Je, la historia del Club de Ninjas me ha recordado otra de otro Club que montamos nosotros. Un Club de Detectives. Primero empezó como una tontería, vimos un rastro de sangre un día en las losetas de pizarra que formaban el pavimento de mi barrio, típico barrio construido a finales de los años 60's, y decidimos seguirla.
Por el camino íbamos siguiendo el rastro, y cada uno iba con sus teorías. Uno decía que seguramente era alguien con una nariz sangrando, otro que podría ser un dedo, otro que sería un yonki de los que se picaban en el antiguo Centro Cívico Polideportivo de enfrente, y así íbamos, describiendo las manchas en plan CSI.
Tendríamos unos 10-11 años, y a uno que era un par de años mayor se le ocurrió que era interesante esto para matar el tiempo, y que podríamos formar un Club de Detectives, más bien fisgones. Y así empezamos a hacernos unos carnets al uso, y a reunir el material. Yo aporté un extraño artilugio mezcla de lupa, prismáticos, brújula y alguna cosa más que mi viejo se había comprado en los años 60's (esta época del Club serían los 80's) en esos anuncios chiquititos en las contraportadas de las revistas (dónde aparecían los monos marinos y similares). Otro trajo una lupa enorme de casa, pues su viejo coleccionaba sellos de correos, otro polvo de no se qué mierda del Quimicefa para las huellas, otro un cepillo, en fin, lujo a tope de materiales.
Y luego buscábamos casos. Pero hete aquí que el oficio de detective es duro porque normalmente faltan clientes, y entonces decidimos que antes de encontrar un verdadero caso había que entrenar. Y empezamos a ponernos de acuerdo para por ejemplo, seguir a un menda que pasaba trajeado todos los días por delante de nuestra calle, pero haciéndolo bien, por turnos. Primero iba uno y lo seguía hasta una zona, luego otro que había dado un rodeo lo enganchaba donde lo dejaba otro, y así el tema. Este tío nos pilló y se nos quedó mirando con ganas de darnos una ostia, y poco a poco fuimos perfeccionando la técnica.
Otro sugirió que podíamos redactar informes y tal con los chismes de la calle. Cosas de ésas que oyes de pasada en casa y dejas pasar, no es tu tema. En mi portal se decía que la señora del 9ºC le ponía los cuernazos al marido, que trabajaba en Fenosa, cosa que yo pillé de oídas porque el menda aun encima era un baranda que llevaba todo tipo de trastos al portal y los dejaba por su tramo de escalera. Te podías encontrar allí una maquinita de marcianos de tanques de las primeras que se hicieron o tramos de cable distraído. El caso es que nos pusimos manos a la obra, a controlar las salidas del menda y que personas a la media hora aparecían por el portal.
Efectivamente, el tío tenía unos tochazos que no sé ni como entraba por la puerta. Salía el tipo a trabajar, y en poco aparecía un señor de bigote bajito, trajeado y oliendo a colonia. Llegamos incluso a subir al rellano y llegar a pegar la oreja y casi nos pillan. Pero lo más gracioso es que la señora le ponía los cuernos también a este con uno con pinta de encargado de una ferretería.
Luego crecimos y nos interesaba más la cosa de las chavalas, pero algo siempre queda, porque analizábamos al detalle todo. Si el de bigotito venía con flores o similar sabíamos que estaban a punto de "celebrar". La pinta que tenía cuando salía el menda, si se había duchado dentro. Estos detalles luego uno los va aplicando a su vida diaria..
pd: Encontré el invento en internet, LOL: