Aproximadamente, desde la muerte de Alfonso el Batallador de Aragón
una nueva fuerza se destaca claramente sobre el resto de los reinos
de España: se trata de Castilla. En el siglo siguiente se convertirá
en la primera potencia militar de la Península Ibérica, absorbiendo a
León y cortando el camino hacia el Sur a la reconquista aragonesa.
En principio, tras el acceso al trono del rey Alfonso I de Aragón y
su boda con Doña Urraca, la única heredera de Castilla, parecía que
iba a ser Aragón, y no Castilla, el reino que aglutinase ante sí a
todos los reinos de la Península: A fin de cuentas, los primeros
reyes de Aragón habían anexionado ya los reinos de Pamplona, Sobrarbe
y Ribagorza, y Alfonso I el Batallador acababa de conquistar los
territorios del antiguo reino moro de Zaragoza y aspiraba al trono de
Castilla y León. ?Se iba a producir en este momento la resurrección
del gran reino de Sancho el Mayor de Navarra? ?Se convertiría ahora
Alfonso el Batallador en el gobernante supremo de todos los reinos
cristianos de las Españas?
Lo cierto es que, aunque Alfonso fracasó en su propósito de coronarse
rey de Castilla y de León pudo hacerse con varias plazas sorianas
(Soria, San Esteban de Gormaz), y de esta manera cortar el avance de
los pastores castellanos. No hay ninguna duda en este momento de la
supremacía aragonesa sobre Castilla.
Pero muerto el gran monarca aragonés comienzan a surgir disputas por
la sucesión en el trono, pues el testamento de Alfonso I disponía que
el reino debía pasar a manos de las órdenes militares, lo que no fue
aceptado por la nobleza aragonesa que nombró rey a Ramiro II el
Monje. Este momento de incertidumbre fue aprovechado por los
navarros, que se independizaron de Aragón eligiendo rey a García
Ramírez, y también por los castellanos, que penetraron hasta Zaragoza.
El rey de Castilla, Alfonso VII pretendía la plaza de Zaragoza y
amplias zonas del valle medio del Ebro, pues se consideraba soberano
de este territorio ya que en tiempos de los Taifas los gobernantes
moros de la ciudad prestaban vasallaje ante el Rey de Castilla y le
pagaban parias.
En este momento Ramiro I el Monje realiza una jugada magistral:
Procede a aliarse con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV,
sentando así las bases de la futura unión entre Cataluña y Aragón.
Comprendiendo que el imparable ascenso de Castilla podría poner en
peligro en el futuro la propia existencia de Aragón procedió a
concluir esta alianza permanente con Cataluña. De esta manera se
creaba en la parte oriental de la Península una nueva entidad
política que podía contrapesar en parte la hegemonía castellana: La
Corona de Aragón.
Y lo cierto es que los hechos acabaron dándole la razón. Gracias a
los tratados de Tudillén y Cazorla Aragón se reservó los territorios
de los reinos de Valencia y Denia como área de futuras conquistas.
Eso sí, la hegemonía castellana no dejó de hacerse notar, y tanto el
Compromiso de Caspe de 1410 (por el que una nueva dinastía de origen
castellano, la de los Trastámara, se hacía con el trono de los reinos
de Aragón) como el matrimonio de los Reyes Católicos en 1469 pueden
entenderse como fruto de la influencia de Castilla sobre la política
interna de Aragón.
?Qué hubiera sucedido de no haberse producido la unión catalano-
aragonesa? Se hubieran podido producir dos escenarios diferentes:
1-Aragón como reino independiente, en cuyo caso los aragoneses
habrían llegado hasta el mar, cortándole el paso a la reconquista
catalana. Alfonso el Batallador tenía como planes la conquista de
Lérida y de Tortosa, para de esta manera hacerse con una salida al
Mar Mediterráneo, e iniciar una cruzada hacia tierra Santa (ésa era
una de sus ilusiones).
2-Aragón absorbido por Castilla, en cuyo caso las tropas castellanas
también habrían llegado al Mediterráneo. Basta recordar que el Cid
Campeador había establecido su señorío en Valencia.
Cataluña se benefició así mismo de esta alianza: Hasta entonces los
condes catalanes no eran más que vasallos del rey de Francia. Cierto
es que a partir del año 977 el conde de Barcelona ya no acude a París
a prestar el homenaje al rey de Francia, pero no por ello no deja de
reconocer su soberanía. Lo cierto es que el Conde de Barcelona sigue
siendo vasallo del rey de Francia hasta el Tratado de Conflent de
1215: El Rey de Aragón se compromete a detener su expansión por el
Languedoc a cambio de que el rey de Francia renuncie a sus derechos
de soberanía sobre Cataluña.
De hecho, Cataluña como identidad propia no surgió hasta el reinado
de Alfonso II, el hijo de Ramón Berenguer y Petronila: Es en un
documento en tiempos de su reinado cuando aparece el
término "Catalonha". Hasta este momento los condados del Nordeste no
parecía que tuvieran ninguna identidad común, pues la nobleza de
estos territorios utilizaba el occitano, y no el catalán, como lengua
de cultura. Es a partir de la confederación con Aragón cuando los
habitantes de los condados del Nordeste van creando progresivamente
una identidad común catalana que los diferencia de los otros
moradores de la Monarquía, los aragoneses.
De no haberse producido la alianza con Aragón (y la posterior alianza
con Castilla, de 1479 en adelante) es posible que Cataluña hubiera
corrido el mismo destino que Occitania: Un territorio que ha perdido
su identidad lingüística y cultural y que administrativamente está
dividido en departamentos creados arbitrariamente tras la Revolución
Francesa.
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Gracias a De Re Militari
una nueva fuerza se destaca claramente sobre el resto de los reinos
de España: se trata de Castilla. En el siglo siguiente se convertirá
en la primera potencia militar de la Península Ibérica, absorbiendo a
León y cortando el camino hacia el Sur a la reconquista aragonesa.
En principio, tras el acceso al trono del rey Alfonso I de Aragón y
su boda con Doña Urraca, la única heredera de Castilla, parecía que
iba a ser Aragón, y no Castilla, el reino que aglutinase ante sí a
todos los reinos de la Península: A fin de cuentas, los primeros
reyes de Aragón habían anexionado ya los reinos de Pamplona, Sobrarbe
y Ribagorza, y Alfonso I el Batallador acababa de conquistar los
territorios del antiguo reino moro de Zaragoza y aspiraba al trono de
Castilla y León. ?Se iba a producir en este momento la resurrección
del gran reino de Sancho el Mayor de Navarra? ?Se convertiría ahora
Alfonso el Batallador en el gobernante supremo de todos los reinos
cristianos de las Españas?
Lo cierto es que, aunque Alfonso fracasó en su propósito de coronarse
rey de Castilla y de León pudo hacerse con varias plazas sorianas
(Soria, San Esteban de Gormaz), y de esta manera cortar el avance de
los pastores castellanos. No hay ninguna duda en este momento de la
supremacía aragonesa sobre Castilla.
Pero muerto el gran monarca aragonés comienzan a surgir disputas por
la sucesión en el trono, pues el testamento de Alfonso I disponía que
el reino debía pasar a manos de las órdenes militares, lo que no fue
aceptado por la nobleza aragonesa que nombró rey a Ramiro II el
Monje. Este momento de incertidumbre fue aprovechado por los
navarros, que se independizaron de Aragón eligiendo rey a García
Ramírez, y también por los castellanos, que penetraron hasta Zaragoza.
El rey de Castilla, Alfonso VII pretendía la plaza de Zaragoza y
amplias zonas del valle medio del Ebro, pues se consideraba soberano
de este territorio ya que en tiempos de los Taifas los gobernantes
moros de la ciudad prestaban vasallaje ante el Rey de Castilla y le
pagaban parias.
En este momento Ramiro I el Monje realiza una jugada magistral:
Procede a aliarse con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV,
sentando así las bases de la futura unión entre Cataluña y Aragón.
Comprendiendo que el imparable ascenso de Castilla podría poner en
peligro en el futuro la propia existencia de Aragón procedió a
concluir esta alianza permanente con Cataluña. De esta manera se
creaba en la parte oriental de la Península una nueva entidad
política que podía contrapesar en parte la hegemonía castellana: La
Corona de Aragón.
Y lo cierto es que los hechos acabaron dándole la razón. Gracias a
los tratados de Tudillén y Cazorla Aragón se reservó los territorios
de los reinos de Valencia y Denia como área de futuras conquistas.
Eso sí, la hegemonía castellana no dejó de hacerse notar, y tanto el
Compromiso de Caspe de 1410 (por el que una nueva dinastía de origen
castellano, la de los Trastámara, se hacía con el trono de los reinos
de Aragón) como el matrimonio de los Reyes Católicos en 1469 pueden
entenderse como fruto de la influencia de Castilla sobre la política
interna de Aragón.
?Qué hubiera sucedido de no haberse producido la unión catalano-
aragonesa? Se hubieran podido producir dos escenarios diferentes:
1-Aragón como reino independiente, en cuyo caso los aragoneses
habrían llegado hasta el mar, cortándole el paso a la reconquista
catalana. Alfonso el Batallador tenía como planes la conquista de
Lérida y de Tortosa, para de esta manera hacerse con una salida al
Mar Mediterráneo, e iniciar una cruzada hacia tierra Santa (ésa era
una de sus ilusiones).
2-Aragón absorbido por Castilla, en cuyo caso las tropas castellanas
también habrían llegado al Mediterráneo. Basta recordar que el Cid
Campeador había establecido su señorío en Valencia.
Cataluña se benefició así mismo de esta alianza: Hasta entonces los
condes catalanes no eran más que vasallos del rey de Francia. Cierto
es que a partir del año 977 el conde de Barcelona ya no acude a París
a prestar el homenaje al rey de Francia, pero no por ello no deja de
reconocer su soberanía. Lo cierto es que el Conde de Barcelona sigue
siendo vasallo del rey de Francia hasta el Tratado de Conflent de
1215: El Rey de Aragón se compromete a detener su expansión por el
Languedoc a cambio de que el rey de Francia renuncie a sus derechos
de soberanía sobre Cataluña.
De hecho, Cataluña como identidad propia no surgió hasta el reinado
de Alfonso II, el hijo de Ramón Berenguer y Petronila: Es en un
documento en tiempos de su reinado cuando aparece el
término "Catalonha". Hasta este momento los condados del Nordeste no
parecía que tuvieran ninguna identidad común, pues la nobleza de
estos territorios utilizaba el occitano, y no el catalán, como lengua
de cultura. Es a partir de la confederación con Aragón cuando los
habitantes de los condados del Nordeste van creando progresivamente
una identidad común catalana que los diferencia de los otros
moradores de la Monarquía, los aragoneses.
De no haberse producido la alianza con Aragón (y la posterior alianza
con Castilla, de 1479 en adelante) es posible que Cataluña hubiera
corrido el mismo destino que Occitania: Un territorio que ha perdido
su identidad lingüística y cultural y que administrativamente está
dividido en departamentos creados arbitrariamente tras la Revolución
Francesa.
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Gracias a De Re Militari