Me toca soberanamente los cojones que se aluda a que los hombres llevamos siglos y siglos y siglos pudiendo hacer esto y pudiendo hacer lo otro como excusa para justificar la nula o anecdótica presencia de las mujeres en cualquier campo o rama del arte o de la ciencia.
Yo no llevo siglos y siglos y siglos pudiendo hacer esto y lo otro. Yo llevo treinta y cinco años pudiendo hacerlo. Lo mismo, exactamente lo mismo, que cualquier mujer de mi misma edad. Si para cuando tú o tú o tú nacísteis teníais las mismas posibilidades de estudiar, formaros y desarrollar vuestras capacidades que un tío de vuestra edad, los cinco mil años de historia occidental quedan anulados, no cuentan, no computan.
Si en 1975 nace Fulanita y nace Fulanito, y Fulanita no hace nada de todo esto, la culpa es de Fulanita, no de la Historia. Puesto que en 1975 tanto Fulanita como Fulanito tenían las mismas capacidades y posibilidades y a ninguno de los dos se le vetaba el acceso a nada por razón de sexo, y esto es así, ambos han contado con las mismas oportunidades, no hay razón para la excusa. El que no lo haya hecho será el culpable de no haberlo hecho.
Dicho esto, que se me diga a mí por qué cojones a día de hoy el 90% de las empresas que se fundan las fundan hombres, cuando para fundar una empresa no hace falta NADA, ni está mal visto, ni te ponen trabas por ser mujer, ni hostias. Es más, es más fácil para una mujer que para un hombre, a mí no me sufragaron ni un euro cuando monté la mía por ser un hombre, y si hubiera sido una mujer, sí. Pero no, no. El 10%.
Otro ejemplo, para el que no vale aludir a la machista historia como excusa. Cien años atrás, había un arte que no existía. Cien años atrás, en el país donde este arte empezó a desarrollarse, existía paridad legal entre hombres y mujeres, siendo este país el más avanzado en ese sentido. El arte era el cine, el país Estados Unidos. Bien. Todo el mundo, pues, partió de cero, en igualdad de oportunidades ¿Dónde están las directoras de cine? ¿Alguien sabe, sin tirar de wikipedia, nombrar directoras de cine, guionistas femeninas, directoras de fotografía? No. Y cuando tiréis de wikipedia, a ver si encontráis directoras de la talla de Ford, de Bergman o de Hawks. Por no mentar directores de fotografía, que no se conoce a ninguna, por no mentar guionistas. La citada más arriba es la única que ha lucido a lo largo de la historia de este arte. Entre los quinientos mejores directores de cine de la Historia como mujer sólo figura Leni Riefenstahl. ¿Qué pasa, que el cine históricamente proscribía a las mujeres? ¿En la época de Asurbanipal ya se miraba mal a la que quería coger una cámara? ¿Cuando Ramsés II la que cogía unas tablillas para escribir un guión era echada a los tiburones del Nilo? En los primeros años del cine, Mary Pickford fundó junto con tres tíos la United Artists. Así de difícil era, que ya en los albores de ese arte había una. Así de proscritas las tenían. Pero el caso es que sólo fue ella la que lo hizo, sólo fue ella la que representó a las mujeres en esa iniciativa; luego, desaparecieron. En cambio, actrices hubo desde el minuto uno. Y sigue habiéndolas. Y a punta de pala. ¿Por qué no faltó nunca quien se pusiera delante de una cámara pero siempre ha faltado quien se ponga detrás?
En campos como la literatura, lo de los millones de años de palizas a la que supiera escribir tampoco es cierto. A día de hoy, hoy, 22 de junio de 2011, entre los grandes literatos vivos no hay que se diga mucha mujer. Y que yo sepa, en los últimos cien años a ninguna han matado en España o en Europa por agarrar una pluma o un boli. En este campo quizá sea donde mayor igualdad se ha producido históricamente, o en lo que se lleva más tiempo con ella. Y sí, que si Jane Austen; sí, que si la Brontë, y sí, mucha escritora de best-sellers de nula calidad literaria. Ninguna Shakespeare, ni una Cervantes, ninguna Borges, ninguna García Márquez, cero Pessoas. Y en esto sí que han tenido tiempo para igualar un poco la balanza.
Y hoy, hoy que llevamos ya unas cuantas décadas de igualdad, hoy que llevamos ya las décadas suficientes de igualdad de facto a la hora de coger la cámara, la pluma o el pincel, seguimos igual: la presencia de la mujer sigue siendo anecdótica, y donde es más frecuente el grueso de la misma se encuadra dentro de la más gris de las grises medianías. ¿Qué pasa, que no podría haber hoy escritoras de fuste? Y no, tenemos a la Etxeberría. ¿Qué pasa, que no podría haber hoy directoras de cine de fuste? No, pero tenemos a la Coixet, y ninguna más. ¿Pintoras? ¿Arquitectas? ¿Intelectuales?¿Dónde están las filósofas, las que se dedican al pensamiento? ¿Dónde? ¿Dónde? Porque ya han tenido tiempo de empezar a despuntar, que hoy no se les pone la bota en el cuello.
¿Qué os creéis, que la cosa se igualará dentro de veinte, de treinta años? Já. Dentro de treinta años seguirán echando la culpa a que en el s.XII se las quemaba por brujas, aunque haga siglo y medio que nadie les diga nada si quieren ser artistas. Y en debates como este se seguirá sacando a la Curie como si una flor en el desierto convirtiese a este en un vergel.
Habéis tenido tiempo ya de lucir. Y no lo habéis hecho.
De esto se extrae con facilidad una conclusión: ni iniciativa, ni capacidad creadora, ni genio artístico. La mujer no se distingue por eso. No por ello es peor, no por ello es más mala. Simplemente es que se dedica a otras cosas. Las que sí lo tienen no dejarán de ser nunca meras anécdotas, excepciones, y bien pocas pueden decirse que encabecen alguna lista. No recuerdo quién lo dijo, pero lo dijo bien: el hombre es el encargado de escribir la poesía; la mujer, la encargada de inspirarla. Y está bien que sea así. Si todos escribiéramos poesía pero nadie la inspirase, no habría poesía. Si todos inspiráramos pero nadie escribiese, lo mismo. Así, repartiéndonos las funciones, la cosa avanza.
Daos cuenta de que es esta la realidad, y no me vengáis con excepciones para refutarla, que suecos negros hay, pero los suecos son, como todo el mundo sabe, blanquísimos y rubios. Ahora, que cuatro anormalas saquen a la Hadid como arquitecta, a la Curie como científico y a, qué sé yo, Lucía Etxeberría como escritora -já-, todas ellas excepciones, y pretendan hacer del grano granero, de la excepción regla o del sueco negro a Suecia un país de negros. Vamos, es que me juego el cuello que seguiréis porfiando. Y si lo vais a hacer, hacedlo bien: decid "nosotras somos escritoras" o "nosotras también sabemos pintar" o "nosotras también sabemos mandar cohetes a la Luna", decidlo así, arrogándoos como propio el éxito de otras personas sólo por ser de vuestro mismo género, como si la que dice "nosotras" formase parte de las que lo hacen.
¿Sabéis qué es lo peor de todo? Que dan igual los argumentos. Que dan igual las razones. Que da igual que se señale la lista de premios Nobel o lo que os dé la gana. Que seguirán empeñadas en que sí. Y de ese burro no les bajará NI DIOS. NI DIOS. Aunque cojas la realidad, la REALIDAD, y les abras la puta cabeza a golpes de REALIDAD, DE HECHOS INCONTROVERTIBLES, emplearán su último aliento para decir "nosotras también".