El circo electoral

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Amaia

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21 May 2007
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Había una vez...

Bienvenidos otra vez al Circo Electoral. Ese escenario donde cada 4 años los payasos de la tele nos sorprenden con sus propuestas delirantes, los magos hacen desaparecer maletines cargados de billetes delante de la atenta mirada de los contribuyentes, y los funambulistas embaucan al respetable, haciéndoles creer que si cometen un solo error pueden partirse la crisma, ocultando tras los focos la red que les protege en caso de accidente y que el público cegado por el espectáculo es incapaz de ver.

Estos días en nuestras calles se rezuma democracia, bueno en algunas, sino que se lo pregunten a los barceloneses o a los pamploneses.

La gente pasea como embriagada entre el casi desastre ecológico, que produce la propaganda electoral que inunda calles y buzones. Y que nos recuerda sistemáticamente que tenemos que darle validez moral a aquello por lo que tanto "hemos luchado".

Algunos ponen tanto empeño en que esto sea así que incluso insinúan a sus amigos, como si fueran videntes, que voten si no quieren tener problemas futuros, otros son tan generosos que les rellenan las papeletas a los abuelos.

En tiempo de elecciones, "el país" va estupendamente para unos y "el mundo" va muy mal para otros. Tanto es así que si un grupo de jóvenes acampan para denunciar el problema de la vivienda, son sacados por la fuerza. Ya sabéis, España no tiene ningún problema con la vivienda, sólo son unos jóvenes idealistas que van a hacer daño a la imagen de un gobierno progresista y a la democracia en general.

También hay otros conflictos como el que a algunas compañías circenses no se les deje hacer su espectáculo porque no hablan en el mismo idioma o porque lo que de verdad quieren es montarse su circo particular. Y claro los otros, temerosos, no les dejan ya que no están por la labor de perder público, ya sabéis el ego que tienen los artistas, y sobre todo el precio de la entrada. Así cada cuatro años se inicia una campaña con calumnias, mentiras y descalificaciones de todo tipo para impedir estas funciones.

¿Razones para la abstención?

Por una vez y sin que sirva de precedente no vamos a intentar buscar razones morales o ideológicas para que el domingo en vez de votar, no nos vayamos a la playa o nos quedemos retozando en casa, algo mucho más útil y práctico sin duda alguna.

No queremos hablar de lo que significa darle legitimidad al sistema, de lo ridículo que es que sólo se nos pida nuestra opinión cada 4 años y que a esto se le llame democracia, de que esto sólo produce más desmovilización, de la nula diferencia entre partidos de derecha o izquierda.

De eso han hablado ya muchos autores a lo largo de la historia, además incluso entendemos que las ideas no son buenas tomarlas como dogmas. Y que a veces los cambios, más debido a la oxigenación que a otra cosa, pueden producir momentos de mejoría y la satisfacción de que por la tele salga alguien un poco más guapo y menos crispante, lo cual, dado el nivel, es muy difícil.

Miente, y roba, que algo queda...

Y es que poca cosa hay que hacer para fomentar la abstención entre la gente. Después de la carrera que llevan los ayuntamientos, ya casi ha perdido la gracia.

A raíz de que saltara a la palestra el caso malaya en el que hasta la junta de Andalucía (PSOE), según unos de los máximos responsable de esta trama, también anda metida hasta el cuello. Se han ido sucediendo más y más casos que afectan a todos los partidos políticos grandes, pequeños, de derechas, izquierdas, nacionalistas...

Según esta entrada de la wikipedia hay más de 80 ayuntamientos que están siendo investigados y aún son pocos...


El ladrillo como motor económico

Esta claro que los políticos están en política para robar o mejorar sus perspectivas de negocio, ¿verdad Zaplana?. Pero desde el momento en que la poca industria y agricultura del país fue abandonada, como requisito para entrar en la UE, y nos convertimos en la "florida" europea, esto se ha acrecentado hasta límites insospechados.

Tras la gran crisis del 92 y la posterior recuperación económica, que no fue obra ni milagro de ningún partido político sino que vino marcado por el contexto internacional, se logró activar la economía fomentando unos tipos muy bajos, es decir, prestando el dinero muy barato. Así se aumentó el consumo interno y se inicio el boom de la construcción, que es prácticamente de lo que vivimos.

Este boom de la construcción es lo que ha obrado el "milagro económico": cochazos en las calles, pantallas de televisión de plasma, viajes alrededor del mundo, reducción del paro, varios ordenadores en cada casa...

Pero por supuesto también ha producido muchos desequilibrios:

-Precios de la vivienda a niveles estratosféricos, burbuja inmobiliaria, impidiendo a un amplio sector de la población acceder a ella y emancipase. Y estos en realidad han sido los que han tenido suerte, ya que la mayoría de los desgraciados que han "podido" acceder a una vivienda se han encadenando de por vida a su banco.

- Destrucción de la práctica totalidad de la costa mediterránea. Ánimo todavía quedan el norte y el centro!.

- Creación y más creación de carreteras, trenes de alta velocidad y aeropuertos destrozando más el ecosistema.

- Desmantelamiento, mientras la gente ha caminado con los bolsillos llenos, de la industria como ejemplo el caso Delphi, lo que incluye también la represión contra los pocos trabajadores que todavía prestan batalla y la agricultura. Todos estos trabajadores han sido absorbidos por la construcción pero ya veremos que pasará con ellos en el momento en el que el ritmo de la construcción aminore, según la patronal de las grandes constructoras "un descenso en la promoción de viviendas de unas 100.000 unidades traería un recorte de empleo de unos 200.000 puestos de trabajo".

Por supuesto tanto el gobierno como los alcaldes de todos los ayuntamientos han apoyado y respaldado esta economía suicida. Por un lado en vez de invertir el dinero que ha venido de Europa, muchos miles de miles de millones, de una manera inteligente se ha lapidado en la creación de infraestructuras que han hecho muy ricas a ciertas empresas constructoras y grandes inmobiliarias y han sembrado el país con una manto de hormigón.

Por otro lado los ayuntamientos, para financiarse, han buscado en el ladrillo su maná. Y han especulado todo lo que han podido con el suelo, en una carrera frenética, en la que gran parte de ese dinero, para colmo, ni siquiera ha repercutido en la población, sino en los bolsillos de politicuchos y constructores gil-ianos.

Muchos pequeños ayuntamientos, perdidos de la mano de dios, han tomado una importancia terrible con recalificaciones de terrenos y planificaciones en las que se ha llegado a plantear multiplicar por 10 su población .

Un caso paradigmático podría ser el de Murcia, una ciudad que ha entrado muy tarde en el boom turístico e inmobiliario, pero cuyos promotores han aprendido rápido: Construyendo y destruyendo gran parte del litoral murciano, pasándose por alto toda la normativa medioambiental en lo que se refiere a parques naturales, promocionando urbanizaciones de golf destinadas al mercado extranjero promoviendo una forma de turismo insostenible con un agua de la que ni siquiera disponen.


Hablando de sostenibilidad...

Este es otro tema importante a tratar y que tiene una gran relación con el ladrillo; mientras los políticos hablan continuamente de sostenibilidad en Ibiza pese a la oposición de los vecinos, el gobierno de turno, ese que votamos cada 4 años para que nos represente, crea con la oposición de todos los vecinos una autopista que divide la isla y daña el ecosistema.

En Zaragoza el alcalde socialista Belloch, propone otro macro-evento esta vez se trata de una expo internacional que hablará sobre los problemas del agua y que no es más que una fachada para recalificar Zaragoza, construir nuevos barrios y atraer más gente a una ciudad que pierde población, por no ofrecer muchas alternativas de futuro.

En Madrid el faraón Gallardon lucha, gastándose una pasta del erario publico indecente, para que su ciudad sea capital de los juegos olímpicos; soterra la M30, fomenta o permite la creación de rascacielos enormes y posibilita barrios nuevos a muchos kilómetros del centro, nuevas y gigantescas ciudades fantasmas aparecidas de la nada lo que ha llevado a la creación de todavía más infraestructura y que lo ha convertido en el ayuntamiento más endeudado de todo el estado.

Y en Barcelona mientras el tejido social se descompone, los diferentes alcaldes de la ciudad llevan a cabo la destrucción sistemática y programada de los diversos barrios de la capital catalana, en total connivencia con los grandes especuladores. Aparte traen el AVE a la ciudad, se construyen más carreteras y planean desde sus poltronas traer más y más energía, que no se pare la maquina, aunque la población se oponga.

Esta forma de actuar está originando una competencia en las ciudades que está dañando el medio ambiente. Todas las ciudades, excepto honrosas excepciones, quieren el TAV. Todas quieren más autopistas, más carreteras, más plataformas logísticas, puertos y aeropuertos más grandes.

Si una ciudad queda rezagada en esta carrera sin fin, las de su alrededor absorberán la obra pública y privada, es decir generará empleo y consumo, y aparte de tener contenta a su población sus políticos se harán más ricos llevándose su consabida comisión .

Pero esto no se puede mantener infinitamente; el dinero cada vez se presta más caro, la burbuja inmobiliaria estallará y traerá paro. ¿Y entonces?. Los políticos y grandes empresarios, tendrán su dinero extra, robado con el sudor de su frente. Los pobres serán más pobres. El ecosistema quedará destrozado, ¿qué turista con dos dedos de frente se querrá bañar en Salou o la costa del sol?. Lo único que nos salva en este sentido es la estabilidad política de Europa, aunque los nuevos destinos como los países bálticos están ganando mucho terreno.

Los políticos no han previsto nada, han pensando en el beneficio a corto, cortísimo plazo y en sus bolsillos. Están manteniendo un falso debate entre izquierda y derechas ya que su única forma de ganar votos consiste en decir que el partido vecino lo hará todavía peor o removiendo los fantasmas del pasado.

Así ayuntamientos "progres" como el de Barcelona, con gente como Saura a la cabeza nos muestran cual es su política de "izquierda" y con un toque "verde" *, defender a los especuladores, defender al motor económico de este mísero país. Hemos puesto algunos ejemplos, aunque no nos olvidamos de otras muchísimas luchas que han llevado estos 4 años los vecinos en otros muchos lugares como el gamonal (Burgos), o l'horta (Valencia).

Lo que todavía parece increíble es que haya gente que piense en votar después de 20 años de mangoneo y chanchullos.
 
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