Jose David
Clásico
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- 2 Jul 2006
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Hola foreros.
Miedo me da postear en el General, pero vamos allá.
Debido a la ingente cantidad de foreros que viven solos o están fuera de casa, y principalmente debido a que muchos no saben cómo meterle mano a un piso que, por dejadez, se ha ido un poco de las manos y perece una leonera, pongo aquí cómo conseguir dejar un piso impecable, y disfrutar en el proceso.
PRIMER PASO: PREPARACIÓN
Como en todos los trabajos, hacen falta las herramientas apropiadas. Es posible que ya las tengáis, pero casi seguro que están incompletas. Además, no hay nada más motivador que comprar algunos productos nuevos y relucientes. ¿Por qué?, pues porque dan ganas de usarlos.
Así que vámonos de compras: Esta tarde invadamos los Carrefours y la sección dedicada a las amas de casa, y dejemos las estanterías vacías, os espero allí.
Equipo de limpieza necesario:
Cubo con estruja fregona incorporado (algunos son muy caros, otros tirados de precio, allá cada uno con su presupuesto).
Fregona. Nada de Villeda ni mariconadas por el estilo. Una buena fregona de toda la vida.
Cepillo o escoba para barrer (dos unidades). Uno grande, otro para esquinas y espacios reducidos.
Recogedor.
Bayetas de esas amarillas absorbentes.
Trapos blancos (también valen camisetas viejas cortadas con unas tijeras).
Trapo atrapa polvo (de esos que venden para los salpicaderos de los coches).
Estropajo metálico de esos redondos.
Estropajo verde.
Esponja para lavar platos.
Bayeta escurridora para platos y vasos.
(Esta vez vamos a dejar el lavavajillas tranquilo, hacedme caso).
(esta vez también, vamos a obviar el aspirador, porque no todo el mundo lo tiene, y además, realmente ni es necesario, ni práctico, creedme).
Barreño pequeño (el mismo cubo de fregar también vale, pero no es lo mismo).
Productos propiamente dichos:
Friegasuelos: Eso ya depende del suelo de cada uno y de sus preferencias, pero procurad que no hagan espuma. Los hay muy baratos y con distintos olores.
Limpiador de muebles: Uno en spray, otro de cera para muebles de madera.
Limpiacristales: Ahí si que es mejor uno de calidad, con pulverizador.
Limpiador de tapicerías.
Quitamanchas.
Limpiador – desengrasante, con pulverizados.
“Limpialotodo”. Algún producto que sirva para limpiar todo en general.
Limpia baños.
Amoniaco (si es perfumado, mejor).
Antical.
Alcohol para limpieza.
Lejía (dos unidades, densa y normal).
Lavavajillas (manual), mejor dos o tres botes cada uno de un aroma distinto, y uno de ellos desinfectante.
Limpia metales.
Bolsas de basura, normales, con asas, y de comunidad.
FASE DOS: SEGUNDA PREPARACIÓN. LA PSICOLÓGICA.
Normalmente ponerse a limpiar, sobre todo cuando la tarea es limpiar totalmente una vivienda, en todos sus aspectos, y que además no está en absoluto para hacerle un mantenimiento, sino más bien para emplearse a fondo, no es algo que motive a nadie. Así que ahí va cómo conseguirlo.
Lo más importante ya lo hemos hecho, venimos cargados de cosas nuevas para estrenarlas, y productos que estamos deseando ver su eficacia. Soy consciente de que el presupuesto necesario es medio – alto, pero también de que con ese gasto hay para mucho, mucho tiempo de tener un piso que ya quisieran muchos. No todo es cuidar el cuerpo, también hay que hacer lo mismo con el entorno en que vivimos.
Una vez elegida una habitación para colocar todos y cada uno de los productos, y que no nos estorben para limpiar todo el piso / casa, hay que poner música. Elegid lo que os dé la gana, no hace falta que sea música cañera, incluso la Clásica puede valer. Se trata de “no estar solo” en el proceso.
Empezaré como si la casa estuviera para tirarla completamente y comprar otra, que algún caso habrá. Así si la cosa no es tan grave, será más fácil.
FASE TRES: MANOS A LA OBRA.
Con la música puesta, y con todo preparado, vamos a empezar.
1. Tomad una bolsa de basura de esas de comunidad y empezando por una habitación, id echando en ella toda la “basura” que sepáis que donde debe estar es precisamente ahí, en el cubo de la basura. Desde botellas de plástico, botellines vacíos, servilletas de papel usadas, algún resto de pizza o envoltorio de alimente que haya sobre un plato usado, etc. En definitiva. Todo lo más “grueso” que haya que quitar de la vista para poder trabajar.
2. Id habitación por habitación, que no se os pase nada. Si es necesario usar más de una bolsa (¿joder, tan grave es la cosa?), pues se usa, las que hagan falta, ponedlas en el salón, estratégicamente cerca de la puerta para que cuando vayáis a salir, las echéis directamente al contenedor. Por favor, no se os ocurra dejarlas ahí y pensar “ya las tiraré”.
3. Una vez “empaquetada” toda la basura. Vamos a quitar lo que no es basura, pero que evidentemente hay que poner en su lugar correspondiente: Vasos, platos, cubiertos y similares. ¿Qué hace ahí en el salón, o al lado del ordenador?, ¿o incluso en el dormitorio?. A la cocina todo, en la encimera, bien colocaditos al lado del fregadero. Si algún plato tiene resto de alimentos (si, si, sé que pensareis que soy un auténtico guarro, pero hay que ponerse en el peor de los casos, no se puede obviar nada), preparar una bolsa normal y con un tenedor o cuchara, pues a la bolsa con ello, dejar todo bien rascado y colocado al lado del fregadero.
4. Los objetos: Por supuesto hay cosas que no son ni para tirar ni para limpiar, pero que están urgentemente necesitados de ser ordenados. Para empezar quitadlos de la vista, a los cajones con ellos, o colocadlos en una habitación, a la espera de su posterior colocación en su lugar apropiado, es esencial dejar todas y cada una de las superficies existentes en la habitación sin objetos encima.
Bien, ya tenemos todas las habitaciones sin basura, sin objetos sucios, sin nada que estorbe. Ahora vamos a empezar a limpiar todas y cada una de ellas, en condiciones.
Hasta ahora hemos empezado a hacer una cosa y lo hemos hecho en todas y cada una de las habitaciones. Ahora nos centraremos en una sola habitación y cuando esté totalmente terminada seguiremos con la siguiente, esto hará que vayamos viendo el resultado conseguido en la primera habitación y nos motive para seguir con el resto de la casa.
Normalmente yo siempre empiezo por la sala donde tengo el ordenador, pero cada uno que elija. Vamos a dejar dos dependencias de la casa para el final, y estas son el cuarto de baño y la cocina, por lo demás, se puede empezar y seguir por donde se quiera.
Lo primero, Un trapo blanco, y vamos a quitar todo lo que haya en la superficie de los muebles y estanterías, y lo vamos a tirar al suelo, si señor. Por supuesto si hay algún líquido de algún tipo, hay que absorberlo con una de las bayetas amarillas. Lo demás, al suelo con ello. Hablo de polvo, de roña, incluso de migas de pan, cualquier cosa que haga que esa superficie esté asquesoramente sucia. Echadlo al suelo, sin miedo, parece una guarrería (y lo es), pero como se supone que vamos a dejar el suelo, más adelante, impecable, es divertido, es aumentar la entropía, es “derribar” la roña. A por ella. Centraos en una habitación. No se trata de quitar el polvo, se trata de eliminar basura de muy pequeño tamaño.
Una vez hecho esto. Ya estamos listos para empezar a usar esos productos, ¡a estrenarlos!. Empecemos con el cubo o barreño. Lo llenamos de agua limpia (del grifo), echamos un poquito de alcohol de limpieza y otro poquito de lejía, poca cantidad). Mojamos bien la bayeta amarilla, la empapamos bien en el barreño, la escurrimos y a limpiar superficies. Con otra bayeta amarilla, o con un trapo limpio, vamos secando. Así todas y cada una de las superficies, sean de la clase que sea.
Una vez hecho esto, empezamos a discriminar. Primero los muebles de madera. Usamos el Pronto (o producto similar, en spray) y con otra bayeta o trapo limpio, empezamos a espolvorear y limpiar. ¿Queda bien eh?. No os olvidéis de los paneles verticales del mueble, no todo son superficies. Y ahora vamos a rizar el rizo. Con esa cera para muebles, vamos a impregnar el trapo, o echar muy poquita cantidad sobre el mueble, y a darle a fondo, luego esperar que seque.
Para las superficies de cristal, incluyendo las ventanas, evidentemente nos empleamos a fondo con el limpiacristales. Usamos un trapo nuevo (esa es la clave, una para cada cosa, que emplearemos siempre para lo mismo), y a limpiar. Si hay realmente mucha suciedad, usad papel de periódico, como en los cristales de los coches.
Los muebles altos y superficies fuera de la vista también hay que limpiarlos, eso se nota luego aunque no se vea, al no existir nada que pueda producir ese olor a sucio, y al buen olor que dejan los productos de limpieza. Igualmente el bajo de los muebles y suelo fuera de la vista. Retirar el mueble y luego colocarlo en su sitio es algo que cada uno debe decidir según el caso.
Si algunos muebles y objetos tienen partes metálicas, después de limpiarlos, dadle un poquito con el limpia metales. ¿Hasta ahora todo guay?.
Sólo un detalle más, si hay algún sillón, silla u otra cosa que tenga tapicería, usad el producto adecuado (las instrucciones están claras en cada uno de ellos). Para cortinas (yo no uso, pero hay gente rara en el mundo), no hay nada como palmetadas fuertes con ese limpia cortinas, o en su defecto, raqueta de tenis vieja. Luego una fina rociada con quitamanchas y otra fina con ambientador (si están para tirar, hay que usar la lavadora, evidentemente).
Si alguna pared tiene suciedad, pasaremos un trapo húmedo, muy poco, casi seco, por las partes correspondientes. O un plumero de esos para el polvo. En casos extremos, el cepillo de barrer muy suavemente, previamente limpiado.
Ahora vamos con el suelo, que a estas alturas debe estar que cruje cuando lo pisamos. Usaremos el cepillo grande en primer lugar, en todas partes, y luego daremos una segunda pasada con el pequeño para lo que haya quedado. Si hay cables por el suelo, levantadlos o recogedlos encima de cada mueble si se puede.
Una vez barridito, todo al recogedor, y de ahí a una bolsa de basura (¿cuantas van ya?, no problem, cuantas mas mejor).
Ahora viene lo divertido. Llenamos el cubo de agua hasta la mitad (que no llegue al escurridor), y echamos una buena cantidad de friegasuelos (si son de los que hacen espuma, no echéis mucho, solo lo justo).
Y con esa fregona recién comprada, a fregar el suelo. En el caso de que haya algo incrustado en él, usaremos el rascador antes, o en su defecto, un cuchillo de cocina, que luego limpiaremos apropiadamente, claro está.
Una vez terminado de fregar, no pisaremos esa habitación hasta que esté totalmente seca, y si es posible, usaremos otro calzado, como unas zapatillas de andar por casa, perfectamente limpias, cuando entremos en ella.
Ahora solo hay que esperar a que seque y colocar los objetos que habíamos puesto en otra habitación sobre las superficies correspondientes. Cuando todo el piso esté limpio, ya ordenaremos los objetos y cajones. Cada cosa a su tiempo.
Bueno, admirar el resultado. ¿Cansados?, es normal. Ahora podéis tomar un refrigerio, o seguid, pero una cosa importante, a mayor cansancio, se tiende a limpiar cada vez en menor profundidad. Mejor será tomar un buen rato de descanso, incluso ver la tele un rato o una buena peli, y luego seguir. Si no tenéis ánimos para continuar. Dejadlo hasta que tengáis ganas y procurad no ensuciar nada de la habitación.
Cada habitación igual, excepto como dije antes, el cuarto de baño y la cocina, que requieren un tratamiento especial.
Por ahora el que está cansado (pero de escribir) soy yo. Así que voy a darme una buena ducha, comer algo de fruta, y hacer caso a mis propios consejos y salir a comprar antes de que el Carrefour se ponga hasta la bola de gente. Esta tarde me toca limpieza.
P.D. Luego seguiré con el tema.
P.D. (2) Mi piso no está tan sucio, guarros (cree el ladrón que todos son de su condición).
Miedo me da postear en el General, pero vamos allá.
Debido a la ingente cantidad de foreros que viven solos o están fuera de casa, y principalmente debido a que muchos no saben cómo meterle mano a un piso que, por dejadez, se ha ido un poco de las manos y perece una leonera, pongo aquí cómo conseguir dejar un piso impecable, y disfrutar en el proceso.
PRIMER PASO: PREPARACIÓN
Como en todos los trabajos, hacen falta las herramientas apropiadas. Es posible que ya las tengáis, pero casi seguro que están incompletas. Además, no hay nada más motivador que comprar algunos productos nuevos y relucientes. ¿Por qué?, pues porque dan ganas de usarlos.
Así que vámonos de compras: Esta tarde invadamos los Carrefours y la sección dedicada a las amas de casa, y dejemos las estanterías vacías, os espero allí.
Equipo de limpieza necesario:
Cubo con estruja fregona incorporado (algunos son muy caros, otros tirados de precio, allá cada uno con su presupuesto).
Fregona. Nada de Villeda ni mariconadas por el estilo. Una buena fregona de toda la vida.
Cepillo o escoba para barrer (dos unidades). Uno grande, otro para esquinas y espacios reducidos.
Recogedor.
Bayetas de esas amarillas absorbentes.
Trapos blancos (también valen camisetas viejas cortadas con unas tijeras).
Trapo atrapa polvo (de esos que venden para los salpicaderos de los coches).
Estropajo metálico de esos redondos.
Estropajo verde.
Esponja para lavar platos.
Bayeta escurridora para platos y vasos.
(Esta vez vamos a dejar el lavavajillas tranquilo, hacedme caso).
(esta vez también, vamos a obviar el aspirador, porque no todo el mundo lo tiene, y además, realmente ni es necesario, ni práctico, creedme).
Barreño pequeño (el mismo cubo de fregar también vale, pero no es lo mismo).
Productos propiamente dichos:
Friegasuelos: Eso ya depende del suelo de cada uno y de sus preferencias, pero procurad que no hagan espuma. Los hay muy baratos y con distintos olores.
Limpiador de muebles: Uno en spray, otro de cera para muebles de madera.
Limpiacristales: Ahí si que es mejor uno de calidad, con pulverizador.
Limpiador de tapicerías.
Quitamanchas.
Limpiador – desengrasante, con pulverizados.
“Limpialotodo”. Algún producto que sirva para limpiar todo en general.
Limpia baños.
Amoniaco (si es perfumado, mejor).
Antical.
Alcohol para limpieza.
Lejía (dos unidades, densa y normal).
Lavavajillas (manual), mejor dos o tres botes cada uno de un aroma distinto, y uno de ellos desinfectante.
Limpia metales.
Bolsas de basura, normales, con asas, y de comunidad.
FASE DOS: SEGUNDA PREPARACIÓN. LA PSICOLÓGICA.
Normalmente ponerse a limpiar, sobre todo cuando la tarea es limpiar totalmente una vivienda, en todos sus aspectos, y que además no está en absoluto para hacerle un mantenimiento, sino más bien para emplearse a fondo, no es algo que motive a nadie. Así que ahí va cómo conseguirlo.
Lo más importante ya lo hemos hecho, venimos cargados de cosas nuevas para estrenarlas, y productos que estamos deseando ver su eficacia. Soy consciente de que el presupuesto necesario es medio – alto, pero también de que con ese gasto hay para mucho, mucho tiempo de tener un piso que ya quisieran muchos. No todo es cuidar el cuerpo, también hay que hacer lo mismo con el entorno en que vivimos.
Una vez elegida una habitación para colocar todos y cada uno de los productos, y que no nos estorben para limpiar todo el piso / casa, hay que poner música. Elegid lo que os dé la gana, no hace falta que sea música cañera, incluso la Clásica puede valer. Se trata de “no estar solo” en el proceso.
Empezaré como si la casa estuviera para tirarla completamente y comprar otra, que algún caso habrá. Así si la cosa no es tan grave, será más fácil.
FASE TRES: MANOS A LA OBRA.
Con la música puesta, y con todo preparado, vamos a empezar.
1. Tomad una bolsa de basura de esas de comunidad y empezando por una habitación, id echando en ella toda la “basura” que sepáis que donde debe estar es precisamente ahí, en el cubo de la basura. Desde botellas de plástico, botellines vacíos, servilletas de papel usadas, algún resto de pizza o envoltorio de alimente que haya sobre un plato usado, etc. En definitiva. Todo lo más “grueso” que haya que quitar de la vista para poder trabajar.
2. Id habitación por habitación, que no se os pase nada. Si es necesario usar más de una bolsa (¿joder, tan grave es la cosa?), pues se usa, las que hagan falta, ponedlas en el salón, estratégicamente cerca de la puerta para que cuando vayáis a salir, las echéis directamente al contenedor. Por favor, no se os ocurra dejarlas ahí y pensar “ya las tiraré”.
3. Una vez “empaquetada” toda la basura. Vamos a quitar lo que no es basura, pero que evidentemente hay que poner en su lugar correspondiente: Vasos, platos, cubiertos y similares. ¿Qué hace ahí en el salón, o al lado del ordenador?, ¿o incluso en el dormitorio?. A la cocina todo, en la encimera, bien colocaditos al lado del fregadero. Si algún plato tiene resto de alimentos (si, si, sé que pensareis que soy un auténtico guarro, pero hay que ponerse en el peor de los casos, no se puede obviar nada), preparar una bolsa normal y con un tenedor o cuchara, pues a la bolsa con ello, dejar todo bien rascado y colocado al lado del fregadero.
4. Los objetos: Por supuesto hay cosas que no son ni para tirar ni para limpiar, pero que están urgentemente necesitados de ser ordenados. Para empezar quitadlos de la vista, a los cajones con ellos, o colocadlos en una habitación, a la espera de su posterior colocación en su lugar apropiado, es esencial dejar todas y cada una de las superficies existentes en la habitación sin objetos encima.
Bien, ya tenemos todas las habitaciones sin basura, sin objetos sucios, sin nada que estorbe. Ahora vamos a empezar a limpiar todas y cada una de ellas, en condiciones.
Hasta ahora hemos empezado a hacer una cosa y lo hemos hecho en todas y cada una de las habitaciones. Ahora nos centraremos en una sola habitación y cuando esté totalmente terminada seguiremos con la siguiente, esto hará que vayamos viendo el resultado conseguido en la primera habitación y nos motive para seguir con el resto de la casa.
Normalmente yo siempre empiezo por la sala donde tengo el ordenador, pero cada uno que elija. Vamos a dejar dos dependencias de la casa para el final, y estas son el cuarto de baño y la cocina, por lo demás, se puede empezar y seguir por donde se quiera.
Lo primero, Un trapo blanco, y vamos a quitar todo lo que haya en la superficie de los muebles y estanterías, y lo vamos a tirar al suelo, si señor. Por supuesto si hay algún líquido de algún tipo, hay que absorberlo con una de las bayetas amarillas. Lo demás, al suelo con ello. Hablo de polvo, de roña, incluso de migas de pan, cualquier cosa que haga que esa superficie esté asquesoramente sucia. Echadlo al suelo, sin miedo, parece una guarrería (y lo es), pero como se supone que vamos a dejar el suelo, más adelante, impecable, es divertido, es aumentar la entropía, es “derribar” la roña. A por ella. Centraos en una habitación. No se trata de quitar el polvo, se trata de eliminar basura de muy pequeño tamaño.
Una vez hecho esto. Ya estamos listos para empezar a usar esos productos, ¡a estrenarlos!. Empecemos con el cubo o barreño. Lo llenamos de agua limpia (del grifo), echamos un poquito de alcohol de limpieza y otro poquito de lejía, poca cantidad). Mojamos bien la bayeta amarilla, la empapamos bien en el barreño, la escurrimos y a limpiar superficies. Con otra bayeta amarilla, o con un trapo limpio, vamos secando. Así todas y cada una de las superficies, sean de la clase que sea.
Una vez hecho esto, empezamos a discriminar. Primero los muebles de madera. Usamos el Pronto (o producto similar, en spray) y con otra bayeta o trapo limpio, empezamos a espolvorear y limpiar. ¿Queda bien eh?. No os olvidéis de los paneles verticales del mueble, no todo son superficies. Y ahora vamos a rizar el rizo. Con esa cera para muebles, vamos a impregnar el trapo, o echar muy poquita cantidad sobre el mueble, y a darle a fondo, luego esperar que seque.
Para las superficies de cristal, incluyendo las ventanas, evidentemente nos empleamos a fondo con el limpiacristales. Usamos un trapo nuevo (esa es la clave, una para cada cosa, que emplearemos siempre para lo mismo), y a limpiar. Si hay realmente mucha suciedad, usad papel de periódico, como en los cristales de los coches.
Los muebles altos y superficies fuera de la vista también hay que limpiarlos, eso se nota luego aunque no se vea, al no existir nada que pueda producir ese olor a sucio, y al buen olor que dejan los productos de limpieza. Igualmente el bajo de los muebles y suelo fuera de la vista. Retirar el mueble y luego colocarlo en su sitio es algo que cada uno debe decidir según el caso.
Si algunos muebles y objetos tienen partes metálicas, después de limpiarlos, dadle un poquito con el limpia metales. ¿Hasta ahora todo guay?.
Sólo un detalle más, si hay algún sillón, silla u otra cosa que tenga tapicería, usad el producto adecuado (las instrucciones están claras en cada uno de ellos). Para cortinas (yo no uso, pero hay gente rara en el mundo), no hay nada como palmetadas fuertes con ese limpia cortinas, o en su defecto, raqueta de tenis vieja. Luego una fina rociada con quitamanchas y otra fina con ambientador (si están para tirar, hay que usar la lavadora, evidentemente).
Si alguna pared tiene suciedad, pasaremos un trapo húmedo, muy poco, casi seco, por las partes correspondientes. O un plumero de esos para el polvo. En casos extremos, el cepillo de barrer muy suavemente, previamente limpiado.
Ahora vamos con el suelo, que a estas alturas debe estar que cruje cuando lo pisamos. Usaremos el cepillo grande en primer lugar, en todas partes, y luego daremos una segunda pasada con el pequeño para lo que haya quedado. Si hay cables por el suelo, levantadlos o recogedlos encima de cada mueble si se puede.
Una vez barridito, todo al recogedor, y de ahí a una bolsa de basura (¿cuantas van ya?, no problem, cuantas mas mejor).
Ahora viene lo divertido. Llenamos el cubo de agua hasta la mitad (que no llegue al escurridor), y echamos una buena cantidad de friegasuelos (si son de los que hacen espuma, no echéis mucho, solo lo justo).
Y con esa fregona recién comprada, a fregar el suelo. En el caso de que haya algo incrustado en él, usaremos el rascador antes, o en su defecto, un cuchillo de cocina, que luego limpiaremos apropiadamente, claro está.
Una vez terminado de fregar, no pisaremos esa habitación hasta que esté totalmente seca, y si es posible, usaremos otro calzado, como unas zapatillas de andar por casa, perfectamente limpias, cuando entremos en ella.
Ahora solo hay que esperar a que seque y colocar los objetos que habíamos puesto en otra habitación sobre las superficies correspondientes. Cuando todo el piso esté limpio, ya ordenaremos los objetos y cajones. Cada cosa a su tiempo.
Bueno, admirar el resultado. ¿Cansados?, es normal. Ahora podéis tomar un refrigerio, o seguid, pero una cosa importante, a mayor cansancio, se tiende a limpiar cada vez en menor profundidad. Mejor será tomar un buen rato de descanso, incluso ver la tele un rato o una buena peli, y luego seguir. Si no tenéis ánimos para continuar. Dejadlo hasta que tengáis ganas y procurad no ensuciar nada de la habitación.
Cada habitación igual, excepto como dije antes, el cuarto de baño y la cocina, que requieren un tratamiento especial.
Por ahora el que está cansado (pero de escribir) soy yo. Así que voy a darme una buena ducha, comer algo de fruta, y hacer caso a mis propios consejos y salir a comprar antes de que el Carrefour se ponga hasta la bola de gente. Esta tarde me toca limpieza.
P.D. Luego seguiré con el tema.
P.D. (2) Mi piso no está tan sucio, guarros (cree el ladrón que todos son de su condición).