Espido, limpiacoches por un día

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hikaru

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14 May 2006
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https://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2007/394/1176486833.html

En fin, no me resisto a comentar alguna:

El artículo comienza diciendo que hay 2 millones de parados y trabajos que nadie quiere y que tienen que ocupar extranjeros (sucinta crítica xenofoba, si los españoles no esperasen hasta los 31 años para trabajar no necesitaríamos importación mano de obra). Afirma que el sueldo mensual es de 750 (propinas aparte) y que el horario es de 9 mañana a 8 tarde parando una hora para comer, ie, si las cuentas no me fallan, 11 horas de trabajo "repetitivo y sin creatividad" Creo que hay poco que añadir a este respecto.

Citas trascendentales

«Me cuentan que, tras semanas de trabajo, las uñas se agrietan, la espalda tira y las manos se vuelven ásperas». (snifff)

"He sido siempre torpe con las puertas del coche, con los cierres de los maleteros" (¿como coño se puede ser torpe con una puerta de un coche?)

"No me sentiría más insegura con fieras reales" (que entre coches, toda una aventurera)

"Alguien se dejó un sombrero hongo que sirvió para un disfraz de cura durante carnavales, y allí continúa, sobre el extintor de fuego, como un escarabajo gigante." (reminiscencias kafkianas)

"Las sillitas de bebé significan que aparecerán gominolas, pequeños juguetes, migas de galletas, incluso estrellitas y confeti. Los niños se alegran mucho cuando recuperan un juguete perdido" (entrañable)

"Los animales (del interior de un coche surgen dos perros de tamaño pequeño, amistosos e inquietos) dejan más olor, pero menos suciedad que muchos seres humanos" (Sobre todo la de callejeros)

En fin, en USA tienen a Lethem, a Chabon, a Foster Wallace, a Palahniuk en la misma franja de edad (treintena), nosotros tenemos esto.


Nota, lo he puesto en general para variar de tanta fantasía autofeladora, mover a literatura cuando se estime oportuno.
 
Señores, tomen este hilo como una muestra de aprecio al subforo.

Espido Freire...si alguien ha leído algo suyo que confiese.

Supongo que su obra más leída debe ser ésta:

melocotones2.jpg


Elsa, una joven pintora, se ha visto obligada a abandonar su casa ante unas amenazas de muerte de las que desconoce la razón, y se traslada a otra ciudad a vivir con su abuelo. En un clima opresivo, Elsa redescubre las relaciones humanas, y se mueve entre la historia familiar, plagada de secretos, y la de una prima con la que comparte nombre y apellidos.

:lol: :lol: :lol:

Es sintomático de la esclerosis múltiple que aqueja a esta aséptica novela el que en ella nos hable Freire de desgracias familiares, de perturbaciones psicológicas, de la insatisfacción y resignación de los humildes, de cancerosos rencores e imperdonables olvidos, de suicidios y desapariciones infantiles... sin conseguir estremecernos o conmovernos en lo más mínimo con su narración inerte y desapasionada y su pulso adormecedor. Partiendo de un maleficio onomástico que arranca con la desaparición de una niña en los años de la postguerra civil y que heredan casi medio siglo después las dos antagónicas y tocayas sobrinas que nunca conoció, Melocotones helados naufraga por medio de divagaciones y reiteraciones vacuas en su descenso a las espinas del corazón humano, destacando solo por el trabajado engaste de los distintos tiempos narrativos. Sin que ninguno de sus personajes adquiera personalidad, sin rastro de enriquecedora ironía ni atisbos de un mensaje que invite a la reflexión, con esporádicas caídas en el folletín o en el tópico (léanse como ejemplos de este último la descripción de los entresijos y métodos de la secta o el proceso de decadencia de la ciudad de Desrein), ofreciendo una visión carea y superficial de la postguerra y lanzando al vacío sentenciosas frases que chirrían como quicios oxidados, puede decirse que a la tercera le ha llegado la vencida económica a Espido Freire mas no la profesional. Excusaríamos una principiante que nos dejara tan helados como los melocotones que emplea a modo de símbolo de los sueños rotos o de las prosas incumplidas, pero no en alguien que va a vender a destajo sin necesidad de lucir palmito en los escaparates públicos.
 
¿Un solo día? Debería haberse pasado un mes, como la americana Barbara Ehrenreich, autora de "Por cuatro duros". Ella hizo de camarera, limpiadora y dependienta de unos grandes almacenes durante un mes (en cada uno de los tres trabajos). Y el libro es bastante duro, claro.
 
"Esa será la parte de todo el lavado que más me agrade: la única que permite acceder al interior del vehículo y adivinar algo de la intimidad de quién lo conduce."

La cabra siempre tirando al monte... :roll:


"Yo añado, sin poder evitarlo: «Yo lo hubiera dejado mucho mejor."

Yo, yo, yo y yo. No falla: es "ella" :evil:


Un saludo.
 
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