Ramon Llull
Asiduo
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Lo prometido es deduda y aunque mal de tiempo, pienso hacer todos los hilos que he ido anunciando.
Para empezar, y a tenor de mis ya superados 700 posteos en esta santa casa, abro la veda con el hilo de uno de mis poetas predilectos:
JUAN EDUARDO CIRLOT
Más que un poeta, Cirlot (1916-1973) era un Vanguardista con todas las de la ley. Experimentador del castellano y su fonología, exquisito dominador de la retórica y lírico ecléctico. Genio.
A modo de incio, compilo aquí todas las poesías que se hallan en varios hilos de este foro.
67 versos en recuerdo de Dadá
El uno se arrodilla dulcemente[,]
el dos tiene las trenzas de papel,
el tres llena de plata los triángulos,
el cuatro no solloza,
el cinco no devora el firmamento,
el seis no dice nada a las serpientes,
el siete se recoge en las miradas,
el ocho tiene casas y ciudades,
el nueve canta a veces con voz triste,
el diez abre sus ojos en el mar,
el once sabe música,
el doce alienta lámparas,
el trece vive sólo en los desvanes,
el catorce suplica,
el quince llama y grita,
el dieciséis escucha,
el diecisiete busca,
el dieciocho quema,
el diecinueve sube,
el veinte vuela ardiendo por el aire,
el veintiuno cae,
el veintidós espera,
el veintitrés adora los vestidos,
el veinticuatro sabe matemáticas,
el veinticinco magia,
el veintiséis amor,
el veintisiete guerra,
el veintiocho estrellas,
el veintinueve luna,
el treinta tiene garras de cerezo,
el treinta y uno flota,
el treinta y dos destruye los anillos,
el treinta y tres anula los espacios,
el treinta y cuatro ruge,
el treinta y cinco vive lejos,
el treinta y seis conoce la amargura,
el treinta y siete fulge,
el treinta y ocho baja,
el treinta y nueve quiebra torres,
el cuarenta se expresa,
pero el cuarenta y uno tiene páginas,
donde el cuarenta y dos halla su espejo,
donde el cuarenta y tres se desmenuza,
en el cuarenta y cuatro anidan tigres,
en el cuarenta y cinco monumentos,
en el cuarenta y seis hay una espiga,
en el cuarenta y siete distracciones,
detrás vienen cuarenta y ocho pensamientos,
cuarenta y nueve signos,
cincuenta cruces,
ciencuenta y una lágrimas,
cincuenta y dos mujeres,
cincuenta y tres desiertos,
cincuenta y cuatro pianos,
para cincuenta y cinco partituras,
para cincuenta y seis sonidos,
cincuenta y siete soles,
cincuenta y ocho perlas,
cincuenta y nueve bocas,
sesenta muertes,
sesenta y una llagas,
sesenta y dos pirámides,
sesenta y tres adioses,
sesenta y cuatro diccionarios,
sesenta y cinco sentimientos,
sesenta y seis recuerdos,
sesenta y siete flores.
Aquí una muestra del Cirlot más experimental:
Cristo, cristal
Cristo, cristal
to, al
alto.
Cristo, cristal
to, tal
total.
*
Cristal
tal
tel
Él
Eli, Eli.
*
Cris
criz
cruz
*
Cristo, cristal.
Cristalizado,
cristal izado.
Izado en cruz
crucificado
cristificado
cristal de luz
lucificado.
*
Cristo, crisol,
Sol.
*
Claridad
Caridad
dad.
Doy
voy
hoy
soy.
*
Soy en lo mismo que doy,
en la paz de la palma,
en la calma del alma,
en la cruz de la luz.
*
Clavo
lavo, esclavo.
Ni cristal ni crisol.
*
Cruz, cruce.
Luce, luz.
Cristo, tal
cristal.
*
Cruz, descruza.
Caja, baja.
Tumba, retumba.
Mina, ilumina.
*
Cristaliza, cristal.
Cristo, cristifica.
*
Jesús, Je suis.
Cristo, cristal, cris...
ist stahI.
Stahl, stella.
*
cr, cr, cr, cr,
ss, ss, ss, ss,
t, t, t, t.
*
O
AL
EL
Un Cirlot más formal:
A Osiris
Repartido en pedazos y en lamentos,
repartido en países y en canciones,
repartido en lejanos corazones,
repartido en profundos monumentos.
Repartido en obscuros sentimientos,
repartido en distintas emociones,
repartido en palabras y oraciones,
repartido y perdido en los momentos.
Heredero del tiempo y del espacio,
víctima de transcursos y distancias,
ser en seres deshecho y repartido.
Yo busco tu hermosura y tu palacio,
tu boca de rubíes y fragancias
para reunirte solo en un gemido.
A Salvador Dalí
En las puras montañas entreabiertas,
en los grandes paisajes calcinados,
en los topacios dulces y enterrados,
en los muros eternos y en sus puertas,
en las planicies secas y desiertas,
en los osarios desencadenados,
en los cielos agudos y parados
sobre las planetarias cosas muertas,
todo alcanza la forma de una boca,
la forma de unos labios palpitantes
que sufren con un beso en una caja.
En el fondo bestial de cada roca
existen tus dos alas fulgurantes
fundiendo el infinito en una alhaja.
Para empezar, y a tenor de mis ya superados 700 posteos en esta santa casa, abro la veda con el hilo de uno de mis poetas predilectos:
JUAN EDUARDO CIRLOT
![abanco_026.jpg](https://www.soria-goig.org/Abanco/images/abanco_026.jpg)
Más que un poeta, Cirlot (1916-1973) era un Vanguardista con todas las de la ley. Experimentador del castellano y su fonología, exquisito dominador de la retórica y lírico ecléctico. Genio.
A modo de incio, compilo aquí todas las poesías que se hallan en varios hilos de este foro.
67 versos en recuerdo de Dadá
El uno se arrodilla dulcemente[,]
el dos tiene las trenzas de papel,
el tres llena de plata los triángulos,
el cuatro no solloza,
el cinco no devora el firmamento,
el seis no dice nada a las serpientes,
el siete se recoge en las miradas,
el ocho tiene casas y ciudades,
el nueve canta a veces con voz triste,
el diez abre sus ojos en el mar,
el once sabe música,
el doce alienta lámparas,
el trece vive sólo en los desvanes,
el catorce suplica,
el quince llama y grita,
el dieciséis escucha,
el diecisiete busca,
el dieciocho quema,
el diecinueve sube,
el veinte vuela ardiendo por el aire,
el veintiuno cae,
el veintidós espera,
el veintitrés adora los vestidos,
el veinticuatro sabe matemáticas,
el veinticinco magia,
el veintiséis amor,
el veintisiete guerra,
el veintiocho estrellas,
el veintinueve luna,
el treinta tiene garras de cerezo,
el treinta y uno flota,
el treinta y dos destruye los anillos,
el treinta y tres anula los espacios,
el treinta y cuatro ruge,
el treinta y cinco vive lejos,
el treinta y seis conoce la amargura,
el treinta y siete fulge,
el treinta y ocho baja,
el treinta y nueve quiebra torres,
el cuarenta se expresa,
pero el cuarenta y uno tiene páginas,
donde el cuarenta y dos halla su espejo,
donde el cuarenta y tres se desmenuza,
en el cuarenta y cuatro anidan tigres,
en el cuarenta y cinco monumentos,
en el cuarenta y seis hay una espiga,
en el cuarenta y siete distracciones,
detrás vienen cuarenta y ocho pensamientos,
cuarenta y nueve signos,
cincuenta cruces,
ciencuenta y una lágrimas,
cincuenta y dos mujeres,
cincuenta y tres desiertos,
cincuenta y cuatro pianos,
para cincuenta y cinco partituras,
para cincuenta y seis sonidos,
cincuenta y siete soles,
cincuenta y ocho perlas,
cincuenta y nueve bocas,
sesenta muertes,
sesenta y una llagas,
sesenta y dos pirámides,
sesenta y tres adioses,
sesenta y cuatro diccionarios,
sesenta y cinco sentimientos,
sesenta y seis recuerdos,
sesenta y siete flores.
Aquí una muestra del Cirlot más experimental:
Cristo, cristal
Cristo, cristal
to, al
alto.
Cristo, cristal
to, tal
total.
*
Cristal
tal
tel
Él
Eli, Eli.
*
Cris
criz
cruz
*
Cristo, cristal.
Cristalizado,
cristal izado.
Izado en cruz
crucificado
cristificado
cristal de luz
lucificado.
*
Cristo, crisol,
Sol.
*
Claridad
Caridad
dad.
Doy
voy
hoy
soy.
*
Soy en lo mismo que doy,
en la paz de la palma,
en la calma del alma,
en la cruz de la luz.
*
Clavo
lavo, esclavo.
Ni cristal ni crisol.
*
Cruz, cruce.
Luce, luz.
Cristo, tal
cristal.
*
Cruz, descruza.
Caja, baja.
Tumba, retumba.
Mina, ilumina.
*
Cristaliza, cristal.
Cristo, cristifica.
*
Jesús, Je suis.
Cristo, cristal, cris...
ist stahI.
Stahl, stella.
*
cr, cr, cr, cr,
ss, ss, ss, ss,
t, t, t, t.
*
O
AL
EL
Un Cirlot más formal:
A Osiris
Repartido en pedazos y en lamentos,
repartido en países y en canciones,
repartido en lejanos corazones,
repartido en profundos monumentos.
Repartido en obscuros sentimientos,
repartido en distintas emociones,
repartido en palabras y oraciones,
repartido y perdido en los momentos.
Heredero del tiempo y del espacio,
víctima de transcursos y distancias,
ser en seres deshecho y repartido.
Yo busco tu hermosura y tu palacio,
tu boca de rubíes y fragancias
para reunirte solo en un gemido.
A Salvador Dalí
En las puras montañas entreabiertas,
en los grandes paisajes calcinados,
en los topacios dulces y enterrados,
en los muros eternos y en sus puertas,
en las planicies secas y desiertas,
en los osarios desencadenados,
en los cielos agudos y parados
sobre las planetarias cosas muertas,
todo alcanza la forma de una boca,
la forma de unos labios palpitantes
que sufren con un beso en una caja.
En el fondo bestial de cada roca
existen tus dos alas fulgurantes
fundiendo el infinito en una alhaja.