Un gay me dijo una vez que por qué no fabricaban de una vez condones con sabor a polla. Eso de sabores como fresa, plátano y demás era una mariconada, según él. La verdad es que reflexioné sobre el asunto y tenía razón: ¿Qué mejor invento que un condón con sabor a polla? Sería lo lógico. Antes del extra sensible, extra seguro o extra lubricado pues, sabor extra auténtico. Esta sociedad muchas veces no aplica la lógica a las cosas más sencillas