El_Tormento
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A día de hoy España protagoniza uno de los ridículos más grandes del panorama político internacional. Luego de dos meses de haber celebrado elecciones regionales aún no se consigue el consenso necesario que le de investidura al nuevo presidente de España. Esto resulta sin lugar a dudas una demostración de inestabilidad política dejando claro que el marco legal que normaliza dicho proceso se encuentra obsoleto y no corresponde a la realidad social de la actualidad española.
Pero veamos que dice el dichoso Artículo 99 de la constitución española el cual corresponde al apartado de: Título IV. Del Gobierno y de la Administración
Artículo 99
Que si, que está muy bien; que parece asegurar que sea el que mayor apoyo popular haya conseguido quien se invista como presidente. Pero eso solo en una sociedad electoral donde el bipartidismo sea la norma ¿Qué sucede cuando la pluralidad de movimientos y organizaciones políticas entra en escena? ¿Qué sucede cuando 3, 4 o inclusive 5 organizaciones políticas tienen relevancia dentro de los resultados electorales?
Simple, el proceso se llena de vicios. Personajes completamente opuestos, dispares que incluso rayan en la más férrea enemistad entran en un juego de negociación malsano. Sí, porque quizás ustedes puedan pensar “oye pero es de eso que se trata la política” que negocien y que se generen acuerdos entre todas las partes de la sociedad. Pero señores lastimosamente no resulta así. Personas que se han despotricado, destruido e incluso jurado el odio mutuo ceden sus intereses en pro de investir un presidente pero de la forma más vil y mezquina posible, tan solo se trata de ver cuanta parte de la torta les queda en sus manos y de que cantidad de poder pueden utilizar para su promoción organizacional. Además se ignoran a los demás componentes políticos y solo se busca pactar con la finalidad de conseguir el número mágico que permita la investidura, lo cual hace de la negociación un proceso aún más ruin y asqueroso. Así podemos ver como el supuesto liberal se abraza con el amante de las dictaduras socialistas o como el ultra-nacionalista apasionado de las políticas de Hitler se hace la fotografía abrazado con el tipo que mostraba un discurso anarquista solo porque con la suma de sus escrutinios consiguen el objetivo planteado. Y así las demás organizaciones quedan fuera del juego como si no contasen con la relevancia suficiente e incluso mayor a muchos de los asociados en ese juego de conseguir investidura. Y eso, eso señores es un acto de total hipocresía hacia el ciudadano español.
Personalmente considero que el articulo 99 debe ser modificado, sí extrañamente estoy de acuerdo con un socialista. Claro, ese socialista era incapaz de plantearse este escenario durante la segunda investidura de Mariano Rajoy. Momento en el cual la mayoría simple estaba de manos del Partido Popular español y cuando él, pues él era el principal opositor. Así que podemos percatarnos de la hipocresía socialista en donde el fin justifica los medios, pero aun así debemos coincidir que en este momento el fin es justo y necesario.
Debe ser investido de forma automática aquel candidato que consiga la mayor cantidad de votos de entre los electores en las elecciones generales. Eso sería lo más sano, claro siempre desde mi perspectiva.
Pero también y esto es solo un sueño. España podría atreverse a ser innovador y aplicar también modificaciones que cambien un poco la estructura de los poderes públicos españoles y hacer del poder ejecutivo un poder al cual también tengan acceso todas las organizaciones votadas en las elecciones generales y no solo el gabinete impuesto por el presidente español, si dividir los ministerios según los votos obtenidos en las elecciones generales, esto daría un matiz diferente a la democracia española con el fin de garantizar la relevancia y acuerdo entre las organizaciones políticas que suman las voluntades de los ciudadanos españoles que tendrán que ceder en el tradicional proceso de investidura. Así, todos tendrían cabida en la conformación del gobierno sin la vileza que actualmente protagoniza la negociación de investidura.
Y bueno caballeros este es tan solo mi humilde opinión pero díganme.
¿Qué coño harían vosotros para acabar con esta penosa situación?
Pero veamos que dice el dichoso Artículo 99 de la constitución española el cual corresponde al apartado de: Título IV. Del Gobierno y de la Administración
Artículo 99
Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.
Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Que si, que está muy bien; que parece asegurar que sea el que mayor apoyo popular haya conseguido quien se invista como presidente. Pero eso solo en una sociedad electoral donde el bipartidismo sea la norma ¿Qué sucede cuando la pluralidad de movimientos y organizaciones políticas entra en escena? ¿Qué sucede cuando 3, 4 o inclusive 5 organizaciones políticas tienen relevancia dentro de los resultados electorales?
Simple, el proceso se llena de vicios. Personajes completamente opuestos, dispares que incluso rayan en la más férrea enemistad entran en un juego de negociación malsano. Sí, porque quizás ustedes puedan pensar “oye pero es de eso que se trata la política” que negocien y que se generen acuerdos entre todas las partes de la sociedad. Pero señores lastimosamente no resulta así. Personas que se han despotricado, destruido e incluso jurado el odio mutuo ceden sus intereses en pro de investir un presidente pero de la forma más vil y mezquina posible, tan solo se trata de ver cuanta parte de la torta les queda en sus manos y de que cantidad de poder pueden utilizar para su promoción organizacional. Además se ignoran a los demás componentes políticos y solo se busca pactar con la finalidad de conseguir el número mágico que permita la investidura, lo cual hace de la negociación un proceso aún más ruin y asqueroso. Así podemos ver como el supuesto liberal se abraza con el amante de las dictaduras socialistas o como el ultra-nacionalista apasionado de las políticas de Hitler se hace la fotografía abrazado con el tipo que mostraba un discurso anarquista solo porque con la suma de sus escrutinios consiguen el objetivo planteado. Y así las demás organizaciones quedan fuera del juego como si no contasen con la relevancia suficiente e incluso mayor a muchos de los asociados en ese juego de conseguir investidura. Y eso, eso señores es un acto de total hipocresía hacia el ciudadano español.
Personalmente considero que el articulo 99 debe ser modificado, sí extrañamente estoy de acuerdo con un socialista. Claro, ese socialista era incapaz de plantearse este escenario durante la segunda investidura de Mariano Rajoy. Momento en el cual la mayoría simple estaba de manos del Partido Popular español y cuando él, pues él era el principal opositor. Así que podemos percatarnos de la hipocresía socialista en donde el fin justifica los medios, pero aun así debemos coincidir que en este momento el fin es justo y necesario.
Debe ser investido de forma automática aquel candidato que consiga la mayor cantidad de votos de entre los electores en las elecciones generales. Eso sería lo más sano, claro siempre desde mi perspectiva.
Pero también y esto es solo un sueño. España podría atreverse a ser innovador y aplicar también modificaciones que cambien un poco la estructura de los poderes públicos españoles y hacer del poder ejecutivo un poder al cual también tengan acceso todas las organizaciones votadas en las elecciones generales y no solo el gabinete impuesto por el presidente español, si dividir los ministerios según los votos obtenidos en las elecciones generales, esto daría un matiz diferente a la democracia española con el fin de garantizar la relevancia y acuerdo entre las organizaciones políticas que suman las voluntades de los ciudadanos españoles que tendrán que ceder en el tradicional proceso de investidura. Así, todos tendrían cabida en la conformación del gobierno sin la vileza que actualmente protagoniza la negociación de investidura.
Y bueno caballeros este es tan solo mi humilde opinión pero díganme.
¿Qué coño harían vosotros para acabar con esta penosa situación?
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