Efectos psicológicos y fisiológicos
Ludwig Lewin, el primer farmacólogo que estudió los alcaloides del peyote aseguró tras varias ingestiones:
No hay en el mundo una planta que provoque en el cerebro modificaciones funcionales tan prodigiosas. Aunque las procure solamente bajo la forma de fantasmas sensoriales, o por la concentración de la más pura vida interior, esto acontece bajo formas tan particulares, tan insospechadas, que quien es su objeto se siente transportado a un mundo nuevo de sensibilidad e inteligencia. Comprendemos que el viejo indio de México haya visto en esta planta la encarnación vegetal de una divinidad. (25)
Para Schultes y Hoffman, según establecen en Plantas de los Dioses, el más espectacular de los múltiples efectos del peyote es
el juego caleidoscópico de visiones coloridas de indescriptible belleza […] se perciben destellos y centelleos de colores, cuya intensidad y pureza desafían cualquier descripción. Frecuentemente las visiones llevan una secuencia que va de figuras geométricas a objetos extraños y grotescos, cuyas características varían de un individuo a otro. (22)
Richar Heffern, por su parte, ofrece en Secrets of the Mind altering plants of Mexico (12) una detallada descripción respecto a los efectos que opera el buen cacto sobre la conciencia:
Quería que mi primera experiencia con peyote fuera perfecta en cada detalle, así es que la planeé tan cuidadosamente como pude. Mi acompañante y yo decidimos dormir la mayor parte del día para estar alerta por la noche… deliberadamente escogimos una noche de luna llena para no necesitar luz artificial… Aproximadamente una hora antes del atardecer ingerimos cada uno el equivalente a 500 miligramos de mescalina. Alrededor de 40 minutos después... caminé cuesta abajo hasta llegar a un nopal y de pronto tuve la extraña sensación de que sería muy descortés pasar junto a la planta sin saludarla. En esos momentos, la planta era tan importante como yo. Ambos - la planta y yo - estábamos en esta tierra juntos, y además de este hecho, me embargaba el sentimiento de que existía un vínculo entre nosotros. Estábamos "en esto" juntos… Durante toda la experiencia, hubo un pronunciado regocijo. Sentía que estaba parado más erectamente que de costumbre; sentía un gran orgullo por ser una criatura viviente. En esos momentos, la conciencia de estar vivo me parecía suficiente para ser completamente feliz. Al mismo tiempo, parecía que me quedaba muy poco "ego"; sentía que era una pequeña parte de un todo mucho más grande. Estaba en la tierra para vivir, para experimentar, para aprender. El mundo alrededor mío era un gran lugar sagrado - un lugar que debía ser reverenciado y respetado. Ahora que lo veo a distancia... me pregunto si las cosas habrían sido diferentes de haber estado rodeado de un ambiente urbano en el que prevalecieran las cosas hechas por el hombre… De alguna manera, sentí un gran desamparo. Me sentí como un niño en un mundo extraño, poco familiar pero fascinante. Sentí que estaba aprendiendo todo de nuevo, por así decirlo… La cresta de la experiencia pareció venir después de las cuatro horas, aunque era muy difícil estar conciente del paso del tiempo. En algún punto, parecía que en verdad podía sentir la rotación de la tierra sobre su propio eje, un fenómeno que ocurre constantemente, aunque la vida parece insensible a esta clase de movimiento. Era una noche de neblina, y la niebla parecía tomar la forma de un dragón enorme, iluminado por la luna… En algún punto indiscernible, una suerte de retrospectiva se convirtió en el aspecto dominante de la experiencia. Era como si mi mente estuviera tratando muy duro, en otro nivel, de encontrar el significado de la experiencia completa. Tenía un conocimiento intuitivo de que la experiencia tenía un gran significado y yo no estaba siendo capaz de captar la totalidad de su significado… En los días que siguieron, pensé muchas veces en todo lo que había pasado, ya que lleva algo de tiempo comprenderlo todo. (12)
El siguiente relato es de un viajero anónimo que tomó 300 mg de mezcalina pura administrado en forma oral:
Me habría gustado, y estaba esperando, tener un día de excitación visual, pero parece que fui incapaz de escapar al auto-análisis… Aprendí muchas cosas acerca de mí mismo y de mi trabajo interior… Comencé a cobrar conciencia de un punto, una brillante luz blanca, que parecía ser por donde Dios estaba entrando, y era inconcebiblemente maravilloso percibirla y estar cerca de ella. Uno deseaba con todo el corazón que se aproximara. Pude entender por qué la gente se sienta y medita durante horas sólo con la esperanza de que esta poca de luz los contacte. Supliqué que continuara acercándose. Pero no lo hizo. Se desvaneció y no regresó en esa forma particular durante el resto del día. Escuchando el Requiem de Mozart encontré magníficas crestas de belleza y gloria. El mundo estaba tan lejos de Dios, y nada era más importante que volver a entrar en contacto con Él. Pero vi como creamos el fiasco nuclear para amenazar la existencia del planeta, como si fuera sólo a través de la amenaza de la aniquilación completa como la gente podría despertar y comenzar a preocuparse por los demás… Un efecto remarcable de esta droga es la extrema empatía que se siente por todas las cosas pequeñas; una piedra, una flor, un insecto. Creo que sería imposible dañar a alguien -cometer un acto dañino o doloroso sobre alguien o algo está más allá de las capacidades de uno. Ni siquiera se puede cortar una flor… Terminé la experiencia sintiendo que había pasado por muchas cosas, que había logrado algo importante. Me sentía maravillosamente, libre y despejado. (23)