AhoraEsEM
Clásico
- Registro
- 4 Feb 2007
- Mensajes
- 2.322
- Reacciones
- 7
Todos sabemos que las mujeres quieren parecer iguales a los hombres porque es lo que se lleva y lo que nuestros inútiles políticos consideran políticamente correcto y de recibo, al menos en cuanto al sexo se refiere, porque respecto a sus compromisos y responsabilidades sociales, mejor nos vamos a callar...
Las mujeres simulan orgasmos y cualquier hombre que tenga cierta experiencia ha sufrido y experimentado esa situación -tanto con tu propia pareja en alguna ocasión como con algún encuentro esporádico de un simple viernes noche-; para una mujer es sencillo: le basta dar unos gemidos, contorsionarse un poco, lanzar algún que otro gritito con la finalidad de dejarnos satisfechos, creyendo que somos los superhéroes de la cama, porque les conviene... Otras, verdaderamente, alcanzan el orgasmo no sin cierto esfuerzo por nuestra parte, pero en su mayoría sólo en 3 ó 4 de cada 10 ocasiones en las que haya relaciones. Finalmente, un escaso número de mujeres alcanza el orgasmo con regularidad fácilmente, si las condiciones psicológicas en ese momento son propicias, debido a que, a diferencia del hombre, las mujeres necesitan absoluta tranquilidad, ausencia total de problemas, relajación y concentración para conseguir culminar esa palabra tan fea y mierdosa que llamamos coito.
También, para una gran mayoría, hay muchos aspectos que son de índole sociocultural que influyen de manera determinante en su respuesta sexual: en algunas, mostrarse excesivamente calientes equivale inconscientemente a ser semejantes a unas putas vulgares; algo que en el fondo necesitan sentir, pero quieren a toda costa evitar, mientras que otras quieren parecer unas putas ninfómanas aún siendo más frías que la taiga siberiana, porque les han explicado que eso es lo que se debe esperar de ellas si quieren mantener al macho adecuado a su lado. Un caos mental del copón en el escaso cerebro que alberga el cráneo de una señorita.
Una vez que sabemos que la ninfomanía no existe y que es un simple cuento chino, como podéis ver, existe todo un cúmulo de despropósitos y de hechos controvertidos y antagónicos. Podríamos pensar que cada mujer es un mundo, pero, en el fondo, todas tienen mucho en común en ese aspecto concreto. Entre otros, que correrse para ellas no es realmente primordial y que, pasados unos minutos, pueden dejar de sentir la imperiosa necesidad sexual del calentón irreversible que sufrimos los hombres, por mucho que se hayan podido excitar antes. Una mujer puede llevarse semanas y meses sin necesidad de tener relación sexual alguna ni echarla en falta, excepto si le conviene para otros propósitos menos lícitos y agradables para el pobre varón, como es cogerlo de los cojones para sacarle los cuartos.
Si a todo ello le añadimos las mentiras, los simulacros, las mascaradas, las patrañas, el teatro, etc. que tan espléndidamente saben explayarse desarrollándolo como auténticas actrices, tenemos un guiso de muy señor nuestro donde ni el más pintado sabe donde apuntar con seguridad.
Cualquiera que haya leído acerca de la respuesta sexual femenina sabe que su excitación es mucho menor que la del hombre, que no alcanzan un clímax tan elevado en ese nivel de "meseta" donde raramente sobrepasan un cierto límite muy difuso y que su deseo roza a veces el que pueda sentir una ameba, dado que sus niveles de testosterona, la hormona que principalmente controla el deseo, es un andrógeno que producen en cantidades muy inferiores a los niveles que podemos encontrar en cualquier hombre varón sano, entre otros motivos porque no tienen testículos, las glándulas que esencialmente lo generan y que habitualmente nos rascamos. El sexo, en una mujer, está mucho más orientado directa e indirectamente a la función reproductiva que a la obtención del placer. A ello, le podemos sumar estudios más o menos serios a nivel "científico", como el que podéis leer aquí:
Todos los grandes enemigos del orgasmo femenino
Bien, una vez planteado todos estos supuestos, incluyendo aspectos médicos como la dispareunia, el coito doloroso sin motivo justificado, la imagen corporal que juega un papel tan importante en la mujer a la hora de plantearse tener relaciones -siempre están descontentas de su físico-, etc., a lo que hay que sumar, entre otros ítems, los típicos "hoy no me apetece", "no puedo porque tengo la regla desde hace diez días...", "eres un sátiro que sólo me quiere para eso...", "me duele la cabeza otra vez..."
¿Cuál es vuestra propia experiencia?
Nos planteamos hacer un alarde de sinceridad, porque nos protege el anonimato de un nick y no tenemos que dar nombre, apellidos o DNI. Intentemos ser francos es un asunto en el que, quien sí y quien no, habitualmente siempre se echa flores para salir guapo en la foto... y todos hemos necesitado creer en algún momento que éramos Nacho Vidal.
Tenéis la palabra, panda de hijoputas, incluyendo las escasas y contadas hembras que pululan por este lodazal.
Las mujeres simulan orgasmos y cualquier hombre que tenga cierta experiencia ha sufrido y experimentado esa situación -tanto con tu propia pareja en alguna ocasión como con algún encuentro esporádico de un simple viernes noche-; para una mujer es sencillo: le basta dar unos gemidos, contorsionarse un poco, lanzar algún que otro gritito con la finalidad de dejarnos satisfechos, creyendo que somos los superhéroes de la cama, porque les conviene... Otras, verdaderamente, alcanzan el orgasmo no sin cierto esfuerzo por nuestra parte, pero en su mayoría sólo en 3 ó 4 de cada 10 ocasiones en las que haya relaciones. Finalmente, un escaso número de mujeres alcanza el orgasmo con regularidad fácilmente, si las condiciones psicológicas en ese momento son propicias, debido a que, a diferencia del hombre, las mujeres necesitan absoluta tranquilidad, ausencia total de problemas, relajación y concentración para conseguir culminar esa palabra tan fea y mierdosa que llamamos coito.
También, para una gran mayoría, hay muchos aspectos que son de índole sociocultural que influyen de manera determinante en su respuesta sexual: en algunas, mostrarse excesivamente calientes equivale inconscientemente a ser semejantes a unas putas vulgares; algo que en el fondo necesitan sentir, pero quieren a toda costa evitar, mientras que otras quieren parecer unas putas ninfómanas aún siendo más frías que la taiga siberiana, porque les han explicado que eso es lo que se debe esperar de ellas si quieren mantener al macho adecuado a su lado. Un caos mental del copón en el escaso cerebro que alberga el cráneo de una señorita.
Una vez que sabemos que la ninfomanía no existe y que es un simple cuento chino, como podéis ver, existe todo un cúmulo de despropósitos y de hechos controvertidos y antagónicos. Podríamos pensar que cada mujer es un mundo, pero, en el fondo, todas tienen mucho en común en ese aspecto concreto. Entre otros, que correrse para ellas no es realmente primordial y que, pasados unos minutos, pueden dejar de sentir la imperiosa necesidad sexual del calentón irreversible que sufrimos los hombres, por mucho que se hayan podido excitar antes. Una mujer puede llevarse semanas y meses sin necesidad de tener relación sexual alguna ni echarla en falta, excepto si le conviene para otros propósitos menos lícitos y agradables para el pobre varón, como es cogerlo de los cojones para sacarle los cuartos.
Si a todo ello le añadimos las mentiras, los simulacros, las mascaradas, las patrañas, el teatro, etc. que tan espléndidamente saben explayarse desarrollándolo como auténticas actrices, tenemos un guiso de muy señor nuestro donde ni el más pintado sabe donde apuntar con seguridad.
Cualquiera que haya leído acerca de la respuesta sexual femenina sabe que su excitación es mucho menor que la del hombre, que no alcanzan un clímax tan elevado en ese nivel de "meseta" donde raramente sobrepasan un cierto límite muy difuso y que su deseo roza a veces el que pueda sentir una ameba, dado que sus niveles de testosterona, la hormona que principalmente controla el deseo, es un andrógeno que producen en cantidades muy inferiores a los niveles que podemos encontrar en cualquier hombre varón sano, entre otros motivos porque no tienen testículos, las glándulas que esencialmente lo generan y que habitualmente nos rascamos. El sexo, en una mujer, está mucho más orientado directa e indirectamente a la función reproductiva que a la obtención del placer. A ello, le podemos sumar estudios más o menos serios a nivel "científico", como el que podéis leer aquí:
Todos los grandes enemigos del orgasmo femenino
Bien, una vez planteado todos estos supuestos, incluyendo aspectos médicos como la dispareunia, el coito doloroso sin motivo justificado, la imagen corporal que juega un papel tan importante en la mujer a la hora de plantearse tener relaciones -siempre están descontentas de su físico-, etc., a lo que hay que sumar, entre otros ítems, los típicos "hoy no me apetece", "no puedo porque tengo la regla desde hace diez días...", "eres un sátiro que sólo me quiere para eso...", "me duele la cabeza otra vez..."
¿Cuál es vuestra propia experiencia?
Nos planteamos hacer un alarde de sinceridad, porque nos protege el anonimato de un nick y no tenemos que dar nombre, apellidos o DNI. Intentemos ser francos es un asunto en el que, quien sí y quien no, habitualmente siempre se echa flores para salir guapo en la foto... y todos hemos necesitado creer en algún momento que éramos Nacho Vidal.
- ¿Cuáles han sido vuestras propias percepciones del deseo de las mujeres cuando habéis estado con ellas (quienes hayan tenido la oportunidad teniendo en cuenta que esto es como un monasterio cartujo llamado PL)?
- ¿Os habéis sentido engañados o creéis que habéis podido ser engañados aparentando orgasmos que nunca sintieron?
- ¿Sabríais decir con total seguridad si vuestra pareja de turno ha tenido un orgasmo auténtico?
- ¿Habéis encontrado alguna mujer que nunca ha podido tener uno ni en sueños o que habéis tenido que sudar sangre, lágrimas y dinero para que lo consiguiera?
- ¿Os importa un pimiento morrón que ella tenga orgasmos mientras vosotros podáis tenerlos?
- ¿Os jode un cojón y medio que ellas no tengan que hacer prácticamente nada, excepto abrirse de piernas, mientras que un hombre si "falla" y no se corre no puede ocultar el gatillazo?
- ¿Os jode aún más que si tenemos un "gatillazo" inmediatamente ellas se sienten minusvaloradas, pensando que no les gustamos o, peor aún, que nuestra propia imagen de machitos ibéricos quede dañada?
- ¿Pensáis que sois Rocco Siffredi cuando conseguís que ella se corra dando alaridos?
- ¿Pensáis que no sois Rocco Siffredi y que ellas son auténticas actrices porno simulando?
- ¿Habéis pensado alguna vez dónde han aprendido toda esa serie de cosas tan "curiosas" e interesantes que hacen vuestras señoras, novias o parejas y que vosotros jamás le habéis enseñado?
- ¿Es la mujer sexualmente pasiva y como tal no merece la pena que sienta placer si no es para que nosotros lo sintamos?
- ¿Tienen vuestras parejas muchos "dolores de cabeza" en los momentos más inoportunos?
- ¿Las mujeres nunca jamás han tenido un orgasmo excepto la vuestras?
- ¿A quién coño le importa que una mujer tenga un orgasmo?
Tenéis la palabra, panda de hijoputas, incluyendo las escasas y contadas hembras que pululan por este lodazal.