"Niño que he fregado! Pisa por los periódicos!" Esta frase siempre me alegra el dia por la sencilla razón que pasar por el comedor de casa es como ir a la hemeroteca. Entre las páginas de periódicos y revistas del corazón, encontré un artículo sobre el proceso de conservación de Juan XXIII en el que lo comparaban al de Lenin, y pensé "¿No seria bonito sacar las dos momias en gira mundial?"
Porque, seamos sinceros, el Comunismo y la Iglesia tienen más en común que diferéncias; vamos, que no sé por qué se tenian que llevar tan mal.
Empecemos por el hecho de ser doctrinas semi-clandestinas (en origen) que proponen una utopía de igualdad para todos basándose en el principio de la bondad humana y que ya está bien que el mundo sea para los poderosos. Bien, la base es buena hasta que tales doctrinas llegan a las esferas más altas del poder (ya sea por la Revolución de Octubre o por el Edicto de Milán). Entonces los dirigentes de cada una (llámense nomenklatura u obispos) prueban el poder y se corrompen, viven a todo lujo mientras los fieles/proletarios viven en condiciones más o menos precarias.Y si no tuvieran suficiente con sobrevivir, sus dirigentes dirigen sus vidas en todos los aspectos.
Por si fuera poco cada doctrina tiene sus herejes (Lutero o Mao) sus infieles (judios, musulmanes /burgueses, disidentes) y crea sus cuerpos de represión (ahí tenemos a la Santa Inquisición y al Segundo Consejo Director del KGB) que no dudan en aplicar la tortura en busca de la verdad y la confesión de los pecados.
Entonces, si se parecen tanto, ¿por qué el Comunismo no duró más de 75 años y la Iglesia lleva 2000 años dando la tabarra? La palabra és renovación. Sí señores, fijense sinó en el Concilio Vaticano II o en las últimas reformas del Partido Comunista Chino -que de comunista le queda el nombre y poca cosa más. Ellos sí que han sabido reaccionar a tiempo y ahí están, inamovibles.
Si Gorbachev hubiese llegado antes con la Glästnost y la Perestroika otro gallo les habria cantado a los rusos, ya te digo...
Ah! Me olvidaba, antes de su desmorone, el comunismo vivió una auténtica gerontocracia -los tambaleantes Breznev, Andropov y Txernenko- lo cual me hace ver con cierta gracia los intentos por mantener en semivida a Wojtyla, a la espera que venga un Gorbachev que ponga un poco de orden o que cierre el chiringuito de una forma más o menos elegante.
En fin, espero llegar a ver mis sueños hechos realidad
Porque, seamos sinceros, el Comunismo y la Iglesia tienen más en común que diferéncias; vamos, que no sé por qué se tenian que llevar tan mal.
Empecemos por el hecho de ser doctrinas semi-clandestinas (en origen) que proponen una utopía de igualdad para todos basándose en el principio de la bondad humana y que ya está bien que el mundo sea para los poderosos. Bien, la base es buena hasta que tales doctrinas llegan a las esferas más altas del poder (ya sea por la Revolución de Octubre o por el Edicto de Milán). Entonces los dirigentes de cada una (llámense nomenklatura u obispos) prueban el poder y se corrompen, viven a todo lujo mientras los fieles/proletarios viven en condiciones más o menos precarias.Y si no tuvieran suficiente con sobrevivir, sus dirigentes dirigen sus vidas en todos los aspectos.
Por si fuera poco cada doctrina tiene sus herejes (Lutero o Mao) sus infieles (judios, musulmanes /burgueses, disidentes) y crea sus cuerpos de represión (ahí tenemos a la Santa Inquisición y al Segundo Consejo Director del KGB) que no dudan en aplicar la tortura en busca de la verdad y la confesión de los pecados.
Entonces, si se parecen tanto, ¿por qué el Comunismo no duró más de 75 años y la Iglesia lleva 2000 años dando la tabarra? La palabra és renovación. Sí señores, fijense sinó en el Concilio Vaticano II o en las últimas reformas del Partido Comunista Chino -que de comunista le queda el nombre y poca cosa más. Ellos sí que han sabido reaccionar a tiempo y ahí están, inamovibles.
Si Gorbachev hubiese llegado antes con la Glästnost y la Perestroika otro gallo les habria cantado a los rusos, ya te digo...
Ah! Me olvidaba, antes de su desmorone, el comunismo vivió una auténtica gerontocracia -los tambaleantes Breznev, Andropov y Txernenko- lo cual me hace ver con cierta gracia los intentos por mantener en semivida a Wojtyla, a la espera que venga un Gorbachev que ponga un poco de orden o que cierre el chiringuito de una forma más o menos elegante.
En fin, espero llegar a ver mis sueños hechos realidad