RoderickUsher
Veterano
- Registro
- 4 Sep 2005
- Mensajes
- 1.330
- Reacciones
- 165
Hola a todos, conforeros.
En esta hermosa tarde de almendros en flor y aromas primaverales fuera de lugar, foreando con la mano izquierda suavemente apoyada en la entrepierna y mi dedo índice acariciando mi entrehuevada, os escribo desde la casa de un familiar mío en el campo para hablaros de un problema que ha estado asolando mi vida los últimos años: el intenso miedo de estar gravemente enfermo. Me gustaría relataros una experiencia para que entendáis un poco mejor a que puede llegar esto, que en principio parece un mero problema de ansiedad o nerviosismo:
Hace un par de años estaba yo en casa, sentado ante el ordenador mirando la página del IKEA o algo así cuando de pronto empecé a encontrarme mal, sin poder encontrar exactamente qué era lo que pasaba. Sentí bastante miedo y empecé a notarme ligeramente mareado, con bastante taquicardia y con temblor de manos. “El corazón”, fue lo primero que pensé, suponiendo que me estaba fallando. Este chungazo que me dio me duró unas cuantas horas, durante las cuales tuve tiempo de sobra para pensar en lo que me estaba ocurriendo. Al rato empecé a aterrizar en la conclusión de que lo que me había ocurrido era un ataque de pánico, algo parecido a lo que los porreros de turno llamáis “amarillazo”. ¿Pero lo era en realidad? ¿Podía estar absolutamente seguro? ¿Podría ser esta una excusa mía para no aceptar la cruel realidad de estar mortalmente enfermo? ¿O podría ser esto el resultado de inhalar accidentalmente un spray anti-plagas que usé hace unas horas para fumigar un naranjo?
A las una de la puta madrugada decidí dirigirme al centro de salud más cercano, por si las moscas. Ahí expliqué a una joven doctora con tetitas apretadas de teen que me estaba muriendo, la cual pareció tomarme bastante en serio al principio. Me enchufo a una máquina con unos tubos que te enganchan a las tetillas y a las lorzas que te deja marcas de chupetones por el cuerpo, creo que se llama electrocardiógrafo o algo así, pero la verdad es que ni puta idea. La cuestión es que del miedo que tenía, ni así se me puso dura. Después empezó a escuchar mi respiración con un cacharro de estos que llevan siempre los médicos incluso en las películas. Me dijo que todo iba bien en mi cuerpo, recomendándome que hiciera cita con mi médico para ver a un psiquiatra.
Total, que llegué a casa una hora y media más tarde colocadísimo de Valium, me la machaqué vigorosamente pensando en la rica doctora y me dormí con la ropa puesta.
Aunque en ninguna otra ocasión haya vuelto al médico por uno de estos episodios ni haya acabado pasando por pruebas que requerían mi desnudez parcial, suelo pasarlo bastante mal con esto y en ocasiones se producen efectos indirectos, como por ejemplo rendir poco en el trabajo tras estar toda la noche anterior sin dormir por autodiagnosticarme un cáncer de riñon.
MedlinePlus y otras páginas similares son de mis páginas más visitadas. Tiendo a entrar cuando me invade el pensamiento de estar mortalmente enfermo y me hago distintos autodiagnósticos que lo que hacen es incrementar mi malestar y empeorar aún más el problema. Gracias a medline tengo hepatitis, 2 o 3 tipos de cáncer distinto, sida y alguna que otra enfermedad infecciosa. Dedico un tiempo a comparar todas las marcas de mi piel a fotos como esta:
Y este es uno de mis tantos problemas, y uno de los que más me tocan los cojones últimamente ¿Hay alguien más que se sienta morir a diario?
PD: Soy psicólogo.
En esta hermosa tarde de almendros en flor y aromas primaverales fuera de lugar, foreando con la mano izquierda suavemente apoyada en la entrepierna y mi dedo índice acariciando mi entrehuevada, os escribo desde la casa de un familiar mío en el campo para hablaros de un problema que ha estado asolando mi vida los últimos años: el intenso miedo de estar gravemente enfermo. Me gustaría relataros una experiencia para que entendáis un poco mejor a que puede llegar esto, que en principio parece un mero problema de ansiedad o nerviosismo:
Hace un par de años estaba yo en casa, sentado ante el ordenador mirando la página del IKEA o algo así cuando de pronto empecé a encontrarme mal, sin poder encontrar exactamente qué era lo que pasaba. Sentí bastante miedo y empecé a notarme ligeramente mareado, con bastante taquicardia y con temblor de manos. “El corazón”, fue lo primero que pensé, suponiendo que me estaba fallando. Este chungazo que me dio me duró unas cuantas horas, durante las cuales tuve tiempo de sobra para pensar en lo que me estaba ocurriendo. Al rato empecé a aterrizar en la conclusión de que lo que me había ocurrido era un ataque de pánico, algo parecido a lo que los porreros de turno llamáis “amarillazo”. ¿Pero lo era en realidad? ¿Podía estar absolutamente seguro? ¿Podría ser esta una excusa mía para no aceptar la cruel realidad de estar mortalmente enfermo? ¿O podría ser esto el resultado de inhalar accidentalmente un spray anti-plagas que usé hace unas horas para fumigar un naranjo?
A las una de la puta madrugada decidí dirigirme al centro de salud más cercano, por si las moscas. Ahí expliqué a una joven doctora con tetitas apretadas de teen que me estaba muriendo, la cual pareció tomarme bastante en serio al principio. Me enchufo a una máquina con unos tubos que te enganchan a las tetillas y a las lorzas que te deja marcas de chupetones por el cuerpo, creo que se llama electrocardiógrafo o algo así, pero la verdad es que ni puta idea. La cuestión es que del miedo que tenía, ni así se me puso dura. Después empezó a escuchar mi respiración con un cacharro de estos que llevan siempre los médicos incluso en las películas. Me dijo que todo iba bien en mi cuerpo, recomendándome que hiciera cita con mi médico para ver a un psiquiatra.
Total, que llegué a casa una hora y media más tarde colocadísimo de Valium, me la machaqué vigorosamente pensando en la rica doctora y me dormí con la ropa puesta.
Aunque en ninguna otra ocasión haya vuelto al médico por uno de estos episodios ni haya acabado pasando por pruebas que requerían mi desnudez parcial, suelo pasarlo bastante mal con esto y en ocasiones se producen efectos indirectos, como por ejemplo rendir poco en el trabajo tras estar toda la noche anterior sin dormir por autodiagnosticarme un cáncer de riñon.
MedlinePlus y otras páginas similares son de mis páginas más visitadas. Tiendo a entrar cuando me invade el pensamiento de estar mortalmente enfermo y me hago distintos autodiagnósticos que lo que hacen es incrementar mi malestar y empeorar aún más el problema. Gracias a medline tengo hepatitis, 2 o 3 tipos de cáncer distinto, sida y alguna que otra enfermedad infecciosa. Dedico un tiempo a comparar todas las marcas de mi piel a fotos como esta:
Y este es uno de mis tantos problemas, y uno de los que más me tocan los cojones últimamente ¿Hay alguien más que se sienta morir a diario?
PD: Soy psicólogo.