Crossed
Clásico
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De pequeño fui un niño mimado, mucho. Tuve todos los putos Masters del Universo, el maldito barco de los Play Móvil… Todo gracias a mis abuelos maternos, para los que fui el hijo que nunca tuvieron, y que con 8 años me compraban tebeos del Juez Dredd, Nexus o Conan el Bárbaro. Gracias a ellos desarrollé, como dirían los cursis, un mundo interior gigantesco. Pero gracias a mi bendito padre, y a la zorra de mi madre, cree unas inseguridades alucinantes que me provocaron una bulimia depresiva al entrar en la Universidad, que no me llevó al otro barrio de milagro. Pero el tema de este post no es una guía básica de cómo pasar de 70 a 40 kg en menos de un año y de cómo engañar a tu entorno para que no piensen que tenía bulimia. No, va sobre los hijos de puta mal nacidos que te joden la infancia.
Esos hijos de puta que porque te guste leer con 8 años cómics de Conan el Bárbaro, seas gordito y lleves gafas te hacen la vida imposible. No es que fuera el saco de boxeo de mi clase, ni la putita de los malotes, también es cierto que había niños que estaban más jodidos que yo. Yo tenía como única condena que de tanto en tanto me robaban los cromos de la Liga de fútbol, llevarme algún empujón, o liarme a ostias con un repetidor dos veces más grande que yo porque, hasta los inseguros tienen un límite. Me dio de hostias pero no hubo cojones de tocarme un pelo desde entonces.
Pero hubo gente muy jodida. Gente que lo pasó muy mal, que tuvieron que irse a otros colegios o que, lo que me parece más repugnante, se integraron como la mascota de los malotes y se jodieron la vida, porque ellos mismos se volvieron verdugos y terminaron jodiendo su carrera académica. De estas mascotas vi más de uno en el instituto.
El otro día en mi trabajo me encontré a uno de estos malotes; hacía 20 años que no lo veía; no se como cojones me reconoció sin llevar yo gafas y sin ser el gordito que fui. Pero ahí estuvo el grandísimo hijo de puta como si se hubiera encontrado a un hermano perdido; nunca fue demasiado malo conmigo, salvo un par de veces que me quitó el bocadillo y mi colección de 200 cromos de la Liga de Fútbol (hijo de puta); pero ahí estaba el hombre poco menos que pidiéndome el teléfono, el facebook y demás.
Tiene un trabajo de mierda, donde está jodido y ya va por su segundo divorcio. También me contó que fue de todos los cuatro o cinco malotes del colegio. Lo típico, curros de mierda, adicciones… Todos bien jodidos. Y yo que me alegro, a ver si todos esos hijos de puta revientan y en el infierno, si es que existe, los encula salvajemente un demonio de cincuenta penes.
¿Y bien? ¿Algún malote por estos lares? ¿Alguno tuvo una infancia jodida o tuvieron una infancia de luz y de color?
Eso si, veo a tipos como el siguiente, por más que denuncie el bullying escolar y me dan ganas de asesinarlo de la forma más cruel posible
Esos hijos de puta que porque te guste leer con 8 años cómics de Conan el Bárbaro, seas gordito y lleves gafas te hacen la vida imposible. No es que fuera el saco de boxeo de mi clase, ni la putita de los malotes, también es cierto que había niños que estaban más jodidos que yo. Yo tenía como única condena que de tanto en tanto me robaban los cromos de la Liga de fútbol, llevarme algún empujón, o liarme a ostias con un repetidor dos veces más grande que yo porque, hasta los inseguros tienen un límite. Me dio de hostias pero no hubo cojones de tocarme un pelo desde entonces.
Pero hubo gente muy jodida. Gente que lo pasó muy mal, que tuvieron que irse a otros colegios o que, lo que me parece más repugnante, se integraron como la mascota de los malotes y se jodieron la vida, porque ellos mismos se volvieron verdugos y terminaron jodiendo su carrera académica. De estas mascotas vi más de uno en el instituto.
El otro día en mi trabajo me encontré a uno de estos malotes; hacía 20 años que no lo veía; no se como cojones me reconoció sin llevar yo gafas y sin ser el gordito que fui. Pero ahí estuvo el grandísimo hijo de puta como si se hubiera encontrado a un hermano perdido; nunca fue demasiado malo conmigo, salvo un par de veces que me quitó el bocadillo y mi colección de 200 cromos de la Liga de Fútbol (hijo de puta); pero ahí estaba el hombre poco menos que pidiéndome el teléfono, el facebook y demás.
Tiene un trabajo de mierda, donde está jodido y ya va por su segundo divorcio. También me contó que fue de todos los cuatro o cinco malotes del colegio. Lo típico, curros de mierda, adicciones… Todos bien jodidos. Y yo que me alegro, a ver si todos esos hijos de puta revientan y en el infierno, si es que existe, los encula salvajemente un demonio de cincuenta penes.
¿Y bien? ¿Algún malote por estos lares? ¿Alguno tuvo una infancia jodida o tuvieron una infancia de luz y de color?
Eso si, veo a tipos como el siguiente, por más que denuncie el bullying escolar y me dan ganas de asesinarlo de la forma más cruel posible