La peor experiencia posible.
Las fotos eran interesantes y quedo con ella.
Por supuesto las fotos eran falsas, aunque le pregunté antes por WhatsApp.
Voy a su piso de la calle Nieves Viejas, 8. Me dice que suba al segundo. Entro y veo que es una chica parecida pero con 25 kilos más, es decir, bastante gorda. No me gusta y decido irme. Cuando veo que me engañan me piro, lo tengo claro.
Acto seguido se pone entre la puerta de salida y yo, diciéndome que le pague, amenazándome con llamar a la policía, repitiendo en varias ocasiones que hay que tener licencia, algo poco entendible, pero la tipa se ve que habla mal español.
Forcejeo con ella y consigo salir. En principio me preocupé bastante porque no sabía si pudiera haber algún maromo peligroso dentro del piso, la pava estaba súper nerviosa y cabreada. Logro salir del piso pero la tipa me sigue, tratando de golpearme, mientras me gritaba algunas lindezas.
Lo dicho, para nada recomendable, además de ser un morcón.
Las fotos eran interesantes y quedo con ella.
Por supuesto las fotos eran falsas, aunque le pregunté antes por WhatsApp.
Voy a su piso de la calle Nieves Viejas, 8. Me dice que suba al segundo. Entro y veo que es una chica parecida pero con 25 kilos más, es decir, bastante gorda. No me gusta y decido irme. Cuando veo que me engañan me piro, lo tengo claro.
Acto seguido se pone entre la puerta de salida y yo, diciéndome que le pague, amenazándome con llamar a la policía, repitiendo en varias ocasiones que hay que tener licencia, algo poco entendible, pero la tipa se ve que habla mal español.
Forcejeo con ella y consigo salir. En principio me preocupé bastante porque no sabía si pudiera haber algún maromo peligroso dentro del piso, la pava estaba súper nerviosa y cabreada. Logro salir del piso pero la tipa me sigue, tratando de golpearme, mientras me gritaba algunas lindezas.
Lo dicho, para nada recomendable, además de ser un morcón.
Archivos adjuntos
Última edición: