Tiboroski
Nuestro hombre en París
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- 29 Abr 2011
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Hola corazones.
Como lo prometido es deuda, aquí paso a comentar mi pequeño periplo por la capital cordobesa. La idea es trasladarles los aspectos turístico-culturales, gastronómicos y de hospedaje y, en relación a todos ellos, dejarles a continuación mis impresiones y que ustedes luego hagan de todo lo anterior el uso que consideren. Si esperaban ver fotos, éste no es su post. Ni hice ninguna, ni me gustan especialmente ni considero que su ausencia vaya a alterar la narración. Les doy datos suficientes como para que, invirtiendo 2 segundos en google, obtengan mil imágenes mejores.
Notarán además que he hecho un especial hincapié en el aspecto culinario, y ello se debe fundamentalmente a diversos factores:
- Como vivo permanentemente a dieta, tengo pocas posibilidades de darme homenajes, de tal manera que procuro aprovecharlos pero bien.
- A mi modo de ver, una de las mejores maneras de conocer un destino es a través de su cocina.
- La comida suele ser un nexo de unión entre los visitantes culturales, de ocio, negocios, etc...
Comenzamos, cómo no, con mi llegada. El medio de transporte elegido fue el tren, pues la comodidad del AVE es difícilmente batible. Desde la estación a mi hotel me desplacé a pie, dado que no estaba lejos (entre 10 -15 mins. andando) y no acarreaba un equipaje pesado. Además, si las condiciones lo permiten, procuro evitar coger transportes públicos en ciudades pequeñas y pateármelas bien.
El hospedaje elegido fue el hotel La Boutique Puerta de Osario, en la calle Osario.
Hotel La Boutique Puerta Osario - Córdoba | Mejor Precio Garantizado
Lo elegí y reservé unos días antes a través de booking porque conjugaba las 3 cosas que más o menos todos buscamos: buenas valoraciones en general, ubicación interesante y precio competitivo. En mi caso, por 2 noches (sólo alojamiento), pagué 70 euros en total. Si bien la ubicación no era perfecta, a mí me resultaba muy válida pues Córdoba no tiene grandes distancias en su núcleo urbano y el andar unos minutos hasta/desde el mismísimo centro me ayuda mucho a conocer mejor el sitio visitado. Además, ayuda a hacer la digestión tras habernos puesto ciegos a tapas .
El hotel era un 3 estrellas correcto. Sin grandes lujos pero con las comodidades habituales. Eso sí, merece algunos comentarios positivos y otros negativos. Respecto de los positivos, me centraré básicamente en dos:
- La amabilidad de Juan, recepcionista de tarde-noche que se esmeraba por complacer y ayudar en todo lo posible a cuantos huéspedes nos alojábamos allí. Siempre con una sonrisa, interesándose por si todo había ido bien, si necesitabas algo, aconsejando sitios típicos que él conocía y de los que podía dar buena fe, etc... Muy buen profesional.
- El precio: 35 euros por noche IVA incluido, en un hotel decente, en una ciudad como Córdoba, me parece un precio realmente competitivo.
Respecto de los aspectos negativos, pues no fueron cosas para mí realmente importantes: puerta de la habitación ruidosa al abrir y cerrar, ausencia de papelera en el dormitorio (sí en el baño), ruidos de la nevera y la climatización (no doy importancia a estos ruidos porque me duermo con el iPod puesto y ni me entero aunque entiendo que puede ser muy molesto), habitación interior...
Como llegué a mediodía, dediqué todo el resto del día a patear sin rumbo fijo la ciudad. Como además llegaba hambriento y con ganas no de saltarme, sino de sodomizar la dieta que tan estrictamente había llevado el resto del año, comencé también a trabajar el aspecto culinario y visitar algunos de los lugares sobre los que había leído.
Esa tarde-noche visité:
Delorean (C/ Alfonso XIII): Nada "típico", pero este detalle no me importó en absoluto. Lo visité porque había leído cosas buenas sobre él en foros de viajes. Consumición con tapa gratis. Refrescos 1,80 €. Tapas ricas. Atención amable.
La Saga (esquina Claudio Marcelo con María Cristina Ambrosio de Morales): Consumición con tapa gratis. Refrescos 1,80 €. Tapa escasa. Atención amable.
Taberna La Montillana (Calle San Álvaro, 5. Al lado de la Pza. San Miguel): Copa de blanco joven + flamenquín = 11,50 €. Flamenquín muy rico, vino normalito, atención buena. Estaba vacío porque acababan de abrir, pero al parecer se suele poner hasta arriba, especialmente fines de semana.
Taberna La Cazuela de la Esparteria (C/ Rodríguez Marín, 16): coca cola light + ½ ración de croquetas de salmón = 8,70 €. Croquetas muy ricas. Buena atención.
Rafaé (C/ De los Deanes, 2): Tapa de salmorejo + Pepsi light = 3,60 euros. Buena atención y salmorejo muy rico. Estaba lleno.
Sociedad de Plateros (C/ San Francisco) = cerrado por vacaciones.
Taberna de Salinas (C/ Tundidores) = cerrado por vacaciones.
Por esa noche ya había sido suficjente con esta primera toma de contacto, mañana tocaría más..
Al día siguiente amanecí temprano y me dirigí hacia La Catedral (hace siglos que dejço de ser Mezquita, así que lo llamo LA CATEDRAL). La entrada es gratis ciertos días laborables si se hace entre su apertura (08 : 30) y 09 : 20. Dado que no tengo sueldo de admin. PL y que por defecto me suelo levantar temprano, allí que fui. No me detendré excesivamente en el aspecto monumental porque entiendo que son experiencias que se deben vivir en primera persona. Si diré que me gustó, pero no me impresionó. No tanto como pensé que lo haría. Pero ello no quiere decir que no merezca la pena, ojo.
Tras esa visita me acerqué a los Alcázares de los Reyes Cristianos, que está al lado de la Catedral. Aquí la entrada también es gratis ciertos días laborables si se visita entre 08 : 30 y 10 : 30. Como no llevaba una idea preconcebida, me sorprendió gratamente. En el trayecto hacia mis otras visitas me paré a tomar sendos refrigerios.
Norte y Sur (Pza. San Nicolás): Descafeinado solo con sacarina + media tostada de tomate con aceite = 1,90 €. Terracita muy agradable y atención bastante fría aunque correcta por parte de la camarera. Se notaba que el negocio no era suyo y que le jodía estar currando una mañana de agosto.
Cafetería San Pedro (C/ Escultor Juan Mesa): Croissant + café con leche = 2,10 €. El croissant muy rico. Típica pastelería de barrio.
A continuación seguí mi paseo hacia la Sinagoga y de ahí al Museo de Arte contemporáneo y el Museo de Bellas Artes. No es que yo sea un cultureta pero sí procuro en cierto modo tocar también estos palos, que no todo va a ser ponerse ciego a tapas ¿No?
Andando, andando, visitando y visitando, nos plantamos en la hora de la "mirienda". Muchos de los bares/cafeterías/pastelerías/confiterías cordobeses que no están en pleno centro de la ciudad manejan horarios de verano y cierran a las 15 ó 16 horas, de tal manera que tomarse un simple café fuera de aquellos círculos turísticos no es fácil.
Central (Pza. Osorio): Descafeinado con leche = 1,10 €. Sitio de lo más normal y corriente, nada de particular. Atención normal. Vine aquí porque es el único sitio cerca de mi hotel en que me pude tomar un café más allá de las 15 horas. Hice un primer intento en el Mesón El Perol Cafetería, pero con horario de cierre a las 6 horas y siendo las 15 : 45 no quisieron ponerme un triste café. Tenía pensado hacer uno de mis plurales desayunos ahí la mañana siguiente porque había leído buenas cosas, pero que les den por el culo.
La Tortuga (Pza. Mármol de Bañuelos, 1): Sitio modernillo con buena fama en foros de viajeros. Descafeinado solo = 1,10 €. Sirven desayunos y tienen carta y copas por la noche. Atención normal.
De ahí al hotel, descansar un poco, ducharse, cambiarse de ropa y darlo todo en la noche gastronómica cordobesa.
Fusión By Soho (C/Enrique Romero Torres, haciendo esquina con el Paseo de la Ribera): Caña sin + tapa = 1,70. La tapa no se puede elegir. En mi caso fueron tortillitas de camarones con patatas fritas de bolsa. Las tortillitas no valían un duro y me apuesto los brazos de Shivá a que eran congeladas. Atención normal. Vine por casualidad y para hacer tiempo, porque la cocina de La Regadera aún no estaba operativa.
La Regadera (C/ De la Cruz del Rastro 2, al lado del Paseo de la Ribera): Caña sin (1,50) + ½ de salmorejo (5,00). La sin era Cruzcampo y el salmorejo (con servicio de pan) estaba buenísimo. Sitio pequeño y muy solicitado. Atención amable y desenfadada, pero con mucha educación.
La Flamenka (C/Céspedes, 5): Cerveza sin (Buckler), aceitunas de aperitivo (cortesía), mollete de berenjena con queso edam (el plato tenía un nombre ligeramente distinto, que no recuerdo) y work de verduras y pollo. De postre, pastel cordobés. El mollete estaba espectacular. El wok estaba muy bueno también. Las verduras que contienen los platos son ecológicas (y creo recordar que cultivadas por ellos o similar). La atención muy muy amable. Me dieron a probar un chupito de gazpacho antes del mollete que estaba buenísimo y cortesía de la casa. Tras el postre, me invitaron además a un chupito de vino dulce de la tierra. Respecto del pastel cordobés, me tentaron con una bomba de chocolate, brownie y nueces que haría llorar al Niño Jesús de lo buena que estaría y era la especialidad de la casa, pero mi estómago no daba más de sí. Total de la cuenta, 13 euros justos. Lo recomiendo vivamente.
En mi itinerario gastronómico tenía otras citas señaladas (Casa Rubio, Casa Pepe de la Judería, etc...), pero estaba tan lleno que era del todo imposible. Vuelta al hotel dando un paseito nocturno pro Córdoba, que siempre lo merece.
La mañana de mi último día en Córdoba comenzó hacia las 06: 30 de la mañana. Duchita, vestirse e ir a hacer uno de mis varios desayunos programados.
Casa Pepe: Cafetería normal de las de toda la vida y sin ningún encanto en especial pero quería probar sus desayunos, de los que tenía notas positivas. Como los churros aún no habían llegado, la primera tanda fue 1 café con leche y 1/2 tostada con tomate y aceite = 1,80 €. La segunda, 1 café con leche y 1/2 de churros (3 unidades) = 1,90 €. Ojo, en Córdoba, como en muchos sitios de Andalucía, Castilla La Mancha, etc... los churros son lo que en Madrid llaman "porras". En aquellos, las porras son el final de la rosca, con mucha más masa.
Paseíto al hotel para hacer hueco al siguiente desayuno y rematar la maleta. Hago el ritual del check out, dejo la maleta en el hotel (te la guardan el tiempo necesario sin problema) y vuelta a la faena.
La Tortuga (Pza. Mármol de Bañuelos, 1): Como ustedes recordarán me había tomado un café allí el día anterior, pero quería probar sus desayunos. Pasé dentro, elegí mi comanda y me lo trajeron fuera. Café con leche (1,20) + caracola de chocolate (1,60) = 2,60 euros. La caracola muy rica.
Tras dicho pantagruélico comienzo matinal, me fui dando un walkabout en dirección al Paseo de la Victoria a fin de tomar el bus que me llevaría esa mañana a visitar Medina Azahara, ciudad cuya construcción fue ordenada por Abd-al Rahman III en torno al 928-929 d.C y que tan sólo se mantuvo en pie apenas 80 años. El precio del bus son 8,50 euros, e incluye viaje de i/v y el tránsfer desde el parking del Museo a las ruinas. El primer transporte tiene dos horarios (al menos en agosto) a las 10 y a las 11 las idas y a las 13 : 15 y 14 : 15 los regresos. Se puede tomar además en dos paradas distintas: glorieta de la Cruz Roja y Paseo de la Victoria, justo enfrente del Mercado de la Victoria (mercado pequeñito con filosofía gourmet, que habíia visitado el día antes). Los billetes se pueden comprar bien en las oficinas de información turística, bien en el propio autobús, siempre y cuando haya disponibilidad de plazas, pero en agosto no hay problema ninguno (conté 13 personas a la ida). Una vez llegados al parking de las instalaciones, salen buses tránsfer cada 10-15 minutos en dirección a las ruinas. Si se ha llegado en coche particular, este tránsfer cuesta 2,10 euros. El trayecto Córdoba - parking Medina tarda apenas 15 minutos y el tránsfer parking-ruinas otros 5. La entrada tanto a las ruinas como al Museo es gratuita para los ciudadanos UE.
Medina Azahara es curioso y digno de visitar, pero desafortunadamente se conserva bastante mal debido a los múltiples expolios a lo largo de los siglos. Por otro lado, considero excesivo en plazo mínimo de 3 horas entre que llega el bus y vuelve a Córdoba, pues la visita, viendo con calma las ruinas, el museo y la proyección se puede hacer en bastante menos tiempo. Yo vi la peli (18 minutos) 2 veces porque me sobraba tiempo y fuera hacía un sol de justicia. Además me había levantado muy temprano y noté que se me habían cerrado un poco los ojos en el primer visionado. En el mismo sentido, si bien no se hallan en un terreno impracticable, conviene visitar la zona con calzado cómodo y llevarse una botellita de agua porque allí aprieta el calor pero bien. Si se les olvida el agua, no es grave porque dentro del Museo hay una máquina de Bezoya en la que la botella de 1,5 litros sale por 1 leuro. Yo fui a la primera visita y la canícula ya pegaba pero bien. Si van en coche, les advierto que en el aparcamiento no hay una puta sombra.
Como soy una gorda encerrada en un cuerpo de Bratz, en mi paseo antes de tomar el bus a Medina me había acercado a un puesto de churros del que había oído hablar en la Pza. de los Mártires. Como sabía que volvería sobre las 13 : 30 e imaginaba que a esa hora ya no harían churros, le pregunté a la señora que los elaboraba. La citada, persona encantadora donde las haya, se comprometió conmigo a guardarme 3 hasta mi regreso, promesa que cumplió aunque ella no estaba cuando volví y le había dejado el encargo a un chico joven (¿su hijo?) muy amable. Como la señora sabía que era de fuera, y pese a haber desayunado previamente, me regaló un churro para que me lo comiera camino de Medina . He de decir que, a la hora de pagar el encargo de regreso, le dí propina al chico que pretendía cubrir el coste del regalo anterior. Como estaba muy lleno de comida aún, me las puso para llevar y así degustarlas más tarde. Si van ustedes por Córdoba y quieren comer unos churros (Soy un bujarra, qué le voy a hacer) acojonantes, pásense por allí y gocen. Precio de las 3 mini-roscas de churro = 1,50 euros.
Tocaba ya volver al hotel para recoger la maleta e ir pensando en encaminarse hacia el AVE. Peeeero, aún quedaban un par de detalles:
- Pararse en la pastelería Roldán (hay varias, yo estuve en la que hay en la zona del Paseo de la Victoria), donde me tomé una EXCELENTE tarta de queso con frambuesa (2,09 €).
- Coger mi maleta en el hotel, pasear hasta la estación y pararme en un parque a engullir de las porras compradas y no disfrutadas previamente.
Debido a que había llegado a la estación con bastante antelación y que había comprado un billete flexible, pude cambiarlo y adelantar 1/2 hora mi regreso. Compra de periódico, lectura relajada entre estación y trayecto y vuelta a casa. Dudo que nadie se haya leído este tochazo entero, pero si lo han hecho espero que al menos no derivara en tentativas suicidas .
Es posible que me haya dejado bastantes detalles, pero si alguien quiere preguntar algo, aquí estoy a su disposición.
Como lo prometido es deuda, aquí paso a comentar mi pequeño periplo por la capital cordobesa. La idea es trasladarles los aspectos turístico-culturales, gastronómicos y de hospedaje y, en relación a todos ellos, dejarles a continuación mis impresiones y que ustedes luego hagan de todo lo anterior el uso que consideren. Si esperaban ver fotos, éste no es su post. Ni hice ninguna, ni me gustan especialmente ni considero que su ausencia vaya a alterar la narración. Les doy datos suficientes como para que, invirtiendo 2 segundos en google, obtengan mil imágenes mejores.
Notarán además que he hecho un especial hincapié en el aspecto culinario, y ello se debe fundamentalmente a diversos factores:
- Como vivo permanentemente a dieta, tengo pocas posibilidades de darme homenajes, de tal manera que procuro aprovecharlos pero bien.
- A mi modo de ver, una de las mejores maneras de conocer un destino es a través de su cocina.
- La comida suele ser un nexo de unión entre los visitantes culturales, de ocio, negocios, etc...
Comenzamos, cómo no, con mi llegada. El medio de transporte elegido fue el tren, pues la comodidad del AVE es difícilmente batible. Desde la estación a mi hotel me desplacé a pie, dado que no estaba lejos (entre 10 -15 mins. andando) y no acarreaba un equipaje pesado. Además, si las condiciones lo permiten, procuro evitar coger transportes públicos en ciudades pequeñas y pateármelas bien.
El hospedaje elegido fue el hotel La Boutique Puerta de Osario, en la calle Osario.
Hotel La Boutique Puerta Osario - Córdoba | Mejor Precio Garantizado
Lo elegí y reservé unos días antes a través de booking porque conjugaba las 3 cosas que más o menos todos buscamos: buenas valoraciones en general, ubicación interesante y precio competitivo. En mi caso, por 2 noches (sólo alojamiento), pagué 70 euros en total. Si bien la ubicación no era perfecta, a mí me resultaba muy válida pues Córdoba no tiene grandes distancias en su núcleo urbano y el andar unos minutos hasta/desde el mismísimo centro me ayuda mucho a conocer mejor el sitio visitado. Además, ayuda a hacer la digestión tras habernos puesto ciegos a tapas .
El hotel era un 3 estrellas correcto. Sin grandes lujos pero con las comodidades habituales. Eso sí, merece algunos comentarios positivos y otros negativos. Respecto de los positivos, me centraré básicamente en dos:
- La amabilidad de Juan, recepcionista de tarde-noche que se esmeraba por complacer y ayudar en todo lo posible a cuantos huéspedes nos alojábamos allí. Siempre con una sonrisa, interesándose por si todo había ido bien, si necesitabas algo, aconsejando sitios típicos que él conocía y de los que podía dar buena fe, etc... Muy buen profesional.
- El precio: 35 euros por noche IVA incluido, en un hotel decente, en una ciudad como Córdoba, me parece un precio realmente competitivo.
Respecto de los aspectos negativos, pues no fueron cosas para mí realmente importantes: puerta de la habitación ruidosa al abrir y cerrar, ausencia de papelera en el dormitorio (sí en el baño), ruidos de la nevera y la climatización (no doy importancia a estos ruidos porque me duermo con el iPod puesto y ni me entero aunque entiendo que puede ser muy molesto), habitación interior...
Como llegué a mediodía, dediqué todo el resto del día a patear sin rumbo fijo la ciudad. Como además llegaba hambriento y con ganas no de saltarme, sino de sodomizar la dieta que tan estrictamente había llevado el resto del año, comencé también a trabajar el aspecto culinario y visitar algunos de los lugares sobre los que había leído.
Esa tarde-noche visité:
Delorean (C/ Alfonso XIII): Nada "típico", pero este detalle no me importó en absoluto. Lo visité porque había leído cosas buenas sobre él en foros de viajes. Consumición con tapa gratis. Refrescos 1,80 €. Tapas ricas. Atención amable.
La Saga (esquina Claudio Marcelo con María Cristina Ambrosio de Morales): Consumición con tapa gratis. Refrescos 1,80 €. Tapa escasa. Atención amable.
Taberna La Montillana (Calle San Álvaro, 5. Al lado de la Pza. San Miguel): Copa de blanco joven + flamenquín = 11,50 €. Flamenquín muy rico, vino normalito, atención buena. Estaba vacío porque acababan de abrir, pero al parecer se suele poner hasta arriba, especialmente fines de semana.
Taberna La Cazuela de la Esparteria (C/ Rodríguez Marín, 16): coca cola light + ½ ración de croquetas de salmón = 8,70 €. Croquetas muy ricas. Buena atención.
Rafaé (C/ De los Deanes, 2): Tapa de salmorejo + Pepsi light = 3,60 euros. Buena atención y salmorejo muy rico. Estaba lleno.
Sociedad de Plateros (C/ San Francisco) = cerrado por vacaciones.
Taberna de Salinas (C/ Tundidores) = cerrado por vacaciones.
Por esa noche ya había sido suficjente con esta primera toma de contacto, mañana tocaría más..
Al día siguiente amanecí temprano y me dirigí hacia La Catedral (hace siglos que dejço de ser Mezquita, así que lo llamo LA CATEDRAL). La entrada es gratis ciertos días laborables si se hace entre su apertura (08 : 30) y 09 : 20. Dado que no tengo sueldo de admin. PL y que por defecto me suelo levantar temprano, allí que fui. No me detendré excesivamente en el aspecto monumental porque entiendo que son experiencias que se deben vivir en primera persona. Si diré que me gustó, pero no me impresionó. No tanto como pensé que lo haría. Pero ello no quiere decir que no merezca la pena, ojo.
Tras esa visita me acerqué a los Alcázares de los Reyes Cristianos, que está al lado de la Catedral. Aquí la entrada también es gratis ciertos días laborables si se visita entre 08 : 30 y 10 : 30. Como no llevaba una idea preconcebida, me sorprendió gratamente. En el trayecto hacia mis otras visitas me paré a tomar sendos refrigerios.
Norte y Sur (Pza. San Nicolás): Descafeinado solo con sacarina + media tostada de tomate con aceite = 1,90 €. Terracita muy agradable y atención bastante fría aunque correcta por parte de la camarera. Se notaba que el negocio no era suyo y que le jodía estar currando una mañana de agosto.
Cafetería San Pedro (C/ Escultor Juan Mesa): Croissant + café con leche = 2,10 €. El croissant muy rico. Típica pastelería de barrio.
A continuación seguí mi paseo hacia la Sinagoga y de ahí al Museo de Arte contemporáneo y el Museo de Bellas Artes. No es que yo sea un cultureta pero sí procuro en cierto modo tocar también estos palos, que no todo va a ser ponerse ciego a tapas ¿No?
Andando, andando, visitando y visitando, nos plantamos en la hora de la "mirienda". Muchos de los bares/cafeterías/pastelerías/confiterías cordobeses que no están en pleno centro de la ciudad manejan horarios de verano y cierran a las 15 ó 16 horas, de tal manera que tomarse un simple café fuera de aquellos círculos turísticos no es fácil.
Central (Pza. Osorio): Descafeinado con leche = 1,10 €. Sitio de lo más normal y corriente, nada de particular. Atención normal. Vine aquí porque es el único sitio cerca de mi hotel en que me pude tomar un café más allá de las 15 horas. Hice un primer intento en el Mesón El Perol Cafetería, pero con horario de cierre a las 6 horas y siendo las 15 : 45 no quisieron ponerme un triste café. Tenía pensado hacer uno de mis plurales desayunos ahí la mañana siguiente porque había leído buenas cosas, pero que les den por el culo.
La Tortuga (Pza. Mármol de Bañuelos, 1): Sitio modernillo con buena fama en foros de viajeros. Descafeinado solo = 1,10 €. Sirven desayunos y tienen carta y copas por la noche. Atención normal.
De ahí al hotel, descansar un poco, ducharse, cambiarse de ropa y darlo todo en la noche gastronómica cordobesa.
Fusión By Soho (C/Enrique Romero Torres, haciendo esquina con el Paseo de la Ribera): Caña sin + tapa = 1,70. La tapa no se puede elegir. En mi caso fueron tortillitas de camarones con patatas fritas de bolsa. Las tortillitas no valían un duro y me apuesto los brazos de Shivá a que eran congeladas. Atención normal. Vine por casualidad y para hacer tiempo, porque la cocina de La Regadera aún no estaba operativa.
La Regadera (C/ De la Cruz del Rastro 2, al lado del Paseo de la Ribera): Caña sin (1,50) + ½ de salmorejo (5,00). La sin era Cruzcampo y el salmorejo (con servicio de pan) estaba buenísimo. Sitio pequeño y muy solicitado. Atención amable y desenfadada, pero con mucha educación.
La Flamenka (C/Céspedes, 5): Cerveza sin (Buckler), aceitunas de aperitivo (cortesía), mollete de berenjena con queso edam (el plato tenía un nombre ligeramente distinto, que no recuerdo) y work de verduras y pollo. De postre, pastel cordobés. El mollete estaba espectacular. El wok estaba muy bueno también. Las verduras que contienen los platos son ecológicas (y creo recordar que cultivadas por ellos o similar). La atención muy muy amable. Me dieron a probar un chupito de gazpacho antes del mollete que estaba buenísimo y cortesía de la casa. Tras el postre, me invitaron además a un chupito de vino dulce de la tierra. Respecto del pastel cordobés, me tentaron con una bomba de chocolate, brownie y nueces que haría llorar al Niño Jesús de lo buena que estaría y era la especialidad de la casa, pero mi estómago no daba más de sí. Total de la cuenta, 13 euros justos. Lo recomiendo vivamente.
En mi itinerario gastronómico tenía otras citas señaladas (Casa Rubio, Casa Pepe de la Judería, etc...), pero estaba tan lleno que era del todo imposible. Vuelta al hotel dando un paseito nocturno pro Córdoba, que siempre lo merece.
La mañana de mi último día en Córdoba comenzó hacia las 06: 30 de la mañana. Duchita, vestirse e ir a hacer uno de mis varios desayunos programados.
Casa Pepe: Cafetería normal de las de toda la vida y sin ningún encanto en especial pero quería probar sus desayunos, de los que tenía notas positivas. Como los churros aún no habían llegado, la primera tanda fue 1 café con leche y 1/2 tostada con tomate y aceite = 1,80 €. La segunda, 1 café con leche y 1/2 de churros (3 unidades) = 1,90 €. Ojo, en Córdoba, como en muchos sitios de Andalucía, Castilla La Mancha, etc... los churros son lo que en Madrid llaman "porras". En aquellos, las porras son el final de la rosca, con mucha más masa.
Paseíto al hotel para hacer hueco al siguiente desayuno y rematar la maleta. Hago el ritual del check out, dejo la maleta en el hotel (te la guardan el tiempo necesario sin problema) y vuelta a la faena.
La Tortuga (Pza. Mármol de Bañuelos, 1): Como ustedes recordarán me había tomado un café allí el día anterior, pero quería probar sus desayunos. Pasé dentro, elegí mi comanda y me lo trajeron fuera. Café con leche (1,20) + caracola de chocolate (1,60) = 2,60 euros. La caracola muy rica.
Tras dicho pantagruélico comienzo matinal, me fui dando un walkabout en dirección al Paseo de la Victoria a fin de tomar el bus que me llevaría esa mañana a visitar Medina Azahara, ciudad cuya construcción fue ordenada por Abd-al Rahman III en torno al 928-929 d.C y que tan sólo se mantuvo en pie apenas 80 años. El precio del bus son 8,50 euros, e incluye viaje de i/v y el tránsfer desde el parking del Museo a las ruinas. El primer transporte tiene dos horarios (al menos en agosto) a las 10 y a las 11 las idas y a las 13 : 15 y 14 : 15 los regresos. Se puede tomar además en dos paradas distintas: glorieta de la Cruz Roja y Paseo de la Victoria, justo enfrente del Mercado de la Victoria (mercado pequeñito con filosofía gourmet, que habíia visitado el día antes). Los billetes se pueden comprar bien en las oficinas de información turística, bien en el propio autobús, siempre y cuando haya disponibilidad de plazas, pero en agosto no hay problema ninguno (conté 13 personas a la ida). Una vez llegados al parking de las instalaciones, salen buses tránsfer cada 10-15 minutos en dirección a las ruinas. Si se ha llegado en coche particular, este tránsfer cuesta 2,10 euros. El trayecto Córdoba - parking Medina tarda apenas 15 minutos y el tránsfer parking-ruinas otros 5. La entrada tanto a las ruinas como al Museo es gratuita para los ciudadanos UE.
Medina Azahara es curioso y digno de visitar, pero desafortunadamente se conserva bastante mal debido a los múltiples expolios a lo largo de los siglos. Por otro lado, considero excesivo en plazo mínimo de 3 horas entre que llega el bus y vuelve a Córdoba, pues la visita, viendo con calma las ruinas, el museo y la proyección se puede hacer en bastante menos tiempo. Yo vi la peli (18 minutos) 2 veces porque me sobraba tiempo y fuera hacía un sol de justicia. Además me había levantado muy temprano y noté que se me habían cerrado un poco los ojos en el primer visionado. En el mismo sentido, si bien no se hallan en un terreno impracticable, conviene visitar la zona con calzado cómodo y llevarse una botellita de agua porque allí aprieta el calor pero bien. Si se les olvida el agua, no es grave porque dentro del Museo hay una máquina de Bezoya en la que la botella de 1,5 litros sale por 1 leuro. Yo fui a la primera visita y la canícula ya pegaba pero bien. Si van en coche, les advierto que en el aparcamiento no hay una puta sombra.
Como soy una gorda encerrada en un cuerpo de Bratz, en mi paseo antes de tomar el bus a Medina me había acercado a un puesto de churros del que había oído hablar en la Pza. de los Mártires. Como sabía que volvería sobre las 13 : 30 e imaginaba que a esa hora ya no harían churros, le pregunté a la señora que los elaboraba. La citada, persona encantadora donde las haya, se comprometió conmigo a guardarme 3 hasta mi regreso, promesa que cumplió aunque ella no estaba cuando volví y le había dejado el encargo a un chico joven (¿su hijo?) muy amable. Como la señora sabía que era de fuera, y pese a haber desayunado previamente, me regaló un churro para que me lo comiera camino de Medina . He de decir que, a la hora de pagar el encargo de regreso, le dí propina al chico que pretendía cubrir el coste del regalo anterior. Como estaba muy lleno de comida aún, me las puso para llevar y así degustarlas más tarde. Si van ustedes por Córdoba y quieren comer unos churros (Soy un bujarra, qué le voy a hacer) acojonantes, pásense por allí y gocen. Precio de las 3 mini-roscas de churro = 1,50 euros.
Tocaba ya volver al hotel para recoger la maleta e ir pensando en encaminarse hacia el AVE. Peeeero, aún quedaban un par de detalles:
- Pararse en la pastelería Roldán (hay varias, yo estuve en la que hay en la zona del Paseo de la Victoria), donde me tomé una EXCELENTE tarta de queso con frambuesa (2,09 €).
- Coger mi maleta en el hotel, pasear hasta la estación y pararme en un parque a engullir de las porras compradas y no disfrutadas previamente.
Debido a que había llegado a la estación con bastante antelación y que había comprado un billete flexible, pude cambiarlo y adelantar 1/2 hora mi regreso. Compra de periódico, lectura relajada entre estación y trayecto y vuelta a casa. Dudo que nadie se haya leído este tochazo entero, pero si lo han hecho espero que al menos no derivara en tentativas suicidas .
Es posible que me haya dejado bastantes detalles, pero si alguien quiere preguntar algo, aquí estoy a su disposición.