Eso es. Igual que hacia falta en otros tiempos ser muy ingenuas para pensar que, como en las novelas rosas -o, un poco más atrás, en la novela decimonónica (véase
Jane Eyre)-, el señorito se casaba con la criada tras un bonito romance, en lugar de hacerles un bombo y pagarles cuatro duros para callarles las bocas, que es lo que solía suceder.
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Toda esta literatura y cine de los mundos de arcoíris han hecho mucho daño en las cabecitas huecas de miles de muchachas pobres.
En el minuto 0:15 veo un comportamiento heteropatriarcal; eso de "estate quieta y tira el chicle" no me ha gustado un pelo.