Pues me he vuelto a acordar de mi ex-colega Alexander H., a quien conocí en Londinium. Alex trabajaba no en la City, sino en Canary Wharf, en banca de inversión. Alex estaba, según él, en el top 3% de la gente que más dinero ganaba para su franja de edad, treinta y tres años. Y eso es muchísimo dinero. Yo me lo creo perfectamente, habida cuenta de su apartamento de £5.000 mensuales de alquiler en Whitechapel, de su colección de relojes caros (Jaeger LeCoultre, Rolex, Omega, Tag Heuer) de sus camisas a medida de Jermyn St. y sus trajes de Savile Row. Vivía en Whitechapel porque así no tenía que coger el metro para ir a trabajar, sino un tren ligero (el DLR) hasta Canary Wharf. Él, simplemente, no montaba en metro.
Alex, y de esto me enteré después, tenía una especie de trauma con su madre. Según parece, su madre nunca le había tenido en ninguna consideración. Para su madre, él era el hijo tonto, un inútil, alguien que siempre lo hacía todo mal y que no era merecedor de afecto. Daba igual lo que Alex hiciera, nunca estaba bien ni era lo suficientemente bueno para su madre. Buena parte de todo lo que hacía Alex era para demostrarle a su madre que sí era digno de afecto, que sí era un buen hijo, para decir "Mira, mamá, mira todo esto que he conseguido, mira mi sueldo, mira mi casa, mira cómo visto, mira mis logros, quiéreme". Sin éxito. Quizá esto explique su comportamiento con las mujeres y por qué fue víctima de una de estas rinsers.
Un día, por lo visto, comprando en Harrod's no sé qué mierdas, dio con una. La furcia en cuestión era polaca, se llamaba Justyna y estaba mucho más buena que las furcias del documental. Nunca me la llegó a presentar, pero sí me enseñaba sus fotos, mientras se le caía la baba. Se acercó a ella y empezó a utilizar la misma táctica. Le compró allí mismo algo y la invitó a cenar, exhibiendo su poderío económico. La llevó a sitios caros, le empezó a comprar regalos, empezó, en definitiva, a salir con ella y ella a salir con él por todo lo que de él sacaba. La diferencia, la única, es que aquí sí había sexo. Pero ella no estaba interesada en Alex. Estaba interesada en lo que de Alex sacaba, que no era poco. En lo que sacaba de Alex, en lo que sacaba de su ex novio aún después de no ser novia de él, en lo que sacaba de otro más al que también le sacaba la pasta a espaldas de Alex. A los tres, a la vez, les sacaba no sólo regalos, cenas y copas en lo mejor de Londinium, sino también que le pagaran el alquiler de su piso, las facturas y cuanto se le ocurriera. A esto se le añaden los préstamos puntuales. Alex, necesito diez mil libras. Alex, tengo un problema, y es que tengo que pagar no sé qué de mi mamá que está enferma y son cinco mil libras. Alex, necesito pagar la hipoteca de mi casa de Polonia, que me amenazan con embargarla, dame diez mil libras. Le respondió "dime la cuenta del banco y los datos de quien te ha dicho eso" "No, no, así no, dame tú el dinero en cash y ya la pago yo" "Pero que es más fácil que me des la cuenta, que yo trabajo en banca y puedo hablar con quien sea" "Que no, dame el dinero, no me hagas esto, pórtate como un hombre y dame el dinero". De este palo era la cosa. Y esto es sólo lo que me contaba cuando se peleaba con ella, a saber qué no se callaría por vergüenza.
Y bueno, donde digo Alex digo también el otro con el que estaba y el ex novio, que seguía enamorado de ella y que la intentaba comprar con más regalos.
Alex terminó descubriendo el pastel, pero le tenía tan comido el coco que daba igual: después de descubierto el pastel y organizada la pelea, ella le decía que si la quería que demostrase que era más hombre que los demás (=cómprame más cosas que nadie). Y empezó a gastarse todavía más pasta. A los otros, que también lo descubrieron, les dijo lo mismo, y reaccionaron igual. Los tres colmándola de regalos para que se fuera con ellos y dejara a los otros. La escalada competitiva a ver quién le ponía más dinero encima llegó a ser de escándalo. Y ella, claro, chantajeaba y manipulaba a su antojo, tratándoles como mierda, intentando picarles para sacar más y más y más. ¿Tú? ¿Tú? ¿Tú qué clase de hombre eres que permites que yo pase apuros económicos? ¿Tú qué clase de mierdas eres que no me llevas aquí y allá? Así no se trata a una mujer, un caballero debe colmar a su novia de regalos, los que no lo hacen son niños, demuéstrame que eres un hombre. Constantes alusiones a su falta de huevos, huevos que se demostraban sólo tirando de cartera. No sólo esto, sino que un día que quedé con él le veo aparecer con un ojo a la virulé. ¿Qué te ha pasado, tío? Me he peleado con el ex de Justyna. Al parecer, como no le bastaba a la Justyna con reírse económicamente de los tres, decidió que sería divertido también verles pelearse por ella, y una noche en la que estaba con Alex en casa de este llamó al ex diciéndole "Estoy en tal sitio, compra una botella del champagne más caro y traémela". Y allí que se presentó el menda. Claro, cuando abre la puerta Alex y se encuentra a un menda preguntando por Justyna con una botella en la mano dijo ¿Y tú quién pollas eres? A lo que el otro debió responder ¿Y tú? El novio de Justyna. Y empezaron a llover las hostias. Supongo que ella reiría. Alex contaba que el otro era "un mierdas de cincuenta años, bajito y feo", y no se explicaba cómo era posible que una mujer como Justyna hubiera estado con semejante idiota. Porque le saca el dinero como te lo saca a ti, joder, le decía yo. Pero claro, no atendía a razones cuando yo le decía esto. Bueno, sí, me decía que sí, que yo tenía razón, pero luego seguía igual. Cada equis tiempo rompían, ella se iba con el otro, le estrujaría lo que pudiera y luego volvía arrepentida a Alex, a exprimirle un poco. Y vuelta a empezar. La última vez que vi a Alex había roto definitivamente, por lo visto (a saber si luego no volverían, casi seguro que sí), y ella le dijo literalmente "You can't let me go without giving me some kind of compensation", y le exigió veinte mil libras como finiquito de la relación.
Luego Alex me dejó colgado en una cosa que me prometió, y me puso en una situación un poco difícil que afortunadamente resolví, pero su falta de palabra para conmigo y el dar la callada por respuesta y no cogerme el teléfono cuando por tres veces le llamé para aclarar el tema hizo que yo decidiera que no quería saber nada más de él, y efectivamente nunca más volvió a llamarme tampoco, así que le perdí la pista. No sé qué habrá pasado con él y con Justyna, no sé si volvieron o no, si aprendió la lección o no, pero esta es un poco la historia que yo vi, historia a la que no daba crédito y que ahora os cuento.
Supongo que estos idiotas que se dejan exprimir tienen, como Alex, también una tara por la cual creen que los afectos se compran; supongo que sus complejos les hacen creer que pagando fantas obtendrán el afecto o el cariño verdadero. Lo que pasa es que cuando estás podrido de dinero no pagas una fanta, como hace cualquier niñato de 17 años, cuando eres un pagafantas level 9000 no eres un pagafantas, eres un pagachanel, un pagacartier, un pagamilesdeeuros. Nos reímos de Cachondo, pero Cachondo juega en regional preferente comparado con esto. Esto que vi yo en Alexander H. es la puta Champions League del pagafantismo, y no precisamente la fase de grupos.