Leganitos Moun Amour- Happy Ending massage

El Chico Piedra Pomez

RangoNovato de mierda
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19 May 2019
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36
Nombre: nana o Lala, no me he enterado bien
Nacionalidad: china mandarina
Forma de Contacto: Me invito a conocer sus artes en manualidades mientras paseaba por la calle.
Fecha del suceso: Esta mañana
Lugar: centro de uñas y masaje calle Leganitos, el primero desde plaza españa
¿Repetir? Si
¿Recomendable? si

Vagaba esta mañana por la fría e inhóspita jungla madrileña en busca de emociones, cuando me he adentrado una vez mas en esa misteriosa calle cercana a gran vía, donde desde tiempos inmemoriales, el vicio ha campado a sus anchas dando cobijo a profesionales del amor y poniendo sonrisas a clientes satisfechos...

Paseando por la calle, deseaba volver a encontrarme con aquella muñeca oriental que hacía unas semanas me había propuesto entrar con ella al local de uñas oriental para recibir un masaje que según ella, iba a ser muy bueno. Y allí seguía esa bella y sonriente mujer, con su pelo corto, y su ropa elegante, intentando engatusar a un manati canoso que por fortuna para mi, acabó declinando su oferta. Era mi momento, y fingiendo no querer nada con ella ni con su "arte", pasé a su lado esperando a que me reconociese de la otra vez que inconscientemente rechace sus servicios, pero no pareció recordarme, para ella, yo solo era otro viandante con el que conseguir el vil metal, sin embargo, esta vez estaba dispuesto a conocer los secretos del lejano oriente, y tal como esperaba, ella interceptó mi paso cantandome la carta de sus servicios:

"Quiele masaje, 20 eulo media hola, 30 una... Masaje bueno... Tu gusta... Vamo, ven, tu masaje quele"

Accedí a un masaje de 30 minutos, , adentrándome con ella en la tienda de uñas, que en aquel momento carecía de ningún cliente, eran alrededor de las 12, un martes por la mañana. Solo estaban las trabajadoras del local, chicas asiáticas jóvenes con su atención puesta en el tik tok de sus huawei. Desconozco si también se dedican a las manualidades lujuriosas.
Mi anfitriona me condujo hacia la primera habitación a la izquierda, donde había una camilla, un lavabo y una ducha. Todo bastante limpio y bien acondicionado.

"¿Tu cuanto, media hola" -Me dijo antes de comenzar la función. Yo le conteste que si, y ella me pidió los veinte euros, diciendo que se pagaba por adelantado, accedí y le entregue el dinero, y debajo de su mascara pude percibir su sonrisa al recibir recibir el vil metal.

"Tu quita lopa y tumba en camilla" -Me dijo, mientras ella salía para dejar el dinero en la caja registradora del local.

Me quite la ropa quedando en mis gayumbos de Son Goku (Me alegre de no haberme puesto los de garfield) y me tumbe boca abajo en aquella camilla esperando a mi anfitriona, que al poco tiempo apareció...

"Muy bien, muy bien" -dijo con su simpatía, mientras yo me entregaba totalmente a su merced.

Con su escaso español, ella comenzó a querer darme conversación, hablando de temas triviales, y sonriendo todo el rato, pregunte su nombre, y ella dijo algo así como Nana o Lala, no recuerdo, lo siento.

Tras embadurnarme de aceite la espalda, y bajarme los gayumbos dejando mis bonitos gluteos al aire, comenzó con un suave masaje, mientras continuaba intentando darme conversación. Con su escaso español no se la entendía una mierda, pero se agradece su esfuerzo, yo de chino mandarino na de na, y el ingles el mínimo para pedir un café...

Me masajeó por todo el cuerpo con mucho cariño, haciendo especial hincapie en mi bonito trasero, acariciando mi ingle, y mis pendientes reales, en busca de despertar a mi soldadito... Me preguntó si lo quería suave o fuerte, y yo lo deje a su libre albedrio, y ella optó por alternarlo, relajando mi estresado cuerpo con mucho atino...

Durante treinta minutos, con sus caricias y simpatía, me temía que todo aquello del final feliz era solo una leyenda. Tras media hora de masaje relajante, ella limpio mi espalda, y mi esbelto trasero, mientras yo pensaba que la aventura llegaba a su fin. Entonces me di la vuelta y ella me susurro al oído las palabras mágicas:

"Tu quiele masaje ahi" -señalando al soldadito que clamaba por amor. "Tu a mi plopina"

"¿Cuanto?" -Le pregunté.

"20"

"Otros 20" pensé, que caro es el amor, e intente regatear, pero con su sonrisa, ella siguió insistiendo que veinte.... No tuve mas remedio que acceder, y ella empezó a acariciar mis abdominales, mi pecho, y finalmente al soldadito, usando una exquisita técnica de muñeca que denostaba su maestría en el arte de vaciar pelotas...

"Eres muy guapa, ¿tienes marido? -Le pregunte mientras sostenía mi cacharro.

"No marido" Contestó... "¿Tu novia? preguntó, mientras meneaba cariñosamente mi pistola del amor.

"Ahora mismo tu eres mi novia" -La contesté, haciéndola reír, mientras acariciaba mis dos bolas de dragón y me complementaba con un:

"Eres muy guapo"

Entonces comencé a tocarla por encima de la ropa, primero la pantorrila, después su culito, su horno del amor. A ella no parecía importarle, hasta que empecé a magrear sus tetitas, pequeñas, pero bonitas. Le pedí que si podia verlas, y ella sin mucha oposición accedio. Se subio la camiseta, se bajo el sujetador, y allí estaban esos pezones empitonados suculentos que no me quedo mas remedio que besar como si no hubiera un mañana...

"Son muy pequeñas" -Me repetía ella con disgusto, mientras yo le hacía ver que eran maravillosas. Ella comenzó a gemir, dejandose llevar hasta que volvió a esconder sus armas, y recordando que solo estaba ahí por el vil metal, entonces me hizo una propuesta.

"Tu a mi veinte mas, y yo quitar ropa"

"Otros veinte, que ruina" Dije para mi adentros...

De nuevo intenté regatear, pero ella se las sabía todas, y finalmente acabe accediendo a sus exigencias, errores de novato, supongo... Me pidió que la pagase ya, y yo con el asta en alza, fui a mi ropa entregandola el parné para continuar con nuestra odisea lujuriosa sin mas interrupciones.

Tras el tramite monetario, ella comenzó a insistir en que eso era secreto, que no dijese nada fuera, y continuó con su arte, bajándose los pantalones y las bragas, dejando al descubierto un conejito muy apetecible, con poco pelo en el pubis, y muy bien arreglado. Luego se subio la camiseta, y quitándose el sujetador, para continuar dándole caña al manubrio.

Tumbado recibiendo sus caricias, me incorporé para comerle los pechos, de nuevo. Comenzó a gemir, y como aconsejaba Trump, la agarre del coño, acariciándola y haciéndola gemir, intente introducirle los dedos, pero me pidio que no lo hiciese, aún así continué buscando que nos corriéramos juntos, hasta que juntos llegamos al clímax...

Tras vaciarme las pelota quede tumbado en la camilla, mientras que ella, fue a lavarse las manos, y después tras volver a vestirse, vino a limpiarme la poca pócima de la vida que había caído en mi abdomen.


Me di un agua rápida en la ducha de la habitación y salí de allí junto a ella que se despedía de mi dándome las gracias por ponerme en sus manos, mientras que el resto de trabajadoras del local, que aun andaban sin trabajo, levantaron sus miradas de sus huawei para despedirme con sonrisas picaronas...
 
Nombre: nana o Lala, no me he enterado bien
Nacionalidad: china mandarina
Forma de Contacto: Me invito a conocer sus artes en manualidades mientras paseaba por la calle.
Fecha del suceso: Esta mañana
Lugar: centro de uñas y masaje calle Leganitos, el primero desde plaza españa
¿Repetir? Si
¿Recomendable? si

Vagaba esta mañana por la fría e inhóspita jungla madrileña en busca de emociones, cuando me he adentrado una vez mas en esa misteriosa calle cercana a gran vía, donde desde tiempos inmemoriales, el vicio ha campado a sus anchas dando cobijo a profesionales del amor y poniendo sonrisas a clientes satisfechos...

Paseando por la calle, deseaba volver a encontrarme con aquella muñeca oriental que hacía unas semanas me había propuesto entrar con ella al local de uñas oriental para recibir un masaje que según ella, iba a ser muy bueno. Y allí seguía esa bella y sonriente mujer, con su pelo corto, y su ropa elegante, intentando engatusar a un manati canoso que por fortuna para mi, acabó declinando su oferta. Era mi momento, y fingiendo no querer nada con ella ni con su "arte", pasé a su lado esperando a que me reconociese de la otra vez que inconscientemente rechace sus servicios, pero no pareció recordarme, para ella, yo solo era otro viandante con el que conseguir el vil metal, sin embargo, esta vez estaba dispuesto a conocer los secretos del lejano oriente, y tal como esperaba, ella interceptó mi paso cantandome la carta de sus servicios:

"Quiele masaje, 20 eulo media hola, 30 una... Masaje bueno... Tu gusta... Vamo, ven, tu masaje quele"

Accedí a un masaje de 30 minutos, , adentrándome con ella en la tienda de uñas, que en aquel momento carecía de ningún cliente, eran alrededor de las 12, un martes por la mañana. Solo estaban las trabajadoras del local, chicas asiáticas jóvenes con su atención puesta en el tik tok de sus huawei. Desconozco si también se dedican a las manualidades lujuriosas.
Mi anfitriona me condujo hacia la primera habitación a la izquierda, donde había una camilla, un lavabo y una ducha. Todo bastante limpio y bien acondicionado.

"¿Tu cuanto, media hola" -Me dijo antes de comenzar la función. Yo le conteste que si, y ella me pidió los veinte euros, diciendo que se pagaba por adelantado, accedí y le entregue el dinero, y debajo de su mascara pude percibir su sonrisa al recibir recibir el vil metal.

"Tu quita lopa y tumba en camilla" -Me dijo, mientras ella salía para dejar el dinero en la caja registradora del local.

Me quite la ropa quedando en mis gayumbos de Son Goku (Me alegre de no haberme puesto los de garfield) y me tumbe boca abajo en aquella camilla esperando a mi anfitriona, que al poco tiempo apareció...

"Muy bien, muy bien" -dijo con su simpatía, mientras yo me entregaba totalmente a su merced.

Con su escaso español, ella comenzó a querer darme conversación, hablando de temas triviales, y sonriendo todo el rato, pregunte su nombre, y ella dijo algo así como Nana o Lala, no recuerdo, lo siento.

Tras embadurnarme de aceite la espalda, y bajarme los gayumbos dejando mis bonitos gluteos al aire, comenzó con un suave masaje, mientras continuaba intentando darme conversación. Con su escaso español no se la entendía una mierda, pero se agradece su esfuerzo, yo de chino mandarino na de na, y el ingles el mínimo para pedir un café...

Me masajeó por todo el cuerpo con mucho cariño, haciendo especial hincapie en mi bonito trasero, acariciando mi ingle, y mis pendientes reales, en busca de despertar a mi soldadito... Me preguntó si lo quería suave o fuerte, y yo lo deje a su libre albedrio, y ella optó por alternarlo, relajando mi estresado cuerpo con mucho atino...

Durante treinta minutos, con sus caricias y simpatía, me temía que todo aquello del final feliz era solo una leyenda. Tras media hora de masaje relajante, ella limpio mi espalda, y mi esbelto trasero, mientras yo pensaba que la aventura llegaba a su fin. Entonces me di la vuelta y ella me susurro al oído las palabras mágicas:

"Tu quiele masaje ahi" -señalando al soldadito que clamaba por amor. "Tu a mi plopina"

"¿Cuanto?" -Le pregunté.

"20"

"Otros 20" pensé, que caro es el amor, e intente regatear, pero con su sonrisa, ella siguió insistiendo que veinte.... No tuve mas remedio que acceder, y ella empezó a acariciar mis abdominales, mi pecho, y finalmente al soldadito, usando una exquisita técnica de muñeca que denostaba su maestría en el arte de vaciar pelotas...

"Eres muy guapa, ¿tienes marido? -Le pregunte mientras sostenía mi cacharro.

"No marido" Contestó... "¿Tu novia? preguntó, mientras meneaba cariñosamente mi pistola del amor.

"Ahora mismo tu eres mi novia" -La contesté, haciéndola reír, mientras acariciaba mis dos bolas de dragón y me complementaba con un:

"Eres muy guapo"

Entonces comencé a tocarla por encima de la ropa, primero la pantorrila, después su culito, su horno del amor. A ella no parecía importarle, hasta que empecé a magrear sus tetitas, pequeñas, pero bonitas. Le pedí que si podia verlas, y ella sin mucha oposición accedio. Se subio la camiseta, se bajo el sujetador, y allí estaban esos pezones empitonados suculentos que no me quedo mas remedio que besar como si no hubiera un mañana...

"Son muy pequeñas" -Me repetía ella con disgusto, mientras yo le hacía ver que eran maravillosas. Ella comenzó a gemir, dejandose llevar hasta que volvió a esconder sus armas, y recordando que solo estaba ahí por el vil metal, entonces me hizo una propuesta.

"Tu a mi veinte mas, y yo quitar ropa"

"Otros veinte, que ruina" Dije para mi adentros...

De nuevo intenté regatear, pero ella se las sabía todas, y finalmente acabe accediendo a sus exigencias, errores de novato, supongo... Me pidió que la pagase ya, y yo con el asta en alza, fui a mi ropa entregandola el parné para continuar con nuestra odisea lujuriosa sin mas interrupciones.

Tras el tramite monetario, ella comenzó a insistir en que eso era secreto, que no dijese nada fuera, y continuó con su arte, bajándose los pantalones y las bragas, dejando al descubierto un conejito muy apetecible, con poco pelo en el pubis, y muy bien arreglado. Luego se subio la camiseta, y quitándose el sujetador, para continuar dándole caña al manubrio.

Tumbado recibiendo sus caricias, me incorporé para comerle los pechos, de nuevo. Comenzó a gemir, y como aconsejaba Trump, la agarre del coño, acariciándola y haciéndola gemir, intente introducirle los dedos, pero me pidio que no lo hiciese, aún así continué buscando que nos corriéramos juntos, hasta que juntos llegamos al clímax...

Tras vaciarme las pelota quede tumbado en la camilla, mientras que ella, fue a lavarse las manos, y después tras volver a vestirse, vino a limpiarme la poca pócima de la vida que había caído en mi abdomen.


Me di un agua rápida en la ducha de la habitación y salí de allí junto a ella que se despedía de mi dándome las gracias por ponerme en sus manos, mientras que el resto de trabajadoras del local, que aun andaban sin trabajo, levantaron sus miradas de sus huawei para despedirme con sonrisas picaronas...
Narrativa muy buena. El lector se mete en la historia
 
Estas son muy listas a mi me timaron.
yo fui le pedí que quería follar masaje no.
Dice mad dinero
Solo me hizo una manola untandome con esos aceites por el cuerpo menuda.
💩
Sin desnudarse ni nada ni siquiera me salió la 🥛.

Me qude allí tumbado con cara de mamón y ella preguntando con la sonrrisita y descojonandose que pasa no sale y encima se estaba descojonando al verme la cara.
y los pelos senti que se me pusieron en punta pero no la dige nada.
Me quede embobado un rato hasta que reaccione le dige que me voy y fin.

N0 lo recomiendo
 
Última edición:
Da gusto ver que todavía quedan dramaturgos y aventureros valientes por estos lares. Dios bendiga su merced, y si no fuera cristiano el buen señor, entonces que el destino le llene de fortuna en sus próximas aventuras y tenga a bien seguir deleitándonos con ellas a quienes disfrutamos de una buena historia en prosa.
 
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