Microondas
Forero del todo a cien
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- 26 Ago 2007
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¿Dios?
Number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine, number nine
¿Orden lógico?
A: ¿Desearía algo para desayunar, señor?
B: Me conformo con una sandía exprimida en un vaso de plástico; y una tostada con foie.
A: Ahora mismo, señor.
B: Mira hijo, tú nunca debes dejar que una mala puta exprima tu cerebro.
C: Sí, papá.
B: Me ha dicho el señor Dickerson que la chica con la que sales frecuenta una iglesia evangélica.
C: Pero eso no impide que nos queramos, papá.
B: Maldita sea Julius, ¡no me he dejado el espinazo en esa maldita fábrica durante años para que me traigas a casa a una correveidile que levanta el alba del sacerdote para recorrerle la glándula de su miembro!
C: No lo veo justo papá.
B: ¡Pero es que tú no estás aquí para pedir justicia maldito cabrón!. Tú estás aquí para recibirla; y en ningún caso permitiré que se revele a su progenitor un maldito bastardo que se reboza en las sábanas con una cantante de gospel de pacotilla.
A: Aquí tiene su desayuno, señor.
B: Gracias Tobi. Retírate a tus labores y no te olvides de tener los arenques listos para la hora de la comida.
A: Lo que usted ordene, señor.
B: Mira hijo. Cuando yo era pequeño conocí a una hermosa chica afroamericana cuando trabajaba para los grandes terratenientes de las plantaciones sureñas de café. Yo tenía una gran responsabilidad: llevar el mercurio a estos caciques para que pudieran alimentar la máquina de tortura de los empleados.
C: Siempre has sido un insensible.
B: Jovencito, no permito que te refieras así a tu padre, escúchame cabronazo.
C: Jo...
B: Una tarde, el señor Dufraine me invitó a presenciar cómo hacia lo que en aquel entonces se conocía como "la recogida del campo". Entré junto a él y su señora en un pequeño cobertizo, donde mandaba pasar a alguna de sus empleadas de vez en cuando. Y, ¡oh chico!, cómo disfruté de ese momento. El señor Dufraine ataba de pies y manos a su mujer y montaba en una máquina con forma de paloma mensajera a las empleadas. Él se ponía detrás y, mientras el aparato se contoneaba, violaba a sus esclavas. Claro, cuando terminaba y desataba a su esposa, ella, fuera de sí por la ira, cortaba los senos de la violada y los colgaba de la veleta que imperaba en el tejado de esa casa desvencijada.
C: Pero papá, ¿qué tiene que ver eso con Dorothy?
B: Pues que una tarde una de esas afroamericanas consiguió que la mujer del señor Dufraine sintiera placer, pues se contoneó con tanta garra y con tanto interés que excitó a la señora Dufraine (que por otra parte se sabía que tenía más devoción por rezar el rosario que por las actividades de dormitorio). Como regalo, me dejaron beneficiarme de tan sucia negra, a la que entregué gustoso mi flor.
C: Pero papá, entonces el recuerdo es positivo, ¿no?
B: ¡Jamás maldito cainita! Por ese hecho nunca llegaré a pisar el Reino de los Cielos, pues osé a pisar el jardín reservado para Dios una vez contraido el matrimonio.
A: Señor, es domingo y los productores de trigo están en huelga. ¿Cree que sería posible encontrar pan?
¿Es necesario?
B: Hija de puta, te he dicho mil veces que te despiertes con el gallo para amasar el pan. ¿Qué estabas haciendo?
C: ¡Basta papá! No la toques.
A: Señor por favor, le ruego que me suelte, ninguno de los habitantes de Greenbow comerá pan hoy.
B: ¿Pero acaso crees que me importa sucia hispana? En mi casa si no se come pan no se honra a Dios. Y no querrás que Julius deje asignaturas pendientes en su camino hacia la plenitud sacramental, ¿no? ¿O eso es lo que quieres mala puta?
C.- Para papá, déjala, no tiene la culpa.
B: Cállate Julius, lo hago por tu bien. Mira, así hacía el señor Dufraine a sus esclavas, mira. Ahora vas a ver si encuentras pan puta de mierda, zorra hispana muerta de hambre.
A: Pare señor, me hace daño.
B: Mira cómo arranco sus enaguas Julius. Mira, no como tú gilipollas, que retozas con una maldita cantante de gospel.
A: Señor, por favor, no lo haga, por el amor de Dios.
B: (Tortazo) No te refieras a Dios maldito animal de granja. En mi casa sólo nombramos al de arriba los seres de raza blanca protestantes, no las furcias limpia-chimeneas.
C: Papá, deja de violarla. Ella no quiere.
B: Hijo de puta. Devuelve ese rifle a mi colección de armas de la guerra civil.
C: Suéltala te he dicho papá.
B: Mira, mira cómo te ignoro Julius. Mira, observa qué cavidades más jugosas tiene la negrita, ¿eh? Y mira como llora mientras la clavo el pene en su sucia vagina. ¿Cuántos hijos has tenido putita? ¿Ya has alimentado a toda la camada? ¿A ti gustar polla de hombre blanco?
A: Señor por favor, mi única intención es mandar dinero a mi madre para que pueda adoptar la rotación cuatrienal en sus cultivos.
C: Papá, por última vez.
B: Cállate maricón. Eres la deshonra de una noble familia.
A: Gracias Julius, Pero creo que disparar a tu padre ha sido un precio muy alto para la vida de un nativo.
C: Yo estoy muy concienciado con vuestra causa. Por cierto, ¿cómo te llamabas?
A: Sebastián.
C: Vaya, un bonito nombre para una mujer.
A: Gracias Julius, ahora huye, aquí vendrán a por ti y te acusarán de traicionar a la gran tradición del pájaro espino.
C: ¿Me has afanado la cartera?
A: Sí.
C: ¿Me la devuelves?
A: ¿Cuál?
C: No me comas, por favor!!!!!!!




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¿Orden lógico?








A: ¿Desearía algo para desayunar, señor?
B: Me conformo con una sandía exprimida en un vaso de plástico; y una tostada con foie.
A: Ahora mismo, señor.
B: Mira hijo, tú nunca debes dejar que una mala puta exprima tu cerebro.
C: Sí, papá.
B: Me ha dicho el señor Dickerson que la chica con la que sales frecuenta una iglesia evangélica.
C: Pero eso no impide que nos queramos, papá.
B: Maldita sea Julius, ¡no me he dejado el espinazo en esa maldita fábrica durante años para que me traigas a casa a una correveidile que levanta el alba del sacerdote para recorrerle la glándula de su miembro!
C: No lo veo justo papá.
B: ¡Pero es que tú no estás aquí para pedir justicia maldito cabrón!. Tú estás aquí para recibirla; y en ningún caso permitiré que se revele a su progenitor un maldito bastardo que se reboza en las sábanas con una cantante de gospel de pacotilla.
A: Aquí tiene su desayuno, señor.
B: Gracias Tobi. Retírate a tus labores y no te olvides de tener los arenques listos para la hora de la comida.
A: Lo que usted ordene, señor.
B: Mira hijo. Cuando yo era pequeño conocí a una hermosa chica afroamericana cuando trabajaba para los grandes terratenientes de las plantaciones sureñas de café. Yo tenía una gran responsabilidad: llevar el mercurio a estos caciques para que pudieran alimentar la máquina de tortura de los empleados.
C: Siempre has sido un insensible.
B: Jovencito, no permito que te refieras así a tu padre, escúchame cabronazo.
C: Jo...
B: Una tarde, el señor Dufraine me invitó a presenciar cómo hacia lo que en aquel entonces se conocía como "la recogida del campo". Entré junto a él y su señora en un pequeño cobertizo, donde mandaba pasar a alguna de sus empleadas de vez en cuando. Y, ¡oh chico!, cómo disfruté de ese momento. El señor Dufraine ataba de pies y manos a su mujer y montaba en una máquina con forma de paloma mensajera a las empleadas. Él se ponía detrás y, mientras el aparato se contoneaba, violaba a sus esclavas. Claro, cuando terminaba y desataba a su esposa, ella, fuera de sí por la ira, cortaba los senos de la violada y los colgaba de la veleta que imperaba en el tejado de esa casa desvencijada.
C: Pero papá, ¿qué tiene que ver eso con Dorothy?
B: Pues que una tarde una de esas afroamericanas consiguió que la mujer del señor Dufraine sintiera placer, pues se contoneó con tanta garra y con tanto interés que excitó a la señora Dufraine (que por otra parte se sabía que tenía más devoción por rezar el rosario que por las actividades de dormitorio). Como regalo, me dejaron beneficiarme de tan sucia negra, a la que entregué gustoso mi flor.
C: Pero papá, entonces el recuerdo es positivo, ¿no?
B: ¡Jamás maldito cainita! Por ese hecho nunca llegaré a pisar el Reino de los Cielos, pues osé a pisar el jardín reservado para Dios una vez contraido el matrimonio.
A: Señor, es domingo y los productores de trigo están en huelga. ¿Cree que sería posible encontrar pan?









Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser.
el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas
Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas,


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¿Es necesario?
Quien no castiga el mal, ordena que se haga.
B: Hija de puta, te he dicho mil veces que te despiertes con el gallo para amasar el pan. ¿Qué estabas haciendo?
C: ¡Basta papá! No la toques.
A: Señor por favor, le ruego que me suelte, ninguno de los habitantes de Greenbow comerá pan hoy.
B: ¿Pero acaso crees que me importa sucia hispana? En mi casa si no se come pan no se honra a Dios. Y no querrás que Julius deje asignaturas pendientes en su camino hacia la plenitud sacramental, ¿no? ¿O eso es lo que quieres mala puta?
C.- Para papá, déjala, no tiene la culpa.
B: Cállate Julius, lo hago por tu bien. Mira, así hacía el señor Dufraine a sus esclavas, mira. Ahora vas a ver si encuentras pan puta de mierda, zorra hispana muerta de hambre.
A: Pare señor, me hace daño.
B: Mira cómo arranco sus enaguas Julius. Mira, no como tú gilipollas, que retozas con una maldita cantante de gospel.
A: Señor, por favor, no lo haga, por el amor de Dios.
B: (Tortazo) No te refieras a Dios maldito animal de granja. En mi casa sólo nombramos al de arriba los seres de raza blanca protestantes, no las furcias limpia-chimeneas.
C: Papá, deja de violarla. Ella no quiere.
B: Hijo de puta. Devuelve ese rifle a mi colección de armas de la guerra civil.
C: Suéltala te he dicho papá.
B: Mira, mira cómo te ignoro Julius. Mira, observa qué cavidades más jugosas tiene la negrita, ¿eh? Y mira como llora mientras la clavo el pene en su sucia vagina. ¿Cuántos hijos has tenido putita? ¿Ya has alimentado a toda la camada? ¿A ti gustar polla de hombre blanco?
A: Señor por favor, mi única intención es mandar dinero a mi madre para que pueda adoptar la rotación cuatrienal en sus cultivos.
C: Papá, por última vez.
B: Cállate maricón. Eres la deshonra de una noble familia.
A: Gracias Julius, Pero creo que disparar a tu padre ha sido un precio muy alto para la vida de un nativo.
C: Yo estoy muy concienciado con vuestra causa. Por cierto, ¿cómo te llamabas?
A: Sebastián.
C: Vaya, un bonito nombre para una mujer.
A: Gracias Julius, ahora huye, aquí vendrán a por ti y te acusarán de traicionar a la gran tradición del pájaro espino.
C: ¿Me has afanado la cartera?
A: Sí.
C: ¿Me la devuelves?
A: ¿Cuál?
C: No me comas, por favor!!!!!!!
