[RETARDS] Miedo (Foroblogaso de un mono expectante a la muerte)

El_Tormento

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7 Sep 2005
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Yo entre a ese lugar buscando comprar agua, porque “ya saben” la sed es de las peores compañeras. Nunca pensé encontrarme nada especial, nada del otro mundo. Tan solo, pues tan solo se trataba de una botella plástica llena de agua fría, la cual tendría como destino más próximo mi esófago.

Y al intentar pedir el agua, me percato de que ella estaba allí. Parecía como si los mismos ángeles la hubieran colocado en ese lugar, no sé si ángeles del cielo o ángeles caídos. Pero solo una criatura de carácter divino tendría la sutil delicadeza de hacer eso. En silencio me quede contemplando su perfección, esa perfección indiscutible e inexplicable ante otros ojos porque resulta simplemente una experiencia singular.

Al verme sucumbido entre el letargo que suponía mi mirada en silencio, ella; decidió preguntar lo que cualquiera en su situación preguntaría “¿En qué puedo ayudarle? ¿Desea algo?” Yo, es que me había transportado mágicamente al mundo de mi mente en donde me bastaron tan solo 20 segundos para imaginarla por siempre a mi lado.

Y así, la vi a ella caminado a mi lado, tomada de mi mano, acostada en mi cama, entregándome sus más deliciosos besos y dejándome entrar a su cuerpo mientras nuestros sudores se mezclaban, la vi sonriendo ante mis penas y apoyándome en mis desgracias, la vi de ojos brillantes, de palabras cálidas, pensé saber cómo sería su aliento algo similar al de las galletas de chocolate recién horneadas y que sus labios eran tibios y húmedos como cuando probamos un pastel de manzanas, en realidad ahora que lo pienso creo que en ese momento debí haber tenido algo de hambre o por lo menos ganas de comer algo dulce. Y sentí que podría pasar lo que me queda de vida junto a ella, que quizás aún había esperanzas de encontrar la felicidad que tanto se había escapado de mis manos.

Volaba en mi mente pensándome con ella. Y para tal cosa me bastaron 20 segundos.

Ella, con voz más fuerte volvía a preguntar: “¿En qué puedo ayudarle? ¿Desea algo?”

Allí, en ese preciso instante volví, caí en mí y en medio de la vergüenza que es normal en mi introvertida persona, supe que solo quería agua, así que solo pude decir “una botella de agua por favor” a lo que ella reacciono como cualquiera en su lugar lo haría. Fue busco una botella de agua entre las neveras del local, me la entrego y dijo “son cinco bolívares” le entregue el dinero y ella se retiró para seguir en su trabajo.

Yo, me retire de allí, Me fui con mi botella de agua, con su semblante y rostro fijado en la memoria. Volvería en diversas ocasiones para verla trabajar y consumirme en el miedo que me supone interactuar con otra gente, volvería con la intención de soñarla de nuevo, de cerciorarme que aún existía.

Volvería así cada cierto tiempo, era evidente y obvio que sospechaba de mi admiración hacia ella o por lo menos eso yo creía, incluso un día hasta me saludaría y me dirigiría algunas frases alegres, pero el miedo me congelaba la mente y el cuerpo, me resultaría imposible ofrecerle cualquier tipo de respuesta mínimamente inteligente, me limitaría a sonreír como un estúpido y a responderle sonrojado las frases más tontas e incoherentes de su historia.

Con el tiempo, ella tan solo me comenzó a tratar como un cliente agradable, me atendía y saludaba con una sonrisa. Y en cada ocasión que yo visitaba la tienda me limitaría a soñarla a mi lado y ella a atenderme de la forma más cordial y educada que podía.

Así, luego de varios meses; un día le note diferente. Ella comenzó a verse más gorda un poco más llena. Les diría a todos que estaba embarazada. Luego, yo; me enteraría por terceros y por su prolongada ausencia.

Quien fuera el padre de su hijo le vería solo en un par de ocasiones cuando fue a buscarle al finalizar su trabajo.

Decidí retirarme y no volver a ese lugar. Mi corazón se había hecho pedazos, la tristeza me destruiría a partir de ese momento, no comprendía que ella tan solo tenía una vida normal, que el del problema era yo, porque al fin de cuentas quizás y ella nunca se interesaría en mi persona. No comprendía que me había encerrado dentro de mis propios complejos y que ella era para mí el único refugio donde encontraba una falsa felicidad. Tan solo sentía que había perdido la única oportunidad que tenía en la vida de ser feliz.

Pasaría el tiempo, en realidad hablamos de más de 5 años. Yo, seguiría igual, igual de tonto, igual de iluso, igual de triste. Ella conservaría esa supina belleza que le caracterizaba. Y así al caminar un día por la avenida principal de mi ciudad me la cruzaría. La recordé inmediatamente y de forma inconsciente pero deseosa le saludaría, pero claro; le saludaría como lo hace un triste como yo, con un gesto facial y sin emitir palabras. Ella me devolvería el gesto, pero además me pediría que hablase con ella.

Al acercarme pude ver un sesgo de desesperación y desesperanza en su mirada, era como si esa belleza impoluta que algún día vi en ella, fuese sido perpetrada y carcomida por algo. Tristeza, rabia, confusión y resignación ante sus penas; me trasmitía todo eso solo con mirarle. De pronto me dijo. Oye que no te conozco pero creo tu a mi si. Le mencione que le recordaba de cuando trabajaba en aquella tienda y ella me respondió sonriendo diciendo “Ah sí, Ok”

Le pregunte que hacia ahora, me dijo que trabajaba por su cuenta. Y le pregunte qué ¿dónde? Y solo me respondió que en la calle. ¿Calle? Le dije y ella respondio: si, aquí mismo trabajo yo. Yo, sonreiría como un tonto ante el hecho más que obvio de saber que ella se había convertido en una prostituta, porque coño era eso o se trataba de la peor y más extraña buhonera del mundo.

Luego de unos segundos de tenso silencio (tensos para mi) me ofreció sus servicios, me negué en ese momento. Me retire del lugar, lugar al que luego volvería de incognito tan solo para perder horas viéndole trabajar e imaginar lo que hubiésemos podido ser y que aun podríamos ser. Pero que no era capaz de consumar, tenía tanto miedo que me resultaba imposible el simple hecho de proponerle ser uno de sus clientes.

Y allí estoy de cuando en vez, viendo con deseo a una prostituta, prostituta a la cual deseo fervorosamente pero a la que nunca siquiera voy a poseer.
 
extraterrestres-y-monos-infinitos-las-teorias-cientificas-mas-locas-y-posibles.jpg

Imagen chulita pa echar las risas.​
 
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Hasta la mitad del post pensaba "esto ya lo he leído en el foro".

El Herbman venezolano.
 
Yo entre a ese lugar buscando comprar agua, porque “ya saben” la sed es de las peores compañeras. Nunca pensé encontrarme nada especial, nada del otro mundo. Tan solo, pues tan solo se trataba de una botella plástica llena de agua fría, la cual tendría como destino más próximo mi esófago.

Y al intentar pedir el agua, me percato de que ella estaba allí. Parecía como si los mismos ángeles la hubieran colocado en ese lugar, no sé si ángeles del cielo o ángeles caídos. Pero solo una criatura de carácter divino tendría la sutil delicadeza de hacer eso. En silencio me quede contemplando su perfección, esa perfección indiscutible e inexplicable ante otros ojos porque resulta simplemente una experiencia singular.

Al verme sucumbido entre el letargo que suponía mi mirada en silencio, ella; decidió preguntar lo que cualquiera en su situación preguntaría “¿En qué puedo ayudarle? ¿Desea algo?” Yo, es que me había transportado mágicamente al mundo de mi mente en donde me bastaron tan solo 20 segundos para imaginarla por siempre a mi lado.

Y así, la vi a ella caminado a mi lado, tomada de mi mano, acostada en mi cama, entregándome sus más deliciosos besos y dejándome entrar a su cuerpo mientras nuestros sudores se mezclaban, la vi sonriendo ante mis penas y apoyándome en mis desgracias, la vi de ojos brillantes, de palabras cálidas, pensé saber cómo sería su aliento algo similar al de las galletas de chocolate recién horneadas y que sus labios eran tibios y húmedos como cuando probamos un pastel de manzanas, en realidad ahora que lo pienso creo que en ese momento debí haber tenido algo de hambre o por lo menos ganas de comer algo dulce. Y sentí que podría pasar lo que me queda de vida junto a ella, que quizás aún había esperanzas de encontrar la felicidad que tanto se había escapado de mis manos.

Volaba en mi mente pensándome con ella. Y para tal cosa me bastaron 20 segundos.

Ella, con voz más fuerte volvía a preguntar: “¿En qué puedo ayudarle? ¿Desea algo?”

Allí, en ese preciso instante volví, caí en mí y en medio de la vergüenza que es normal en mi introvertida persona, supe que solo quería agua, así que solo pude decir “una botella de agua por favor” a lo que ella reacciono como cualquiera en su lugar lo haría. Fue busco una botella de agua entre las neveras del local, me la entrego y dijo “son cinco bolívares” le entregue el dinero y ella se retiró para seguir en su trabajo.

Yo, me retire de allí, Me fui con mi botella de agua, con su semblante y rostro fijado en la memoria. Volvería en diversas ocasiones para verla trabajar y consumirme en el miedo que me supone interactuar con otra gente, volvería con la intención de soñarla de nuevo, de cerciorarme que aún existía.

Volvería así cada cierto tiempo, era evidente y obvio que sospechaba de mi admiración hacia ella o por lo menos eso yo creía, incluso un día hasta me saludaría y me dirigiría algunas frases alegres, pero el miedo me congelaba la mente y el cuerpo, me resultaría imposible ofrecerle cualquier tipo de respuesta mínimamente inteligente, me limitaría a sonreír como un estúpido y a responderle sonrojado las frases más tontas e incoherentes de su historia.

Con el tiempo, ella tan solo me comenzó a tratar como un cliente agradable, me atendía y saludaba con una sonrisa. Y en cada ocasión que yo visitaba la tienda me limitaría a soñarla a mi lado y ella a atenderme de la forma más cordial y educada que podía.

Así, luego de varios meses; un día le note diferente. Ella comenzó a verse más gorda un poco más llena. Les diría a todos que estaba embarazada. Luego, yo; me enteraría por terceros y por su prolongada ausencia.

Quien fuera el padre de su hijo le vería solo en un par de ocasiones cuando fue a buscarle al finalizar su trabajo.

Decidí retirarme y no volver a ese lugar. Mi corazón se había hecho pedazos, la tristeza me destruiría a partir de ese momento, no comprendía que ella tan solo tenía una vida normal, que el del problema era yo, porque al fin de cuentas quizás y ella nunca se interesaría en mi persona. No comprendía que me había encerrado dentro de mis propios complejos y que ella era para mí el único refugio donde encontraba una falsa felicidad. Tan solo sentía que había perdido la única oportunidad que tenía en la vida de ser feliz.

Pasaría el tiempo, en realidad hablamos de más de 5 años. Yo, seguiría igual, igual de tonto, igual de iluso, igual de triste. Ella conservaría esa supina belleza que le caracterizaba. Y así al caminar un día por la avenida principal de mi ciudad me la cruzaría. La recordé inmediatamente y de forma inconsciente pero deseosa le saludaría, pero claro; le saludaría como lo hace un triste como yo, con un gesto facial y sin emitir palabras. Ella me devolvería el gesto, pero además me pediría que hablase con ella.

Al acercarme pude ver un sesgo de desesperación y desesperanza en su mirada, era como si esa belleza impoluta que algún día vi en ella, fuese sido perpetrada y carcomida por algo. Tristeza, rabia, confusión y resignación ante sus penas; me trasmitía todo eso solo con mirarle. De pronto me dijo. Oye que no te conozco pero creo tu a mi si. Le mencione que le recordaba de cuando trabajaba en aquella tienda y ella me respondió sonriendo diciendo “Ah sí, Ok”

Le pregunte que hacia ahora, me dijo que trabajaba por su cuenta. Y le pregunte qué ¿dónde? Y solo me respondió que en la calle. ¿Calle? Le dije y ella respondio: si, aquí mismo trabajo yo. Yo, sonreiría como un tonto ante el hecho más que obvio de saber que ella se había convertido en una prostituta, porque coño era eso o se trataba de la peor y más extraña buhonera del mundo.

Luego de unos segundos de tenso silencio (tensos para mi) me ofreció sus servicios, me negué en ese momento. Me retire del lugar, lugar al que luego volvería de incognito tan solo para perder horas viéndole trabajar e imaginar lo que hubiésemos podido ser y que aun podríamos ser. Pero que no era capaz de consumar, tenía tanto miedo que me resultaba imposible el simple hecho de proponerle ser uno de sus clientes.

Y allí estoy de cuando en vez, viendo con deseo a una prostituta, prostituta a la cual deseo fervorosamente pero a la que nunca siquiera voy a poseer.
¿Así que nuestro dinero lo quieres para ir a putas?
 
Joder, menuda plastiforcia ilegible.
Cada vez me arrepiento más de que el Glorioso Imperio Español no pasase a cuchillo a todos estos subseres, desde Méjico hasta Ushuahia.
 
JAJAJA

Lo quiero para sobrevivir. De hecho si alguno pudiese podría ofrecerme algún curro online. Que gustoso lo realizaría.
Para sobrevivir de siempre se ha salido a cazar y a conquistar tierras,no se pide dinero en un foro de tarados.
Coge un arco y flechas y tírate a la selva a matar babuinos,hijo de mil putas traductoras del maya
 
Os lo dije, este se gasta lo que le manda el primico del Panamera en putas, helados, más putas, vicios,... sois sus goyim (גוים).

Dominados por un mono, endevé que mal está la vida.
 
Joder con lo que nos viene el morenito ahora.

Si no fuese porque te dedicas a rajar y subir fotos mal iluminadas de todas y cada una de las puercas con las que compartes catre, frijoles, ladillas, maquillaje y miseria moral, algun incauto podria llegar a pensar que puedes albergar el minimo sentimiento de respeto hacia una mujer.

Aun asi, el cuento de la cerillera me ha conmovido, pon la direccion de la putita para que le pueda enviar una de las patas de gorrino que insistes en llamar jamon.

A ver cuanto tardas en prostituir esta vez el pretendido sentimiento de afeccion y pureza.
 
Y por esto es que ciertos lugares son incapaces de prosperar. Ya pueden votar correctamente como es el caso, pero no lo entenderán, son seres primitivos como vascos incapaces de reprimir sus impulsos, ya sea asesinando como los follalatxas o apareándose como los simios. Necesitan un flujo constante de dinero de zonas evolucionadas (cupo, fondos de ayuda al desarrollo...) para lograr algo que su capacidad mental y de trabajo no les daría jamás.
La purria tatuada y con shorts que me cruzo a diario es incapaz de aprender conceptos básicos como el funcionamiento de un balcón pero, a la hora de trabajar, doblan el lomo como un la mediana de los habitantes de la meseta y desprecian a los homeless y vagos en general mientras que estos seres no evolucionados son incapaces de trabajar sin que un Franco o Pizarro use un látigo para incentivar.
 
Normal, comen tarántula asada, quinoas y cualquier animalillo de Dios que se deje cazar, porque son unos vagos redomados incapaces de una puta cacería en seriou organizada.

Al llegar a la Madre Patria, a cuerpo de Rey, y jartarse de platazos de la Gloriosa Cocina Española, sus metabolismos empiezan a cambiar para mal, a degenerar como quien dice...

Ellas echan cuerpo Venus de Willendorf y ellos de Botijo u Odre relleno de alcohol, las cejas pasan a ser Una y el puto agradecimiento que deberían mostrar se convierte en vagancia alcohólica, medidas de lomo, balaseras, ocupar parques y asustar violar y apalizar a sus domesticadores. Sólo quieren derechos, las obligaciones no, que hace mucho calors.

Si la Pachamama levantase la cabeza...
 
O sea, que estabas súper enamorado de ella y dispuesto a compartir tu vida, alegrías y penas cuando desaparece.
Años mas tarde la encuentras en la calle, sola, desamparada y malviviendo de la prespitación, buscando un príncipe azul que la saque de ese lodazal y apareces tú, que la recuerdas con el corazón aún trémulo, según dices.
¿Y qué haces? La vuelves a abandonar a su suerte. Ni siquiera eres capaz de darle cinco bolívares en recuerdo de la botella de agua que os unió.

Cerdo.

Que sepas que ella te amaba en secreto pero no se atrevió nunca a decírtelo. Y al ver que la ignorabas, se tiró en brazos del primer pichacorta que se le puso a tiro, susurrando tu nombre cada vez que lo hacia con su legítimo.
Esas y otras cosas acabaron envenenando un matrimonio de conveniencia con un hombre que no amaba y ella acabó en la calle, por tu culpa.

Si la amaras de verdad, irías a por ella y la sacarías de ese agujero, sólo porque verla limpia y protegida debería ser la mayor felicidad para ti y tu supuesto amor.

O es todo mentira o eres una rata despreciable....
 
Mierda.

No tío, si es que no puedo entender una puta mierda de las mujeres.

La otra noche estaba con mi novia en casa. Y de la nada ella se molesta porque he escrito como estado del Messenger que: Del culito de Paz Vega han de brotar trufas de chocolate.

Me cabreo y le dijo “deja ya que no vas más que por tocar los cojones” y ella que me responde: ¿cojones? Cojones es lo que te falta, hijo de puta.

Le respondo: calla, gilipollas; no eres más que una tremenda come pollas.

Y que se pone de los pelos y comienza a gritarme toda clase de mierdas entre ofensas y malos calificativos.

Y yo, yo bueno. Yo que solo me he cagado de risa en su puta cara y ella que se poner a llorar como un crío y dice que soy un maldito y que no la quiero.


Pero venga tíos, es que acaso ¿es mentira lo que le he dicho? Porque vamos, dos noches antes de esa pelea ella que me come la polla como un ángel, una cosa que me hace voltear los ojos de placer, que se me erizaba la piel y que para rematar la faena se ha tragado la lefa sin más y se me queda viendo con ojos de depredadora “pero en plan tierno” así como “Ay tan bello mira como le dejo” Y luego de mi puto e intenso orgasmo le abrazo y le digo al oído. Vida, eres la mejor del mundo haciendo esto, nunca nadie me había llevado hasta los lugares que tú me haces ver cuando me comes el nabo.


Y ella que sonríe con cara de alegría y con voz tierna me dice: eres un tonto, un tonto que es mi tonto. Me gusta que me digas eso pero nada de comerte el nabo, te hecho sexo oral.


Y bueno tíos ¿es que acaso no es lo mismo? Que le he dicho que es tremenda come pollas pero en plan más guay. Y que no se ha molestado, ni ha llorado, ni ostias.


Los chicos le responden:

Carlos: ya lo ves con las mujeres todo es cosa de sutileza. Que si, que les puedes decir que son unas cracks comiendo pollas, pero solo en el momento adecuado y de la forma adecuada.

José Luis: Me late que ahora te va a tocar a ti convertirte en el dios que come coños para poder conseguir una reconciliación.


Y esa era la conversación que llevaba a cabo Pedro con sus amigos Carlos y Jose Luis, mientras esperaban dentro de un coche SEAT Cordoba 1995.


Comenzaba el invierno, el frio azotaba y el puto coche le fallaba la calefacción, así que el tortuoso clima de afuera tomaba de improvisto el interior del coche. Deberían esperar un par de horas más hasta que cerraran el chiringuito de revistas y periódicos al que se disponían atracar.


Y no es porque fuesen idiotas (cosa discutible) que se habían dispuesto a robar un chiringuito de revistas y periódicos que tristemente se adornaba con los afiches del álbum Panini correspondientes al mundial de Corea y Japón del 2002. Tampoco que fuese una señora bastante entrada en años la que lo atendiese (al chiringuito). Ellos, Pedro, Carlos y José Luis esperaban interceptar al chico que buscaba y ayudaba a su madre en eso de cerrar el chiringuito, pues en ese pequeño establecimiento funcionaba una venta de hachís y porros ya preparados de marihuana. Era la fachada perfecta, nadie sospecharía de un chiringuito de esos y menos aún si la que atendía era una anciana.


Jofranka siempre buscaba a su madre luego de haber pasado por otros seis establecimientos similares recaudando la pasta de la venta de su hachís y los porros, aun se liaba porque le costaba hacer la conversión de pesetas a Euros y en ocasionas dudaba de si habían bajado sus ganancias por tal situación.


Casi irrelevante, discreto, tranquilo se acercaba Jofranka caminando hasta el chiringuito luego de haber recaudado todo el dinero, una riñonera servía para guardar los 1.150 € a los cuales había que sumar lo que su madre tuviese resguardado.


A lo lejos Pedro, Carlos y José Luis desorbitaban sus miradas pues se percataban de la llegada de Jofranka.

José Luis tarareaba la canción que sonaba en el radio del coche:

Tómame calentito a tu ritmo, que soy como un vino añejo
Hace ya tiempo me ando buscando
Y no me encuentro ni en el espejo


Carlos les recordaba diciendo: Jo tíos, que ha llegao, que ha llegao.

Todos se alistaban y como lo habían planeado uno a uno discretos y dispersos salían del coche. La idea era tomar a Jofranka y su madre por sorpresa, darle unas ostias, quitarles la pasta, mientras Carlos les apuntaba con un revolver calibre 38”. Esperaban acechantes ocultos tras la oscuridad de una noche que recién comenzaba.

Jofranka ya casi estaba en el chiringuito solo tendría que cruzar la avenida que le separaba de este. Su madre ya le había divisado, asintiendo con la cabeza y sacudiendo la mano le hacia una especie de saludo de bienvenida. Jofranka se disponía a cruzar la avenida, pero repentinamente vio como las luces del semáforo cambiaban a verde, así que se dispuso a esperar hasta el cambio de colores.


La madre veía cariñosamente a su hijo en la distancia, Jofranka escondía sus manos dentro del bolsillo de su jersey. Pedro, Carlos y Jose Luis se acercaban desde la parte posterior del chiringuito al otro lado de la avenida donde estaba Jofranka.


Jofranka se percata de su presencia y le parece sospechoso que tres tíos se acerquen a esta hora, pues no era lo común, no es cosa que sucediera en ese lugar a esas horas; comienza a mirarlos fijamente, con gesto de rudeza, como si Jofranka supiese que algo fuera de lo común sucediera. Pedro y sus amigos se mosquean pero ya era tarde para arrepentimientos.


La luz del semáforo aún estaba en verde, La madre seguía con la mirada y atención dispuesta solo para su hijo. Una furgoneta se acercaba rápidamente entre la avenida (normal entre el tráfico de esa hora) Pedro, Carlos y José Luis aún más cerca del chiringuito, Pedro metía su mano derecha dentro del bolsillo de su chaqueta; bolsillo donde llevaba el revólver, tomaba el revólver con su mano y delicadamente halaba hacia atrás el martillo percutor del mismo, todo indicaba que el robo sería una cuestión inevitable.



Jofranka, miraba el semáforo en espera del cambio de luces que le permitiría cruzar la avenida y poder afrontar cualquier situación que pudiese suscitarse. De verde la luz pasaba a amarilla, el conductor de la furgoneta decidió acelerar antes que frenar y esperar, en el cruce transversal los coches apostados detrás del cruce peatonal también esperaban la luz verde para cruzar. Jofranka vería de nuevo el semáforo mientras Pedro y sus amigos parecían detenerse un poco. Justamente cuando la luz del semáforo cambio a rojo la señal del otro semáforo de la transversal cambiaba a verde y la furgoneta se encontraba a medio camino del cruce, un conductor de la transversal cruzaría sin percatarse de la furgoneta pues solo se había dispuesto a poner atención en las luces.


La furgoneta se desviaría para evitar colisionar con el coche, yendo directamente a dar contra el chiringuito donde se encontraba la madre de Jofranka. El impacto sería contundente, se produciría un estridente sonido que alertaría a todos por la zona el chiringuito al igual que la sección frontal de la furgoneta quedarían hechos trizas. El cráneo de la madre de Jofranka que aún mantenía la mirada tierna de una madre que esperaba a su hijo saldría volando y cayendo rebotando un par de veces contra el pavimento. Jofranka veria todo mientras su gesto facial cambiaba de preocupado por los tipos que se acercaban a un gesto en el que claramente se podría interpretar ese sentimiento de ¿Pero qué coño está pasando tíos?


El cuerpo de la madre sin cabeza y el del conductor (que también había muerto) cayeron a escasos pasos de Pedro y sus amigos quienes pudieron observar claramente como ambos se cagaban encima expulsando el contenido más próximo de sus intestinos a través de su esfínter.


Pedro, Carlos y Jose Luis quedaron petrificados por unos segundos. Pedro reacciona y se queda viendo a Jofranka, le dice a sus amigos: venga nos vamos de aquí cagando leches.


Los tres chicos se subían de nuevo al coche, se escuchaba en la radio:

Yo quiero darte mi alegría
Mi guitarra y mis poesías
Y solo se me ocurre amarte


Camino incierto, pero ya andando, Carlos irrumpe con la frase: “Venga, que hemos venido por pasta y algo de maría y solo hemos podido encontrar algo de mierda, gracias a dios ni se nos a ocurrido recogerla”
 
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Ostias, te juro que con el último mensaje este lo he intentado... pero es imposible, menudas Castañas sueltas hijodeputa pesado de los cojones.
Y dices que tienes a una top five mamamandingos al lado dedicada a ordeñarte... no me explico cómo estando seco eres capaz de escribir estas mierdas así de largas...
Siento tu agonía y decirte que espero que la muerte venga pronto a devolverte la paz.
 
Mi cerebro sufre una desconexión automática de emergencia a la tercera línea.

Resumen, pl0x.
 
La otra noche estaba con mi novia en casa. Y de la nada ella se molesta porque he escrito como estado del Messenger que: Del culito de Paz Vega han de brotar trufas de chocolate.

Esto fue una gilipollez. Escribes esto como si no supieras que le va a joder a tu mujer.

Yo me hago mil pajas por Anna Kendrick pero no soy (tan) baboso de ponerlo de estado del guasap, para que se entere todo cristo incluyendo la mujer, que igual no le fastidia, pero igual también puede pensar que es muy cutre y/o de gilipollas.
 
Última edición:
Mi cerebro sufre una desconexión automática de emergencia a la tercera línea.

Resumen, pl0x.

En su cabeza lleva vida de dandy, un Arturo Fernández versión ultralowcost simiesca, un capítulo más de «Sensación de Vivir» y el rugir de su panza le devuelve a la picaresca.
Todo escrito pasándose la gramática y ortografía por los microcojones.
 
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