDAD, y dos deja un mensaje precioso: la realidad de la pareja será lo que esa pareja, de común acuerdo, quiera que sea.



Dudé en bajarme esta película y verla, tengo que admitirlo, porque para mi la segunda película daba un final perfecto y no quería ensuciarlo con más acontecimientos. Pero ahora me alegro. Es una película que no sé si cierra la trilogía, o deja una puerta a las que puedan venir después, pero sea como fuere, me ha gustado mucho verla, y os la recomiendo.



Antes del anochecer (2013) ver online - descarga directa


Un saludo.
 
Hijo de puta el Linklater y puta mierda las dos primeras, ascazo supremo.

La tercera ni con los ojos de Muezzina.
 
Jark Prongo rebuznó:
Hijo de puta el Linklater y puta mierda las dos primeras, ascazo supremo.

La tercera ni con los ojos de Muezzina.

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Una opinión de alguien con un gusto exquisito para los coños pestosos.
 
A mí me ha decepcionado. Primero porque se carga la premisa de la serie, el "antes de" algo que le daba al guión mucha tensión. En esta no hay nada a medianoche que vaya a pasar sí o sí. Luego por los personajes secundarios, muy flojos y que me cortaron el rollo a mitad de la peli. Son todos una panda de gilis, en eso le doy la razón a la Delpy cuando se mete con los amigos escritores pedantes de él. Y es que la primera tenía secundarios muy molones (el poeta callejero).

Otra cosa, me chirría que a él le hayan ido tan bien las cosas, escritor de éxito? Escritor de un par de novelas y ahora a los 40 agobiado, ok, lo acepto, pero la peli no lo presenta así, más bien como un triunfador. No me lo creo. Son tres argumentos pero hay más: el lugar en el que transcurre no está tan bien enlazado con la acción (en esto era un portento sobre todo la primera, la segunda es un poco más tópica), los niños son repelentes, algunos diálogos son flojetes (sobre todo la parte de la casa)... etc. etc.

Pero aún y así es una buena película, y vale la pena por lo excepcional de que una propuesta aasí haya podido mantenerse con los años, aunque creo que esta vez han estado cerca de cargarse la magia. Por todo ello y mucho más, le doy un 6,5, hamijos (en cuyo grupo te incluyo Jark Comeprongos).
 
En parte podría estar de acuerdo con zurullerson. El tema de los secundarios me ha desconcertado bastante mientras veía cómo iban cogiendo importancia y no se iban a callar y a tomar por culo al principio de la peli. No sé, demasiado montaje en el primer tercio y casi la mitad de la peli.

Luego ya retoma el esperpento, en cierto modo, valleinclaniano, y por fin vuelven a ser ellos dos, los dos protagonistas, vagando por esa grecia de pueblo tan mediterránea y cercana. En las anteriores dos películas sí que había secundarios pero formaban parte del escenario, no quitaban el protagonismo a la pareja.
 
A mi no me gustaron nada las dos primeras, lo que si me gusta es la idea de Linklater de ir retomando unos personajes cada tantos años pero que sean personajes de verdad, con su evolución y tal que no sean las típicas secuelas de Hollywood que más que secuelas son remakes que intentan repetir la fórmula como la de Resacón 2 (la 3 ya no la vi ni creo que la vea). Esa idea es cojonuda pero las pelis me parecen un rollo.

También me parece interesante que el protagonista sea su alter-ego, es como lo que hace Judd Apatow con los personajes que interpretan Leslie Mann y Paul Rudd en Knocked Up y ahora en This Is 40, que los va retomando al cabo de los años y que son un reflejo de su propia vida matrimonial, porque Leslie Mann en la vida real es la mujer de Apatow. Pues es una idea muy bonita aunque también naufraga creo yo, en este caso por lo calzonazos y aleccionador que es el director.
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Eire, lo que pasa es que tú ya naciste viejo.

Por eso no entiendo que guste más la segunda. La primera es PURA MAGIA. Sobre todo si la viste en su momento. Yo la revisé hace poco (antes de ver la tercera) y cada vez me gusta más. Creo que resiste muy bien el paso del tiempo, y queda como lo que es, un reflejo muy bonito sobre ese tipo de momentos e historias que sólo se pueden tener a esas edades.
 
Una vez vista me parece el cierre perfecto a esta trilogía. Reconozco que al principio quise más factor sorpresa, y cuando sale Hawke del aeropuerto y Delpy la espera en el coche y te das cuenta que siguen juntos dices bueno vale. Pero entonces la pareja nos regala un trayecto en coche con esos diálogos que queríamos ver cuando compramos la entrada y te sumerges en su vida, en lo que sabes de ellos de antes y en el ahora. Es como si los conocieramos de siempre. Ese trayecto en coche y el hotel son los dos momentos de la película para mí.

Que buena esta Delpy, por cierto. Ahora, con sus 40 años, la secuestraria para mi
 
La vi ayer. La película no defrauda, sigue el mismo rumbo certero que las otras dos; diálogos trabajados e historia de amorío que a la gente le gusta mucho. Aunque para mí como la primera no hay ninguna.

Sólo espero que en la cuarta Ethan Hawke no se arrastre hasta las rodillas de una Julie Delpy envejecida para chuparle las tetas.
 
Me estoy bajando la trilogía, espero no sea un coñazo romanticón, pues de ese tipo de pelis huyo como de la peste, confío en vosotros hamijos :lol:
 
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