Novato de mierdaInma de Santis era un icono sexual. Para los más jóvenes, para los que les suene, una versión ochentera de la deseada Sonia Ferrer. Notable actriz de reparto, se manejaba ante las cámaras como un cofrade hablando de Semana Santa. El futuro era suyo hasta que su carrera se truncó para siempre en el desierto del Sahara. Un fatal accidente de tráfico, cuando recién había cumplido los 30, impidió que cercana al medio siglo de vida fuera a estas alturas de la película una referencia para las más jóvenes. Una chica hecha a sí misma, que supo abrirse paso en el mundo del celuloide con actuaciones más que dignas en las infumables películas del singular Paco Martínez Soria.
Quien espera aprovechar su oportunidad es un más que posible pariente lejano de nuestra malograda actriz. Por compartir apellido, pues desconozco que entre ambos exista algún tipo de vínculo sanguíneo. Aunque en el caso que nos ocupa, el meta sevillista Morgan de Sanctis no tiene que demostrarle nada a nadie. A su edad, tiene el bagaje suficiente para ser una apuesta segura. Porque en el Milan no juega cualquiera. Ni en la selección italiana. Ni se juegan tantos partidos en el campeonato transalpino por caerle bien al entrenador de turno. Por ser más alto, más guapo... En el país de las pastas y de las pizzas nadie le regala nada a nadie. Por eso, nuestro protagonista espera paciente que Manolo Jiménez le dé una camiseta de titular para defender la portería en la competición doméstica, en la europea, en el torneo del KO.
Y lo hace trabajando día a día. Olvidándose de las salas de prensas o los medios de comunicación. Donde tantos y tantos colegas demandan esa opción que el terreno de juego no les brinda. De Sanctis, ahora que Palop no atraviesa por un buen momento, espera que le llegue por méritos propios. No por quejarse ante el periodista de turno. Cuando hay nivel, no hace falta recurrir a los demás para que se acuerden de uno. Como hizo Inma en su momento. Como espera De Sanctis que Jiménez se acuerde de él para la portería del elenco de Nervión.
www.muchodeporte.com
Quien espera aprovechar su oportunidad es un más que posible pariente lejano de nuestra malograda actriz. Por compartir apellido, pues desconozco que entre ambos exista algún tipo de vínculo sanguíneo. Aunque en el caso que nos ocupa, el meta sevillista Morgan de Sanctis no tiene que demostrarle nada a nadie. A su edad, tiene el bagaje suficiente para ser una apuesta segura. Porque en el Milan no juega cualquiera. Ni en la selección italiana. Ni se juegan tantos partidos en el campeonato transalpino por caerle bien al entrenador de turno. Por ser más alto, más guapo... En el país de las pastas y de las pizzas nadie le regala nada a nadie. Por eso, nuestro protagonista espera paciente que Manolo Jiménez le dé una camiseta de titular para defender la portería en la competición doméstica, en la europea, en el torneo del KO.
Y lo hace trabajando día a día. Olvidándose de las salas de prensas o los medios de comunicación. Donde tantos y tantos colegas demandan esa opción que el terreno de juego no les brinda. De Sanctis, ahora que Palop no atraviesa por un buen momento, espera que le llegue por méritos propios. No por quejarse ante el periodista de turno. Cuando hay nivel, no hace falta recurrir a los demás para que se acuerden de uno. Como hizo Inma en su momento. Como espera De Sanctis que Jiménez se acuerde de él para la portería del elenco de Nervión.
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