Senior Putas
Freak
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Hola estimados subnormales, como no sabréis debido a vuestro retraso congénito, bien es sabido que la mayoría de los avances de la humanidad se han se deben a simples casualidades, pues bien, vivimos rodeados de comodidades superfluas y de vez en cuando, el destino nos ofrece la oportunidad de redescubrir el recto camino de la razón.
Andábame yo una madrugada por la ciudad en un estado semi-inconsciente-comatoso por culpa de que me debieron de echar burundanga en los 50 gintonics que me había tomado, cuando de pronto, en un momento de luzidez, fui consciente de que necesitaba encontrar refugio rapidamente puesto que mi cerebro estaba ya en la reserva de la consciencia y se gripaba dejando lagunones de memoria.
En ese momento de recuperación, no fui capaz de averiguar donde me hallaba, pese a que había empezado a salir el sol, debido a que había deambulado con el piloto etilicoautomático puesto, las temperaturas eran gélidas y mi cuerpo y mente estaban al borde del colapso.
Necesitaba refugio, y pronto, si no quería amanecer en vayase a saber usted donde tras desplomarme en el suelo.
Quiso la casualidad (el destino) que viese como una mujer abría el portal de su casa, una puerta de esas que tardan en cerrarse una eternidad, raudo y a la velocidad que mis fallantes reflejos me permitieron, conseguí llegar hasta la puerta antes de que se cerrase y me introduje en su interior.
El portal era enorme, más grande que mi casa, debía de estar en alguna zona adinerada de la ciudad, y pese a que el portal contenía moviliario, no me parecio el refugio más adecuado. Encontré unas escaleras que bajaban hacia la oscuridad y como oso buscando cueva allí que me fuí.
No pude encontrar la luz, pero parece ser que era algún acceso a los trasteros, bajé un piso más y gracias a las luces de emergencia que por ahí habían llegue a una pequeña sala que estaba en obras, como ya era Domingo, supuse que nadie vendría a interrumpir mi descanso... el suelo estaba de hormigón y habían varios agujeros por todo el suelo (casi me mato).
Las tripas protestaban, necesitaban desalojar, e iban a desalojar me bajase los pantalones o no, así pués, con todo el atino que me permitió la mente, me desnude de cintura para abajo y me acuclillé sobre uno de esos agujeros que vayase usted a saber hacia donde bajaban, y descargué toda la furia de mi ano, me limpie con los gayumos como pude, los arrojé también al bujero y me puse los pantalones.
Toda esa descarga de material caliente, dejó un vacio en mi interior y me empezó a cambiar la temperatura, literalmente me estaba congelando, la burundanga de los 50 gintonics debía de estar desapareciendo y con ella sus efectos. Así comencé a temblar y a tientas busqué el sito más recóndito de la sala donde me encontraba, debajo de las escaleras de obra por las que había bajado (me di cuenta en ese momento que eran de obra).
Me desice del abrigo, me lo puse por encima mientras yo estaba sobre el frío cemento y me dispuse a quedarme inconsciente... así se me apagó el cerebro.
Desperté horas después, no tenía batería en el móvil, la oscuridad era total, pero yo había dormido de puta madre, mi intestino funcionaba muy bien, eso que yo siempre me levanto con las tripas grogis, tenía las marcas del hormigón en la cara, pero mi cuerpo estaba totalmente descansado y no tenía casi resaca.
Tras comprobar que todavía tenía la cartera, llaves y tabaco, subí las escaleras y me encontré que estaba atardeciendo, salí del portal y totalmente descansado caminé durante una hora y media hasta llegar al hogar.
Desde entonces duermo en el suelo y cago de cuclillas, el cuerpo descansa mejor y el intestino se vacía del todo.
El water y los colchones viscolásticos de mierda están pensados para que no seais felices.
Andábame yo una madrugada por la ciudad en un estado semi-inconsciente-comatoso por culpa de que me debieron de echar burundanga en los 50 gintonics que me había tomado, cuando de pronto, en un momento de luzidez, fui consciente de que necesitaba encontrar refugio rapidamente puesto que mi cerebro estaba ya en la reserva de la consciencia y se gripaba dejando lagunones de memoria.
En ese momento de recuperación, no fui capaz de averiguar donde me hallaba, pese a que había empezado a salir el sol, debido a que había deambulado con el piloto etilicoautomático puesto, las temperaturas eran gélidas y mi cuerpo y mente estaban al borde del colapso.
Necesitaba refugio, y pronto, si no quería amanecer en vayase a saber usted donde tras desplomarme en el suelo.
Quiso la casualidad (el destino) que viese como una mujer abría el portal de su casa, una puerta de esas que tardan en cerrarse una eternidad, raudo y a la velocidad que mis fallantes reflejos me permitieron, conseguí llegar hasta la puerta antes de que se cerrase y me introduje en su interior.
El portal era enorme, más grande que mi casa, debía de estar en alguna zona adinerada de la ciudad, y pese a que el portal contenía moviliario, no me parecio el refugio más adecuado. Encontré unas escaleras que bajaban hacia la oscuridad y como oso buscando cueva allí que me fuí.
No pude encontrar la luz, pero parece ser que era algún acceso a los trasteros, bajé un piso más y gracias a las luces de emergencia que por ahí habían llegue a una pequeña sala que estaba en obras, como ya era Domingo, supuse que nadie vendría a interrumpir mi descanso... el suelo estaba de hormigón y habían varios agujeros por todo el suelo (casi me mato).
Las tripas protestaban, necesitaban desalojar, e iban a desalojar me bajase los pantalones o no, así pués, con todo el atino que me permitió la mente, me desnude de cintura para abajo y me acuclillé sobre uno de esos agujeros que vayase usted a saber hacia donde bajaban, y descargué toda la furia de mi ano, me limpie con los gayumos como pude, los arrojé también al bujero y me puse los pantalones.
Toda esa descarga de material caliente, dejó un vacio en mi interior y me empezó a cambiar la temperatura, literalmente me estaba congelando, la burundanga de los 50 gintonics debía de estar desapareciendo y con ella sus efectos. Así comencé a temblar y a tientas busqué el sito más recóndito de la sala donde me encontraba, debajo de las escaleras de obra por las que había bajado (me di cuenta en ese momento que eran de obra).
Me desice del abrigo, me lo puse por encima mientras yo estaba sobre el frío cemento y me dispuse a quedarme inconsciente... así se me apagó el cerebro.
Desperté horas después, no tenía batería en el móvil, la oscuridad era total, pero yo había dormido de puta madre, mi intestino funcionaba muy bien, eso que yo siempre me levanto con las tripas grogis, tenía las marcas del hormigón en la cara, pero mi cuerpo estaba totalmente descansado y no tenía casi resaca.
Tras comprobar que todavía tenía la cartera, llaves y tabaco, subí las escaleras y me encontré que estaba atardeciendo, salí del portal y totalmente descansado caminé durante una hora y media hasta llegar al hogar.
Desde entonces duermo en el suelo y cago de cuclillas, el cuerpo descansa mejor y el intestino se vacía del todo.
El water y los colchones viscolásticos de mierda están pensados para que no seais felices.