Jose David
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- 2 Jul 2006
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Bueno, si, increible pero cierto. Así que voy a romper una de las muchas normas que nunca cumplo, y os voy a contar de qué va el asunto. Porque sí, porque yo lo valgo. 
TENGO UNA CITA.
ANTECECENTES
A mediodía tenía un cumpleaños de cierto amigo (si, lo siento, os he mentido y tengo algún que otro amigo de verdad, de carne y hueso, tridimensional, por ahí), así que sin demasiado entusiasmo, pero con ganas de decirle ¡feliz 35!, me arreglé como mejor pude y me dispuse a ir a la fiesta.
Como no suelo salir casi nunca, exceptuando mis salidas en solitario y las compras necesarias, noté un poco tarde que los pantalones que tenía para salir me venían GRANDES.
- ¡Coño!, ¿qué pasa aquí? - me pesé y he perdido, así como el que no quiere la cosa, 12 kilitos. Así que sin estar hecho un figurín, no estoy gordo.
Asombrado y sin darle mayor importancia, me puse los pantalones de hace un siglo, que me estaban bien, y nada, a la fiesta.
EL AMIGO
Cuando llegué al restaurante la cosa estaba tranquila, estaban allí casi todos y ya habían empezado con las cervecitas.
Así que me agregué como pude, entre miradas curiosas que pregutaban "¿y este quién es?" y saludos de conocidos a los que no veía el pelo hacía tiempo.
Me ahorraré la comida, la tarta, la canción de feliz cumpleaños y toda esa mierda, vamos a lo que interesa... la carnaza.
LA AMIGA DE MI AMIGO
Debo confesar que eso de "la ví nada más llegar", "desde el primer momento supe que era alguien especial" y el ya patético "me enamoré de ella desde el primer momento en que la vi" no tienen ya lugar, así que simplemente diré que me la presentó una de mis amigas (si, también tengo alguna que otra, aunque están en peligro de extinción) y que, quizá porque estaba un poco aburrido, o quizá porque parecía el momento adecuado, empecé a darle algo de conversación.
Noté que era sudamericana, lo cual me agradó sobremanera. Vosotros direis lo que querais, pero ese acento (argentino, no digo más) nuevo y esa mirada de "estoy aquí, esto es nuevo para mí, y estoy descubriendo españa" son atrayentes.
Por supuesto, aunque parece ser que congeniamos desde el principio, NO SOY TAN TONTO COMO PAREZCO, y tenía las cosas muy claras. Ni esperaba ni quería nada con ella, ni iba a dejar que me sedujera en modo alguno, y ni siquiera iba a salir la cosa de aquella fiesta. Así que con mi firewall activado y el antivirus hurgando en el disco duro, me relajé y me dí cuenta de que, efectivamente, era una persona con la que uno podía hablar, y que me lo estaba pasando muy bien.
Un pensamiento tuve para vosotros, foreros, algo así como "así que ESTO es lo que se siente cuando conectais con una chavala ¿verdad?".
Total, que parece que le caí en gracia, y que efectivamente la niña (22 años (a ojo), 1,65, 60 kg (así, a ojo), ojazos verdes y pelo moreno, y una belleza que nada tiene que envidiar a mis paisanas, efectivamente, decía... la niña se estaba encariñando conmigo.
Durante la fiesta hablamos de banalidades, pero ya en la otra sala, sentados un poco apartados y con la bebida en la mano, me dió por intentar conocerla un poco.
Y aquí viene lo interesante:
Edad real: 27 años (seguía aparentando 22).
Nacionalidad: ESPAÑOLA, CORDOBESA. (y por supuesto, tiene sus papeles y tal, de hecho, tiene su DNI español como todo dios).
A los cinco años emigró con sus padres a Argentina (motivos de trabajo y tal), y los últimos seis años los ha pasado en B-R-A-S-I-L.
Así que una Cordobesa (por definición, guapa, borde, inaguantable, feminazi y/o con la cabeza llena de pájaros) resultaba ser una encantadora chavala, más cariñosa que el peluche de Pepoo, más graciosa que Gina (bueno, a la par) y con un nivel cultural envidiable.
Coño... que uno no es de piedra.
Así que hemos quedado para dentro un par de horas, y aquí estoy, en un ciber haciendo tiempo.
Muchachos, ¡Tengo una cita y se me ha olvidado cómo se liga!.
¿QUE HAGO?.
P.D. Sea como fuere, esto acabará mal.
Yo lo sé.
Vosotros lo sabeis.
Las foreras lo saben.
En fin... dadme algún consejo o algo, cabrones, que esto no es lo mío.

TENGO UNA CITA.
ANTECECENTES
A mediodía tenía un cumpleaños de cierto amigo (si, lo siento, os he mentido y tengo algún que otro amigo de verdad, de carne y hueso, tridimensional, por ahí), así que sin demasiado entusiasmo, pero con ganas de decirle ¡feliz 35!, me arreglé como mejor pude y me dispuse a ir a la fiesta.
Como no suelo salir casi nunca, exceptuando mis salidas en solitario y las compras necesarias, noté un poco tarde que los pantalones que tenía para salir me venían GRANDES.
- ¡Coño!, ¿qué pasa aquí? - me pesé y he perdido, así como el que no quiere la cosa, 12 kilitos. Así que sin estar hecho un figurín, no estoy gordo.
Asombrado y sin darle mayor importancia, me puse los pantalones de hace un siglo, que me estaban bien, y nada, a la fiesta.
EL AMIGO
Cuando llegué al restaurante la cosa estaba tranquila, estaban allí casi todos y ya habían empezado con las cervecitas.
Así que me agregué como pude, entre miradas curiosas que pregutaban "¿y este quién es?" y saludos de conocidos a los que no veía el pelo hacía tiempo.
Me ahorraré la comida, la tarta, la canción de feliz cumpleaños y toda esa mierda, vamos a lo que interesa... la carnaza.
LA AMIGA DE MI AMIGO
Debo confesar que eso de "la ví nada más llegar", "desde el primer momento supe que era alguien especial" y el ya patético "me enamoré de ella desde el primer momento en que la vi" no tienen ya lugar, así que simplemente diré que me la presentó una de mis amigas (si, también tengo alguna que otra, aunque están en peligro de extinción) y que, quizá porque estaba un poco aburrido, o quizá porque parecía el momento adecuado, empecé a darle algo de conversación.
Noté que era sudamericana, lo cual me agradó sobremanera. Vosotros direis lo que querais, pero ese acento (argentino, no digo más) nuevo y esa mirada de "estoy aquí, esto es nuevo para mí, y estoy descubriendo españa" son atrayentes.
Por supuesto, aunque parece ser que congeniamos desde el principio, NO SOY TAN TONTO COMO PAREZCO, y tenía las cosas muy claras. Ni esperaba ni quería nada con ella, ni iba a dejar que me sedujera en modo alguno, y ni siquiera iba a salir la cosa de aquella fiesta. Así que con mi firewall activado y el antivirus hurgando en el disco duro, me relajé y me dí cuenta de que, efectivamente, era una persona con la que uno podía hablar, y que me lo estaba pasando muy bien.
Un pensamiento tuve para vosotros, foreros, algo así como "así que ESTO es lo que se siente cuando conectais con una chavala ¿verdad?".
Total, que parece que le caí en gracia, y que efectivamente la niña (22 años (a ojo), 1,65, 60 kg (así, a ojo), ojazos verdes y pelo moreno, y una belleza que nada tiene que envidiar a mis paisanas, efectivamente, decía... la niña se estaba encariñando conmigo.
Durante la fiesta hablamos de banalidades, pero ya en la otra sala, sentados un poco apartados y con la bebida en la mano, me dió por intentar conocerla un poco.
Y aquí viene lo interesante:
Edad real: 27 años (seguía aparentando 22).
Nacionalidad: ESPAÑOLA, CORDOBESA. (y por supuesto, tiene sus papeles y tal, de hecho, tiene su DNI español como todo dios).
A los cinco años emigró con sus padres a Argentina (motivos de trabajo y tal), y los últimos seis años los ha pasado en B-R-A-S-I-L.
Así que una Cordobesa (por definición, guapa, borde, inaguantable, feminazi y/o con la cabeza llena de pájaros) resultaba ser una encantadora chavala, más cariñosa que el peluche de Pepoo, más graciosa que Gina (bueno, a la par) y con un nivel cultural envidiable.
Coño... que uno no es de piedra.
Así que hemos quedado para dentro un par de horas, y aquí estoy, en un ciber haciendo tiempo.
Muchachos, ¡Tengo una cita y se me ha olvidado cómo se liga!.
¿QUE HAGO?.
P.D. Sea como fuere, esto acabará mal.
Yo lo sé.
Vosotros lo sabeis.
Las foreras lo saben.
En fin... dadme algún consejo o algo, cabrones, que esto no es lo mío.