Yo ya no ejerzo desde hace años; y durante mi vida profesional conocí funcionarios muy competentes en su trabajo y amables, del mismo modo que también conocí otros que mejor se podían quedar en su casa, ya que para atender cara al público hay que tener cierto talante. En todos los gremios hay garbanzos negros y manzanas podridas que perjudican a los demás.
Aún así; tienes toda la razón de que el público en general (justiciables para vosotros y clientes para nosotros) se ha vuelto muy maleducado y exigente; lo quieren todo para anteayer y encima sin querer soltar un duro para pagar los honorarios profesionales, en nuestro caso. Los clientes en cuanto tienen un problema te llaman; pero luego ponen mala cara si les pides dinero por contratar tus servicios profesionales; se deben pensar que los abogados nos reproducimos por esporas, que no vivimos, que no comemos, que no pagamos facturas y, en general, que nuestra vida es ser abogados 24/7 a su disposición para cuando ellos quieran.
Eso sí; cuando les dices que soliciten un abogado de oficio si no tienen dinero para pagar a uno particular, ninguno quiere un abogado de oficio.
Ese y otros muchos, fueron los motivos por los que terminé colgando la toga.