Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia (...) Mateo,16 18-19
Ok... Vamos a hacer un pequeño experimento.
Mas yo también te digo, que tú eres Judas, y sobre esta judia edificaré mi iglesia (...) Maniac, Foro PL
Voilà! Con sólo cambiar un nombre hemos mandado el Nuevo Testamento a donde amargan los pepinos. Esto nos demuestra que no sólo es importante llamarse Pedro y no Judas, sino que el nombre de uno también.
Servidor tuvo la suerte de tener unos padres decentes, que decidieron nol seguir la saga familiar, por que de lo contrario me habria acabado llamando Cecilio, Fulgencio, Eugenio o Firmo, porque eso son nombres de macarra/abusón de instituto.
Efectivamente, todos esos que se hacian llamar el "Serpiente", el "Casio" o el "Lillo"; en realidad se llaman lindezas como Bartolomé, Anastasio o Teodoro... Con esos nombres no me extraña que, primero, se pusieran unos motes con gancho y que, después, traumatizados por una infancia llena de burlas y coñas por sus nombres, se dedicaran en cuerpo y alma a hacer la vida imposible a sus compañeros.
También agradezco no haber tenido unos padres "modernos", porque uno fue a nacer a las puertas de esa eclosión de Kevins, Johnathans, Donovans, Jennifers, Samanthas, etc que inundaron nuestros barrios. Claro, los padres oian esos nombres en las series americanas de la tele y les gustaban, porque sonaban "glamourosos"... Pero al hacer el trámite del bautismo se encontraban con que esos nombres no entraban en nuestro santoral católico, apostólico y romano; lo que nos dejaba al final con perlas como Jennifer Maria, Johnathan Adolfo o el mítico Kevin Jesús. Nombres por cierto, que acaban convirtiendolo en makinorros.
Claro que a un servidor le da por pensar -me aburro lo bastante para hacerlo- y llega a una conclusión. Vista la programación de hoy dia, y los hábitos de los que serán padres en mi generación o la posterior... ¿Asistiré a una eclosión de Francisco Sin-chans, Tinky-Winky Javieres o Spiderman Josés?
Personalmente no me opongo, pues la ilusión de mi vida siempre ha sido llamar a mis niños Mazinguer o MacGyver (y si son niñas Megumi o Averia). El problema es que todas las mujeres que podrian tener un hijo conmigo -y que yo estuviera dispuesto a correr con los gastos- se horrorizan antes mis planes, y dicen que el niño se llamará Juan como su abuelo... Qué mentes tan cerradas
Eso sí, lo que en mi vida haré será poner a mis retoños nombres que tengan mala rima como Ramón, o que tengan frase hecha como Vicente; porque eso son nombres que dan lugar a psicópatas.... Aunque peor debe ser tener un apellido como Montoya.
Ok... Vamos a hacer un pequeño experimento.
Mas yo también te digo, que tú eres Judas, y sobre esta judia edificaré mi iglesia (...) Maniac, Foro PL
Voilà! Con sólo cambiar un nombre hemos mandado el Nuevo Testamento a donde amargan los pepinos. Esto nos demuestra que no sólo es importante llamarse Pedro y no Judas, sino que el nombre de uno también.
Servidor tuvo la suerte de tener unos padres decentes, que decidieron nol seguir la saga familiar, por que de lo contrario me habria acabado llamando Cecilio, Fulgencio, Eugenio o Firmo, porque eso son nombres de macarra/abusón de instituto.
Efectivamente, todos esos que se hacian llamar el "Serpiente", el "Casio" o el "Lillo"; en realidad se llaman lindezas como Bartolomé, Anastasio o Teodoro... Con esos nombres no me extraña que, primero, se pusieran unos motes con gancho y que, después, traumatizados por una infancia llena de burlas y coñas por sus nombres, se dedicaran en cuerpo y alma a hacer la vida imposible a sus compañeros.
También agradezco no haber tenido unos padres "modernos", porque uno fue a nacer a las puertas de esa eclosión de Kevins, Johnathans, Donovans, Jennifers, Samanthas, etc que inundaron nuestros barrios. Claro, los padres oian esos nombres en las series americanas de la tele y les gustaban, porque sonaban "glamourosos"... Pero al hacer el trámite del bautismo se encontraban con que esos nombres no entraban en nuestro santoral católico, apostólico y romano; lo que nos dejaba al final con perlas como Jennifer Maria, Johnathan Adolfo o el mítico Kevin Jesús. Nombres por cierto, que acaban convirtiendolo en makinorros.
Claro que a un servidor le da por pensar -me aburro lo bastante para hacerlo- y llega a una conclusión. Vista la programación de hoy dia, y los hábitos de los que serán padres en mi generación o la posterior... ¿Asistiré a una eclosión de Francisco Sin-chans, Tinky-Winky Javieres o Spiderman Josés?
Personalmente no me opongo, pues la ilusión de mi vida siempre ha sido llamar a mis niños Mazinguer o MacGyver (y si son niñas Megumi o Averia). El problema es que todas las mujeres que podrian tener un hijo conmigo -y que yo estuviera dispuesto a correr con los gastos- se horrorizan antes mis planes, y dicen que el niño se llamará Juan como su abuelo... Qué mentes tan cerradas
Eso sí, lo que en mi vida haré será poner a mis retoños nombres que tengan mala rima como Ramón, o que tengan frase hecha como Vicente; porque eso son nombres que dan lugar a psicópatas.... Aunque peor debe ser tener un apellido como Montoya.