Idi Amin
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- 16 Ago 2009
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Hola, hamijos.
Hace poco tiempo, estuve en la Sala Houdini de Madrid, es una sala de magia. Allí tiene su número un mago llamado Pablo Segóbriga. Primero hace una demostración de trucos de magia con las manos, dobla unas cuantas cucharas hablando así como si nada... Ese tipo de cosas, vamos, que obviamente tienen su truco y tal.
Pero después de eso se pasa a una especie de escenario en el que se hace una demostración de hipnosis y mentalismo. Me presenté voluntario para salir, junto con otros 3 conejillos de indias. El Segóbriga se acercó al primer infeliz y simplemente mirándole a los ojos como 3 segundos y tocándole la frente cayó redondo al suelo como un saco de patatas (había un tío al lado que sujetaba a los que caían. Así, uno a uno fueron cayendo todos y ya sólo quedaba yo, un poco acojonado tras ver cómo todos estaban noqueados ya. Así que se me aproximó, me miró a los ojos y con un simple toquecito en la frente también yo me vine completamente abajo.
Así quedamos los 4 tirados en el suelo, a su merced. Nos empezó a decir que nos imaginásemos nuestra adolescencia, después nuestra infancia, después nuestros tiernos 3 añitos y finalmente que intentásemos recordar cuando estábamos en el útero materno. Al parecer, según íbamos volviendo atrás en el tiempo, nos íbamos poniendo en posición fetal poco a poco, hasta llegar al punto de estar completamente en esa posición al final, con el dedo en la boca incluso. Y yo también. Y me sentía en la gloria, muy muy feliz.
Después, a mí y a otro nos convenció para que cada vez que oyésemos el nombre de "Pablo Segóbriga" nos partiésemos la polla. Al poco, él lo dejó caer mientras hablaba y nos empezamos a reír como subnormales. Luego, a uno le convenció de que no existía el número 4. Al preguntarle cuánto era 2+2, él decía 5. A mí, me dijo que la semana tenía 8 días: los habituales+ Zabulón. Al preguntarme qué día iba después del domingo, yo contestaba Zabulón.
Pero el caso es que es un estado muy extraño. En todo momento yo era consciente de lo que hacía, creo. Incluso, con lo de zabulón, yo estaba convencido de que estaba respondiendo eso sólo para no dejarle mal delante de todo el mundo. Al acabar todo, fui y se lo dije tal cual: "Oye, Pablo, es que yo creo que lo último lo he respondido sólo para no dejarte mal". Se rió y me dijo: "Sí, eso es lo que creen todos, ahí está la gracia".
Así que todo esta historia es una excusa para abrir un debate sobre la hipnosis. Me considero una persona bastante escéptica, así que no consigo entender cómo un tío mirándome y tocándome la frente es capaz de tirarme al suelo como si me hubiese desmayado, por más que lo pienso. ¿Cuál es el fundamento científico de todo esto, si es que lo hay? ¿Cómo es posible que consiga que me ponga en posición fetal y con el dedo en la boca delante de un público y que me dé igual?
¿Alguien ha tenido experiencias parecidas?
¿Qué aplicaciones positivas se le podrían dar a esta práctica, aparte de poder pillar cada noche?
¿Hasta qué punto es todo autosugestión?
Respuestas quiero.
Hace poco tiempo, estuve en la Sala Houdini de Madrid, es una sala de magia. Allí tiene su número un mago llamado Pablo Segóbriga. Primero hace una demostración de trucos de magia con las manos, dobla unas cuantas cucharas hablando así como si nada... Ese tipo de cosas, vamos, que obviamente tienen su truco y tal.
Pero después de eso se pasa a una especie de escenario en el que se hace una demostración de hipnosis y mentalismo. Me presenté voluntario para salir, junto con otros 3 conejillos de indias. El Segóbriga se acercó al primer infeliz y simplemente mirándole a los ojos como 3 segundos y tocándole la frente cayó redondo al suelo como un saco de patatas (había un tío al lado que sujetaba a los que caían. Así, uno a uno fueron cayendo todos y ya sólo quedaba yo, un poco acojonado tras ver cómo todos estaban noqueados ya. Así que se me aproximó, me miró a los ojos y con un simple toquecito en la frente también yo me vine completamente abajo.
Así quedamos los 4 tirados en el suelo, a su merced. Nos empezó a decir que nos imaginásemos nuestra adolescencia, después nuestra infancia, después nuestros tiernos 3 añitos y finalmente que intentásemos recordar cuando estábamos en el útero materno. Al parecer, según íbamos volviendo atrás en el tiempo, nos íbamos poniendo en posición fetal poco a poco, hasta llegar al punto de estar completamente en esa posición al final, con el dedo en la boca incluso. Y yo también. Y me sentía en la gloria, muy muy feliz.
Después, a mí y a otro nos convenció para que cada vez que oyésemos el nombre de "Pablo Segóbriga" nos partiésemos la polla. Al poco, él lo dejó caer mientras hablaba y nos empezamos a reír como subnormales. Luego, a uno le convenció de que no existía el número 4. Al preguntarle cuánto era 2+2, él decía 5. A mí, me dijo que la semana tenía 8 días: los habituales+ Zabulón. Al preguntarme qué día iba después del domingo, yo contestaba Zabulón.
Pero el caso es que es un estado muy extraño. En todo momento yo era consciente de lo que hacía, creo. Incluso, con lo de zabulón, yo estaba convencido de que estaba respondiendo eso sólo para no dejarle mal delante de todo el mundo. Al acabar todo, fui y se lo dije tal cual: "Oye, Pablo, es que yo creo que lo último lo he respondido sólo para no dejarte mal". Se rió y me dijo: "Sí, eso es lo que creen todos, ahí está la gracia".
Así que todo esta historia es una excusa para abrir un debate sobre la hipnosis. Me considero una persona bastante escéptica, así que no consigo entender cómo un tío mirándome y tocándome la frente es capaz de tirarme al suelo como si me hubiese desmayado, por más que lo pienso. ¿Cuál es el fundamento científico de todo esto, si es que lo hay? ¿Cómo es posible que consiga que me ponga en posición fetal y con el dedo en la boca delante de un público y que me dé igual?
¿Alguien ha tenido experiencias parecidas?
¿Qué aplicaciones positivas se le podrían dar a esta práctica, aparte de poder pillar cada noche?
¿Hasta qué punto es todo autosugestión?
Respuestas quiero.