Sekhmet
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Esta noche, mientras dormía, llegaba la policía a mi casa. Abría mis regalos de reyes. Un juego que siempre deseé desde pequeña estaba esperándome en el salón. ''La herencia de tía Ágata''.
¿Qué niño de los 90 no ha soñado con este juego de mesa? Qué maravilla, ya me imaginaba yo sorprendiendo a todos mis contrincantes con mis tremendas artimañas y así ganar la herencia.
Pero nunca me llegó. No hasta esta noche.
La policía abre el regalo.
Hijo de puta, deja eso ahí, puto maricón, que yo a ti te conozco y pasabas petas en el instituto, no vayas ahora de tíoleyes, hijo de puta, que nos conocemos. ¡SUELTA ESO RAITNAU!
Pero una espolvoreada llenó mis ojos. Al abrir la caja estaba llena de COCAÍNA. No puede ser. ¿Quién la ha metido ahí? Hostia con la tía Ágata, no me esperaba esta trampa.
Total, acabo en la cárcel. Un circo aquello, con los peores narcotraficantes y asesinos. En esa caja había al menos 2 kilos. El sueño de cualquier @spizo.
Pero tengo que salir de aquí, este no es lugar para alguien como yo, tengo que resucitar el foro ligue. Esta perra vida no me puede deparar esto ahora. Además, ¡la coca no es mía!
Me dirijo al más chungo de la cárcel. Mira, ¿cómo te llamas tú? Muy bien, necesito que me ayudes a escapar. Yo luego te recompenso con dinero. (si me acuerdo, jeje). Venga, hombre, una ayudita, puto latin king.
Me muestra que su celda tiene una ventana, es un privilegiado porque Pablo Escobar ha pagado para que él por las noches pueda salir sin ser visto con la condición de estar ahí a las 7 de la mañana. Un madrugón demasiado grande para un latin king, pienso yo, pero no se lo digo por si le ofendo. No tiene cara de buena persona.
De repente veo que mi tía y mi madre están en la misma prisión, por cómplices de narcotráfico. El latin king me dice: quiero la plata namas que salga de aqui o mato a toa tu familia.
Y yo le digo: no por favor, a mi familia no. Bueno... ¡haz lo que quieras! SÁCAME DE AQUÍ YA.
Me abre su ventana, salto y me voy. Veo que esa ventana por la que he saltado da a un barrio gitano y negro muy chungo. Y le digo: oye, Brayan, yo casi que me vuelvo a la cárcel, estas calles son muy chungas y no me sé el camino a casa.
Que diseh, que son mis colegas pava, no te van a aser nada.
No sé yo, soy un caramelito para esta gente.
Avanzo sola, con miedo, no hay policías. Los negros están sentados en sillas de plástico blancas, mirándome al pasar. ¡Ojalá hubiera un policía aquí! Qué miedo más malo estoy pasando.
Veo a un negro decapitando a una mujer. Ay dios mío, maldito destino el mío, tengo correr. ¡Mierda! Los mejores corredores de maratón son los negros. Genética privilegiada. Asco de gente. Genocidio ya.
Me vuelvo a la cárcel.
Policía, policía, quiero confesar.
No eran 2 kg.
Eran 3.
¿Qué niño de los 90 no ha soñado con este juego de mesa? Qué maravilla, ya me imaginaba yo sorprendiendo a todos mis contrincantes con mis tremendas artimañas y así ganar la herencia.
Pero nunca me llegó. No hasta esta noche.
La policía abre el regalo.
Hijo de puta, deja eso ahí, puto maricón, que yo a ti te conozco y pasabas petas en el instituto, no vayas ahora de tíoleyes, hijo de puta, que nos conocemos. ¡SUELTA ESO RAITNAU!
Pero una espolvoreada llenó mis ojos. Al abrir la caja estaba llena de COCAÍNA. No puede ser. ¿Quién la ha metido ahí? Hostia con la tía Ágata, no me esperaba esta trampa.
Total, acabo en la cárcel. Un circo aquello, con los peores narcotraficantes y asesinos. En esa caja había al menos 2 kilos. El sueño de cualquier @spizo.
Pero tengo que salir de aquí, este no es lugar para alguien como yo, tengo que resucitar el foro ligue. Esta perra vida no me puede deparar esto ahora. Además, ¡la coca no es mía!
Me dirijo al más chungo de la cárcel. Mira, ¿cómo te llamas tú? Muy bien, necesito que me ayudes a escapar. Yo luego te recompenso con dinero. (si me acuerdo, jeje). Venga, hombre, una ayudita, puto latin king.
Me muestra que su celda tiene una ventana, es un privilegiado porque Pablo Escobar ha pagado para que él por las noches pueda salir sin ser visto con la condición de estar ahí a las 7 de la mañana. Un madrugón demasiado grande para un latin king, pienso yo, pero no se lo digo por si le ofendo. No tiene cara de buena persona.
De repente veo que mi tía y mi madre están en la misma prisión, por cómplices de narcotráfico. El latin king me dice: quiero la plata namas que salga de aqui o mato a toa tu familia.
Y yo le digo: no por favor, a mi familia no. Bueno... ¡haz lo que quieras! SÁCAME DE AQUÍ YA.
Me abre su ventana, salto y me voy. Veo que esa ventana por la que he saltado da a un barrio gitano y negro muy chungo. Y le digo: oye, Brayan, yo casi que me vuelvo a la cárcel, estas calles son muy chungas y no me sé el camino a casa.
Que diseh, que son mis colegas pava, no te van a aser nada.
No sé yo, soy un caramelito para esta gente.
Avanzo sola, con miedo, no hay policías. Los negros están sentados en sillas de plástico blancas, mirándome al pasar. ¡Ojalá hubiera un policía aquí! Qué miedo más malo estoy pasando.
Veo a un negro decapitando a una mujer. Ay dios mío, maldito destino el mío, tengo correr. ¡Mierda! Los mejores corredores de maratón son los negros. Genética privilegiada. Asco de gente. Genocidio ya.
Me vuelvo a la cárcel.
Policía, policía, quiero confesar.
No eran 2 kg.
Eran 3.
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