Yo soy el reverso de Cenobita, cuando pongo algo desaparece el interés y mato el hilo.
Pero reconduzcamos este para conocernos mejor. Qué coño hacemos aquí, y quienes somos? Yo entré tomándome PL en plan monogamia o amor único. Un día, después de un tiempo de frustraciones vitales y laborales, y habiendo caído ya en el aislamiento social, se me ocurrió volver a intentar comunicarme con el género humano vía internet. Lógicamente procuré encontrar un sitio lo más próximo a mis gustos e inclinaciones. Encontré PL y nacieron mis nicks, lo cual amplió mi ya compleja personalidad.
Puedo ser tan abierto a teclear y teclear sobre cualquier asunto como hermético y distante en lo referente al trato personal. Todos nos movemos con dobles, triples o confusas intenciones. La voluntad humana no es un texto sellado y con membrete, sino que cambia frecuentemente, se oculta incluso a la propia persona, es más bien un magma imprevisible.
Los seres humanos somos bichos complicados y temibles, pero las palabras escritas son sólo palabras escritas, en toda su gloria y en toda su limitación. Por eso yo soy cuellopavo y estoy en PL.
Pero cuellopavo es la máscara que oculta otra máscara que oculta muchas otras. Soy como la cebolla de Neruda, pero con menos lírica. Desde aquí, y sin ser yo, puedo decirme mejor que yo mismo. Y sin renunciar a lo que es mi verdadera vocación: escultor de mentiras, voy descubriendo algo de mi verdad a medida que la escribo.
Tengo momentos de todo tipo, a veces estoy contento y digo muchas tonterías, otras veces me pasa como aquel tipo de Praga y me convierto en un horrible insecto, y otras me siento como esos saltamontes que surgen de los sueños. Siempre he sido una persona irremediablemente idealista. La literatura me enfermó durante una época de mi vida, desdobló mi existencia y me convirtió en otro, no sé si más artificial o más auténtico, pero dejé muchas cosas atrás. Ahora intento rehabilitar las ruinas de mi otra vida. Por eso leo mucho menos, e intento racionar el pensamiento intentando recuperar algo de mi sensatez perdida.
¿Qué hago aquí? Escapar de los otros sin renunciar a ellos. Huir del agobiante rumor a tópico que impregna mi vida sin tener que encallarme en el silencio y la soledad. No soy un misántropo, acepto a los otros en su medida, me gusta reírme y pasarlo bien, pero quizá el hábito de lo mediocre me ha convertido en alguien cerrado, poco comunicativo en mi vida real. Aún así, las ideas necesitan salir, oxigenarse, recibir el aliento y la nutrición del intercambio. Y aquí me encuentro, midiéndome con lo ajeno, y encontrando alguna gente de interés.
Quizá toda esta explicación resulte redundante, diría que soy todo lo que escribo, un devenir con fecha de caducidad, la narración perecedera de mi mismo. Soy todo esto que leéis, pero un poco peor.
Que pase el siguiente.