RUTKOWSKY
Clásico
- Registro
- 23 Jul 2005
- Mensajes
- 3.364
- Reacciones
- 11
Chicassorpresa.es ha irrumpido estas Navidades en el panorama puteril de nuestra ciudad con una intención clara de limpiar las carteras de los incautos puteros murcianos. La novedad es que, cuando estás metido en el tema con la chica elegida, aparece otra chica y te chupa la polla, tres lametazos y adiós. Así imaginado puede resultar morboso, como experiencia en chicassorpresa una puñetera mierda.
La experiencia transcurre en un mal domingo de Navidad, uno no tiene nada que hacer y se le ocurre echar un vistazo al panorama de novedades puteriles navideñas murcianas, nada aptas para puteros exigentes, ni medianamente exigentes. Más bien para pasados de alcohol que no saben que hacer mejor con su borrachera -si encuentra el lugar-.
Chicassorpresa.es se encuentra en un chalet de El Palmar, en un recóndito lugar del Carril de Carriles, junto a las balsas de agua. Toda la mañana buscando el número, luego resulta que hay que desviarse hacía otro carril. El lugar parece discreto, pero no, ya saben todos los vecinos -y los que no- que aquello es una carnicería.
Ese día tuve mala suerte -es lo que suele suceder siempre-, la chica que se anunciaba en Murciascort "trabaja cuando no se anuncia" -según me dijo-. Así que tenía que "cargar" con Claudía, la chica que había de forma solitaria en el menú. En las fotos que estuve visualizando la chica no estaba mal. ¡Bien! Encuentro el chalete, me recibe un maromo que abre la puerta amablemente y subimos unas escaleras donde me indica una habitación con un sofá, y una mesa de cristal donde había huellas de todos los clientes que habían pasado por allí. La edificación es nueva, como el mobiliario, sin limpieza. Es un nuevo sucio que he conocido anteriormente, en lugares que se explotan y se dejan. En estos pensamientos estaba pasando el tiempo cuando abre el chico la puerta y me dice que la chica se está duchando, mientras tanto me pasa a la habitación. Bajamos las escaleras de nuevo, entramos a la habitación y me invita a que le pague: 60 leuros/ media hora, desaparece. La habitación es grandísima y fría, una cama grande deshecha preside el centro, con una puerta que da a un amplísimo aseo. Abren la puerta, es el chico de nuevo que deja sobre la cama el kit de urgencias para un polvo campestre, consta de una sabana de papel y dos condones; el más sofisticado contiene dos cepillos y crema dental. Este no era el sencillo. Se pasa el tiempo observando hasta el punto que me impaciento, cuando vuelven abrir la puerta -pienso: gracias a Dios, ¡ya era hora!- es una chica que se ha equivocado de habitación, va vestida informar con un vestido a rallas, nada del otro mundo. Pensaba que no había nadie -me dice-. Para cuando abre la puerta Claudia ya ha pasado media hora larga.
Claudia es latina, rubia de botella, los treinta y tantos no los cumple, grandes pechos recauchutados y cuerpo moldeado en el quirófano, daba repelús tocar sus pechos;no tiene nada ver con la chica de la foto, pero ya es tarde, hace una hora le pagué al chico por ella, con el tiempo que ha pasado podía volver a preguntarme por lo suyo. Si me pregunta, le hubiera dicho que permaneciera vestida; por que, conforme se va quitando la ropa, me tengo más gana de irme. Nos lavamos y entramos en materia: el francés empieza natural con la promesa que le daré un suplemento, cuando abre la puerta una chica que diría es mora, bajita, poca cosa, nada del otro mundo; me pone la goma y me chupa de una forma que para darle cuatro hostias. ¡Desde luego es una sorpresa, una desagradable sorpresa! Lo que debería ser placentero y morboso, fue una autentica mierda chabacana.
Tras "la sorpresa" que dura un visto y no visto, continuamos con lo nuestro, nada del otro mundo y loco por irme de allí. En el aseo la chica me pregunta por el extra del francés natural, y yo le contesto con otra pregunta: ¿Qué francés natural?. Seguramente lo comprendió de inmediato, de lo contrario hubiera insistido seguro.
Chicas sorpresa: la nueva forma de despertar tus sentidos.
La experiencia transcurre en un mal domingo de Navidad, uno no tiene nada que hacer y se le ocurre echar un vistazo al panorama de novedades puteriles navideñas murcianas, nada aptas para puteros exigentes, ni medianamente exigentes. Más bien para pasados de alcohol que no saben que hacer mejor con su borrachera -si encuentra el lugar-.
Chicassorpresa.es se encuentra en un chalet de El Palmar, en un recóndito lugar del Carril de Carriles, junto a las balsas de agua. Toda la mañana buscando el número, luego resulta que hay que desviarse hacía otro carril. El lugar parece discreto, pero no, ya saben todos los vecinos -y los que no- que aquello es una carnicería.
Ese día tuve mala suerte -es lo que suele suceder siempre-, la chica que se anunciaba en Murciascort "trabaja cuando no se anuncia" -según me dijo-. Así que tenía que "cargar" con Claudía, la chica que había de forma solitaria en el menú. En las fotos que estuve visualizando la chica no estaba mal. ¡Bien! Encuentro el chalete, me recibe un maromo que abre la puerta amablemente y subimos unas escaleras donde me indica una habitación con un sofá, y una mesa de cristal donde había huellas de todos los clientes que habían pasado por allí. La edificación es nueva, como el mobiliario, sin limpieza. Es un nuevo sucio que he conocido anteriormente, en lugares que se explotan y se dejan. En estos pensamientos estaba pasando el tiempo cuando abre el chico la puerta y me dice que la chica se está duchando, mientras tanto me pasa a la habitación. Bajamos las escaleras de nuevo, entramos a la habitación y me invita a que le pague: 60 leuros/ media hora, desaparece. La habitación es grandísima y fría, una cama grande deshecha preside el centro, con una puerta que da a un amplísimo aseo. Abren la puerta, es el chico de nuevo que deja sobre la cama el kit de urgencias para un polvo campestre, consta de una sabana de papel y dos condones; el más sofisticado contiene dos cepillos y crema dental. Este no era el sencillo. Se pasa el tiempo observando hasta el punto que me impaciento, cuando vuelven abrir la puerta -pienso: gracias a Dios, ¡ya era hora!- es una chica que se ha equivocado de habitación, va vestida informar con un vestido a rallas, nada del otro mundo. Pensaba que no había nadie -me dice-. Para cuando abre la puerta Claudia ya ha pasado media hora larga.
Claudia es latina, rubia de botella, los treinta y tantos no los cumple, grandes pechos recauchutados y cuerpo moldeado en el quirófano, daba repelús tocar sus pechos;no tiene nada ver con la chica de la foto, pero ya es tarde, hace una hora le pagué al chico por ella, con el tiempo que ha pasado podía volver a preguntarme por lo suyo. Si me pregunta, le hubiera dicho que permaneciera vestida; por que, conforme se va quitando la ropa, me tengo más gana de irme. Nos lavamos y entramos en materia: el francés empieza natural con la promesa que le daré un suplemento, cuando abre la puerta una chica que diría es mora, bajita, poca cosa, nada del otro mundo; me pone la goma y me chupa de una forma que para darle cuatro hostias. ¡Desde luego es una sorpresa, una desagradable sorpresa! Lo que debería ser placentero y morboso, fue una autentica mierda chabacana.
Tras "la sorpresa" que dura un visto y no visto, continuamos con lo nuestro, nada del otro mundo y loco por irme de allí. En el aseo la chica me pregunta por el extra del francés natural, y yo le contesto con otra pregunta: ¿Qué francés natural?. Seguramente lo comprendió de inmediato, de lo contrario hubiera insistido seguro.
Chicas sorpresa: la nueva forma de despertar tus sentidos.
Última edición por un moderador:
Novato de mierda
