Las meretrices contra "madame Nieto" y su chiringuito anti prostitución
Trabajadoras sexuales aseguran que su asociación "contra la trata" "actúa como un proxeneta": requisa pasaportes, raciona comida y obliga a limpiar retretes. Una sentencia concluye que puso a su nombre pisos comprados con subvenciones
A Ángela, trabajadora sexual, le tiembla la voz al recordar su paso por Apramp, la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida.
Sólo en 2022, la asociación recibió más de un millón de euros (1.453.445.06 euros) en subvenciones que salieron de distintas administraciones públicas. Las cifras más importantes partieron del Ministerio de Igualdad (397.700 euros), del Ministerio de Inclusión y Migraciones (282.382 euros) o de la Comunidad de Madrid (un total de 234.742 repartidos en dos conceptos). Una sentencia del juzgado de Primera Instancia número 59 de Madrid da por hecho que su presidenta, la activista Rocío Nieto a la que se ha visto en diferentes actos acompañada de ministros socialistas como la candidata a la alcaldía de Madrid, Reyes Maroto, maniobró para inscribir a su nombre uno de los edificios comprados por Apramp en la capital. "Estaba en una situación muy complicada cuando me acerqué a ellos", cuenta Ángela. "En el teléfono de emergencia me atendieron mal. La abogada, además de asesorarme, empezó a pintármelo todo negro.
Que si era una esclava, que si es un mundo horrible, que si me degradada como mujer. Me ofrecieron la posibilidad de ayudarme a obtener papeles y a formarme en talleres que me servirían para buscar empleo. Pintaba muy bonito".
Ángela tiene 32 años. Llegó a España desde Perú en 2007. Hace un mes era la presidenta de la Plataforma Stop Abolición, enfrentada al área feminista del Gobierno que promulga la prohibición de la prostitución. Vivió en Madrid hasta que decidió mudarse a Pamplona, cerca del puñado de clientes con capacidad disfuncional a los que atiende. 14 años después evoca los 15 días que pasó acogida por Apramp. "Se aprovechan de nosotras". Al llegar, solicitaron su pasaporte.
"Me lo retiraron y me abrieron un expediente. Entonces era bastante inocente. Me ofrecieron vivir en un albergue. Lo único que tenía de valor era mi maleta. Hacía unos cuantos meses que me había caducado el visado de turista. Algunas compañeras me avisaron: 'No creas en esta asociación porque mienten'. Quería creer en esta señora [Rocío Nieto], que podría ser mi madre. Me iban a brindar soporte".
Al llegar, todo resultó bastante distinto a lo que esperaba. "El albergue tenía dos habitaciones. Me asignaron una habitación de ocho. Dormíamos en literas y compartíamos baño. Todas inmigrantes, dóciles y sumisas.
Ni siquiera hablaban dos o tres palabras porque estaban muertas de miedo". Desde Apramp insistían en que no salieran a la calle "por nuestro bien. Según las trabajadoras, podíamos ser detenidas o recogidas por algún proxeneta". Una compañera, «de unos 50 años», era la más débil.
"Cuando cogimos confianza me dijo que la trataban de forma despectiva". Les llamaba la atención la forma en que despachaban las comidas. "Nos racionaban las magdalenas en el desayuno. Nos racionaban la comida. Era como en las cárceles. Si me hubiese quedado ahí tres meses hubiese muerto de anemia. Era rancho".
Ángela tenía a medio empezar la carrera de Derecho. "No era ignorante". A los 15 días, tras haber participado en un taller de limpieza, "en el que nos explicaban las diferencias entre bayetas", decidió salir. "Al acabar las clases nos pasaban un cuestionario.
Supongo que de esta forma justificaban las subvenciones. Me fui", aunque no tuviera adonde ir porque "perdí la habitación". Tantos años después, cree que fue una de sus peores experiencias en España. "Logré salir adelante con el trabajo sexual. Contraté una abogada. Regularicé mis papeles. Di estudios a mi hermano, pagué el tratamiento contra el cáncer de mi padre,
saqué adelante a una familia".
Un portavoz del sindicato Otras de trabajadoras sexuales es más directo. "Se lucran de la situación de vulnerabilidad de las mujeres, exactamente como haría un proxeneta. En el sector conocemos a Rocío Nieto como
Madame Nieto. La ayuda asistencia es un parche. Bloquean todas las propuestas organizativas para que estemos peor y lucrarse". Médicos del Mundo es otro de los agentes caritativos que mantienen el entramado pro abolición. "Dan un trato pésimo a las compañeras.
Es una forma de incrementar la red clientelar por la que reciben subvenciones del PSOE". Cuestiona las medidas dirigidas a la abolición. "Criminalizar al cliente nos vulnerabiliza más. Es una manera de exponer a las mujeres para que Apramp pueda captarlas y así justificar más subvenciones".
10 millones en patrimonio inmobiliario
Esther, de Ecuador, habla por algunas trabajadoras sexuales que paran el polígono de Villaverde. Pidió ayuda a Apramp al principio, recién llegada. "Me ayudaron a renovar el NIE. Íbamos a talleres a cambio de una asignación mensual. Cosíamos algunos encargos de grandes empresas que vendían ropa.
Además, nos obligaban a limpiar los retretes". Sucedió en la calle Mesón de Paredes. Allí se levanta el edificio que, según adelantó el diario digital
El Debate, pertenece ahora a Rocío Nieto. La asociación lo adquirió en noviembre de 2020. "Teníamos que dejarlo limpio antes de irnos. No esperaba que me obligaran.
Cuando vino el Covid no nos prestaron ayuda. Tampoco Médicos del Mundo. Sobrevivimos gracias a la ayuda de los clientes".
Rocío Nieto tiene 79 años. Fundó en 1984, después de trabajar en Cáritas, la asociación contra la trata. Apramp destaca entre sus objetivos dotar de formación "a las personas para que puedan alcanzar su propia autonomía social, personal y económica". Nieto ha acumulado desde entonces 17 inmuebles valorados en 10 millones de euros.
"¿En cuánto se puede valorar lo que yo he aporté para montar la asociación?", pregunta Nieto a
Crónica. ¿Cuánto aportó? "Estamos atentando contra el honor de una asociación. Aquí trabajan 70 personas. Todo lo que te han contado es mentira".
El gabinete de comunicación de Apramp refuerza el mensaje de la presidenta. ¿Retiran el pasaporte? "Es falso. La mayoría de las víctimas están indocumentadas o se encuentran en nuestro país de forma irregular. La identificación de víctima la realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, no la asociación. Es rotunda y absolutamente falso" que ofrecieran "rancho" o racionaran la comida a las mujeres. "Nuestras habitaciones están habilitadas para una o dos personas. Y los talleres tienen distingos grados de dificultad y formación.
A las víctimas se les brinda la oportunidad de trabajar con diseñadores del centro de Madrid y de alta costura".
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