Sería cojonudo que estos mensajes sobre el desayuno se movieran a un hilo, hay debate, experiencias personales y mitos, creo que es un buen tema. ¿Quién modera aquí? ¿Puede alguien mencionar al conserje?
Una razón por la que me interesa mucho discutirlo es porque este mensaje podía haberlo escrito yo hace pocos meses:
Y en cierta medida sigo pensándolo. Pero con los matices que menciona
@pakitopakito.
En este subforo y probablemente en este mismo forohilo, ya dije que yo no podía entrenar si no era con 2 comidas en el estómago. No tengo ni puta idea de por qué, pero cuando mis entrenamientos eran un intento de ser más fuerte y buscar la máxima intensidad, era una norma para mí, no me salían las cosas igual. En retrospectiva, ahora creo que podía ser por horarios, situación hormonal en las horas en las que probé, el ritmo circadiano o simplemente sugestión. Lo cual no quiere decir que fuera una excusa, porque probé, me venía mejor encajarlo en mi rutina, pero no conseguí que me funcionara.
Cuando en España cada casa se convirtió en celda me pilló de visita en casa ajena, el encierro fue total, los metros cuadrados mínimos y el día que movía el cuello tenía que dar las gracias. Entrenar calistenia como un emparedado y salir a correr eran la única forma de mantener la rutina y, aunque lo intenté, la perdí porque me daba asco ese tipo de ejercicio. A esto sí podemos llamarlo excusa, si queréis.
Una vez de vuelta en mi casa me propuse recuperar el hábito y si algo he observado en mí es que lo que hago nada más levantarme está como grabado en piedra en mi mecanismo, cualquier comportamiento mañanero se convierte en un patrón que me resulta muy difícil cambiar, para bien o para mal. No sé si os pasa, pero el desayuno es un ejemplo, si lo cambio, se va a volver mi desayuno por defecto hasta que una causa de fuerza mayor lo impida.
Así que empecé a entrenar antes del trabajo, probando distintas combinaciones y tipos de entrenamiento. La meta principal era crear una rutina sin piedras en el zapato, sin excusas posibles, y sostenible a largo plazo. A día de hoy desayunar según salgo de la ducha tras entrenar es eficiente de cojones y me sienta de puta madre (salvo el desayuno de hoy, en particular, que comento más abajo).
Quizás para ciertos tipos de entrenamiento, pero no me parece que esto sea cierto en general.
Ahora mismo mis entrenamientos están lejos de buscar la máxima intensidad, trabajo en el famoso "rango de hipertrofia", buscando ejercicios y cargas que me permitan hacer un mínimo de 6 repeticiones y un máximo de 12 (aunque en la práctica, para más seguridad, suelo imponer llegar a 15 en cada serie del ejercicio antes de mover la dificultad). De cara a posibles lesiones, a las que entiendo que te refieres, creo que el nivel de hidratación es mucho más crítico que el haber desayunado, así en genérico.
La única particularidad que esto supone respecto a haber ingerido un desayuno, es que el nivel de energía cambia notablemente. Así como la respuesta del cuerpo a la posterior comida. Hoy, por razones extradeportivas, después de entrenar tocaba un desayuno "premio" consistente en una "cookie" casera (de las de verdad, mantequilla, azúcar y chocolate, no esa puta mierda de myprotein). Pues esta mañana ha trabajado Rita, porque yo me caía delante del ordenador. Y después de comer me he tirado en la cama y perdido una reunión por estar en coma 2 horas. ¿Sabes cuál fue el entrenamiento de hoy? 3 superseries de abdominales (¿hay hilo de abdominales? Estoy probando una cosa nueva para mí y creo que es interesante).
Vamos, que tras un año en el que mi mujer y yo hemos seguido este hábito, siendo ella muy poco experimentada en materia de entrenamiento de fuerza, puedo decir que no percibo riesgo alguno. Bueno, a ella le han dado náuseas un montón de veces y el ayuno parece afectar, pero como buen entrenador implacable le pongo un cubo al lado y le mando seguir al grito de "¡VA! ¡Pero si no tienes nada que tirar!"
Como mis entrenamientos son de tipo circuito de cuerpo completo, los días que son muy largos la bebida pre-entreno lleva, además de creatina, maltodextrina, un carbohidrato de absorción muy rápida. Esto lo hago principalmente porque sin esto los tiempos entre ejercicios o vueltas al circuito se me alargan, el cuerpo me echa el freno y cuesta Dios y ayuda seguir. Mi mujer dice que le evita las náuseas, pero no veo que eso sea ninguna ventaja. Normalmente pongo medio cazo del que viene en la bolsa de maltodextrina de myprotein, suele ser suficiente porque tiendo a dividir el circuito del cuerpo completo en 2 días.
El hecho de poder optimizar el tiempo al máximo es un factor que para mí es fundamental y desayunar antes de entrenar supondría una pérdida de tiempo haciendo la digestión o fregando vómito. Tendría que ceder si viera algún riesgo o desventaja por entrenar en ayunas, pero dados mis objetivos actuales no es el caso, más bien lo contrario.