El principio marxista vs. el de competencia

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El principio en el que se basa el marxismo viene a decir algo del tipo: "De cada uno según su habilidad, para cada uno según su necesidad".

Esto tiene 2 principales inconvenientes:

El primero es determinar qué se considera necesidad y directamente relacionado con esto, quién lo determina. Hay cosas que claramente son necesidades, como comer, beber o vestir, mientras que otras son más difíciles de ser consideradas como necesidades. ¿Un viaje al extranjero en el mes de agosto por vacaciones cada año es necesidad, o basta con viajar por España o incluso no salir de casa?. Pero incluso la comida, según lo que se coma, puede ser una necesidad o un lujo, pues no es lo mismo comer patatas, ensalada, huevos y beber leche y agua, que comer jamón ibérico, marisco, angulas y beber vino de Gran Reserva, por lo que situar la frontera entre el lujo y la necesidad puede ser, y es, muy difícil cuando no se ponen ejemplos tan claros como éste.

Pero el problema principal no es este. El problema principal es que al elevar la necesidad a la categoría de derecho, no habrá motivación para que los individuos se esfuercen en satisfacer sus necesidades por sí mismos, sino que esperarán a que el Estado se las conceda. La gente trabajadora, productiva y competente que de manera natural vale para satisfacer sus propias necesidades y es capaz de alcanzar sus objetivos, queda a expensas e indefensa ante los vagos, improductivos e incompetentes, los cuales, por el mero hecho de tener necesidades, pueden exigir a la comunidad, (el Estado), que se las conceda, independientemente de que quieran o puedan satisfacerlas por sí mismos. Es decir, el principio marxista no es otra cosa que la legitimación del parasitismo de la peor gente sobre la mejor.

Así, el marxismo es una ideología cuyo objetivo real es captar a la chusma de la sociedad para conquistar el gobierno, prometiéndoles una vida fácil proporcionada por papá Estado. De esto se deduce que quien elaboró esta ideología consideraba, con toda la razón, que en la mayoría de la gente predominan las malas cualidades: pereza, conformismo, mediocridad, y que la gente superior y sobresaliente es siempre minoría, sea en lo físico, en lo intelectual o en lo moral. Es decir, quien elaboró la ideología (Marx) y quienes la financiaron y promocionaron lo hicieron con una intención oculta: No la filantrópica que nos cuenta la propaganda de ayudar a la humanidad a solucionar sus problemas, sino la contraria, la de estimular la ambición y la pereza del individuo, sabiendo que es lo más fácil y abundante en la población, estimular lo peor para captarlos y utilizarlos para conquistar el poder.

Se deduce evidentemente que una sociedad marxista no puede prosperar jamás, pues la mayoría de la población no va a dedicar un gramo de su esfuerzo para que papá Estado mantenga a toda clase de gentuza a su costa, por lo que el nivel de lo que se considera "necesidad" se irá rebajando progresivamente, hasta llegar a la miseria y al hambre, como sucedió realmente en la desaparecida URSS, en donde los agricultores ocultaban sus cosechas (el producto de su trabajo) para no regalárselas al Estado, o disminuían la producción al mínimo (la ley del mínimo esfuerzo: ¿para qué trabajar o esforzarse, si no se va a obtener provecho?).

Por eso no es casualidad, que sea entre la gente de mentalidad marxista o progre, desde políticos izquierdistas hasta sus votantes, en donde se encuentra la mayor cantidad de vagos, mentirosos con doble rasero de medir, ladrones, estafadores y demás gentuza.

Pero esa cuestión, que la chusma que se apuntó a la ideología marxista para beneficiarse de ella, posteriormente sufra las consecuencias de tan nefasto sistema, no les preocupa a los que la elaboraron, la financiaron y la implantaron. No puede ser que fueran tan imbéciles como para no deducir las consecuencias de aplicar el principio marxista, por lo que la conclusión es que dichas consecuencias no les importaban, y que su objetivo real era conquistar el poder. Que el vulgo luego pase calamidades... es su problema, ellos lo han querido.

Así de fácil es esto. Por eso, sorprende que a lo largo de la Historia haya habido miles de idiotas, o mejor habría que llamarlos sinvergüenzas, que se han denominado a sí mismos "intelectuales", defendiendo esta ideología absurda.

Una vez más, la Naturaleza vuelve a reafirmar el dicho que dice que "la Naturaleza es sabia", mostrándonos cómo funcionan y cómo deben funcionar de verdad las cosas: Existen necesidades, pero cada individuo, sea animal, hongo o planta, debe esforzarse por satisfacerlas. Al león no le regalan la comida, sino que tiene que ser capaz de cazarla, por ejemplo. Hasta los parásitos tienen que esforzarse a su manera por conseguir la comida y seguir vivos adaptándose a los huéspedes y evolucionando según cambian estos, y luchar contra sus mecanismos de defensa.

Así, el funcionamiento de la Naturaleza es un sistema en el que sus elementos, los seres vivos, funcionan regidos por el principio de la competencia. La competencia y el esfuerzo que provoca hace que prevalezcan los mejores y que se perpetúen sus cualidades (sus genes), llevando a cabo un proceso de evolución, de selección natural. Lo que produce la aplicación del principio marxista es en cambio lo contrario: involución, por falta de competencia, por falta de esfuerzo.

La piedad y la misericordia sólo se puede exigir de manera voluntaria, como actos de generosidad, no ser exigidas como obligaciones con la justificación de que alguien tiene necesidades.

Un ejemplo notorio en el que se pone de manifiesto la mentalidad marxista es la polémica reciente sobre la ocupación de pisos vacíos: Recientemente la teniente alcalde de Barcelona se ha mostrado partidaria en público de la "okupación" de pisos vacíos sin comprarlos ni pagar un alquiler. Por supuesto, a esa política no le preocupa otra cosa que encubrir su incompetencia en la solución del problema de la carestía de la vivienda, y de ahí sus declaraciones, encaminadas en la dirección del falso populismo de "la vivienda para quien la necesita", mostrando así la mentalidad marxista que antes he criticado, de que tener una necesidad equivale a tener el derecho a satisfacerla, sin habérsela ganado.

Vulnerar el derecho de propiedad de esta manera es muy grave, y es legitimar el parasitismo. No es de extrañar que los "okupas" sean la peor gente de la sociedad (excepto los políticos izquierdistas). La más guarra, vaga e incompetente, pues como dije antes, tienen la mentalidad marxista arraigada en grado máximo.

Puedo contar un ejemplo, de un amigo que hace unos años se compró un piso, tras haber ahorrado trabajando, pero seguía viviendo en casa de sus padres para no irse a vivir solo. ¿Qué habría pasado si unos "okupas" se hubieran metido en su piso con la excusa de estar vacío?.

Hay que tener bien claro cuál es el problema de la vivienda: el parasitismo de los especuladores inmobiliarios, empresas inmobiliarias (que es lo mismo que decir bancos, dueños de ellas y dueños de los préstamos que "conceden" a quienes quieren comprar las viviendas), ayuntamientos y demanda de población extranjera que entra en España ilegalmente (inmigración). Es decir, un estado de corrupción generalizado. El último culpable suele ser precisamente el más débil de la cadena y al que se pretende expoliar y hacerle que pague el pato, vulnerando su derecho a la propiedad: ciudadanos anónimos de clase media con algún piso vacío, con la connivencia de unos "gobernantes" criados en la mentalidad del marxismo cultural (Escuela de Frankfurt, antropología boasiana), de los años 60, y que ahora nos desgobiernan.

Regalar viviendas a chabolistas es otro ejemplo también de mentalidad marxista aplicado al problema de la vivienda, y además gravísimo, pues mientras una parte de la población trabajaba para comprarse un piso, a otra gente (como gitanos) se lo regalaban para "eliminar bolsas de pobreza y chabolas". ¿Y de dónde salían esos pisos?. Pues del trabajo del resto de la población, claro.
 
El marxismo siempre ha igualado a la gente "por lo bajo" porque aniquila el principio de excelencia de la sociedad y tiene un error de partida muy grave poque defienden que "todos somos iguales" cuando en realidad no lo somos.

Marxismo se aproxima peligrosamente a otras ideas como la socialdemocracia o el catolicismo mas rancio al defender que todas las personas tienen unos derecho y olvidar intencionadamente que esos derechos se deben tener porque hay unos deberes.

Así en el caso de la ocupación de pisos en Barcelona (pej) se habla del derecho a la vivienda pero no se reconoce el deber al esfuerzo y el trabajo.

Lo mismo pasa con otros colectivos (pej inmigrantes) donde todos se saben muy bien cuales son sus derechos, yendo más allá incluso para acabar pidiendo derecho a todo porque sí. Es una desviacón política mezcla de lo que has expuesto del marxismo, del estado de derecho y de la caridad cristiana. Conceptos que se entrelazan mas de lo que parece creando un mosntruo de facto que sería el actual "estado de derechos" donde los mas marginales tienen todo tipo de derechos pero no "disfrutan" de ninguna obligación.

Al final quién paga todo es la clase media y el currito de a pie que son la base de las economías occidentales.
 
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