MittagLeffler
Asiduo
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Me atrevo a contaros lo que he podido sacar en claro del funcionamiento de algunas RRSS del sexo o de todo tipo de relaciones entre adultos, tipo Tinder, Meetic... Si el administrador considera que no es apropiado este hilo o debiera ubicarse en otro lugar, entendería que obrase oportunamente.
Durante la pandemia he tenido tiempo de crear algunos perfiles y dejarlos a su suerte en esas plataformas para entender como funciona la psicología humana en entornos virtuales, especialmente la femenina (me creé un perfil de hombre). El perfil tipo fue el de un señor maduro en los cuarenta y tantos de buen ver, e intenté que en todo momento fuese creible y realista; lógicamente la interacción mayoritaria fue con mujeres de entre 30 y 50 años. Las conclusiones a las que he llegado son las siguientes.
Observo en las mujeres maduras un patrón bastante común, el de una divorciada que como remedio a un anterior fracaso sentimental intenta volver a repetirlo insistiendo en la búsqueda de otro principe azul. ¿Cabe mayor alegato a la contradicción existencial? La alusión al yoga, al alpinismo, al senderismo, a los viajes exóticos o al costumbrismo local como reclamo personal, junto a un recetario interminable de sabios aforismos sacados de internet, hace que en ocasiones esas plataformas parezcan más un blog de deportes extremos, trascendencia o filosofía oriental que un mercado de la frivolidad: la hipocresía al poder.
Pocas maduras, ya sean casadas, divorciadas o solteras, supuestamente liberadas de complejos y tabúes, buscan relaciones esporádicas... o al menos lo reconocen explícitamente a perfiles de hombres serios y educados con los que sólo buscan "algo estable". Porque luego me consta por informaciones indirectas que le disparan a muerte a los jovencitos que exhiben pectorales y abdominales, pasan del "yo no envío fotos íntimas" a mandar publireportajes del playboy (supongo que es la clásica interacción entre la testosterona y las feromonas). La conclusión fundamental es que en el fondo las mujeres son como los hombres, buscan lo mismo, a saber, estabilidad emocional y de vez en cuando follar con especímenes jóvenes atractivos, sólo que por algún motivo cultural esconden esa última y sana intención.
La interacción con algunas de las usuarias es interesante, cuando les explicas que no buscas una relación estable sino algo esporádico, lejos de despedirse educadamente y decirte que lo sienten y que no están interesadas, te someten a una especie de tercer grado inquisitorial de moralidad en el que aprovechan para afearte tu actitud vital mientras te explican lo "maravillosas y plenas" que son sus vidas (¿y qué haces entonces en Tinder criatura?) y lo guay que es el Dalái Lama. Es como si quisieran ajusticiar a su ex sobre las sufridas espaldas del ocasional usuario de internet que interactúa con ellas.
No obstante, sí es cierto que se pueden encontrar mujeres dispuestas a un intercambio de fluidos sin más pretensiones, pocas pero las ahi, en general más próximas a la categoría orco que al pibón, hay que tener paciencia y cribar la avalancha de perfiles falsos, resentidas, moralistas vocacionales, aburrid@s sin vida que juegan con los seres humanos, etc.
Mi consejo final: evitad mandar fotos donde se os identifique, sobre todo si estáis casados y queréis echar una cana al aire o sois celosos de vuestra privacidad (ni borrándolas después con herramientas de autodestrucción podéis evitar que alguien con conocimientos os haga una captura, avisados estáis). A veces os dan el Telegram, y cuando os sacan la foto desaparecen y os bloquean, o simplemente os dicen que sólo quieren charla y no sexo (¿para qué pides entonces la foto?). Tened cuidado, si alguna de verdad os quiere poner cara y ojos quedáis en un bareto o café discreto, que en Granada abundan, y punto.
Sinceramente, lo mejor para encontrar diosas con las que follar libremente y sin ataduras no es Tinder, Meetic, Follamigos o Ashley Madison, son lugares como pasión, slumi, sustitutas...y este foro.
Durante la pandemia he tenido tiempo de crear algunos perfiles y dejarlos a su suerte en esas plataformas para entender como funciona la psicología humana en entornos virtuales, especialmente la femenina (me creé un perfil de hombre). El perfil tipo fue el de un señor maduro en los cuarenta y tantos de buen ver, e intenté que en todo momento fuese creible y realista; lógicamente la interacción mayoritaria fue con mujeres de entre 30 y 50 años. Las conclusiones a las que he llegado son las siguientes.
Observo en las mujeres maduras un patrón bastante común, el de una divorciada que como remedio a un anterior fracaso sentimental intenta volver a repetirlo insistiendo en la búsqueda de otro principe azul. ¿Cabe mayor alegato a la contradicción existencial? La alusión al yoga, al alpinismo, al senderismo, a los viajes exóticos o al costumbrismo local como reclamo personal, junto a un recetario interminable de sabios aforismos sacados de internet, hace que en ocasiones esas plataformas parezcan más un blog de deportes extremos, trascendencia o filosofía oriental que un mercado de la frivolidad: la hipocresía al poder.
Pocas maduras, ya sean casadas, divorciadas o solteras, supuestamente liberadas de complejos y tabúes, buscan relaciones esporádicas... o al menos lo reconocen explícitamente a perfiles de hombres serios y educados con los que sólo buscan "algo estable". Porque luego me consta por informaciones indirectas que le disparan a muerte a los jovencitos que exhiben pectorales y abdominales, pasan del "yo no envío fotos íntimas" a mandar publireportajes del playboy (supongo que es la clásica interacción entre la testosterona y las feromonas). La conclusión fundamental es que en el fondo las mujeres son como los hombres, buscan lo mismo, a saber, estabilidad emocional y de vez en cuando follar con especímenes jóvenes atractivos, sólo que por algún motivo cultural esconden esa última y sana intención.
La interacción con algunas de las usuarias es interesante, cuando les explicas que no buscas una relación estable sino algo esporádico, lejos de despedirse educadamente y decirte que lo sienten y que no están interesadas, te someten a una especie de tercer grado inquisitorial de moralidad en el que aprovechan para afearte tu actitud vital mientras te explican lo "maravillosas y plenas" que son sus vidas (¿y qué haces entonces en Tinder criatura?) y lo guay que es el Dalái Lama. Es como si quisieran ajusticiar a su ex sobre las sufridas espaldas del ocasional usuario de internet que interactúa con ellas.
No obstante, sí es cierto que se pueden encontrar mujeres dispuestas a un intercambio de fluidos sin más pretensiones, pocas pero las ahi, en general más próximas a la categoría orco que al pibón, hay que tener paciencia y cribar la avalancha de perfiles falsos, resentidas, moralistas vocacionales, aburrid@s sin vida que juegan con los seres humanos, etc.
Mi consejo final: evitad mandar fotos donde se os identifique, sobre todo si estáis casados y queréis echar una cana al aire o sois celosos de vuestra privacidad (ni borrándolas después con herramientas de autodestrucción podéis evitar que alguien con conocimientos os haga una captura, avisados estáis). A veces os dan el Telegram, y cuando os sacan la foto desaparecen y os bloquean, o simplemente os dicen que sólo quieren charla y no sexo (¿para qué pides entonces la foto?). Tened cuidado, si alguna de verdad os quiere poner cara y ojos quedáis en un bareto o café discreto, que en Granada abundan, y punto.
Sinceramente, lo mejor para encontrar diosas con las que follar libremente y sin ataduras no es Tinder, Meetic, Follamigos o Ashley Madison, son lugares como pasión, slumi, sustitutas...y este foro.
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