Yo sí, lo que pasa es que mi empatía con la gente que verdaderamente no puede ganarse la vida, pagar su vivienda o salir para adelante se limita a la gente que, EFECTIVAMENTE, no pueden ganarse la vida, pagar su vivienda o salir para adelante, y para los que DICEN QUE no pueden ganarse la vida, pagar su vivienda o salir para adelante no tengo ni medio gramo de esa empatía, antes bien, lo que les tengo es un odio cerval, porque son putos parásitos que, aprovechándose del buen corazón de la gente y de los medios que el Estado pone a su disposición, nos sangran a todos. Y otros por los que tampoco siento mucha simpatía es por los que tienen tanta empatía que tienen empatía por quienes merecen empatía y les sobra para empatizar con mentirosos, vagos, morosos y sableadores profesionales y son tan tolilis que no saben distinguir a unos de los otros y que se creen que to er mundo e güeno, porque son unos auténticos pringados y los que hacen que por la caridad entre la peste.