La teoría del centésimo mono

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Zahorí

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6 Mar 2007
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¿Conocen la teoría del centésimo mono?

La siguiente teoría es muy controvertida. Hay documentos escritos que parecen corroborarla y también hay quienes argumentan su falta de veracidad.

Durante la década de los años 50’s se realizaron unos estudios en un archipiélago de islas pertenecientes al Japón habitadas por colonias de la especie Macaca fuscata (mono de nieve), un tipo de mono oriundo a esta región del mundo. Debido a su alto nivel social dentro de sus colonias este macaco ha sido objeto de todo tipo de investigaciones por parte de primatólogos, antropólogos y hasta estadísticos.

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En el 1952 algo interesantísimo sucedió en la isla de Koshima, una de las tantas islas al oeste del Japón habitadas por este mono. En aquel entonces un grupo de científicos japoneses iban todos los días a un área de la playa en donde dejaban comida para una de las colonias de macacos. La razón por la cual hacían esto era para atraer a los monos al descubierto y así poder observarlos más de cerca. Uno de los macacos era una hembra de 18 meses de edad a la cual bautizaron con el nombre de Imo. Los científicos se dieron cuenta que a esta monita no le gustaba el sabor de la arena de la playa en su comida, y que un día comenzó a llevar las batatas que ellos le traían a una quebradita cercana para lavarlas. En un par de días su madre comenzó a hacer lo mismo, luego de que ella le enseñara ese truco de lavar las batatas, y más tarde, el resto de los compañeros de juego de la monita se unieron al nuevo hábito de limpiar la arena de la comida en la quebrada. Eventualmente los compañeros de juego de Imo también le enseñaron a sus madres este nuevo hábito, así que todos los macacos cercanos a Imo, de una manera u otra comenzaron a disfrutar del sabor de las batatas sin la arena.

En un par de meses Imo aprendió otro nuevo truco, el cual también fue aprendido por su madre, sus compañeros de juego, y sus madres. Imo comenzó a limpiar y a remojar las batatas en el agua de mar entre mordida y mordida, lo cual le daba un sabor salado a su manjar dulce.

Este comportamiento se limitó por unos años a las amistades de Imo y a sus madres, aunque poco a poco lo fueron aprendiendo otros miembros de la colonia. Entonces, un día en el otoño del 1958 lo inesperado tomó lugar. No se sabe si fue el mono número ochenta, o el número noventa, o si fue el mono número ciento cincuenta, el número exacto no se sabe, pero los investigadores decidieron llamarlo el mono número cien. Ese hipotético centésimo mono por fin un día aprendió el comportamiento de lavar las batatas en agua salada, y de repente, de la noche a la mañana, el resto de la colonia comenzó a lavar su comida en el agua de mar. Pero no sólo eso, en un par de días otros científicos comenzaron a reportar el mismo comportamiento en otras colonias de macacos en otras islas, en sitios en donde el comportamiento de lavar la comida en agua salada era totalmente desconocido.

A la luz de este descubrimiento se formuló la teoría del centésimo mono, aseverando que cuando un cierto número de individuos de una determinada especie (masa crítica) alcanzan un conocimiento, éste puede ser comunicado de mente a mente a sus similares. La adición de la energía del centésimo mono de algún modo creó un avance ideológico.

Esta historia vio la luz por primera vez en el libro Lifetide (La marea de la vida) del zoólogo Lyall Watson, que apareció en 1979. Pero su principal promotor fue Ken Keyes, Jr., un psicólogo humanista que la glosó en su libro El centésimo mono (1982), del cual logró vender más de un millón de ejemplares. Más que Copérnico y Darwin juntos.

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Este comportamiento ha sido observado en otras especies del reino animal, incluyendo por ejemplo el particular comportamiento del Parus caeruleus en Gran Bretaña, una especie de pájaros silvestres los cuales en cuestión de semanas aprendieron a picotear las tapitas de papel de aluminio que cubrían las botellas de leche que los lecheros dejaban al intemperie en sus rutas a domicilios, también durante la década de los 50’s. Un comporatmiento que originalmente fue sólo observado en una sola vecindad, y que eventualmente se regó por todo el país.

Puesto a explicar, Watson sostuvo que la conciencia grupal se había formado espontáneamente entre los monos, de la misma manera que crecen los cristales en una solución saturada. El factor desencadenante había sido aquí un cortocircuito neurológico entre el cerebro reptílico y el sistema límbico de los simios (o quizás entre el fenotipo y el genotipo) que había provocado no sólo un súbito destello de inteligencia, sino también su propagación instantánea.

Rupert Sheldrake quiso ofrecer una explicación más rigurosa en su libro "Una nueva ciencia de la vida" (1982). Sheldrake, que no era etólogo ni psicólogo cognitivo (su mayor antecedente era haber enseñado fisiología vegetal en Cambridge), lanzó la hipótesis del “campo morfogenético”, como él llama a los campos no-locales, aquellos no relacionados causalmente. Estos campos, según el investigador, permiten la transmisión de información entre organismos de la misma especie sin mediar efectos espaciales. Es como si dentro de cada especie del universo, sea ésta una partícula o una galaxia, un protozoo o un ser humano, existiese un vínculo que actuara instantáneamente en un nivel sub-cuántico fuera del espacio y el tiempo. Este vínculo es lo que Sheldrake denomina campo mórfico o morfogenético. Al tratarse de una transmisión de información y no de energía, ello no contradice la Teoría de la Relatividad. Por ejemplo, un roedor australiano puede conocer sin que exista transmisión material, simplemente por resonancia mórfica, algo aprendido por un roedor de su misma especie en Leningrado. Siguiendo con el ejemplo, si llevásemos desde Leningrado a Australia un enemigo natural del citado roedor, el pariente australiano del roedor reconocería al momento a su enemigo al igual que lo hacía su pariente ruso.

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Esta teoría le fue sugerida a Sheldrake en parte por ciertos experimentos de psicología animal donde dicho efecto parecía tener lugar. Estos experimentos, realizados en los años 1920 en la Universidad de Harvard por el Dr. William McDougall, trataban de descubrir en qué medida la inteligencia de las ratas era heredada. El Dr. McDougall medía la inteligencia, en este caso, por la habilidad de los roedores en recorrer un pequeño laberinto. Las ratas "inteligentes", aquellas que resolvían el laberinto rápidamente, eran pareadas con otras ratas "inteligentes" y lo mismo se hacía con las ratas "torpes". Veintidós generaciones más tarde, en vez de ser las ratas "inteligentes" las únicas más listas, todas las ratas resultaron poseer una mayor inteligencia a la hora de resolver los laberintos. Las ratas de la camada "menos inteligente" recorrían el laberinto diez veces más rápido que cualquier rata de la camada original.

Cuando el libro de Rupert Sheldrake "Una nueva ciencia de la vida" apareció en Inglaterra, un editorial de Nature, la prestigiosa revista científica, le consideró "el mejor candidato a la hoguera que ha habido en muchos años", y sostenía que sería una pérdida de tiempo y dinero el contrastar sus conjeturas.

Pero volviendo al experimento en sí, ¿sucedió realmente lo que cuentan?. Por lo que he podido indagar en Internet parece que no.

Al parecer esta historia no nació con Watson y Keyes. Ellos apenas fueron los que pusieron en movimiento la bola de nieve, manipulando cierta información científica válida. La fuente primaria de toda la leyenda se encuentra en el artículo que publicó en 1965 Masao Kawai, uno de los zoólogos japoneses que había dirigido el proyecto en Koshima.

Según el informe del Dr. Kawai, la experiencia había comenzado en 1952 con una población de 20 monos. Para 1962, cuando se la dio por terminada, la colonia contaba con 59 simios. Pero según consigna el informe original, solo dos de ellos habían aprendido a lavar batatas durante el año 1958.

En 1984 un filósofo de la Universidad de Hawaii llamado Ron Amundsen se propuso entrevistar al Dr. Kawai para averiguar qué había de cierto en la historia de los macacos. Aunque ya habían pasado veinte años, el japonés seguía sumamente molesto con las derivaciones que había tenido su experiencia. La entrevista no alcanzó a producirse porque Kawai estaba a punto de viajar al Africa, pero el japonés accedió a contestar un cuestionario escrito que le hizo llegar Amundsen, con la condición de que esa sería la manera de dar por terminada la cuestión.

Kawai admitía que lo que había observado no era nada nuevo en materia de propagación precultural y consideraba altamente probable que muchos otros simios hubieran hecho antes o después descubrimientos similares. Pero no dejaba de repetir que en Koshima el fenómeno se había registrado una sola vez. Lo que más indignaba al primatólogo japonés era la historia de la telepatía. Contra todo lo que podía esperarse de un exponente del Oriente misterioso, Kawai no dudaba en afirmar que la interpretación parapsicológica había sido una fantasía introducida por los autores occidentales. Su equipo sólo había hecho honesta investigación científica, con resultados que reconocía como poco vistosos.

Siguiendo un poco con R. Sheldrake, luego de la publicación de "Una nueva ciencia de la vida", realizó dos experimentos para refutar o verificar su teoría. El primer experimento fue patrocinado por la revista "New Scientist", de Londres, y el segundo por la "Brain/Mind Bulletin", de Los Angeles. Ambos experimentos parecieron confirmar su teoría aunque no he podido verificarlos en Internet.

En el experimento patrocinado por "New Scientist", a personas de distintas partes del mundo se les dio un minuto para encontrar rostros famosos escondidos en un dibujo abstracto. Se tomaron datos y se elaboraron medias. Posteriormente la solución fue emitida por la BBC en una franja horaria donde la audiencia estimada era de un millón de espectadores.

Inmediatamente de realizada la emisión, en lugares donde no se recibe la BBC, se realizó el mismo "test" sobre otra muestra de personas. Los sujetos que hallaron los rostros dentro del tiempo de un minuto fueron un 76 % mayor que la primera prueba. La probabilidad de que este resultado se debiera a una simple casualidad era de 100 contra uno. Según el Dr. Sheldrake, los campos no-locales, o campos morfogenéticos, habían transmitido la información a toda la "especie", sin detenerse en aquellas personas que presenciaron la mencionada emisión de televisión.

En el experimento patrocinado por el "Brain/Mind Bulletin" de Los Angeles, a varios grupos de personas se les pidió que memorizasen 3 poemas distintos. El primero era una canción infantil japonesa, el segundo un poema de un autor japonés moderno y el tercero un galimatías sin sentido. Tal como la teoría de los campos morfogenéticos predice, la canción infantil, habiendo sido aprendida por millones de niños durante muchas generaciones, aunque éstos fueran japoneses, fue memorizada notablemente más rápido que las otras dos alternativas.

Sheldrake no fue el único en realizar experimentos de este tipo. Gary Schwarz, psicólogo de la Universidad de Yale, patrocinó un experimento similar en el Tarrytown Executive Conference Center de Nueva York. A estudiantes de Yale que no sabían hebreo se les mostraron palabras hebreas de tres letras, la mitad de ellas sin sentido. Los estudiantes obtuvieron mejores resultados en el reconocimiento de palabras "reales" en una proporción superior a la que cabría esperar como mero fruto del azar.

Después de haber leído todo esto me cuestiono algunas cosas.

Lo primero que me llama la atención es la facilidad que existe hoy en día para manipular la información, transformando un simple bulo en una información susceptible de ser tomada como verídica. Esto en Internet es vital por la inmensa cantidad de bits que maneja, cómo saber qué es verdad, qué es mentira... Qué es más fiable, creer en los que defienden la teoría del centésimo mono, o bien, quedarse con las supuestas explicaciones del auténtico investigador japonés. Tal como está el patio no que quedaría con ninguna :)

Otra cosa que me planteo es si no habrá algo de cierto en las teorías de Sheldrake, quizás exista una mente grupal o "mente extendida", una especie de inconsciente o memoria colectiva... No se, ¿qué les sugiere todo esto?

Un saludo

Si les interesó el tema les recomiendo por ejemplo:
https://www.elpais.com/articulo/portada/Tiene/limites/mente/elpeputec/20050724elpepspor_2/Tes
 
Esta teoría parece tener cosas en común con otra que me parece (también) bastante interesante, la resonancia Schümann. En pocas palabras supuestamente se trata de un "campo" magnético global formado por los conocimientos de la especie humana al que hipoteticamente se podría acceder mediante entrenamiento mental. En fín, estas teorias no dejan de ser pintorescas
 
Suena interesante, pero si lo aplicamos a los seres humanos, se supondría que una vez que una cultura llegaba a cierto nivel evolutivo en el terreno tecnológico o práctico las demás lo harían por esa especie de transmisión telepática; la mera existencia hoy en día de culturas primitivas falsea esa teoría.
 
Esa teoria solo ha sido probada en habitats abiertos, por lo que no es valida.

Un mono puede ir del grupo inicial a otro grupo rapidamente y transmitir el conocimiento.

De los pajaros no hablemos ya.

Y luego tenemos la teoria mas efectiva de la vida: La navaja de Occam.

Que es mas simple?
Que a los monos no les guste la arena en la comida o que se transmitan telepaticamente (llamalo como quieras) que con agua se lava la arena?


Si hicieran el experimento con una poblacion localizada y limitada, en un espacio cerrado y con otra poblacion igual en el otro lado del mundo, por ejemplo. Seria conveniente revisar su teoria, mientras tanto no los veo mas que como charlatanes.

Por favor, osan compararse con Darwing, estos tipos merecen un gran tiron de orejas. :?
 
_ICARVS_ dijo: Esta teoría parece tener cosas en común con otra que me parece (también) bastante interesante, la resonancia Schümann

Según la wikipedia la resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extra baja (ELF) del espectro radioeléctrico de la Tierra. La frecuencia más baja de ésta se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz, por lo que es posible sintonizar nuestro cerebro a esa frecuencia, estaríamos en la frontera entre las ondas theta (4-7 Hz) y las alpha (8-13 Hz). En el emule hay pistas de música creadas con algún software generador de sonidos binaurales (Bwgen por ej) que inducen la resonancia Schumann:

ed2k://|file|Brainwave%20Entrainment%207.83%20Hz%20Schumann%20Resonance%20high%20theta%20binaural%20beat.mp3|38421565|DDA1E04BF7F50F2AB531A37E1373A6A3|/

Pero aunque te sincronices a la vibración del planeta (Gaia como la llaman los new agers), no creo que eso implique tener acceso a todos los conocimientos de la humanidad.


Frikatxu dijo: la mera existencia hoy en día de culturas primitivas falsea esa teoría

Coincido contigo, me gustaría saber como Sheldrake justificaría este hecho.


Pistolas_Joe dijo: Esa teoria solo ha sido probada en habitats abiertos, por lo que no es valida.
Un mono puede ir del grupo inicial a otro grupo rapidamente y transmitir el conocimiento.

Precisamente lo interesante del experimento es que los monos de otras islas, separados físicamente por mar y por tanto sin contacto entre sí, acabaron lavando las batatas.


Pistolas_Joe dijo: Si hicieran el experimento con una poblacion localizada y limitada, en un espacio cerrado y con otra poblacion igual en el otro lado del mundo, por ejemplo. Seria conveniente revisar su teoria, mientras tanto no los veo mas que como charlatanes.

Creo que lo más parecido que han hecho es lo que comenté antes, los experimentos de 1920 en la universidad de Harvard con ratas. Quizá merezca la pena seguir investigando.


Pistolas_Joe dijo: Por favor, osan compararse con Darwing, estos tipos merecen un gran tiron de orejas.

Esa parte del post la copié de un detractor de la teoría, supongo que estaría tan indignado que por eso hizo esa comparación.

Saludos
 
He encontrado un artículo muy interesante y que viene al hilo de todo esto de la "mente extendida", se trata del "The Global Consciousness Project".

Un experimento que dio comienzo en 1970 y esta presente en 65 paises nos desvela una increible relacion entre los sucesos importantes para la humanidad y las reacciones fisicas aleatorias. No solo se desvian de sus valores usuales ante sucesos significativos de la sociedad, sino que incluso la alteracion puede producirse antes de que el acontecimiento relevante tenga lugar. Ocurrio antes del 11-S y en visperas del tsunami asiatico. Aunque la investigacian tiene ya 35 años aun esta en sus primeros pasos y no puede considerarse concluyente aunque bien sugiere la existencia una relacion todavia desconocida para la ciencia entre el mundo fisico y la conciencia.

Una red de generadores de numeros aleatorios muestra anomalias de funcionamiento cuando se producen acontecimientos que afectan a millones de personas, segun un experimento que hoy tiene presencia en los cinco continentes.

La red se llama The Global Consciousness Project (GCP) y representa el primer esfuerzo internacional para explorar si la atencion social que comparten millones de personas cuando ocurren determinados acontecimientos relevantes, puede ser medida, validada y estudiada cientificamente.

La red GCP lleva funcionando desde hace 35 años y tiene presencia en 65 paises. Funciona en todos los continentes y en todas las franjas horarias; donde tienen mas de 50 personas de personal cualificado.

Aunque oficialmente esta alojada en la Universidad de Princeton y muchos sus investigadores forman parte de la académico (tanto en calidad de docencia como de estudiantes), la red GCP no esta financiada por subvenciones universitarias sino por algunos patrocinadores. Destacan The Princeton Engineering Anomalies Research y The Linux Documentation Project.

The Princeton Engineering Anomalies Research (PEAR) fue creado en 1979 con el fin de estudiar cientificamente la interaccion entre la conciencia humana y los instrumentos mecanicos y fisicos.

Robert G. Jahn, decano de la Escuela de Ingenieria y Ciencia Aplicada de Princeton, ha dedicado un equipo de ingenieros, fisicos, sicologos y humanistas a desarrollar una serie de experimentos y elaborar modelos teoricos que ayuden a explicar el papel que juega la conciencia en el establecimiento de la realidad.

La busqueda de una posible relacion entre la conciencia y la realidad material es una vieja tarea de la fisica teorica que fue perfectamente explicada en 1984 por John Wheeler y Wojcieck Zurek, cuando escribieron en su obra "Quantum Theory and Measurement" que son necesarios los observadores para dar existencia al mundo. Al buscar la posible relacion entre la conciencia humana y determinados acontecimientos, el GCP forma parte de esa linea de investigaciones.

GCP funciona mediante una red de generadores numericos aleatorios (GNA). Una vez por segundo, cada GNA experimenta con 200 bits, es decir, con 200 ceros y unos, para determinar cual de los dos digitos prevalece. Es como tirar 200 veces una moneda al aire para determinar cuántas veces cae cara y cuantas cruz.

GNA utiliza la tecnologia informatica para generar dos numeros –el 1 y el 0- continuamente, en una secuencia totalmente aleatoria. Las secuencias resultantes se reflejan en graficos. Las desviaciones en estas emisiones o en sus resultados provocan la aparicion de curvas en los graficos.

Estas secuencias se rigen por las leyes clasicas del cambio, asi como por La Ley de los Grandes Numeros. Las leyes clasicas de cambio, como las leyes de Newton sobre la conservacion de los momentos lineales, dictan que los generadores emiten igual cantidad de unos y de ceros en cada experimento.

La Ley de los Grandes Numeros, considerada el primer teorema fundamental de la teoria de la probabilidad, establece a su vez que la frecuencia relativa de los resultados de un cierto experimento aleatorio, tienden a estabilizarse en cierto numero, que es precisamente la probabilidad, cuando el experimento se realiza muchas veces.

Segun ambas leyes, por tanto, cada segundo del experimento GCP se emite la misma cantidad de unos y ceros en 65 países diferentes del mundo, al mismo tiempo que las probabilidades de que predominen unos o ceros tiende a estabilizarse en el tiempo en todos los experimentos, representando asi la probabilidad.

Un programa presente en cada ordenador de la red registra las secuencias aleatorias resultantes de cada generacion de unos y ceros. Memoriza esas resultantes y envia los datos, cada cinco minutos, al servidor central de Princeton, donde son comparados informaticamente con los datos obtenidos por el mismo procedimiento por el resto de la red.

Lo que ha sorprendido a los cientificos es que cada vez que ocurre algo que tiene un gran impacto social, las secuencias de estos generadores numericos aleatorios se alejan de los valores habituales, mostrando desviaciones extraordinarias. Han constatado que un fenomeno social impactante influye en el comportamiento del generador, tal como sugiere la metafora del Gato de Schrödinger.

Estos cambios en los comportamientos aleatorios se han detectado en una serie de episodios, como el bombardeo de una embajada, el ataque terrorista del 11 de septiembre, una catastrofe aerea o una toma de rehenes. Incluso en el reciente tsunami asiatico.

Los generadores funcionan constantemente, generando millones de numeros y graficos segundo a segundo, dia a dia, extraidos del "ruido cuantico". La mayoria del tiempo, el grafico que refleja los resultados de este juego aleatorio se mantiene mas o menos en una linea plana, que refleja la probabilidad.

Sin embargo, por ejemplo el 6 de septiembre de 1997, cambio: el grafico subio hacia arriba, registrando un cambio repentino. Los cientificos lo achacaron a la atencion centrada de millones de personas en el entierro de Diana de Gales en la abadia de Westminster.

En otros momentos del experimento, importantes acontecimientos sucedidos en el mundo hicieron variar las fluctuaciones aleatorias derivadas de las maquinas GNA: el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia, la tragedia submarina de Kursk, las visperas de año nuevo…

Sin embargo, lo mas sorprendente estaba aun por llegar. El 11 de septiembre de 2001, cuatro horas antes de que las Torres Gemelas sufrieran el ataque terrorista de dos aviones suicidas, los graficos comenzaron a trastocarse, como si la conciencia humana previera que algo terrible, impactante e importante para la comunidad global fuera a suceder.

Las desviaciones registradas el 11S en las pulsiones aleatorias no pueden atribuirse a alteraciones electromagneticas o excesivo uso de los moviles, tal como explican los protagonistas de esta experiencia en el "Journal of Scientific Exploration".

Para los cientificos, aquellas cuatro horas fueron extrañas: no sabian lo que estaba pasando para que los numeros variaran, y se quedaron atonitos cuando descubrieron que quiza lo que haiía afectado a los graficos era un hecho que, para cuando estos habian comenzado a cambiar, aun no habia ocurrido.

En aquel momento, las transformaciones en el orden numerico parecieron un fruto del mero azar. Sin embargo, en diciembre de 2004, las maquinas parecieron volverse locas de nuevo. Veinticuatro horas antes de que sucediera el inmenso terremoto del Oceano Indico que tanto afectara al Asia suroriental, devastando las costa y matando a 250.000 personas, los graficos se trastocaron de nuevo.

Algunos cientificos insisten en que todo puede ser casualidad, a pesar de que el equipo de Princeton señala que es muy dificil cambiar el orden aleatorio de los numeros al azar, sin que haya una causa de peso para ello.

El doctor Nelson, miembro del equipo de Princeton, en declaraciones señala sin embargo que la importancia de los resultados registrados en los graficos radicaria en que, a pesar de que todos funcionemos como individuos, parece ser que hay algo mayor, un elemento comun en nuestras conciencias, un elemento global, si bien cuando se habla de conciencia global se trata unicamente de una metafora.

La investigacion, aunque ya tiene 35 años, esta todavia en sus primeros pasos y no puede considerarse concluyente, si bien sugiere que una relacion todavia desconocida para la ciencia existe entre el mundo fisico y el mundo de la 'conciencia'.

Dentro de la pagina de la GCP se puede navegar y observar algunos resultados relevantes relacionados con el acontecimiento detonador en "Current Results".

http://noosphere.princeton.edu/
 
Entonces, si uno vive al lado de la facultad de medicina, ¿aprende a llevar a cabo operaciones quirúrgicas por telepatía? Bueno, quizás 2000 estudiantes de medicina no sean una masa crítica suficiente, probemos con otro ejemplo: si me voy a vivir a China, ¿aprenderé chino por el mismo mecanismo, al estar rodeado de más de 1200 millones de hablantes de ese idioma?. La respuesta es, claramente, NO.

Todo este asunto es un camelo y no tiene más interés que comprobar cómo desde una falsa interpretación de un experimento serio, por un extraño efecto de bola de nieve se pueden generar toda una serie de teorías delirantes. Y lo gracioso resulta que cuando preguntas al que hizo el experimento original y te desmonta el chiringuito, las teorías siguen vigentes sin sufrir mella alguna.

Hace tiempo leí un artículo demoledor de Martin Gardner al respecto, creo que en su libro "La nueva era". Como por desgracia no lo tengo a mano, recurriré a Michael Shermer, otro ilustre abanderado del movimiento escéptico:

Let me offer an example of how a rational skeptic might analyze a claim. For many years I had heard stories about the so-called “Hundredth-Monkey phenomenon” and was fascinated with the possibility that there might be some sort of collective consciousness into which we can tap to decrease crime, eliminate wars, and generally unite as a single species. In the last presidential election, in fact, one candidate—Dr. John Hagelin from the Natural Law Party—claimed that if elected he had a plan solve the problems of our inner cities—meditation. Hagelin and others (especially proponents of Transcendental Meditation), believe that thought can somehow be transferred between people, especially in a meditative state; if enough do it at the same time, some sort of critical mass will be reached and thereby induce significant planetary change. The Hundredth-Monkey phenomenon is commonly cited as empirical proof of this astonishing claim. In the 1950s, so the story goes, Japanese scientists gave monkeys on Koshima Island potatoes. One day one of the monkeys learned to wash the potatoes and then taught the skill to others. When about 100 monkeys had learned the skill—the so-called critical mass—suddenly all the monkeys automatically knew it, even those on other islands hundreds of miles away. The belief is widespread in New Age circles: Lyall Watson’s Lifetide (1979) and Ken Keyes’s The Hundredth Monkey (1982), for example, have been through multiple printings and sold millions copies; and Elda Hartley made a film called The Hundredth Monkey.

As an exercise in skepticism we should start by asking if these events really happened as reported. They did not. In 1952, primatologists began providing Japanese macaques with sweet potatoes to keep them from raiding local farms. One of them did learn to wash dirt off the potatoes in a stream or the ocean, and other monkeys learned to model the behavior (modeling is a normal part of primate behavior—“monkey see, monkey do” predates the New Age). Now let’s examine Watson’s claim more carefully. He admits that “one has to gather the rest of the story from personal anecdotes and bits of folklore among primate researchers, because most of them are still not quite sure what happened. So I am forced to improvise the details.” Watson then speculates that “an unspecified number of monkeys on Koshima were washing sweet potatoes in the sea,” hardly the level of precision required to justify so far-reaching a conclusion. He then makes this astonishing statement: “Let us say, for argument’s sake, that the number was 99 and that at 11:00 a.m. on a Tuesday, one further convert was added to the fold in the usual way. But the addition of the hundredth monkey apparently carried the number across some sort of threshold, pushing it through a kind of critical mass.” At this point, says Watson, the habit “seems to have jumped natural barriers and to have appeared spontaneously on other islands.”

One need go no further. Scientists do not “improvise” details or make wild guesses from “anecdotes” and “bits of folklore.” But there is more. In fact, some real scientists did record exactly what happened. The troop began with 20 monkeys in 1952 and reached 59 by 1962, and every monkey on the island was carefully observed. By March of 1958 exactly 17 of 30 monkeys; and by 1962 exactly 36 of 49 monkeys had modeled the washing behavior. The “sudden” acquisition of the behavior actually took four years, and the “100 monkeys” were actually only 17 in 1958 and 36 in 1962. And while there are some reports of similar behavior on other islands, the observations were made between 1953 and 1967. It was not sudden, nor was it connected in any way to Koshima. The monkeys on other islands could have discovered this simple skill themselves; or researchers or inhabitants of the islands might have taught them; or monkeys from Koshima might have been taken there. In any case, there is nowhere near the evidence necessary to support this extraordinary claim. There is not even any real phenomenon to explain.


Extraído del siguiente artículo:

https://www.ufoevidence.org/documents/doc1239.htm
 
Tienes razón, al principio del hilo ya se podía leer lo siguiente...

Al parecer esta historia no nació con Watson y Keyes. Ellos apenas fueron los que pusieron en movimiento la bola de nieve, manipulando cierta información científica válida. La fuente primaria de toda la leyenda se encuentra en el artículo que publicó en 1965 Masao Kawai, uno de los zoólogos japoneses que había dirigido el proyecto en Koshima.

Según el informe del Dr. Kawai, la experiencia había comenzado en 1952 con una población de 20 monos. Para 1962, cuando se la dio por terminada, la colonia contaba con 59 simios. Pero según consigna el informe original, solo dos de ellos habían aprendido a lavar batatas durante el año 1958.

En 1984 un filósofo de la Universidad de Hawaii llamado Ron Amundsen se propuso entrevistar al Dr. Kawai para averiguar qué había de cierto en la historia de los macacos. Aunque ya habían pasado veinte años, el japonés seguía sumamente molesto con las derivaciones que había tenido su experiencia. La entrevista no alcanzó a producirse porque Kawai estaba a punto de viajar al Africa, pero el japonés accedió a contestar un cuestionario escrito que le hizo llegar Amundsen, con la condición de que esa sería la manera de dar por terminada la cuestión.

Kawai admitía que lo que había observado no era nada nuevo en materia de propagación precultural y consideraba altamente probable que muchos otros simios hubieran hecho antes o después descubrimientos similares. Pero no dejaba de repetir que en Koshima el fenómeno se había registrado una sola vez. Lo que más indignaba al primatólogo japonés era la historia de la telepatía. Contra todo lo que podía esperarse de un exponente del Oriente misterioso, Kawai no dudaba en afirmar que la interpretación parapsicológica había sido una fantasía introducida por los autores occidentales. Su equipo sólo había hecho honesta investigación científica, con resultados que reconocía como poco vistosos.

Lo mismo podrías decir que credibilidad te merecen los experimentos hechos por R. Sheldrake (New Scientist, Brain/Mind Bulletin) o qué te parece lo de "The Global Consciousness Project".

Un saludo
 
Interesante. A ver cuándo Íker Jiménez le dedica un programa para que la teoría sea por fin bendecida mundialmente.
 
Zahorí rebuznó:
Lo mismo podrías decir que credibilidad te merecen los experimentos hechos por R. Sheldrake (New Scientist, Brain/Mind Bulletin) o qué te parece lo de "The Global Consciousness Project".

Un saludo

De momento, hablaré del GCP. Está bien que un proyecto de este estilo se base en una evidencia científica "dura", basada en la pura acumulación de datos a lo largo de un largo periodo. Sin embargo tiene aspectos de lo más discutible, partiendo de su base misma: ¿por qué narices la consciencia global va a alterar precisamente la generación de números por parte de unas máquinas determinadas? ¿Qué puta relación tienen? Es como si me pongo a correlacionar los resultados del Real Madrid cada jornada de liga con los movimientos de mi hámster dentro de su jaula.

Echemos un vistazo a la página de resultados del experimento: se mezclan acontecimientos de importancia global (11-S, tsunami, etc.) con frivolidades (como el record de home-runs del gañán dopado de McGwire o las galas de Miss Mundo) y magufadas (jornadas de rezo/meditación de sectas diversas y encuentros religiosos). ¿Cómo se establecen las relaciones de estos sucesos con los datos acumulados?:

a) Miro la prensa y si ha pasado algo "gordo" busco perturbaciones justo en el momento en que han sucedido.

b) Si las encuentro, dejo de buscar.

c) Si no, voy buscando después del evento por si resulta que el evento ha tardado en calar en la consciencia global. Si las encuentro, dejo de buscar.

d) Si no encuentro nada ni durante ni después, busco antes del evento. Si hay algo antes, bingo, el evento era predecible.

e) Si no encuentro nada, me callo y santas pascuas.

Así desde luego cualquiera encuentra correlaciones. Yo lo que querría saber es cuántas perturbaciones existen sin ningún suceso asociado, y viceversa. Seguro que veíamos que las no-correlaciones son mucho más abundantes que las correlaciones, echando por tierra cualquier supuesto logro de este estudio.

Pero bueno, démosles 35 años más de experimento y a lo mejor consiguen una revolución científica. O quizás no.

Para salir de dudas, consultaré con mi hámster...

Salud y República.
 
Eso que apuntas es interesante. Por traducirlo a términos estadísticos, las supuestas "correlaciones" siempre deben cotejarse con el resultado puramente estocástico.
 
Zahorí rebuznó:
Otra cosa que me planteo es si no habrá algo de cierto en las teorías de Sheldrake, quizás exista una mente grupal o "mente extendida", una especie de inconsciente o memoria colectiva... No se, ¿qué les sugiere todo esto?

Un saludo

Estoy de acuerdo con eso, una memoria colectiva, un subconciente colectivo para ese colectivo de seres, con perdón de Jung :?
Para mi tiene sentido eso, y por qué no, un subconsciente familiar, como diria Jodorowsky...muchos subconscientes a distintos planos...




Zahorí rebuznó:
Según la wikipedia la resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extra baja (ELF) del espectro radioeléctrico de la Tierra. La frecuencia más baja de ésta se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz, por lo que es posible sintonizar nuestro cerebro a esa frecuencia, estaríamos en la frontera entre las ondas theta (4-7 Hz) y las alpha (8-13 Hz). En el emule hay pistas de música creadas con algún software generador de sonidos binaurales (Bwgen por ej) que inducen la resonancia Schumann:


Si, parece ser que el pico del campo electromagnético de la Tierra se encuentra a esa frecuencia, pero es que además se habla de un cambio en el campo em ya predicho por los mayas, a partir del eclipse de 1999, en los proximos 13 años hasta llegar a 2012 :shock:
, y segun dicen, nos vamos todos a tomar por culo, o no, vaya usted a saber.




Respecto a lo que comentas sobre los experimentos de The Global Consciousness Project", es sorprendente. Hace tiempo que lo lei pero recuerdo lo de los registros de señales aleatorias independientes, las correlaciones y todo eso como bien explicas, me da que pensar que hay un "cambio en la suerte" cada vez que muchas personas están sintiendo lo mismo, como un atentado suicida, una festividad de fin de año (eso lei) o cualquier otra cosa...algo así como una perturbación en la fuerza, que diría Obi Wan :lol:

Muy interesante el tema, si señor :wink:
 
...y el tiempo. Este vínculo es lo que Sheldrake denomina campo mórfico o morfogenético. Al tratarse de una transmisión de información y no de energía, ello no contradice la Teoría de la Relatividad.

Error: pra transmitir informacion es necesario aportar energia. Ver Boltzman y entropia S=k lnW (W=nº de microestados)

En cuanto al tema del hilo: es una bella fábula, pero no creo que tenga fundamiento cientifico.
 
Contra todo lo que podía esperarse de un exponente del Oriente misterioso, Kawai no dudaba en afirmar que la interpretación parapsicológica había sido una fantasía introducida por los autores occidentales.

¿Qué tipo de estereotipo es este? Válgame el cielo...

De todo lo demás (que he leído casi enteramente y con gran paciencia), sólo me queda añadir :137.
Lo de la telepatía entre monos y entre pájaros es psicotrópico.
 
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