Elegante
Forero del todo a cien
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Antonio sabemos que estás ahí, cuentanos la verdac, una mala tarde la tiene cualquiera; que te quiten lo bailao; la mujer que no es hacendosa, o puta o golosa; amor de puta y vino de frasco por la noche gustoso por la mañana da asco. 
Y ustedes, muestren su apoyo a nuertro ermano, a cualquiera de ustedes (con 2 mill de €) le puede pasar lo mismo.
Los comentarios de la noticia so fuente de LoL.

Y ustedes, muestren su apoyo a nuertro ermano, a cualquiera de ustedes (con 2 mill de €) le puede pasar lo mismo.
ABC-Sevilla
Arruinado y preso en Lituania por el «amor de su vida»
Se casó con una mujer lituana treinta años más joven que él, a la que conoció en un club de alterne de Sevilla. Se fueron a su país y allí le estafó cerca de dos millones de euros y lo acusó de intento de asesinato. Tres meses se llevó en la cárcel.
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Antonio Márquez con las denuncias y un recorte de la prensa lituana en donde aparece una foto de la mujer
De película, pero de terror, es lo que le ha sucedido a Antonio Márquez Luque, un sevillano de 56 años de edad al que la que creyó ser la mujer de su vida le dejó con una mano delante y otra detrás, en la cárcel y en un país extraño, según relata.
En 2005, ya llevaba 15 años divorciado, se fue de copas por la noche y en un famoso club de alterne conoció a una mujer lituana 30 años más joven que él con la que intimó. Era A. Masiulytel. La llevó a su casa en donde estuvo conviviendo con ella —la madre de Antonio se tuvo que marchar de la vivienda— y cada día que pasaba no salía de su asombro: era «guapa, vistosa, limpia, simpática, culta, cariñosa, diligente, eficaz... ¡la mujer de su vida!» pensó en contra de lo que vislumbraba su gente. Se casó con ella y como los negocios de Antonio, al frente del cual había dado mando a su mujer, no iban bien, decidió vender sus propiedades y emprender una nueva vida en Lituania.
Obtuvo liquidez —2 millones de euros— y una vez allí sus sueños seguían porque por poco dinero pudo comprar una finca impensable en España, un piso estupendo, inició nuevos negocios, conoció a más familiares de su esposa. Hasta el clima le era favorable.
«Estaba con otro»
Pero de la noche a la mañana despertó de sus sueños. Una noche que se metió en la cama después de un largo viaje encontró ropa interior masculina y fluidos fisiológicos que no eran suyos.
«Me estaba engañando y estafando porque, cuando me di cuenta, lo que yo creí comprar ante notario a nombre de los dos resulta que se lo estaba dejando a ella que hacía de interprete en base a la confianza que había, de los bancos sacó dinero y encima, después de todo, me denunció por tres intentos de asesinato». Solo, sin dinero y sin «la ayuda de la embajada» se vio en la cárcel en una pequeña celda de 3 por 8 con diez presos más en cuya esquina tenía que «dar de cuerpo» y sin poder escribir a su familia para clamar ayuda.
Tres meses en prisión
Cada treinta días tiene que ir a ese país a un juicio
Tres meses de suplicio que aún siguen pues cada treinta días tiene que ir a ese país a un juicio, ya que el sistema penal de allí establece para cada incidente de un mismo asunto una vista distinta que no siempre lleva un mismo juez, no uno como en España que conoce de todo el proceso, según señala Alfonso de Cossío, el abogado en Sevilla de Antonio Márquez.
De la incomunicación que sufría Antonio habla la forma en que pudo ponerse en contacto con su familia en Sevilla. Fue gracias a un preso que metió su carta en otra dirigida a Rusia indicando a sus allegados allí que mandarán a Sevilla el sobre que iba dentro.
Antonio empezó a atar cabos desde que conoció la infidelidad de la mujer y sigue atando. De momento, piensa que todo fue maquinado por ella desde el principio con la ayuda de más personas favorecidas por el sistema corrupto que hay en Lituania».
En la actualidad, Antonio está en Sevilla en casa de familiares «arruinado y con la vergüenza de tener que contar lo que le ha sucedido después de las advertencias que recibió por los que verdaderamente le querían.
Aquí tiene un abogado, Alfonso de Cossío; y, en Lituania, otro que se llama Albertas Bandzius.
Cossío lo defiende a través de una denuncia por apropiación indebida contra la esposa y dos familiares porque presuntamente ella sacaba dinero del banco «sin firma autorizada por la confianza que había y de la empresa que tenía Antonio».
En Lituania, tiene dos procedimientos: el de separación matrimonial y el de la presunta estafa de la cantidad mayor que Antonio cifra en más de 1,5 millones de euros.
Por su parte, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores han dicho a ABC que Antonio recibió toda la ayuda que se le puede prestar: Listado de abogados de confianza, visitas a la prisión, ayudas de unos 200 euros al año mientras estaba sin recursos, y hace un mes se le compró un billete de autobús para volver a España porque no quería viajar en avión. «Se le ha prestado toda la asistencia que hay, otra cosa es que a él le parezca poco», sentencian las fuentes.
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