Alcaudon
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Me han inspirado estas líneas del pana @scallone para abrir el hilo.A mi parecer creo que esa es la clave, que te importe una mierda el qué dirán y centrarte en lo que te apetece y te hace feliz
Personalmente, el ego me ha hecho sufrir mucho en la vida por cosas totalmente estúpidas.
Tías que te calientan la cabeza para luego irse con otro en tus narices, pérdidas de dinero, antiguos amigos que te han traicionado de alguna u otra manera, concursos en los que sabes que ha habido tongo, discusiones absurdas, politiqueos, abandonos, obsesionarnos con convencer de nuestra visión del mundo a los demás, metas autoimpuestas que nunca logramos conseguir, etc.
Bombas de relojería que acaban explotando hacia dentro en forma de estrés, ansiedad, insomnio, depresiones y demás cosas que no apetecen a nuestras edades.
Le doy vueltas a estos temas en la cabeza cuando paseo y reflexiono al observar el mundo.
Descubrí que todo lo que tiene que ver con nuestros puntos de vista, no sirve de nada más allá de exponerlos y comentarlos con amigos y familiares, pero que es absurdo discutir acaloradamente sobre ellos: no vas a cambiar el mundo. Y aunque lograses convencer a medio millar de personas, tampoco. Vox necesitó a tres millones y medio de votantes para ser mínimamente escuchado, por poner un ejemplo, y aún así sólo son una anécdota sistémica. Lo que quiero decir es que ya no estamos en la época en la que tu voto como aldeano representaba algo. Ahora hay trillones de opiniones volátiles en las redes y la sociedad occidental avanza como un gólem sin cerebro, a base de estímulos más o menos aleatorios.
He aprendido que lo que tendrá que venir vendrá, y que los dioses se apiaden de nuestras almas.
Sólo podemos luchar para sobrevivir, tener ciertas comodidades y no volvernos demasiado locos.
Pero claro, hay cosas que nos afectan más directamente, donde el enfrentamiento es directo, ya sea en un grupo más reducido o en un cara a cara.
Lo primero que aprendí es que no cuesta nada complacer a los demás, pues aunque ellos se lleven pequeñas victorias que para ti realmente no significan nada, luego es más fácil acceder a tus ropias victorias, ya que ellos entenderán que no les cuesta demasiado dado lo que previamente han ganado. No hablo de ninguna táctica de embaucación, sólo de interactuar con los demás de forma más amable y sincera.
Por supuesto, habrá oligofrénicos y cabezotas, a los que habrá que ignorar activamente sabiendo lo que son: pobres almas desgraciadas que jamás se dejarán ayudar.
Otra cosa importantísima es entender que a patir de cierta edad, más temprana de lo que se piensa, la gente normalmente no se sale de sus ideas y prejuicios, por lo que discutir no va a cambiar nada, salvo para enturbiar el ambiente: ¿realmente te afecta que tu prójimo sea marxista-leninista, piense que el ser humano fue creado por alienígenas ancestrales, o que sea un ferviente católico? Claro que no, joder.
Apártate y déjale seguir su camino, es como más saldrás ganado.
¿Y qué pasa con las pérdidas?
Ese dinero que presté y nunca me devolverá nadie, esa chica que se fue con otro, o ese presunto amigo que te la jugó.
¿De verdad es para tanto?
Pues no.
Entendí que el dinero y las relaciones van y vienen, que habrá momentos en los que nos sobren los dólares y otros en los que estaremos sin un duro por lo que sea, que habrá momentos en los que estaremos rodeados de gente agradable y otros en los que te verás más sólo que la una. Es ley de vida, y enfadarse con eso es enfadarse con la Ley Natural, contra el azar de los bailes entrópicos.
En fin, seguro que me he dejado cosas y tampoco soy aquí ningún iluminado.
Pero creo que compartir nuestras experiencias y reflexiones puede ser útil.
También me gustaría hablar sobre las autoimposiciones intelectuales más adelante.
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