Vamos a ver esas tías que decís que son solo un cuerpo también son hijas, hermanas, madres algunas, amigas, compañeras de trabajo, personas en definitiva como tú y como yo. Que se hayan reducido en su relación con los hombres a ser un cuerpo, es porque la sociedad las ha obligado a ello.
Yo he hablado con ellas muchas veces, como seguro que vosotros, y me han dicho que buscan cariño, en el fondo es lo que buscan, que las quieran, que las cuiden, que las mimen, y para eso han puesto su cuerpo de reclamo.
¿Pero acaso no las están vendiendo constantemente que si quieren que las quieran tienen que ser guapas? ¿Que los hombres lo que buscan en ellas es ese cuerpo bonito y a cambio de él las darán lo que ellas esperan? Una posición, un dinero, una seguridad, una estabilidad y lo que es más importante que todo ello: un cariño verdadero.
De qué os quejais ahora. Son las cartas ilovegintonic, las cartas que nos ha tocado jugar.
Ahora contéstame a esto ¿Cuántos amigos tiene el que no tiene que dar? A nosotros también nos dicen que si no alcanzamos una posición en esta sociedad, moriremos solos y pobres.
¿Y se nos juzga solo por nuestro trabajo, nuestra posición social, nuestros estudios o formación? Es tan justo como hacerlo con ellas por su cuerpo.
Opino como Fassbinder que "Vivimos dentro de un sistema que no da a las personas la posibilidad de establecer contactos, de comunicarse. La forma de educación de las diferentes generaciones sólo conduce a esta ausencia de comunicación. Una comunicación real entre las personas sería revolucionaria.
El entramado social no está marcado por la felicidad y la libertad sino más bien por la opresión, el miedo y la culpa. Lo que a uno se le ofrece como vivencia de felicidad es, desde mi punto de vista, un pretexto que una sociedad marcada por las coacciones ofrece a los individuos. Y esa oferta, así no la acepto. Porque no estamos en condiciones de aceptar lo contrario de lo que ya existe. Por eso, estamos lejos de la libertad."
La mayoría de las mujeres han sido educadas para estar completamente satisfechas cuando los mecanismos de represión están en pie, lo que no quiere decir que no sufran. Sufren, por supuesto. Las reacciones de cada una dependen mucho de su propia personalidad. Conozco mujeres bastante emancipadas a quienes les gusta ser oprimidas y que, al mismo tiempo, luchan contra su propia opresión. Es una situación llena de contradicciones. Ciertas mujeres me critican mucho y me tratan de misógino, lo cual siempre rechazo. No detesto a las mujeres y tales acusaciones sólo pueden provenir de personas que, conscientemente o no, no quieren ver lo que mis películas expresan muy claramente. Por mi parte, encuentro muy honesta mi actitud hacia las mujeres. A fin de cuentas, creo que las mujeres actúan de un modo tan despreciable como los hombres e intento dar las razones, que están en la base nuestra educación y la sociedad donde vivimos. Mi retrato de estas contradicciones no es misógino, sino honesto. Pero no creo que sea de mi incumbencia decir a las mujeres cómo deben conducir su emancipación. Cada mujer debe decidirlo por sí misma. Lo más que puedo decir es que esto o aquello no funciona y hay que hacer algo."
En nuestra sociedad, la explotación y la dependencia son inevitables (...) El problema reside en que siempre hay una clase social que quiere educar a la otra, un hombre a su mujer, un hombre a otro hombre: siempre hay esta relación de educación, esta relación amo-esclavo, muy gurú y casi fascista."