Primero dejo una tarjeta en los buzones donde dice eso: soy el señor Verruga y soluciono problemas, presupuestos sin compromiso. Y espero a que pique el pez. Una vez que suena el móvil la técnica que sigo es exagerar lo máximo posible el problema que tenga el posible cliente. De tal manera que de forma imperceptible el tipo crea que es más grave de lo que creía y que urge una solución, entonces voy, veo la situación in situ y le pido que me prepare un café. Y cuanto más miedo y nervioso le veo, más caros serán mis honorarios.
Es fácil, dime cómo estás de desesperado y te diré lo que te subo de más.