Cuando él no está, estoy yo. ¡Atrévete a molar!

Max_Demian

Puta rata traicionera
Registro
17 Jul 2005
Mensajes
34.085
Reacciones
28.095
Tomando como ejemplo este relato de Borges, elabore su propio discurso sobre la relación que existe entre usted y usted mismo.

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y solo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras
cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.



FIN



Desde que llevo el foro en el bolsillo Demian puede aparecer en cualquier momento, cualquier instante en el que el mínimo decoro al que aún siento adherencia lo permita. Yo me quedo serio, en silencio, mientras le dejo hacer. Es una parte de mí que simplemente aprovechó este foro para emerger. A veces, cuando necesito ayuda y no me atrevo a pedirla, él se ofrece a salir y resolver los problemas cuya urgencia hacen que me desmorone y me entierre, no muy profundamente, bajo la arena del parque. A mí me gusta mi habitación, dormir más de lo aconsejable, observar a los desconocidos cuando voy en el metro, imaginar; Demian comparte algunas de estas preferencias, pero él intenta jugar a otro juego. Durante años he aprendido de él, dejándome llevar por unas ilusiones que no eran del todo mías pero también huyendo a un mundo en el que no tenia nada que temer. Demian es un pasadizo que conduce más allá de lo que me es dado, un túnel que se desmorona poco a poco pero que una vez más cumple su función. A veces he querido deshacerme de él como me deshago de todo, pero tal vez sea el único al que verdaderamente necesito. En cambio soy yo el que da interminables vueltas en la cama, evitando entrar en el terreno de lo simbólico, en un desvelo al que me acostumbré hace muchos años. Soy yo al que el espejo devuelve miradas cargadas de escepticismo, el que envejece, el que se asfixia. Demian saca sus propias conclusiones mientras me acompaña. Si alguna vez se encuentran conmigo no esperen nada de mí, no seré como él, sino como una vieja fotografía de alguien cuyo rostro comienza a desvanecerse.
 
Si alguna vez se encuentran conmigo no esperen nada de mí, no seré como él, sino como una vieja fotografía de alguien cuyo rostro comienza a desvanecerse.

Yo ya no soy yo. Ya no soy el cabrón que entraba a librerías y papelerías. El que devoraba libros. Ya no me emocionan los amigos. Me aburren las cervezas y las batallitas a su lado. Todo lo que aprendí, de nada me sirvió. Desterrado en un mundo de perros, lucho por mimetizarme. Tratar de pasar desapercibido. No mencionar mis aficiones. No hacer elogio de la soledad. Mostrarme feliz. Fingir interés por cacharros con cuatro ruedas, por vaginas que caminan a dos patas, por estilos de vida que ya están muertos antes de nacer.
Me lo han quitado todo.
Bienvenido, Max.
 
Yo ya no soy yo. Ya no soy el cabrón que entraba a librerías y papelerías. El que devoraba libros. Ya no me emocionan los amigos. Me aburren las cervezas y las batallitas a su lado. Todo lo que aprendí, de nada me sirvió. Desterrado en un mundo de perros, lucho por mimetizarme. Tratar de pasar desapercibido. No mencionar mis aficiones. No hacer elogio de la soledad. Mostrarme feliz. Fingir interés por cacharros con cuatro ruedas, por vaginas que caminan a dos patas, por estilos de vida que ya están muertos antes de nacer.
Me lo han quitado todo.
Bienvenido, Max.


IKIFEEL.webp
 
Pero hijos de la grandísima puta, ¿qué coño estáis hablando? ¿es que no habéis entendido de qué va el hilo y estáis hablando de lo primero que se os viene a vuestra mente de retrasado? Uno, sólo uno, ha seguido con el tema del hilo. El resto, hablando sin sentido.
 
Quizá la intención del hilo sobrepasa un poco la capacidad intelectual del forero medio.:face:
 
Quizá la intención del hilo sobrepasa un poco la capacidad intelectual del forero medio.:face:

El que ha abierto el jilo lee a Borges, a Juan Ramón, y es así, sensible y especialito. Y luego hay una gran manada de mongolos que empiezan las frases en minúscula o que directamente se cagan en el diccionario y lo meten en el microondas 30 minutos a 600. Y vale que tenemos en común muchas cosas, pero no todo son lugares comunes. Este hilo es la prueba de ello.
 
Última edición:
Eliminados todos los posts de los subnormales que han entrado al hilo a enmierdarlo porque son tan cortitos que no han entendido de qué cojones va el puto tema, y mira que está bien explicado y hasta con un ejemplo. Todos ellos, además, baneados de este hilo por MERMADOS.

Max, sigamos con el hilo. El que no entienda de qué va o qué hay que hacer que haga dos cosas: una (la primera y más importante), aprender que es un torpe mental y que su capacidad intelectual está por debajo de la media, ya que es incapaz de entender algo tan sencillo, y dos: intentar no enmierdar ni este ni ningún otro hilo donde no esté a la altura.
 
En ocasiones intento hablar con ese MIP que fue hace 20 años. Y le criticaba, no tanto los actos que realizó sino los que dejó en el tintero. Es más sencillo ver el cuarto con la luz encendida que en penumbra.

A veces le pregunto por qué tiró hacia delante cuando todas las alarmas le decían que se quedara donde estaba, o viceversa.

Es entonces cuando entiendo que la pereza es el peor de los pecados capitales, porque es la causa de que nosotros mismos nos robemos, con nocturnidad y alevosía, ese futuro que posiblemente un hado tenía previsto para nosotros.

Finalmente me reconcilio con ese personaje pensando que seguramente, la vida siempre nos regala una segunda oportunidad.
 
Sin la capacidad de redaccion de otros foreros, comparto ese sentimiento de desapego con uno mismo, ese sentirse atrapado en una realidad donde se comparte el yo público con el yo personal. Y el problema es que esa separación se va haciendo mayor con el paso de los años cuando todo diría que con la madurez esa distancia debería reducirse. Pero no queda más remedio que encontrar un equilibrio para no entrar en ese punto de perturbación que desprende el post de Max Demian.
 
Sin la capacidad de redaccion de otros foreros, comparto ese sentimiento de desapego con uno mismo, ese sentirse atrapado en una realidad donde se comparte el yo público con el yo personal. Y el problema es que esa separación se va haciendo mayor con el paso de los años cuando todo diría que con la madurez esa distancia debería reducirse. Pero no queda más remedio que encontrar un equilibrio para no entrar en ese punto de perturbación que desprende el post de Max Demian.

En mi caso, no es que mi yo interior y público se hayan separado. Durante décadas, fui yo mismo. Alegre, bueno, curioso, centrífugo... En muchos sitios he vivido, estudiado y trabajado, tanto en España como en el extranjero. Y sí, ese yo de la vida real, siempre causó una mezcla de admiración en los mediocres, y de burla en los ignorantes y los primarios. Al final, esté donde esté, siempre veo que se cumplen los mismos patrones. Ya me da igual ser objeto de burla o admiración. Siempre es la misma historia. ¿Y yo qué gano? ¿Qué gano entre chimpancés y las hienas® (Copyright by Er Cordobé)? No gano nada. Pierdo mi cada vez más escaso tiempo.

Últimamente me doy cuenta, de que toda la curiosidad por viajar, leer, saber, compartir, etc, ha quedado sepultada por la prosaica realidad. La realidad no es lugar para la poesía, los valores, las grandes palabras. No. La realidad, a veces infinitamente bella, suele ser pisoteada por los amos de este mundo, los vulgares, los zafios, los malos y los ignorantes. La conjura de los necios.

Hace poco, me di cuenta que era mejor guardarme el resplandor para mí, y mientras, aburrido, le rasco la etiqueta al botellín de Mahou y comento el partido del día anterior (no ha sucedido pero ya me entienden).
Convertirme en un zombie más, a sabiendas de que los Otros lo huelen. Huelen lo elevado. No lo soportan, y muerden. Todo bajo sus normas. Cómo pensar, cómo vestir, qué comer, cómo follar...

Lo que más me duele es tener olvidar que sé hacer caleidoscopios caseros, laberintos con plastilina, que me gustaba la música de 8 bit, leer sobre los ninjas, hacer dioramas, eligiendo curiosamente materiales y pinturas en la vieja tienda de maquetas; hojear la Muy interesante, leerme todas las cartas de los lectores de los dominicales, tomar prestados libros de 3 en 3 en la biblioteca, emocionarme con una canción de John Lennon, pintar con acuarelas, tirarme toda la tarde dibujando dibujando con un boli bic, buscar tréboles de cuatro hojas en la hierba las eternas tardes de verano; tener que olvidar que me emocionaba cuando llegaba a un nuevo lugar, cuando preparaba la mochila para una excursión al día siguiente, cuando me sentaba a cenar con los amigos pizza y cervezas. Cuando perseguir mujeres aún tenía emoción.

Todo está mercantilizado. Todos te quieren usar. Y si no te pueden sacar dinero, te robarán tiempo, te quitarán energía, volcarán su mierda y sus ambiciones de borregos dentro de tu cabeza. Te juzgarán por sus normas y sus códigos de mamelucos.

Jurado, juez y testigos apostando tu alma y tu ser en una partida de mus, mientras mastican cacahuetes rancios y en la radio suena uno más de sus himnos/códigos de programación.


Siento que bailo por primera vez,

eres el arte que endulza la piel,

de mi mente viajera que sigue a tus pies.

Siento que bailo por primera vez

junto a ti, oh oh.


¿Lo notas? Si sientes que no hay asilo, enhorabuena, dame tu mano, que ya has llegado. Estás vivo.
 
Última edición:
Vandelay y servidor llevamos el Yo a relevos;
No es difícil, pues compartimos el gusto por las divagaciones, la oscuridad, los paseos nocturnos del tímido flâneur que lo ve todo y nunca se detiene, las bebidas con hielo, el chocolate o los pubis gráciles de las japonesas o coreanas de las películas ésas.

De entre todas las particiones que hacemos
8 horas queda vacante el Yo para ser nadie o todos; duermo o soy capitán de los ladrones o un sapo intentándose comer una mosca (ésto se conoce que es sueño).
8 horas soy yo quien salva el tipo a Vandelay para lograr el objetivo ése tan manido de morir otro día, para ésto hay que decir mucho "sí, sí, claro,claro" y ya.

8 horas quedan para ser Vandelay, ir al Mercadona, las pajas, cómo no las pajas, acariciar al gato, saludar a la vecina.

La cosa es que la sombra de Vandelay se alarga y cada vez soy menos yo oficialmente, el tipo que vive en X, que trabaja cada vez peor y menos en Y, o que juega sin falta los jueves por la tarde a la hora de siempre en la cancha de siempre.

Vandelay vive en un barrio donde todas las vecinas son chivatas, todos los coches Leones o Panameras, el sueldo mínimo son 3000 euros y las paredes de los callejones aparecen cada mañana adornados con pintadas de Hediondo Surnormal y allí,
Mientras Vandelay juega yo pago las cuentas, voy al mercado, me como el atasco o la carne que está un poco seca.

Vandelay es la cuenta en Suiza que uno tiene para salvaguardar el ego- lo poco o mucho que quede- lo que uno era cuando era uno y no otro.
Lo que yo guardaba de los demás, Vandelay se lo lleva y lo guarda de mí- un posible intento de hacerse con la Titularidad de éste escribiente- y me dice que es por mi bien, que no me preocupe.

A pesar de que probablemente siempre estuvo ahí (era el que tocaba el timbre y echaba a correr o escupía desde los balcones), cada vez es más invasivo, así que lo estoy llevando a un colegio de retrasados donde, cómo no, también le hago los deberes, como ésta redacción de estilo Dakillesco.

¿Quién manda aquí?



lucho por mimetizarme.
Ser Genérico.
Fingir interés por cacharros con cuatro ruedas, por vaginas que caminan a dos patas, por estilos de vida que ya están muertos antes de nacer.
La Pregunta es:
Cimmerio, ¿Are you becoming (turning into)"The Others"?
Y el problema es que esa separación se va haciendo mayor con el paso de los años cuando todo diría que con la madurez esa distancia debería reducirse.
Vamos caminando hacia "Los Otros".
Me recuerda a uno de los últimos discursos de Fidel Castro donde dijo:
"Pronto seré como todos los demás".
Él se refería a la muerte, yo más bien a la muerte en vida, a la conversión a lo genérico, a la renuncia del YO, que también es muelte.
 
La Pregunta es:
Cimmerio, ¿Are you becoming (turning into)"The Others"?

Lucho por defender la ubicación secreta de mi campamento, aunque para ello tenga que ser sometido a torturas. Fíjese, en plena vorágine Spanien vs Katalonien, cuando tuneé mi avatar con la bandera de España, me sentí más violado que la muchacha de San Fermín. Hice la vista gorda, aunque aún no duermo bien por las noches por aquel acontecimiento.

Trato de mantener muy vivo lo que realmente soy, pero más oculto que nunca a los ojos de esta sociedad de monstruos que ya ni siente ni padece, que para eso ya está la tecnología y el coworking a tope de monguis pensando por nosotros.
concert-phones.jpg
 
Última edición:
Truño es vago, egoista y misántropo, en el fondo entiendo a ese hijo de puta, pues ¿para qué el esfuerzo? En la historia del planeta 6 extinciones masivas aniquilaron, cada vez, el 95% de las especies y vuelta a empezar. Truño añora que nos toque otra purga de bichos, de la que la especie humana no escape y se vaya a tomar por culo sin dejar más rastro que un vaso del Starbucks flotando en un nuevo océano.
Yo quedo subyugado por su odio y soy víctima de su aislamiento social sin poder disfrutar del concierto de Luis Miguel, Malú o Manuel Carrasco.
Y de follar ni hablamos, polvos intermitentes con pájaras de todo pelaje, pero siempre analfabetas, el horror, el horrooor.
¿Pero cómo voy a tomar el control ahora? Son años con el timón en manos de ese puto loco y ya estamos perdidos, ya estamos a la deriva.
Nada se salvará del naufragio.
 
Última edición:
Atrás
Arriba Pie