Estás utilizando un navegador obsoleto. Puede que este u otros sitios no se muestren correctamente. Debes actualizarlo o utilizar un navegador alternativo.
Estoy con usted Sr. @Leger. No se que mierda tiene esta tía que pone mi superlativo falo de 12,5 cm a punto de reventar cada vez que veo su cara de ángel.
Lo mejor es que solo hablais de ella, pero él está para siete llaves minimo, esa seguridad en su inocencia cuando le habían pillado de lleno es acojonante, con escuchar la conversación se ve, uno la mente pensante y la otra la mano ejecutora.
La tragedia del éxito. Alberto Izaga estaba en la cima. Era un triunfador. Exitoso hombre de negocios afincado en Londres. Casado y con una hija de dos años. Hasta ahí todo normal, idílico. No constaba ningún tipo de patología mental en su historial. Hasta que un día mató a golpes a su hija diciendo que estaba poseída por Satán. Dijo no acordarse de nada. Se cree que pudo ser una enajenación mental transitoria. Desde entonces permanece ingresado en un psiquiátrico.
Tocó la cima mas no pudo sostenerse. Le pudo la presión. Los cánones sociales aceptados de winner y loser permanecen difusos. Se asomó al abismo y se arrojó al vacío.
Harold Shipman, médico de cabecera británico que asesinó de forma "aséptica", es decir, sin uso de violencia a casi 300 pacientes, la mayoría mujeres ancianas, recetándoles dosis letales de medicamentos ordinarios.
Probablemente pudo creerse una especie de dios al ver que podía disponer de la vida de los demás lo cual le llevó a traicionar a Hipócrates. El hombre desapareció cediendo paso al tirano. Parece ser que fue capturado porque intentó robar a un paciente, cosa que nunca había hecho hasta ese momento limitándose "sólo" a matar. Ascendió un paso más en su delirio lo cual le llevó a ser capturado y posteriormente al ahorcamiento.