La soledad de los 80

stavroguin 11

RangoClásico
Registro
14 Oct 2010
Mensajes
3.780
Reacciones
2.828
Escribo en un hilo de otro foro (ahora aparecerá ILG para llamarme traidor, recordarme que aquí me hacen caso cuando hablo de buceo y allí no y además para apuntar que soy un amargado) desarrollando una idea a partir de una noche de soledad de 1987. Y, al margen de los temas de ese post, se me viene a la cabeza una reflexión sobre las soledades de aquella época, muy diferentes a las de ahora.

Así que súbanse conmigo al DeLorean trucado, abróchense bien el cinto y acompáñenme a recordar lo que era aquella época. Eso para los los pocos cuasicoetáneos míos que pululan por aquí. Los que entonces estaban naciendo o eran un mero anteproyecto en los cojones de sus señores padres, van a descubrir un extraño mundo.

Ya hemos llegado. Nos bajamos y empezamos a ver cosas raras: cabinas telefónicas por todas partes, no encontramos ningun cibercafé, ninguna tienda de Movistar, la gente viste extraños jerseis de lana tejidos por sus mujeres o madres, o bien va hecha un pincel exhibiendo marcas caras en cada complemento. Vemos Wolkswagen Golf y Vespas por todas partes, nadie lleva un móvil en la mano, la gente corre (esa gilipollez aun no se llamaba running) con aparatosos Walkman, en las cafeterías la gente charla sin preguntar claves de WIFI o lee aparatosos e inmanejables diarios de papel...

Está lloviendo, hace una noche hostil. Preocedamos al experimento: uno se queda sin compañía en una vivienda de aquella época, por ejemplo, un piso de estudiantes compartido como el que yo vivía entonces. Al cabo de un rato, empezamos a sentirnos un poco solos.

Primera opción: intentar comunicarse con alguien y charlar un poco. Llevamos la mano al bolsillo: el iphone, lógicamente, no está allí. Steve Jobs aun no había podido atender a ello. Nada de Whatsapp, nada de revisar la agenda para ver con quien chafardeamos un poco, nada de redes sociales para informarse de la actualidad o para cotillear vidas ajenas. No queda más remedio que coger el teléfono fijo...

Pero cojones, estamos en un piso de estudiantes. No tenemos esas cosas. No queda más remedio que tirar de chubasquero y paraguas para salir a la calle, a buscar una cabina, un locutorio o el teléfono de un bar.

Por desgracia, miles de personas más se sienten solas y con ganas de comunicarse a esa hora. Todos los teléfonos ocupados: esperamos mohínos bajo la lluvia o tomando un café a que la zorrupia de turno (menos empoderada que las de ahora pero igual de plasta) acabe su inagotable conversación. Al cabo de tres cuartos de hora, conseguimos sitio y nos comunicamos brevemente con un amigo o alguien de la familia, con la incomodidad de la cabina o la falta de intimidad del bar. Cuando parece que la conversación se anima algo, vaya, se nos acaban las monedas. Vuelta a casa.

Damos un breve paseo, pensando que algún conocido puede estar cerca y que podemos quedar. Por desgracia, los móviles siguen sin inventarse, y solo puedes localizar a alguien cuando está en casa. Nos resignamos y nos retiramos pronto.

Una vez en el hogar, podemos encender el portátil y ponernos a leer la prensa del día, forear un poco, comprar alguna cosa en Ebay, hacer algún trabajillo. Pero hay un pequeño problema: los ordenadores personales todavía son ciencia-ficción, así que opción descartada.

Siguiente opción: la tele. Vamos a zapear un poco a ver lo que encontramos: que es, fundamentalmente, un par de cadenas públicas que no echan nada interesante y, además, tenemos que levantarnos del sillón para cambiar de canal.

Entonces recurrimos a la última opción: el papel. Pero el periódico del día lo hemos leído por la mañana con el café y el croissant (por fin, algo que no cambia) y ya nos asquea un poco. Las noticias ya son viejas, no se actualizan, no aparecen comentarios de los lectores al pie de la cada apartado, no enlazan a otras informaciones. Y también es un coñazo sostener ese mamotreto de papel.

Decidimos finalmente optar por un poco de literatura. Menos mal que hemos cargado el E-read..., cojones, fail. A ver que encontramos en las estanterías. Como últimamente no hemos pasado por la librería, poca cosa: la Espasa y alguna colección de clásicos criando polvo. Como realmente no nos apetece informarnos sobre la superficie de Australia o la guerra del Peloponeso, ni sumergirnos en las apasionantes andanzas del Lazarillo de Tormes, pasamos a otra cosa.

Si tuviese que poner un tag a la soledad de los 80, diría que es una soledad que huele a papel viejo.

Poco a poco las paredes de nuestro cuarto se parecen más a una prisión, y las opciones de que disponemos también a las de un preso cualquiera. Nos decantamos por lo más socorrido: una buen a paja. Vamos con un video de bukkakes de putaloc... mierda otra vez. Encontramos bajo los cojines del sofá la revista de siempre, acartonada de lefazos. Las imágenes, a fuer de sobreutilizadas, nos excitan tanto como un tubo de escape. Le echamos imaginación y descargamos aburridamente. Mañana será otro día, con otras opciones.

Por ejemplo, podemos intentar buscar una fulana para un kiki. Pero todavía no se ha inventado Badoo, Tinder y similares. Nuestras opciones se reducen al entorno próximo, donde ya estamos muy vistos. Para los anuncios de contactos tenemos que comprar la prensa, y llamar desde un bar o una cabina donde pueden vernos con la página acusadora abierta, o un locutorio, donde casi cualquiera puede escucharnos. El puticlub queda a las afuera, no tenemos coche y, además, aun no han desembarcado las ucranianas y las colombianas. Solo unas cuantas portuguesas entradas en años y en carnes para saciar a camioneros y solitarios. Podemos hacernos un apartado de correos y escribir a los anuncios de cualquier revista en la sección busco pareja, esperando un par de semanas a que cualquier petarda del otro lado de la península se ponga en contacto escrito con nosotros.

Entonces decidimos charlar con alguien de nuestros intereses comunes o aficiones. Pero en nuestro círculo social a nadie le interesa la fotografía, por ejemplo, y no podemos entrar en ningún foro a aprender o compartir experiencias, ni a poner fotos para que las critiquen, porque internet y la foto digital aun no existen. Miramos nuestras últimas instantáneas, recién recogidas de la tienda de Kodak, en la soledad de un bar, sin nadie con quien compartirlas. Por cierto, salieron casi todas movidas o desenfocadas, y uno de los carretes se jodió en el revelado.

No conocemos, en el mundo real, a nadie que le interese nuestro escritor favorito, o que esté fascinado por viajar al mismo país que nosotros. Si la tele o los diarios no hablan de ellos, no podemos aprender cosas, a no ser que encontremos algo en la biblioteca pública. Si tienes gustos minoritarios, tu incomunicación acerca de tus intereses será total y absoluta. Todos están demasiado ocupados con el fútbol, y los miembros de la minoría selecta están tan aislados como si cada uno viviese en un atolón del Pacífico. No hay ningún mundo virtual que te permita confluir con ellos para disfrutar del interés común, ni ningún foro de tarados que te permita sentir que existen inadaptados como tú. Todo lo que puedes obtener te lo aportará el reducidísimo número de personas con las que compartes relaciones sociales, y por mera probabilidad, es difícil encontrar almas gemelas. Tal vez exista un club de fanáticos de la literatura rusa que se reúna una vez al mes en Soria, pero no vas a ir allí desde Betanzos a charlar un poco. Así que te consumes de aburrimiento, rodeado de gente a la que no interesas ni te interesa una mierda, día tras día, mes tras mes, año tras año...

Si les parece, nos subimos al DeLorean y vamos de vuelta.
 
Última edición:
Me pilló muy tierno y lo único que hacía era jugar. Pero como ejercicio de lo que a cambiado la vida uffff.
 
En los 80 para evitar la soledad te ibas al bar, como en los 70, los 60, los 50...

y con la melopea, a casa, paja y a sobar.

fin.
 
Mejores tiempos, sin duda.

las pajas con porno son para degenerados, aquellas sí eran pajas
salir a la calle, verse en las plazas, zanganear
lo bueno si breve dos veces bueno ¿se decía así?
tener libros, leerlos, pero leerlos bien, no como ahora, que lees con un ojo al gato y otro al garabato, siempre pendiente de cosas más superficiales
conseguir un casette y aprenderlo sin entenderlo de tanto oírlo

ahora nada llena, antes hasta los sucedáneos sabían a auténticos, ahora hasta lo auténtico sabe a sucedáneo.
 
Última edición:
Época de comprar libros en mercadillos y devorarlos una y otra vez. La verdad es que era una sensación única.

Por lo demás, una puta mierda todo.



En este hilo nuestro buen doctor nos da a entender que se siente un poco solo o en su defecto recuerda sus momentos de soledad. Jamás habría imaginado que uno de sus post tocase semejante tema.
 
Última edición por un moderador:
Y qué música, ¡aquello sí era música!


Darkiano es solo soledad y silencio....
¡No más, regresa claridad!

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.
 
Discrepo totalmente.

En los 80, la gente salía a pasear cuando tenía tiempo libre, no cuando lo decía El Corte Inglés. Al no tener tanto dinero para gastar, no había centros comerciales como hoy. Los parque estaban llenos a rebosar de gente de todas las edades, despreocupados porque la tele no bombardeaba con noticias escabrosas sobre secuestros de críos. Las zonas verdes de la universidad estaban mejor cuidadas que ahora, y con bastante más juventud tirada en la hierba cuando hacía buen tiempo.

Los bares no daban abasto, especialmente los domingos. Lo de ir alternando un vermut en uno con una cerveza en otro, era lo habitual en mi familia y en tantas otras.

No le digo que para acudir a puteríos refinados o a contactos no heterosexuales, hubiera que recurrir a la sección de mensajería de cualquier revista guarra de entonces. Aún así, sigue siendo una excepción.

En los 80, la soledad no era ni de lejos, tan acuciada como ahora. En aquella época, socializar era fácil. Incluso para un chaval introvertido como yo lo era.
 
Pues anda que en el Medievo te lo ibas a pasar tu bien, ahí si que te aburrías un rato largo, en cuanto caía la noche la máxima diversión que tenías era el crepitar de la hoguera, follarte al ternero que dormía en el mismo cuarto que tu (si eras un lacayo con posibles que es poco posible) y una vez a la semana ir a misa a escuchar al cura decirte que ibas a ir al infierno por tener un ternero y ser rico, el no, sus oros eran de dios y el rey es justo tenedor.

Comparar la vida de los 80 con la que tienes actualmente es una estupidez... te en cuenta que en los 80 a buen recaudo gastaban su tiempo en otros menesteres que tu no eres capaz de imaginar. No se puede juzgar el pasado desde el presente gñeeeeeeeeeee...
 
La gente llevaba jerseys y sudaderas en las que ponía ADIDAS en grande,cubriéndolo todo, mientras que ahora pone D & G. Es el proceso evolutivo.
 
Yo creo que la soledad es más bien un estado mental.

Yo tampoco recuerdo sentir una soledad acuciante en aquella época.
Ayer leía algo sobre suicidios y que la crisis los había elevado, alguien argumentaba que en los países tercermundistas la vida era muy penosa y no había tantos suicidios y entonces alguien comentó que el quid estaba en haber disfrutado de algo y que luego ya no lo tuvieras, ese vacío, ese agujero sobrevenido era lo que causaba la depresión.

Pienso que si ahora de repente nos quedásemos sin el ebook, internet, el guasap, y todas estas cosas a las que estamos acostumbrados, probablemente el shock sería tremendo, pero entonces, en aquel contexto no se notaba.

Yo tenía tres hermanos, eramos seis personas en un piso pequeño, tener sensación de soledad un rato, era un lujo que nunca estuvo mucho a mi alcance. Pero también tenía las bibliotecas a las que fui adicta desde muy tierna edad, no había tanta prisa para ir a los sitios, en los bancos había que esperar no porque se hubieran colgado los ordenadores, sino porque tenían que hacer apuntes a mano y los niños no tenían nintendo para entretener los ratos, así que o cogías un folleto o tirabas de imaginación. Aprendías a compartir tus ratos no tanto con quien te apetecía, sino con quien te encontrabas, bajabas a la calle y jugabas a la goma con quien estuviera, echabas ratos planeando cómo coincidir con el vecino del quinto que te gustaba y eso suponía ratos de vigilancia en el portal, repechada en el cuarto de los contadores, te apuntabas a un curso de revelado para la fotografía, y hacías trabajos primorosos para clase que te llevaban horas porque no era sencillamente copipastear, o diseñar una página de portada en el ordenador.
En los deberes del colegio había que copiar las preguntas y las respuestas y como no estaban en contra de usar la memoria había que aprenderse montones de cosa.
Grababas cintas que te dejaban tus amigas en los casettes de dos pletinas, si lo tenías, y cuando la cinta se enganchaba la arreglabas con un bic.
Y el tocadiscos, con sus discos de vinilo y tardes enteras escuchando Dire Straits o Rimski-Kórsakov.
Y leer, leer, leer. Aunque había que ser previsor y tener los libros ya pillados de la biblioteca, o releer alguno de los que habías pedido para Reyes y Cumpleaños.
Si no siempre se podía tirar de ir al kiosko con algunos comics de los que tenías y cambiar alguno.

- De que los quieres?

Y allí te plantaba el hombre una pila de tbos y te ponías a ojear, hasta que el hombre carraspeaba un poco y le mirabas y él te decía o medio te gruñía que eran para cambiar, no para leérselos allí. Te los llevabas y los leías con atención, y los releías, no pasando por encima, porque no había más para leer, porque no había montones de estímulos esperándote, te entregabas a esa tarea con toda tu fuerza.

Y si no, tu madre y tres vecinas cosían y ponían a Elena Francis en lo que hacías los deberes tirada en el suelo, o una de ellas leía el caso en alto y tú escuchabas ávidas aquellas historias truculentas, sin atreverte a abrir la boca, porque en cuanto detectaran que estabas allí te echarían o te dirían eso de: Tú niña, ver, oír y callar.

Así que aprendías a mimetizarte con las losas de terrazo, porque apetecía escuchar todas aquellas historias increíbles que anclaron tu gusto para siempre en la novela negra. Agatha Cristie estaba genial, claro, pero estas noticias horripilantes y tan nuestras también tenían su punto.

Así que ibas andando al instituto y volvías andando y eso ya llevaba un tiempo, y dabas betún a los zapatos, porque casi siempre se metía uno en un charco, al volver.
Y te comprabas un regaliz que duraba un rato enorme, o un chicle que no te entraba en la boca. O practicabas y practicabas hasta que te salían las figuras del yoyo.

Había tantas cosas que hacer que eran nuevas y no eras aún consciente de que te estabas perdiendo muchas otras.

Pero ya digo que creo que la soledad es más bien un estado mental. Al igual que el aburrimiento o la infelicidad.
Que puede que no sea eso, pero la verdad es que yo lo creo y me va bien.
 
Última edición:
Asombroso, no sólo tenemos en el foro supervivientes de los 80, sino que además echa de menos esos años :shock:

Una época que no había nada, en que todo era cutre y malo, donde los pisos eran más baratos que los coches pero aún así no había dinero para pagarlos. Y los que tenían dinero tenía que irse fuera de españa si querían comprar algo.

No me extraña que la juventud de aquellos años se volviese heroinómana y se inventase luego el sida para que muriesen lo antes posible. Épocas más tristes que esas merecen desaparecer lo antes posible.

Eso si, la música de los 80 muy buena...la extranjera, claro.
 
Yo no lo echo de menos. Sencillamente me adecuo a la época que me toca vivir. Y en la que estoy ahora, con las cosas que tengo a mi alcance, estoy encantada.
Pero tampoco reniego de lo que me tocó vivir, era lo que había y ya está.

Imagino que si ahora pillara el Delorean, lo pasaría francamente mal allí. Pero yo me considero una superviviente.
De hecho cuando llegue el apagón virtual, o los zombies, también me pillarán preparada. ;)
 
Iba a decir que quien tiene libros nunca se siente solo. Pero te has olvidado el vhs hijo de puta. Un video y un vídeoclub al lado de casa. Yo en aquella época era un niño y siempre estaba jugando a fútbol con mis amiguitos.

¿Pero un domingo lluvioso por la tarde? Un buen libro, las tres o cuatro películas que hubieras alquilado el día anterior o pasarme las horas con mi clon de la Atari o mi Amstrad CPC.

La felicidad.
 
¿Pero el Doctor Gruñón ha sido alguna vez feliz? ¿Ha estado acompañado alguna vez en su vida? ¿Ha tenido amigos, aunque fuese en la guardería? Es que TODO lo que escribe es lo mismo: estoy solo, soy feo, no follo, el mundo es una mierda y las tías son unas putas. La madre que lo parió.

Pd. Me hace gracia que haya sacado el tema porque hace poco, visitando una página de facebook de un conocido pub y viendo las fotos del personal, no de los ochenta pero sí de los primeros noventa, me di cuenta de la degeneración y la panda de gilipollas que hay hoy en día. Coño, es que hasta la chusma tenía aspecto de personas normales y no de retrasados mentales con gorras de plato puestas del revés. Y el que llevaba un tatuaje (que no era casi nadie) era porque se lo "merecía".
 
Última edición:
Pues ayer pense en abrir un hilo parecido a este.

Estuve en una comunion y me cagoendios como han cambiado. Eso ya no es una celebracion familiar, es igual que una puta boda. Los tios trajeados, las tias con vestidos de fiesta, taconazos, escotazos y tangazos. Por no hablar de los regalos y encima pagar el cubierto.

En las bodas pagas el cubierto y a tomar por culo, en las comuniones ademas tienes que llevar regalo. A la que yo fui habia una especia de lista de bodas pero para el crio de mierda. Play 4, portatil, chandal del mandril, un puto dron, deportivas de atletismo de 170 euros....... pero que cojones es esto???

Le contaba a mi parienta lo que me habian regalado en la mia, 12.000 pesetas en una cartilla a mi nombre de la que nunca mas supe de ella, unas kelme, un chandal sin marca, un walkman y un plumier/estuche de aquellos de dos caras que le apretabas un boton y salia el sacapuntas, apretabas otro y se abria un cajoncillo

Al dia siguiente fui a la escuela con mi estuche/plumier mas contento que todo y a casi todos le habian regalado el mismo

DSCN0518.JPG


Pues mas o menos era algo asi. Una puta mierda vista hoy en dia, pero en aquellos años que ilusion hacia tener algo asi y no las mierdas estas

ESTUCHE-ESCOLAR-PLUMIER-LAPICERO-USA-ESTADOS-UNIDOS-AOS-80-20151219140640.jpg
 
Última edición:
En lo 80 yo ya leía el foro. Aunque no estaba registrado.
 
Joderrrr,perdón, y las imágenes de la familia real de vacaciones, donde tocase el periodo de asueto, ahora creo que Palma ya estaría próxima, todos ellos juntos, posando en el Hola.Y los nenes con el curso ya aprobado y con buenas notas. No como ahora ese traidor de Froilám.
 
Una maravilla, lo escrito por el autor del hilo, y la demostración de lo puta que es la palabra. Se puede hacer con ella lo que se quiera.

A mi los 80 me pillaron hecho un nene, y por tanto felicísmo en general. Pero si preguntara a mis padres sobre los 80, dirían que mucho mejor que ahora. Que más bares, más gente en ellos y en la calle. Una nochevieja uno de mis tíos dijo: "¿Oís? Ya nadie canta. Hace años la gente cantaba; en casa, en la calle".

Mis 80s son los 90s, y como buen abuelo cebolleta, pienso que fueron mejores que lo de ahora, pero supongo que eso es porque ahora soy un fósil. En los 90 tampoco había móviles, había más canales pero no era el desparrame inútil de la TDT; Antena 3 y su caspa, Telecinco y sus tetas. Los chavales seguíamos petando los bares y las zonas de marcha viernes y sábados como mínimo. Las bravas, la cerveza y el calimocho estaban tiradas de precio y podías comer/beber tanto como quisieras. Podías fumar, tabaco o porros casi en cualquier sitio.

Lo dicho. Los 90s me molaron porque era mi época. Pero pienso que para los chavales, fuera de lo que es el curro y los proyectos vitales, donde lo tienen jodido de la hostia, esta época es mejor. Hay más de todo, la revolución digital es la polla con cebolla, y si te los llevaras a lo 80 se suicidarían en masa.

Y en los 90 también.
 
alguien comentó que el quid estaba en haber disfrutado de algo y que luego ya no lo tuvieras, ese vacío, ese agujero sobrevenido era lo que causaba la depresión.

Pienso que si ahora de repente nos quedásemos sin el ebook, internet, el guasap, y todas estas cosas a las que estamos acostumbrados, probablemente el shock sería tremendo, pero entonces, en aquel contexto no se notaba.

Mis dies. Lo jodido es perder. Bajar. Tener un buen curro, con un buen sueldo y horario. Perderlo y acabar en una jornada partida, submileurista y mierda de trabajo.

Tener una novia buenorra, perderla, y no volver a catar pibón.

Perder y bajar es lo chungo. No lo hagan si pueden evitarlo.
 
Yo soy joven así que de los 80 apenas recuerdo nada, mas bien de los 90 que fueron parecidos.

De cuando era mas crío solo recuerdo un trauma y supongo que sería por el 89 o el 90.
En aquella época los críos podían entrar en los bares llenos de humo y nadie se escandalizaba.
Un día tomando un BITTER KAS a medias con el nieto de los del bar.
Uno de los viejos de pueblo empezó a sangrar por la nariz y la boca.
Lo sacaron para la calle.
Y allí nos quedamos mirándolo viendo como se esparcía la sangre por el suelo, las señoras lloraban y los hombres le ponían la cabeza para atrás y demás inventos.
No se si murió o no.

Por eso digo que los 80 fueron una mierda.
 
Yo en el año 87 no sabía lo que era la soledad, no como la conozco hoy. Creo que fue el año que hice la comunión, mi única abuela aún vivía, un ser maravilloso que irradiaba amor. Por parte de mis padres me sentía aborrecido, nunca un abrazo, nunca un beso, nunca se preocuparon por mí ni me preguntaba qué tal me iba. Me sentía como un estorbo en una familia numerosa y pobre (humilde se dice ahora), con una madre que me tuvo con cuarentaitantos y un padre que no le recuerdo mucho porque no entraba en casa. Del trabajo al bar, en casa no abría la boca, y si la abría era para bocear; y luego en los bares era un fiera. Siempre he sabido que nací por casualidad, algún día que llegó mi padre borracho. Recuerdo a mi madre siempre enfadada, supongo que por la menopausia, siempre irritable, histérica, resabiada, de vuelta de todo. Yo fui un hijo no deseado, nací por error y lo percibía.

Ya por entonces sentía que era un basurilla, un desheredado, un mierda seca sin futuro. Lo curioso, o no, es que todo el mundo sabía y me hacían saber que mi sino sería fracasar. Tenía que apestar ya a fracaso, y aunque hoy me hace gracia recordarlo, por aquel entonces me hacía daño que la gente me despreciase e hiciesen cábalas sobre mi futuro de mierda, delante mio. No se cortaban, al fin y al cabo qué coño les importaba, me veían como un ser inferior a ellos. Pero joder, era un tierno infante, tenía mi corazoncito, tenía sentimientos, sólo quería agradar, ser como mis amiguitos, que tenían unas familias de puta madre y se criaron sanos mentalmente gracias a una cosa que llaman "cariño". No entendía por qué yo era repudiado y ellos apreciados, se supone que los niños son adorables en sí mismos. Pero de eso nada, ya de niño tanto tienes tanto vales y tanto se te apreciará.
Mi mente no entendía el porqué de mi mala suerte, entonces me ideé una respuesta, me convencí firmemente de que todo lo que me pasaba me lo merecía, que era lo normal, que el desprecio que percibía era lo que merecía. Y ahí empezaron mis traumas, mi única posesión, los cimientos sobre los que se construyó mi personalidad actual.

No recuerdo ni un solo día, ni un solo instante en que me haya sentido solo en los 80. Siempre me sentí acompañado por mí, que era mi mejor amigo y con quien podía fantasear y sorprenderme a mí mismo de mi capacidad de inventarme vidas paralelas, películas, ilusiones. Supongo que los autistas somos más dados a la imaginación que los demás, al no tener la capacidad de relacionarnos con otros, desarrollamos un complejo mundo interior. Como un ciego desarrolla el oído o el olfato para suplir la falta de visión.

Y eso que algunos dicen de los VHS, las consolas, de salir los domingos a los bares con los padres, y demás cosas chachis. Ni por asomo, ni de coña, sólo en mi mente. Por las noches cuando me metía en la cama, antes de dormirme, con la luz apagada; me creaba un escenario con todo lujo de detalles donde poder vivir. Me imaginaba una casa sin goteras, ni voces, ni miedos a un padre alcohólico. Una casa de serie televisiva americana, con muchos juguetes en la habitación, con la nevera llena de comida y bollos de chocolate y crema para después del cole, con padres comprensivos y de voz dulce que explicaban y daban lecciones vitales a sus hijos, un mundo donde la niña que me gustaba del cole se fijaba en mí y sabía que existía. Un puto mundo donde yo existiese y no fuese un mero espectro imperceptible para los demás.

Sí, ya sé que es curioso que en la cabeza de un asocial se cree un mundo paralelo con todo lujo de detalles donde uno es super popular, querido e integrado en la sociedad. Mi cerebro gastaba todos sus recursos en crear un matrix ideal y a mi medida. Y lo creó tan perfecto que nunca salgo de él, lo prefiero al mundo real.

Con los años cada vez me cuesta más mantener el matrix, las neuronas se mueren y no se reponen, uno se va haciendo perezoso mentalmente, y cada vez el mundo interior es más difuso. Menos detallado, menos exacto, y es a través de esas fisuras donde empieza a penetrar la soledad, que devora todo el mundo de fantasía. Supongo que cuando mi mundo interior, mi fantasía, haya desaparecido porque mi cerebro no pueda mantenerla, y me dé cuenta de lo que me rodea y de quién soy en realidad con respecto a mi entorno. Entonces sí, ahí sí que sentiré la más absoluta de las soledades posibles.
 
La soledad del outsider o soledad del incomprendido. Sentirse solo alguna vez le pasa a todo el mundo, el problema está cuando es algo crónico inherente a la persona. En ese caso da igual que te pille en los años 20, 80 o 2035, si uno siente que no encaja en la sociedad aunque estés rodeado de gente, smartphones y toda la tecnología la sensación es la misma. También es verdad que con Internet los raritos tienen más facilidad para reunirse, como en este foro.
 
Arriba Pie