LA SOMBRA DE STEFFI - RELATO

jack frost

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29 Abr 2004
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Personas hola:
He aquí un relato con el que amenizar el tiempo. Espero vuestras críticas mientras sean constructivas, por favor, y, al menos, que os guste lo que leeis y el tiempo aprovechado en ello. Un amigo me ha escrito pidiéndome un relato así que espero que sea de su gusto. Se trata de un relato que empecé hace tiempo en este mismo foro y que ahora recuperaré y terminaré.






Una noche de tormenta. Allí estaban los cuatro, los cuatro con un cigarrillo en los labios, bajo la lluvia observando el entramado de sombras del portal. Dana con su cabello rojo reluciendo como el fuego del más intenso verano, Torbe con la mirada fija en el cuello de la muchacha que se alejaba, Jack Frost deleitándose con el sabor que habría de llegar y James Moriarty apurando las últimas caladas. Los últimos supervivientes de Van Helsing. Los vampiros de la locura buscando una nueva presa; beberían, se saciarían y matarían.
Torbe se irguió sobre todos y esbozó una gélida sonrisa.
- Es la hora.
La muchacha sintió algo por la espalda pero no le dio tiempo a volverse cuando cuatro sombras cayeron sobre ella, buscando su cuello. Luego todo fue un mar rojo... y la oscuridad.



1

Suena el despertador y no desea hacerle caso. Dormir toda la vida, olvidarse de lo que una vez hubo, morir y reunirse con su mujer. Olvidarse de todo...
No obstante, se levanta. La rutina puede más, la obligación, el deseo de encontrar una explicación razonable, algún sentido a semejante sinsentido.
Se levanta y camina hasta la ducha bostezando. El agua fría lo relajará, se llevará consigo pensamientos turbadores. Encontrarse con Bárbara al llegar a la oficina. Sí, concéntrate en eso. Supera la muerte de Steffi. El pasado es así, la vida lo es, una lucha por sobrevivir.
Apenas ha salido de la ducha cuando suena el móvil. Héroes del silencio tocando "entre dos tierras", melodía que hace reír a sus compañeros. A él no, es la melodía de Steffi.
- ¿Sí?
- ¿Has visto la hora que es? Aquí están todos tirándose de los pelos.
- Hola Bárbara.
- Ni hola ni pollas, tío. El comisario te busca por todas partes y está echando pestes a to´dios.
- ¿Qué ha ocurrido?
- Será mejor que lo veas. Está relacionado con... con...
- ¡¿Qué?!
- Ven rápido y lo verás.- le corta Bárbara.- Date prisa.
No lo ha dicho pero lo sabe. Alguien ha sufrido la misma suerte que Steffi. No puede ser. Ya llevan doce cuerpos, trece si son ciertas sus suposiciones.


Continuará...
 
persona hola:

si trabajas la idea te puede quedar interesante...

consejo:cambia los nombres..... esque resulta dificil tomarlo en serio..cuando los malos tienen nombres de foreros... incluyendo el de torbe y el tuyo... :lol:
 
La cosa es hacer un relato tomando como protagonistas a la gente del foro.
 
tendrías que poner algo más,para mi gusto es muy poco para juzgar tío!!
 
jack frost rebuznó:
La cosa es hacer un relato tomando como protagonistas a la gente del foro.

pues estamos arreglaos :shock:

propongo al chino para que sea el asesino... :lol:
 
Se viste tan rápido como puede y sale de casa cinco minutos después. Allí le espera su Laguna gris, el coche que eligió Steffi, el coche donde hizo el amor por primera vez con Steffi...
Arranca con brusquedad y se lanza ni corto ni perezoso a la comisaría. Suerte tiene que no le pare un compañero regañándole por su velocidad. Llega a la comisaría sin demora y entra en el aparcamiento casi arrollando a dos mujeres. Sale el coche y se acuerda en el último momento de cerrarlo. Ahora sólo resta enfrentarse a lo que sea que haya sucedido. Quién sabe...
En la puerta le espera Bárbara con gesto malhumorado. Le indica la hora y sin decir palabra le franquea el acceso. Caminan en silencio hasta el ascensor saludando a los viejos que cuidan del acceso a las instalaciones y esperando que nadie más coja el ascensor. Cuando por fin pulsan el botón que les llevará a los laboratorios se sienten a salvo para hablar.
- Sin ambages. ¿Qué ocurre?
- Ocurre que debieras estar desde las ocho de la mañana. Yo también siento lo que la ocurrió, de verdad, pero si decidiste…
- No sigas, ¿de acuerdo? Es cosa mía… Dime sólo que ocurre.
- Ayer por la noche, sobre las tres de la mañana encontraron un cuerpo en Huerta del Rey. Se trata de una turista llamada Ahasver. Ya estamos intentando localizar a su familia.
- ¿Y?
- La encontraron como al resto. Tenía desgarros por todo su cuerpo y en especial por la garganta. Gonzo piensa que fue atacada por unas cinco personas.
- ¿Y la sangre?
- Sí, sí… había un charco de sangre suya; por desgracia ninguno de esos hijos de puta la había pisado. Cuando te llamé la estaba examinando pero te garantizo que los resultados dirán que el cadáver muestra una pérdida ingente de sangre. Ni yo misma creo ya que se trate de una aguja hipodérmica. Se tratará de algún grupo de gilipollas que se han trabado mucho leyendo a Bram Stoker.
- ¿Cómo pueden haber quitado tanta sangre?
- No sé… Preguntémosle a Gonzo.

Continuará...
 
jack frost rebuznó:
Personas hola:
Un amigo me ha escrito pidiéndome un relato así que espero que sea de su gusto. Se trata de un relato que empecé hace tiempo en este mismo foro y que ahora recuperaré y terminaré.

Ya he dicho que sí.
 
No pensaba que este tipo de iniciativas tuvieran cabida en este foro. De momento voy a seguir la historia, a ver que nos depara. Tiene intriga.
 
continuo...

Llegaron a los laboratorios. Allí la luz era sempiterna, de baja intensidad, cómplice de quien yacía en esos lugares. Giraron a la derecha, todo el pasillo hasta la última puerta donde un rótulo indicaba que ese era el despacho del doctor Gonzo. Pero no hizo falta llamar pues éste les sorprendió por la espalda. Llevaba consigo una carpeta rosa. Dios sabía por qué tenía que escoger esas carpetas para los informes forenses. Bien es cierto que tampoco vestía muy próximo a los gustos de la moda. Ya se oían chistes sobre si era Ágata Ruiz de la Prada o Marichalar quienes le vestían.
- Ya que estáis aquí, podríais llevarle al comisario el informe. Así me ahorro tener que salir. Disculpad…
Se apartaron para dejarle abrir su despacho. Ese despacho era el fiel reflejo de su personalidad. Bárbara disfrutaba con él pero la verdad es que él lo encuentra repulsivo. Imágenes de operaciones forenses, mordeduras de tiburón, judíos en campos de exterminio (Auschwitz, Sovivor, Mathausen...), conciertos de Marilyn Manson. La mesa de metal bruñido y pintada de amarillo huevo…
Gonzo se sentó con toda naturalidad abriendo su carpeta rosa. Fingió leer hasta que con una sonrisa les invitó a sentarse.
- ¿En qué sillas?- bufó Bárbara.- Vamos, que no tenemos todo el día.
Ella comprendía el mal trago de su compañero y pese a que Gonzo anduviese entre cadáveres como en su propia casa, no deseaba alargar la situación más de lo necesario. Se podía ser un pelín cabrón pero tampoco era cuestión de pasarse. Mejor dejar las malas intenciones para quienes se movieran con gusto en ellas.
- ¿Qué has sacado?
- Más que con el resto.- exclamó triunfante.- La víctima murió entre las dos y las cuatro de la mañana. He dictaminado como causa de la muerte una severa pérdida de sangre, estado de shock, oclusión coronaria aunque podría tratarse también de una trombosis. Tenía un total de dieciséis mordiscos localizados principalmente en el cuello aunque también en una axila, ambos muslos, un pecho (grandioso, por cierto) y el abdomen, éste muy profundo. Las mordeduras me dejan perplejo. Me explico: la dentadura que las hizo es similar a la humana pero tiene algunas marcas correspondientes a colmillos semejantes a los de un perro, diría que un pointer o un braco, o las de un zorro, lobo… Elegid vosotros mismos. Eso me lleva a pensar que los atacantes llevaban a un animal con ellos. Como en las otras ocasiones mordieron pero no comieron. Eso provocó pérdida de sangre pero excuso decir que no son heridas para tal pérdida de sangre. Yo diría que buscaseis a algún grupo que se crea un vampiro. Yo soy un fanático del rol así que buscaré por Internet a alguien a quien se le pueda haber ido la peonza.
- Sí, vale, ¿pero cómo se extrajo la sangre?- replicó Bárbara.- Lo de las agujas hipodérmicas…
- De acuerdo, de acuerdo… Era una posibilidad, ¿vale? Pero he aquí lo que me hace sonreír. Esos cabrones de mierda han cometido un error. ¿Sabéis lo que es un tubo de aspiración?
- No.- respondieron al unísono.
- Veréis: imaginad a un paciente que tenga un trombo por ejemplo en el riñón. Yo le practicaría una arteriografía o una cavografía. Le pincharía la arteria femoral e introduciría un contraste de yodo para examinar el punto exacto donde se encuentre el trombo. Imaginad entonces que es necesario hacer una operación. Pues en dicha operación se puede utilizar el tubo de aspiración que no es más que un tubo que recoge la sangre y la deshecha o según sea necesario la reintroduce en los vasos sanguíneos, algo que yo no haría por temor a un rechazo, la verdad. Es algo nuevo, aún está en prácticas, que diríamos. Sea como fuere aplicando ese tubo de aspiración puedes dejar al paciente sin sangre en un par de horas. En este caso, el paciente conserva la mayor parte de su sangre pese a la ingente pérdida así que supongo que utilizarían el susodicho tubo durante… quince o veinte minutos.
- ¿Cómo sabes que se trata de un tubo?- gruñó Nako.
- Un tubo de aspiración tiene esta forma… - se levantó de la silla y cogió una revista. No le sorprendió descubrir cuál era. Lo abrió y les enseñó un tubo de aspecto nada congraciador.- La víctima… eh… Ahasver se resistió como pudo y consiguió romper esta parte de aquí. La hemos encontrado en una de las mordeduras. Por eso creo que se haya utilizado dicho instrumento.
- ¿Y es seguro que se trata de ese tubo de… como se llame?
- Joder, no. Se trata de un desgajo hueco de tres centímetros lo que hemos encontrado. Podría ser cualquier cosa pero el material es idéntico al del tubo de aspiración. Y al haberlo encontrado en unas de las mordeduras… Sí, creo que se trate de eso pero… hasta que no encontréis el resto no podremos decir nada.
Era una posibilidad, una esperanza... Mejor dicho: eran lo único que tenían. El comisario les desollaría vivos.
Gonzo aún estuvo quince minutos hablando sobre el cadáver pero sin aportar nada más importante. No había huellas, ni hilos ni nada que aportase algo claro a la investigación. Qué bien se ve en CSI que encuentran huellas dactilares hasta en el agua pero en la vida real, esas cosas pocas veces ocurrían. Estaban cegados, la gente empezaba a inquietarse y en verdad tenían motivos para ello. No había muchos casos de psicópatas en España pero semejante crueldad en uno le helaría la sangre al más pintado. En breve saltaría de debajo de alguna piedra un guionista de Hollywood pidiendo comprar los derechos por la historia.
Salieron del despacho sin buen humor. Sólo suponían, que no sabían con certeza, las verdaderas causas de la muerte. No tenían sospechosos ni tenían móvil pues las víctimas eran elegidas al azar, ni tenían una idea de cómo podían ser los asesinos.
Steffi les habría visto. Steffi cayó bajos sus manos. Ellos habían matado a Steffi y no tenían nada salvo a los periodistas hablando de un asesino en serie e inventándose noticias y alarmando a la gente. Nada más.
- Esto es una mierda.- gruñe.- Esos cabrones…
- Todos cometen errores y ellos también los cometerán.
- ¿Y cuántos morirán hasta que cometan un error?- la voz rabiosa del policía asusta a su compañera. Destila verdadero odio y desesperanza.- Y mientras, Steffi sigue muerta y yo no… yo no puedo…
No podían hacer otra cosa que llorar.

(ya he reescrito esta parte. Sigo mañana con el capítulo dos. Ahora me voy a sobar).
 
Muy interesante, amigo escritor.

solo una observacion, habemus profanus que no entendemos de medicina, imagine que el tal Gonzo es uno de ellos y así el lector entenderá mejor el cuento.

Si quiere meter palabros, adelante, pero le resta numero de lectores.

Aparte, bastante entretenido.
 
Continuo la historia...

2

Algunos sabrían su verdadero nombre pero eran pocos en la comisaría. Sus superiores si acaso pero para el resto no dejaba de ser Drmoriarty o “el comisario”. Si preguntabas por el nombre al propio Drmoriarty, éste se limitaría a enarcar las cejas con desdén y a hablar de otra cosa. No obstante, Nako sabía su origen. Cinco años atrás, en Navidades, se encontró en Bachata al comisario, borracho como una cuba y con una jovencita de apenas diecinueve años. Allí le contó la historia de dicho nombre. A la mañana siguiente, ya sereno le llamó y le hizo jurar que nunca jamás se lo revelaría a nadie. Y había cumplido dicha promesa y de paso le había granjeado un temeroso respeto por parte del comisario. Lo que no había conseguido en sus años de trabajo había llegado con una noche de desenfreno. ¡Cruel ironía! El policía había atrapado al sanguinario “pistolas” Joe, a Kario Kosturica e incluso había conseguido acojonar al mismísimo Alejandro Livia antes de que fuese, sospechosamente (o no tanto), apartado del caso.
Drmoriarty no es que fuese un hombre iracundo, comprendía la situación de Nako, pero era normal que con trece muertos de manera tan horripilante y ninguna pista bramase a todas horas.
Cuando Bárbara y Nako llegan al despacho los recibe con un gruñido indicándoles las sillas. Cerró la puerta sin cuidado a su paso y se acomodó en su sillón. Éste había sido un regalo de Yow, un gran banquero al que le había salvado la vida siendo aún policía de calle siglos atrás.
- A partir de ahora te quiero ver aquí a las ocho.- vocifera.- Aquí no se cobra por horas y hay un horario. Tengo a la familia de la chica esa hecha una furia y a los putos periodistas metiéndose hasta en mis calzoncillos. Me preguntan qué tal va la investigación y, ¿qué debo responder yo?… ¡QUE NO TENGO NI PUTA IDEA DE CÓMO VA, JODER! ¿Ha encontrado Gonzo algo que merezca la pena? ¿Algún sospechoso? ¿Algo?
- No exactamente.- balbucea la mujer demasiado nerviosa como para una mejor respuesta.
- ¿Cómo que no exactamente, Bárbara? No me jodas.
- Debemos tener en cuenta.- intervino Nako.- que se trata de alguien que conoce los métodos policiales. Por eso la ausencia de fibras y huellas dactilares. Podría tratarse de aficionados al vampirismo que se han tomado su afición demasiado en serio.
- O sea que ni puta idea. Joder… ¿Algo de rol?- Nako niega con la cabeza. Asociar cualquier crimen extraño del que se desconozca el móvil a los juegos de rol es una insensatez. Además, en estos casos si se conocía el móvil. El asesino (o asesinos) eran personas que disfrutaban desangrando, torturando y violando a sus víctimas. Disfrutaban horrores infligiendo el daño más aberrante y ese subidón de adrenalina les llevaba a cometer nuevos crímenes. ¡Dantesco pero cierto!
El comisario estiró las piernas antes de levantarse e ir de un lado a otro del despacho.
- De acuerdo.- dijo al fin.- Me tranquilizo, ¿lo veis? Me tranquilizo… Buscad algún psicólogo, algún experto que sepa de estas cosas… Que os diga algo que pueda ayudarnos, que se meta en la meta del psicópata y toda esa basura amarilla. Joder, un jodido psicópata y tenía que tocarnos a nosotros. ¡Me cago en la puta! ¿Acaso no hay más gente en Madrid que tiene que venir a tocarnos los cojones a Pucela? Me cago en la hostia puta.- gira la vista hacia la mesa.- ¿Qué es esa carpeta rosa?
- El informe forense.
Bárbara le cuenta entonces las sospechas de Gonzo sobre un aparato llamado tubo de aspiración. Eso pareció irritar más aún al comisario.
- ¿Tubo de aspiración?- gritó.- Mi mujer es médico y es la primera vez que oigo esa chorrada del tubo de aspiración. Vosotros no tenéis que dar la cara, joder, así que buscad a ese psicólogo o un experto en juegos de rol o lo que sea pero encontrad una pista ipso facto, ¿entendido? Quiero algo para mañana mismo. ¿Sabéis que me han llamado desde arriba? Ni más ni menos que ese ministro pusilánime de los huevos. Y si nos quitan el caso la gente de Madrid la habremos jodido del todo. Menos mal que aún he podido sortear a la Guardia Civil porque, sino, esto ya sería el círculo completo. ¡Y mi culo las tres pistas! Ahora fuera. Os quiero para mañana aquí. ¡Y con alguna jodida pista!
Asientien con resignación y se salen del despacho aún más hundidos que antes. Saben a ciencia cierta que no está cabreado con ellos. Sino hay pistas no pueden inventárselas. Sin embargo, él ha de responder en última instancia ante los superiores últimos, ante las familias (en el momento en que ya fueron tres los casos, ellos se ahorraron el trauma de hablar con la familia), ante la misma prensa. Se desahoga con ellos y a fe que eso no es bueno porque irrita y estresa también a sus compañeros; pero es la manera de ser del comisario y punto.
 
Que no se te olvide meter a Einherjer, eso seguro que le gusta.
 
Re: continuo...

jack frost rebuznó:
. Imágenes de operaciones forenses, mordeduras de tiburón, judíos en campos de exterminio (Auschwitz, Sovivor, Mathausen...), conciertos de Marilyn Manson...


Muaaaaaaaaahahahahaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
 
Que conste que tengo toda la discografía de Manson y, aunque no está entre mis preferidos, es alguien a quien aprecio. Loco pero buen músico.
 
continuo la historia

La comisaría incluía un servicio de psicología pero ambos policías sabían que sus médicos no valían ni para hacer tostadas con ellos. Así pues se marcharían hasta una clínica privada. La policía no dice nada pero bien sabe que es el lugar al que acude Nako desde el asesinato de Steffi. Nako propuso una clínica de lujoso aspecto, con reproducciones de cuadros de Velázquez, Tiziano, Van der Weyden, Van Eyck o Boticelli en sus paredes. Ellos se detienen en una salita de descanso. Como esperaban, allí no había nadie.
- ¿Conoces a alguien?
Nako bajó los ojos y asintió.
- Desde… desde la muerte de Steffi visito a un psicólogo.
- Bueno, no te avergüences.- finge estar sorprendida.- Yo misma te lo aconsejé. ¿Es bueno?
- Ha estudiado no se cuántas carreras y ha tenido alguna experiencia con algún paciente… oscuro, por así decirlo. No se me ocurre nada más. Podríamos mirar las fichas pero yo propongo ir allí y, sino, mirar el ordenador.
- De acuerdo, vamos allá.- entreabrió la puerta observando por la rendija.- Vamos.
Por alguna extraña razón no le gustaba mezclar a Camano con la investigación, como si eso fuese una traición a Steffi. ¡Cuánto necesitaba una copa de chivas!
Salieron a la calle observando cómo el cielo se oscurecía. Malos presagios. Desde luego ese día iba a ser muy largo y asqueroso. Ya habían hablado con dos psiquiatras que a parte de gilipolleces no les habían dicho nada de valor. Y ahora le tocaba a la mano que le separaba de Steffi. Y escondidos como ratas quienes se la habían llevado.
Llegan a la clinica y les abre la puerta la puerta Gloria, la secretaria (y esposa) de Camano. Como solía hacer, les regaló con su sonrisa más falsa y, como solía hacer, les saludó con una cortesía que no disimulaba su hipocresía.
- No recuerdo que tuviese usted cita, señor Nako. Más bien diría que era el jueves.
- Venimos hoy por otros asuntos.- aclaró él.
- Pues hay pacientes esperando. No se le puede molestar.-respondió con una sonrisa de triunfo, sonrisa que se le borró al mostrar Bárbara su placa.
- Yo diría que si nos podrá conceder unos minutos. Y por cierto, esa sonrisa no engaña a nadie.
La voz zalamera de su compañera la irrita aún más. Con un bufido se esconde en su mesa y finge trabajar. Al ver que la pareja no se marcha, coge el teléfono y marca una extensión interior, intercambia algunas palabras y al fin cuelga con gesto de enfado. Nako se acerca al oído de su compañera.
- Me temo que la has cabreado.
- Ya buscarás otro psicólogo. Los hay a patadas, tío.- Nako no contesta. No quiere otro psicólogo. Éste es el único que ha conseguido alejar las pesadillas el tiempo suficiente para descansar un poco.- ¿Le falta mucho?- pregunta a la mujer desagradable.
- Son menos diez. Hasta en punto o hasta y media.
Se sientan a leer revistas antiguas para pasar el rato: FHM, el jueves, tres de informática... Nada que les atrajera especialmente. También hay un fotogramas, que es la que coge la mujer, con un actor de perilla y una camiseta donde se lee “Putalocura” junto al actor Santiago Segura mostrando orgullosos lo que parece un premio de cine. A Bárbara le suena su nombre pero por mucho que piensa no le viene a la mente.
A las diez y veinte de la mañana Camano se deja ver acompañado de una joven paciente de unos quince años.
- Y recuerde.- decía en ese momento.- No dude en salir con sus amigos. Ellos serán un gran apoyo para ti.- se vuelve hacia el policía.- Señor Nako... Ya puede pasar. ¿Se encuentra bien?
Nako se adelantó a responder.
- No, lo siento doctor. Siento molestarlo.
- Usted nunca molesta, ya lo sabe.


Continuará...
 
Re: continuo la historia

jack frost rebuznó:
- Ha estudiado no se cuántas carreras y ha tenido alguna experiencia con algún paciente… oscuro, por así decirlo.
¡AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAA!

¡Era negro! AHAHAHAHAHAHA O HITANO!
:lol: :lol: :lol: :lol: :lol:








:oops: Lo siento, de veras. No me encuentro muy bien.
 
n016p11d.jpg
 
¿Me expliquen qué significan estos dos mensajes? ¿?¿?¿?¿?
 
continuo el peazo relato, está mal que yo lo diga.

- Veníamos... por una consulta... ajena a mi caso. Cosas de... mi trabajo.
- Pasen entonces. Señora Boades, le ruego las molestias. Su sesión será gratuita para compensarla.
Bárbara enarca las cejas, sorprendida. No solía asistir a gestos de tanta generosidad y menos de un psiquiatra. No tenía un buen concepto de ellos
El despacho de Camano se alejaba de cualquier otro de psicólogo. No había títulos enmarcados en las paredes ni el famoso diván que podía verse en las películas (en su caso sí un sillón de aspecto comodísimo). La pared era de un relajante azul claro y el único signo de decoración era un cuadro con un falso Cezzane. Bárbara pudo contemplar a su vez, junto a la puerta, un cuadro con una plancha de cristal donde había la página de un cómic. Sólo constaba de tres viñetas. En la primera, un hombre le está regalando un pañuelo usado a una mujer. Esta dice en su bocadillo que creía que el regalo sería una rosa. En la segunda viñeta, el personaje masculino mira al escote de la mujer y dice “Belén, las tetas se te ven”. En la tercera viñeta, la mujer se frota los ojos con el pañuelo usado mientras la flor le sobresale del escote.
- Es para divertir al paciente.- explica el doctor viendo el interés de Bárbara.- Eso relaja a los pacientes y les deja en una posición de comodidad. Se ríen antes de comenzar la sesión y trabajamos en un estado más abierto. Siéntense, se lo ruego.- añade tras una significativa pausa.- Ustedes dirán.
Sin preámbulos, Bárbara le contó el motivo de su visita omitiendo los detalles que sólo la policía debía conocer. Camano escuchó con atención y con interés real. La narración del relato les llevó un largo rato y no utilizaron las fotos policiales pues tendría suficiente con las emitidas por los periódicos. Además, lo que buscaban del buen doctor era el trazado de un retrato psicológico del asesino o asesinos, nada más.
- ¿Y qué es lo que desean de mí acerca de este asunto? Yo leí en los periódicos que se trataba de un único asesino.
- Lo primero.- respondió ella.- como puede figurarse es que no revele a nadie esta conversación, ni siquiera con su esposa.
- Eso por descontado.
- Bien. La razón de nuestra presencia aquí era para preguntarle si conocía usted a alguien con un afán desmedido por los vampiros o si conocería algún grupo, secta o lo que fuese que estuviese por la ciudad. Al parecer los asesinos fingen ser vampiros.
- Algo se sobre vampiros.- contestó el doctor con modestia.- Según Bram Stoker cuando un vampiro mordía a un humano el humano se convertía a su vez en vampiro.
- Pues puedo asegurarle que eso no ha ocurrido.
Nako se agitó inquieto. ¿Steffi un vampiro? Su amor, su esposa... ¿convertida en una vil criatura vagando por la noche, arrancando el último hálito de vida a un agonizante humano? Su Steffi no. No podía ser... no...
- Hará cosa de quince años leí un libro muy interesante acerca de mitos medievales.- continuaba Camano.- Una de sus secciones correspondía a vampirismo. Según ese libro, los vampiros se alimentaban de sus víctimas, bebiendo su sangre pero para convertirlas a su vez en vampiros; quien lo deseara debía beber la sangre del vampiro en su último hálito... con el consentimiento del vampiro. Como en la película de Brad Pitt.- se echó a reír.- La verdad es que un colega sí me comentó que hay una... sociedad.- con las manos fingió ponerle comillas.- de vampirismo en la ciudad. No deben llevar más de cinco meses y por lo que me contó no son más que unos chavales con exceso de hormonas. Yo no le otorgaría mayor importancia.
- ¿Sabe cuándo se reúnen?
Camano negó con la cabeza aunque se ofreció a llamar a su colega. Luego añadió que no creía posible que aquellos muchachos pasaran de vestirse como góticos y fingir ser criaturas de la noche, como se solía decir. Bárbara añadió que precisaban de un retrato psicológico de alguien que sí pudiera haber cometido los crímenes sino conocía a nadie que pudiera dar el pego. Con todo, le exhortaron a que llamara a su amigo. Nunca se sabía.
 
Personas hola:

Continuo...


Con rapidez habla con otra persona y apunta una dirección en un trozo de papel.
- Gracias por tu ayuda, Sach. Nos vemos mañana... sí... adiós.
Colgó y volvió la vista con esa sonrisa sesgada que daba tanta cercanía.
- Por desgracia no conozco mucho de historias de vampiros. El libro que les dije no fue más que un pasatiempo para evitar un día aburrido. Tomen. Uno de esos chicos es el hijo de mi colega. Pueden ir a visitarlo cuando lo deseen. Les atenderán con la mayor deferencia.
- ¿Y no sabe quién podría conocer algo... algún erudito sobre la materia... alguien que pudiese aclararnos cómo actuarían personas que se creyesen vampiros?
- En la universidad de Historia hay un buen profesor de mitología. No lo conozco pero he oído hablar de él.
- ¿Podría decirnos su nombre?
- La verdad es que no.- se echó a reír.- Supe de él por una conversación casual pero no presté mucha atención. Vayan a la facultad y pregunten. Sabrán por quién preguntan pues debe ser muy popular.- se echó a reír.- Es un erudito en mitología eslava y... ¿quién sabe? A lo mejor sabe algo sobre lo que ustedes precisan.
Los agentes asienten a la par que se ponen en pie. Nako está algo incómodo por saber cómo serán las siguientes sesiones después de haber mezclado a su médico (sin mucho éxito) con el caso que le llevó hasta él. Éste no parece haberse dado cuenta de la conezión si bien ambos saben que así ha sido. Su discreción es oro.
- Lamento serles de tan poca utilidad.
- Si ese profesor.- intercede Bárbara.- puede decirnos algo, habrá sido de mucha utilidad. Buenos días.
Se marchan defraudados porque en verdad no habían conseguido nada de información. De nuevo habían perdido el tiempo. Y, para colmo, esa enfermera hija de puta, sonriéndoles por encima del hombro al ver sus rostros compugidos. Bárbara comenta que no sabe cómo puede acudir a un médico que se acuesta con semejante espécimen.
- Creo que se conocieron en Santander.- responde Nako como si eso lo aclarara todo.- Pero no es a ella a quien visito sino al médico. Y, por favor, dejemos este tema de una puta vez.
Bárbara se queda sorprendida por el brusco cambio de su compañero pero no dice nada.

__________________________________________________

Lo continuaré...
 
Personas hola: no me olvido de seguir el relato

Continuo...

Van de inmediato a la dirección que les había dado el doctor para saber que el chaval en cuestión tenía catorce años y se encontraba en esos momentos en el colegio. En vez de irse se vieron obligados a responder a los agasajos del doctor y su esposa. Sobre la una y media llega el chaval en cuestión. Su cara de sorpresa habría resultado ser cómica de no ser por la situación que investigaban; el chico agradece con sinceridad a todas las preguntas. No les resulta de utilidad, su sociedad de vampirismo no es más que un juego de chicos con excesiva pasión por las películas de Bela Lugosi y el Drácula de Marvel. El padre observa a ámbos policías como perversos chiquillos que no tienen nada mejor que hacer; sin embargo, no abre la cabeza para protestar. Bárbara lo agradece pues no sabe cómo respondería su compañero... y con qué grado de violencia.
- Ya sólo nos queda el profesor ese.- tercia Nako con fastidio tras salir a la calle.
- Pues vayamos a hablar con él.
A mediodía, cuando los alumnos salen por la puerta a grandes voces o se tumban en el jardín leyendo, fumando un cigarrillo o regalándose besos, Nako y Bárbara llegan hasta la puerta. Observan la verja de hierro forjado como si en vez de entrar en un colegio, estuvieran accediendo a una prisión de máxima seguridad. Pasan entre los chicos sintiéndose como dos ancianos en una guardería. En conserjería preguntan al bedel, un hombre joven de aspecto simpático, dónde podían encontrar al profesor de historia.
- Hay muchos profesores de historia.- se echa a reír.- ¿A quién buscan en particular?
- En concreto a uno que sea especialista en mitología medieval: zombis, vampiros, cosas así…
- Pues supongo que desean encontrar al profesor García Quintanilla o a la profesora Santos. ¿Saben qué?- bajó la voz.- A la profesora Santos los alumnos la llaman Satania.
- Pues mucho me temo que esa debe ser la que buscamos.- rezonga el policía con fastidio.- ¿Dónde podemos encontrarla?
- En su despacho, por supuesto.
_____________________________________________________
¿Qué les va pareciendo?
 
continuo...

Les indica cómo llegar hasta ella. Cogen el ascensor junto a dos chicas; Nako se quedó mirando a una de ellas hasta que resultó molesto. Aquel pelo… esa bajada, ese brillo… le recordó tanto a Steffi… ella siempre presumía de lo que cuidaba su pelo y él se reía diciendo que amaba más su pelo que a él. Luego se tiraban a la cama haciéndose cosquillas hasta tener agujetas en los mofletes y en los costados. Aquellos pequeños detalles que le enamoraron y que se perdieron por unos gilipollas que creían ser vampiros. ¡Hijos de puta! Steffi que nunca había hecho mal a nadie, que siempre había vivido para hacer feliz a los demás a cambio tan sólo de una sonrisa… muerta, torturada por unos locos. ¿Qué iba a saber una profesora universitaria? ¿Acaso conocería ella a los culpables? ¿O sería uno de ellos? ¿Podría entender la alegría de ver sonreír a Steffi, de abrazarse, masajearse o hacer el amor con lentitud, saboreándose mutuamente hasta quedar saciados y vacíos? Mucho temía que aquello iba a ser una pérdida de tiempo. La chica mientras tanto se aparta incómoda y mira al policía como miran todas las chicas de Valladolid a cualquier desconocido que no rezume riqueza por los cuatro costados: como un posible violador. Tan pronto se abran las puertas saldrán corriendo. Nako ya está muy quemado como para protestar o para creer que esa creencia va a cambiar. Sabe que nunca será así.
Llegan a la planta cuarta.
- El conserje dijo que a la izquierda, la sexta puerta.
A medida que avanzaban, un picor les recorre la espalda. Ambos lo notan y se miran con incertidumbre.
- Algo me dice que podremos sacar provecho de esta entrevista.
Nako no dice nada. Ya se verá; pero aquel estremecimiento… Cuando supo la suerte de Steffi se había adentrado en él. Creía recordar que unas horas antes también, tal vez presintiendo su suerte. Siendo policía te recorren estremecimientos cada dos por tres pero aquél era diferente. Es gélido como el suspiro de una Steffi muerta sobre su nuca; casi parecía sentir sus dedos podridos acariciando su nuca y llamándole en voz baja. Aquel estremecimiento era oscuro, era la podredumbre de criptas donde la luz del sol no llega y donde el olor a cuerpos descompuestos se acumula por los siglos.
La sexta puerta se diferenciaba del resto en que no tenía el nombre del titular del despacho. No lo notan pero ambos suspiran al mismo tiempo y de haber sido oído habría erizado los pelos de los brazos a cualquiera.
<<¿Qué coño nos ocurre? ¿Qué coño ocurre?>>
Lo que presiente Nako le aterroriza.
 
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