Algunos de los comentarios dejados en el blog se salen, pego uno, de un tal camaleon:
No puedo sentir pena por alguien que humillaba dialecticamente a los que no opinaban o eran como el aparentaba opinar o ser. Resulta que me he enterado que en su momento predicaba de lo que ahora renegaba.
Me he metido en este blog por el enlace en El Mundo, y he descubierto que aparte de todas las sandeces que le escuchaba en la radio, habia escrito otras mucho peores. El Obituario de Antonio Herrero no tiene nombre, aunque imagino que EHT marcaría una muesca en su puñal de la discordia. El uso e invento del adjetivo "cristianofascista" que utilizó contra Esperanza Aguirre es despreciable. Como despreciable y erronea es su contestacion a Esperanza Aguirre en las cartas al director. Todo lo que el defendia de igualdad, se pierde en el uso de "presidente" de Madrid en vez de usar "presidenta".
Me he leido el capitulo de su libro que esta publicado en este blog y no ha hecho mas que confirmar de lo que le acusan. EHT se vendió por conveniencia. Todo lo que defendia estaba sostenido por unos cimientos de barro.
Es curioso tambien como tiene memoria selectiva para lo que quiere. Si alguien va acreditado a un funeral de estado. ¿Es capaz de olvidarse de que estuvo allí y es capaz de acordarse de frases de conversaciones con gente de la epoca?
No es creible.
Yo prefiero a los que viven y mueren de pie. Me avergonzaria estar satisfecho por haber vivido de rodillas.
De su libro de memorias:
"Supongo que un día alguien, Víctor o Marqueríe, o el redactor jefe o quien fuera, me mandó a El Escorial a los funerales de Primo de Rivera que presidía Franco. Supongo, digo, no me acuerdo, porque la memoria es selectiva, que me dirían que escribiera una buena crónica. No sé si la escribí yo solo, o si alguien añadió algún párrafo: pienso que no, que sería yo. Es la que ahora encuentran como un hallazgo de mi miseria los canallescos compañeros. Me han llamado ya estalinista, espía soviético, momia, han dicho que soy mala persona, perverso. Sólo les quedaba el peor insulto: llamarme lo que ellos eran, falangista. Si sabrán ellos cómo se podía ser de miserable siendo falangista: era su partido, su personalidad. Voluntaria, elegida. Sigue siéndolo. Los que no tuvieron tiempo, se dicen demócratas, o se dicen ácratas, o monárquicos: pero ellos y yo sabemos que, si hubiera otra guerra civil, estarían en el bando del nuevo Franco. No sé cómo no les da vergüenza que su dictadura me obligara a escribir como si fuera uno de ellos. Yo no tengo esa vergüenza. Estoy satisfecho de haber vivido de rodillas esperando el momento de ponerme de pie."
Imagino, que ahora estará de rodillas ante Satanás, suplicando que no le hagan cargar con sus pecados terrenales.
Si hubiera tenido respeto por la gente, ahora la gente tendria respeto por él.
A ver que hace su alma si se encuentra con la de Juan Pablo II. Apuesto a que se pondrá de rodillas y pedirá clemencia
Hasta nunca.
Tengo 28 años. Soy católico, creyente, practicante, oyente de diversas radios y votante del PP. Y estoy orgulloso de todo.